▷ Sabiduría mensual que puede leer en pocos minutos. Añada nuestra revista gratuita a su bandeja de entrada.

Corporativismo

▷ Regístrate Gratis a Nuestra Revista

Algunos beneficios de registrarse en nuestra revista:

  • El registro te permite consultar todos los contenidos y archivos de Lawi desde nuestra página web y aplicaciones móviles, incluyendo la app de Substack.
  • Registro (suscripción) gratis, en 1 solo paso.
  • Sin publicidad ni ad tracking. Y puedes cancelar cuando quieras.
  • Sin necesidad de recordar contraseñas: con un link ya podrás acceder a todos los contenidos.
  • Valoramos tu tiempo: Recibirás sólo 1 número de la revista al mes, con un resumen de lo último, para que no te pierdas nada importante
  • El contenido de este sitio es obra de 23 autores. Tu registro es una forma de sentirse valorados.

Corporativismo

Este elemento es un complemento de los cursos y guías de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y análisis sobre este tema.

✅ Ciencias Sociales y Humanas » Inicio de la Plataforma Digital » A Gestión Empresarial » Corporativismo

Corporativismo en el Derecho

[sc name=”home-derecho”][/sc] Definición de Corporativismo del Diccionario de Términos de Seguros, Reaseguros y Financieros: Actitud o comportamiento de quienes integran una asociación o constituyen un grupo, consistente en la defensa de sus propios derechos o privilegios, en contra del interés general. Nota: Consulte más información sobre Corporatismo (en inglés, sin traducción) en el Derecho anglosajón y Corporativismo (en inglés, sin traducción) en el Derecho anglosajón.

Noción de Corporativismo

En materia de empleo y relaciones laborales en la Unión Europea y/o España, se ha ofrecido [1], respecto de corporativismo, la siguiente definición: Sistema de organización política y social en el que los intereses económicos y sociales -y en lugar destacado los de los trabajadores y empresarios- están representados directamente dentro del sistema político a través de grupos organizados o corporaciones. El término suele ser utilizado también en sentido peyorativo para referirse a las prácticas de los grupos de intereses poderosos que defienden el interés de sus miembros sin consideración hacia el interés general. Como sistema social y político, el corporativismo alcanzó su máxima influencia a principios de siglo en algunos países europeos: en España, determinó la estructura del sistema de relaciones laborales durante la dictadura de Primo de Rivera y el Régimen de Franco.Entre las Líneas En ese sentido estricto, los sistemas corporativos han desaparecido en la actualidad, pero en circunstancias de crisis económica y social aparecen claros signos de renacimiento del espíritu corporativista y de crecimiento de las formas de representación de los grupos de intereses (principalmente de sindicatos y asociaciones empresariales) en la política económica y social y en las decisiones gubernamentales que afectan a las relaciones laborales. Esas nuevas tendencias se conocen como neo corporativismo o neocontractualismo.

Corporativismo

Describe la enciclopedia Rialp, sobre corporativismo, lo siguiente:

Concepto

Corporación (de corpus, cuerpo social, comunidad) indica una agrupación de hombres que buscan algo más que realizar en común un fin externo, pues a eso se añade una «vida corporativa», un espíritu de corporación, una comunidad auténtica (véase). El corporativismo, pues, puede definirse como la doctrina que concibe la sociedad formada por corporaciones, más que por individuos aislados, o bien, como el movimiento que aspira a reorganizar la sociedad siguiendo el principio corporativo.Entre las Líneas En concreto, el corporativismo, en su concepción actual, debe entenderse dentro del marco histórico en que nace.

Historia

Ante la crisis del liberalismo capitalista y rehuyendo la solución socialista apoyada en el Estado, algunos pensadores católicos, como A. de Mun (véase esta voz en la plataforma digital) y el marqués de La Tour du Pin (véase esta voz en la plataforma digital), buscaron el remedio de los males sociales en la vuelta a las tradiciones medievales, con sus gremios y corporaciones, que fueron suprimidos por la Revolución francesa. Este pensamiento tuvo eco en diversos sectores, y el tradicionalismo (véase esta voz en la plataforma digital), en general, lo acogió.Entre las Líneas En principio, podía aparecer como simple corporativismo social: reforma de la vida económica y del trabajo a base de las formas corporativas, superando la empresa capitalista y el contrato libre de trabajo; del trabajo a base de las formas corporativas, superando la empresa capitalista y el contrato libre de trabajo; incluso, más ambiciosamente, quería reestructurar sobre ese principio la sociedad entera, proclamando la «soberanía social» de los grupos intermedios junto a la soberanía política del Estado.

