Este texto examina la impronta de los pueblos árabes en relación a la filosofía, describiendo los principales representantes de la filosofía musulmana y sus dos ramas. Ibn Hazm (994-1063), de Córdoba, por ejemplo, es uno de los mayores representantes del pensamiento hispano-musulmán, comparable al de Avicena y Averroes, pese a que no se ha estudiado suficientemente. En su amplio saber de derecho, filsofía de la religión, filosofía del lenguaje, estética, sistematización de las ciencias, teología, sigue dentro de la línea neoplatónico-aristotélica. Además, también se analiza la cultura y el arte árabe en un contexto histórico determinado. Revivió la cultura árabe la búsqueda humana de la ciencia. Si el griego fue el padre, el árabe fue el padre adoptivo del método científico. Fue a través de los árabes, y no por la vía latina, que el mundo moderno recibió ese regalo de luz y poder.