Sentencia Penal
Este texto se ocupa de la sentencia penal y de su historia. Menos de una quinta parte de las sentencias de muerte se ejecutaron realmente. Los condenados evitaron la muerte gracias al beneficio del clero, a los indultos y a las sentencias con respiro debido al embarazo, o por haber sido condenados al servicio militar o naval. El beneficio del clero, que se remonta a la Edad Media, era originalmente un derecho concedido a la Iglesia, que le permitía castigar a sus propios miembros en caso de que fueran condenados por un delito. En este caso, el tribunal no prescribía ningún castigo para el acusado y lo entregaba a los funcionarios de la iglesia. Como era difícil demostrar quién estaba afiliado a la iglesia, los condenados que reclamaban el beneficio del clero debían leer un pasaje de la Biblia. Los jueces solían elegir versos del Salmo 51, que se denominaba el “verso del cuello”, ya que salvaba a muchas personas de la horca. En el siglo XIX, en Inglaterra, los tribunales estaban facultados para dictar la pena de prisión preventiva con el fin de proteger al público de los individuos considerados delincuentes habituales, es decir, aquellos condenados por al menos tres delitos desde los dieciséis años de edad. Los condenados a prisión preventiva solían ser castigados primero con un periodo de servidumbre penal, seguido de un periodo indefinido de prisión con trabajos forzados “para la protección del público”. Aunque este concepto era draconiano, los jueces se mostraban cada vez más reacios a aplicar esta pena después de los dos o tres primeros años.