Más Detalles

Como consecuencia de la crisis de la democracia parlamentaria en los a. 20 de este siglo, apareció un nuevo corporativismo no ligado a posición alguna confesional y que iba a ser un corporativismo político, que aspiraba a la reorganización del Estado, introduciendo la representación corporativa, por lo menos junto a la individualista del sufragio (el derecho al voto) universal. Y ahora se daban intentos positivos de aplicación, que tenían su antecedente en una propuesta del abate Sieyés (véase esta voz en la plataforma digital) durante la Revolución y en el Acta adicional de los Borbones de 1815.Entre las Líneas En Alemania y Checoslovaquia se hicieron intentos de representación económica que fracasaron. Y, sin contar con el pintoresco intento del poeta D’Annunzio, con su Carta di libertó del Carnaro, hay que acudir a los países que rompieron con la democracia para ver otros intentos más pretenciosos. Así, Italia creó en 1934 las Corporaciones y, en 1939, una Cámara de Fascios y Corporaciones. Austria promulgó en 1934 una Constitución corporativa y autoritaria, de inspiración cristiana. Portugal, bajo Oliveira Salazar, instauró en 1933 una República autoritaria y corporativa, donde, junto a las corporaciones económicas, que reúnen a patronos y trabajadores, figuraban la Iglesia, la universidad y las profesiones liberales. Todas esas corporaciones querían ser sociedades intermedias (v. SOCIEDAD II, 4) entre las células primarias (familia, municipio) y la nación, que se integra de este modo sin caer en el estatismo.Entre las Líneas En Francia, por los a. 30, hubo tendencias doctrinales hacia el corporativismo, y luego conatos de realización con el régimen de Vichy.Entre las Líneas En España, por último, tras los intentos del general Primo de Rivera, y aparte un anteproyecto de Constitución con la República que quería crear un Senado representativo de intereses sociales organizados y que fracasó, el régimen salido de la guerra civil se orientó pronto hacia una cierta forma de corporativismo político y social, a través de los sindicatos verticales, que agrupan a empresarios y trabajadores, con representación propia en las Cortes.

Formas

Las dos principales son las ya expuestas: corporativismo social y político. Puede hablarse también de un corporativismo administrativo, basado en la descentralización de servicios y en la autonomía de los órganos administrativos de gestión, dirigidos por funcionarios técnicos. Manoilescu hablaba de corporativismo subordinado (las corporaciones y el parlamento corporativo no son fuente de poder legislativo supremo), mixto (con una cámara corporativa junto a la tradicional) y puro (sólo la cámara corporativa). La realidad es que nunca ha habido un corporativismo puro, ni siquiera mixto, en sentido estricto, pues los ejemplos históricos nos muestran un corporativismo autoritario (Austria, Portugal, España), en que se declara formalmente la superioridad del poder político, e incluso totalitario, con dominio total del Estado (Italia).

▷ En este Día de 19 Abril (1775): Comienzo de la Revolución Americana
Iniciada este día de 1775 con las batallas de Lexington y Concord, la revolución americana fue un esfuerzo de las 13 colonias británicas de Norteamérica (con ayuda de Francia, España y Holanda) por conseguir su independencia.

Juicio. Manoilescu llegó a afirmar que el s. XX sería «el siglo del corporativismo». No parece, sin embargo, que su predicción vaya a cumplirse. A ello contribuye no solo el que otros modelos o corrientes sociales se han impuesto, sino también a una debilidad intrínseca al corporativismo mismo: ha estado en efecto caracterizado por un cierto abstractismo, sin haberse conseguido plasmar nunca en un modelo histórico auténtico. O, para ser más exacto, cuando lo ha conseguido ha manifestado una clara tendencia al autoritarismo, que no estaba tal vez en los idealesde sus promotores originales, pero de la que no ha conseguido librarse.

