El neomarxismo implica un intento de vuelta a Marx, para darle una interpretación diversa de la oficial. Frente a la línea dogmática se invoca el núcleo de la doctrina, tratando de podar al sistema de aquellas partes que, a juicio de los neomarxistas, no son esenciales, sino que -dicen- respondían a las condiciones de la época en que se formuló, pero no son exigidos por su lógica interna. Los neomarxistas sostienen que en el terreno político se impone hoy el policentrismo revolucionario; en el terreno social, la coexistencia, y en el cultural, el diálogo. El marxismo oficial ha denunciado estas tomas de posición como una capitulación; quienes las defienden afirman que se trata de una realista vuelta a Marx para revalidar sus tesis en las condiciones históricas del presente.