El corporativismo implica un aspecto claramente positivo: intentar buscar un modelo de estructuración social que no se base sobre la idea de lucha de intereses, sino sobre la de cooperación; pero esa intención no ha conseguido plasmarse en una realidad operativa. Es precisamente esa intención que anima a los primitivos promotores del corporativismo lo que explica que sus ideas reciban una atención por parte de diversos documentos de la doctrina social de la Iglesia (Rerum novarum, Quadragesimo anuo…), que lo señalan como una posible solución, aunque, obviamente, sin canonizarlo. Por lo demás, nunca faltaron escritores católicos contrarios a él, como Luigi Sturzo (véase esta voz en la plataforma digital) y el card. Herrera Oria (éste, por lo menos, atacaba el corporativismo profesional basado en intereses materiales y, por lo mismo, impropio del espíritu cristiano).

Poder Corporativo

El poder de la corporación frente a la política había sido un tema durante muchos años antes de que entrara en los dominios de la política económica internacional (un ejemplo clásico es Lindblom en 1977). El poder de las empresas privadas constituye un problema potencialmente político porque se puede argumentar que produce beneficios injustos a costa de los ciudadanos, una formulación y aplicación de políticas que no son óptimas, así como los peligros de la búsqueda de rentas por parte de las fuerzas empresariales que son capaces de “capturar” al Estado. Cuando el comercio y la inversión internacionales se vieron dramáticamente aliviados durante las décadas de 1970 y 1980, las empresas se volvieron activas a escala transnacional, lo que ha hecho que el problema original del poder de las empresas sea un asunto que debe ser estudiado por la política económica internacional.

Otros Elementos

Además, trajo una nueva serie de problemas que no se referían solo a la eficacia o legitimidad de las políticas (en gran medida problemas de responsabilidad democrática), sino también a la soberanía del Estado. El poder de las empresas para dirigir sus recursos y actividades fuera de sus bases hacia otros países no puede controlarse de la misma manera que a través de la legislación nacional, convirtiendo así las actividades transnacionales de las empresas en una forma de política (económica) exterior privada.

En las décadas de 1960 y 1970, los académicos de la política económica internacional empezaron a prestar cada vez más atención al papel de las empresas transnacionales, porque tenían la capacidad de operar a través de las fronteras (véase qué es, su definición, o concepto jurídico, y su significado como “boundaries” en derecho anglosajón, en inglés) y los estados en los que operaban solo tenían un control limitado sobre sus acciones. Más aún, las multinacionales tenían el poder de buscar las mejores condiciones para hacer negocios, forzando a los Estados a competir por la inversión extranjera directa (IED), debido a que la inversión del capital extranjero está asociado (véase qué es, su concepto jurídico; y también su definición como “associate” en derecho anglo-sajón, en inglés) a los puestos de trabajo y a los ingresos fiscales. Como consecuencia, la política económica internacional analizó a las empresas como similares a los estados porque ambas tenían la capacidad de determinar “quién obtiene qué” en la economía global. Para algunos, el auge de las redes mundiales de producción y de las finanzas mundiales finalmente desplazó drásticamente el equilibrio de poder de los Estados a las empresas privadas.

El poder de las empresas transnacionales suele ilustrarse describiendo su tamaño frente a los Estados o su grado de transnacionalidad. La primera medida, el mero tamaño de muchas empresas activas a nivel multinacional o transnacional, desafían el argumento realista clásico de que los actores más poderosos del mundo son los Estados. [rtbs name=”mundo”] Comparando el producto interior bruto (PIB) con las ventas de valor añadido, ExxonMobil o General Motors eran `más grandes’ que Pakistán, Chile o la República Checa en 2000. Si se comparan el PIB y los ingresos, Wal-Mart era la 25ª entidad económica más grande del mundo en 2007, mayor que Dinamarca o Portugal. Y más recientemente, comparando el PIB y el valor de mercado de las empresas, Apple tenía “más valor” que Suiza y Arabia Saudita en 2016 (UNCTAD 2017). Obviamente, estas mediciones son imprecisas y cuestionables, pero sirven para ilustrar el”monstruo” que son muchas multinacionales.

Puntualización

Sin embargo, con demasiada frecuencia se ha equiparado el tamaño de las multinacionales con el poder de las multinacionales, ya sea real o potencial.

El otro indicador popular, y quizás más fiable, del poder de las empresas activas a nivel multinacional o transnacional es su grado de transnacionalidad, ya que capta las opciones de salida que tienen las empresas frente a sus países anfitriones.Entre las Líneas En forma abreviada, esto se refleja en el Índice de Transnacionalidad (TNI) de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que refleja el grado en que las ventas, los activos y el empleo se encuentran fuera del territorio nacional de una empresa, con una puntuación de 100 que indica la empresa más transnacional posible (UNCTAD 2007, p. 13). Si bien las 100 principales ETN tenían una puntuación media del INB de 51 en 1990, ésta aumentó gradualmente a 65 en 2015 (UNCTAD 2017, pág. 27). Esto indica que, de hecho, las grandes empresas multinacionales se han vuelto más transnacionales, aunque la expansión de los activos extranjeros, mucho más que las ventas o el empleo, impulsó el aumento de la transnacionalización.

▷ Lo último (2024)
Lo último publicado esta semana de abril de 2024:

Mientras que para algunas empresas es más “natural” invertir en el extranjero que para otras, la transnacionalidad se refiere esencialmente a la capacidad de las empresas para utilizar “opciones de salida”, es decir, para ejercer su poder de eludir las reglamentaciones nacionales en caso necesario. Una corporación es simplemente menos afectada por las decisiones políticas en un país si tiene instalaciones de producción en 20 países.

Puntualización

Sin embargo, lo más importante son los stocks y los flujos de inversión extranjera directa. El hecho de que las empresas estuvieran ubicando sus instalaciones de producción en el extranjero fue el núcleo del argumento inicial de que esta actividad tiene un impacto más profundo en los sistemas económicos nacionales que el comercio internacional. [rtbs name=”comercio-de-compensacion”]Por lo tanto, cuando se trata del papel del poder empresarial, el factor más importante es el componente de los activos extranjeros (referido a las personas, los migrantes, personas que se desplazan fuera de su lugar de residencia habitual, ya sea dentro de un país o a través de una frontera internacional, de forma temporal o permanente, y por diversas razones) (en lugar de las ventas o el empleo en el extranjero), porque la inversión extranjera (es decir, el despliegue de capital) tiene un efecto inmediato en una economía receptora.

Detalles

Las empresas invierten en el extranjero para controlar el proceso de producción en otro país, ya sea mediante la adquisición de empresas extranjeras o mediante la creación de instalaciones propias. A partir de mediados de los años ochenta, la inversión extranjera directa creció mucho más que el comercio, lo que indica la creciente capacidad de las empresas para organizar la producción a escala mundial (o global) y el poder cada vez menor de los Estados para regular los flujos de bienes y capital por medio de aranceles o controles de capital. Si bien la proporción de la inversión extranjera directa en comparación con la formación general de capital siguió siendo baja durante los decenios de 1970 y 1980 (alrededor del 2,5%), en 2015 representaba más del 13% de toda la formación de capital de las empresas situadas en países desarrollados (UNCTAD 2017b).

Una Conclusión

Por lo tanto, las empresas tienden cada vez más a no invertir en el país, sino en el extranjero; con todos los efectos asociados en el empleo, la seguridad social y los presupuestos públicos.

Una vez más, estas cifras sirven solo como una indicación aproximada del grado de compromiso transnacional de las empresas, independientemente de sus motivaciones y estrategias.

Puntualización

Sin embargo, no es una medida del oden de las empresas activas a nivel multinacional o transnacional, aunque gran parte de la investigación del política económica internacional sobre las empresas activas a nivel multinacional o transnacional tiende a alimentar esta interpretación, especialmente los análisis realistas anteriores. Las corporaciones han sido vistas como instrumentos del poder nacional y sus actividades como una forma de emplear la política exterior.

Detalles

Las empresas multinacionales invirtieron sobre todo en países de difícil acceso al mercado para sustituir el comercio de mercancías.

Puntualización

Sin embargo, esos mercados estaban bajo control nacional (mediante aranceles, políticas de competencia e industriales, etc.) y las actividades de las ETN podían interpretarse como una injerencia de los países extranjeros (referido a las personas, los migrantes, personas que se desplazan fuera de su lugar de residencia habitual, ya sea dentro de un país o a través de una frontera internacional, de forma temporal o permanente, y por diversas razones) en la política económica de los Estados soberanos.

Se necesitarían otros 20 años para desmantelar este punto de vista instrumental sobre las empresas activas a nivel multinacional o transnacional. A mediados de la década de 1990, el punto de vista dominante dentro de la política económica internacional era que las “corporaciones gobiernan el mundo”, y que los estados por lo general solo podían adaptarse pasivamente a sus reglas (para un relato crítico, ver Doremus et al. 1998). A medida que se hacían cada vez más transnacionales, las empresas activas a nivel multinacional o transnacional perdían su lealtad a su país de origen y presionaban para que se les ofrecieran oportunidades rentables dondequiera que las encontraran. Irónicamente, permanecieron asociados a su sede nacional desde el punto de vista público, donde las adquisiciones de empresas del Reino Unido por parte de empresas estadounidenses o, más recientemente, de empresas “occidentales” por parte de empresas chinas, siguen siendo tratadas como un asunto de interés nacional.

Puntualización

Sin embargo, la cuestión del poder de la corporación ha seguido siendo un tema crucial en la política económica internacional.

Medición del Poder Corporativo

Basado en la discusión sobre los indicadores anteriores, queda claro que en principio solo podemos hablar del poder de las empresas activas a nivel multinacional o transnacional. El tamaño y la transnacionalidad podrían ampliar las opciones de las empresas, pero también podrían ser el resultado de la competencia forzada. No son pocas las fusiones y adquisiciones motivadas por el temor a ser absorbidas por otra empresa en primer lugar; no por un modelo de negocio expansivo explícito.

Una Conclusión

Por lo tanto, estos indicadores describen, en el mejor de los casos, el poder potencial de las empresas, y no la posesión real o el ejercicio del mismo. Desde el punto de vista analítico y político, también es relevante si el poder de las corporaciones es intencional o estructural.

Estos dos puntos de vista han ocupado un lugar destacado en los debates sobre el poder empresarial.Entre las Líneas En peligro de simplificar demasiado, las declaraciones clásicas sobre el poder corporativo formuladas por Lindblom y otros autores argumentaban desde una perspectiva de poder estructural. Para Lindblom, las autoridades públicas dependían en gran medida del bienestar de las empresas, lo que les proporcionaba una ventaja estructural para la consecución de sus objetivos. De manera muy similar, Strange argumentó que a finales del siglo XX los estados dependían de los recursos de los actores privados para cumplir sus objetivos políticos en áreas como la seguridad y el bienestar. Como los estados tienden a estar permanentemente endeudados, necesitarían IED, aunque solo sea para equilibrar sus cuentas corrientes y estabilizar sus monedas (Strange 1998). Frente a esta dependencia, los Estados estarían en una posición débil para negociar a favor y en contra de determinados tipos de inversiones, umbrales o cláusulas de contenido local. Sin embargo, por muy atractiva que sea esta argumentación, se deriva de las características estructurales de la economía política internacional, no las preferencias de las corporaciones. Al extender la analogía del mercado a la economía política internacional, algunos estudiosos atribuyeron el cambio de poder entre los negocios y la política a”cambios en los precios relativos”. De manera realista, el comportamiento firme se deduce de las propiedades de la estructura económica internacional de la misma manera que el comportamiento de los Estados podría inferirse de la estructura de poder en la política internacional (Gilpin 1975, 1987). La principal diferencia entre las corporaciones y los estados es, sin embargo, que la preferencia de estos últimos (dentro del marco realista) es la seguridad, que requiere un conjunto limitado de opciones de política exterior. A su vez, el objetivo principal de las empresas es la búsqueda de beneficios, que, sin embargo, pueden lograrse de múltiples maneras que pueden o no implicar inversiones transnacionales.

Basado en la experiencia de varios autores, mis opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación:

Otros Elementos

Además, las empresas también pueden tener una garantía real, a fin de proteger la existencia de la empresa contra adquisiciones o racionalidades a corto plazo.

Una Conclusión

Por lo tanto, un enfoque estructural del poder corporativo ofrece vías valiosas para explicar el comportamiento de las empresas en la economía política global, pero no lo explica completamente. Entre el sistema económico internacional y las acciones reales de las empresas se encuentra una”caja negra” en la que los incentivos externos, las opciones de gestión, las estrategias firmes y las influencias políticas determinan finalmente el curso de acción de las empresas. Si una corporación se aprovecha o no de los recursos de poder estructural, y si lo hace intencionalmente o no, son preguntas importantes que necesitan ser abordadas para hacer proposiciones válidas sobre el poder corporativo.

El enfoque alternativo se centraría exactamente en esas preferencias de las empresas. Plantearía que las corporaciones ganaron influencia porque explícitamente apuntaban a incrementar su poder. Los cambios en la economía política internacional proporcionaron a las empresas oportunidades para ampliar y diversificar sus opciones de ganancias que van más allá del”acuerdo” de los gobiernos y las gerencias para trabajar en conjunto por sus intereses comunes (nacionales). Incrementar su poder, entonces, ha sido un proyecto de las corporaciones en sí mismas, y para ello se esforzarían por ganar más influencia en áreas y sectores hasta ahora no relacionados. Para estos proyectos son cruciales los esfuerzos concertados de las élites para dar forma y transformar los medios de la gobernanza económica y la formulación de políticas. Desde este punto de vista, las empresas no solo “superan a los gobiernos”, sino que aprovechan tanto los vínculos nacionales como la organización transnacional.

Siguiendo esta perspectiva, la investigación sobre las comunidades empresariales transnacionales de las últimas dos décadas demuestra cómo las élites corporativas se vinculan a nivel internacional. Algunos autores defienden la existencia de una”clase capitalista transnacional” que comprende no solo a las élites empresariales, sino también a políticos, burócratas, profesionales y medios de comunicación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).

Puntualización

Sin embargo, es importante diferenciar analíticamente: ¿son las redes de élite predominantemente de tipo interempresarial o se están expandiendo intrínsecamente a otras esferas de la vida pública? Para nuestros propósitos, esto último es más interesante. El primero sería un caso de `concentración de capital’ mediante la concertación; es decir, el esfuerzo por alinear las preferencias individuales de las empresas y por fomentar la organización de las empresas transnacionales como actor corporativo. Esto último, sin embargo, representaría la creciente conflicto de intereses públicos y privados, la expansión de la base de poder corporativo mediante la integración de las élites públicas.

Sin embargo, faltan pruebas definitivas de esa coordinación eficaz. El simple hecho de que las élites se reúnan a escala internacional no permite concluir que tales reuniones son de facto indispensables para el éxito de las estrategias de las empresas activas a nivel multinacional o transnacional. Por esta razón, tampoco es el momento (todavía) de hablar de una clase capitalista transnacional, si la clase no se reduce simplemente a un grupo de personas, sino que constituye un factor cualitativamente necesario para la configuración de las economías políticas. Simplemente no sabemos si la organización transnacional de las élites empresariales es realmente una condición necesaria para el éxito de las estrategias de las multinacionales. Varios argumentos exigen mayor cuidado: en primer lugar, las corporaciones individuales, especialmente las grandes multinacionales globales, se encuentran en una competencia feroz entre sí. Este es, por supuesto, también el caso de los capitalistas”nacionales”, pero el caso de una clase capitalista transnacional se basa en las élites de las grandes multinacionales.Si, Pero: Pero para esas corporaciones, su poder podría no ser el resultado de una organización eficaz, sino que derivaría de la concentración de capital y de los efectos oligopolísticos relacionados.Entre las Líneas En segundo lugar, muchas empresas multinacionales son muy rentables sin estar involucradas en comunidades empresariales transnacionales. Los CEOs de la mayoría de las Corporaciones multinacionales exitosas de las economías emergentes no son parte de una clase capitalista global.Entre las Líneas En comparación con su poder de mercado, los directores generales de las empresas multinacionales chinas, por ejemplo, ocupan un lugar desproporcionadamente bajo en las listas de invitados de clubes como el Foro Económico Mundial.

Para hacer una declaración válida sobre el papel de la organización transnacional para el poder de las empresas, habría que demostrar: en primer lugar, que esa organización transnacional es necesaria para la eficacia de las estrategias empresariales; y, en segundo lugar, que esa organización transnacional en particular aporta cualidades que la organización nacional de intereses empresariales no puede aportar.Entre las Líneas En otras palabras, necesitaríamos casos de empresas “sin éxito”, que, como sabemos, apenas se estudian. Seleccionando en la variable dependiente
– es decir, las grandes empresas y élites transnacionales, no podemos demostrar que el mecanismo de la organización transnacional sea realmente indispensable para el poder del capital transnacional.

En resumen, esto significa que la formación de redes transnacionales de elite empresarial es, en el mejor de los casos, un elemento suficiente para el poder de las empresas. Por ejemplo, lógicamente tiene poco sentido que las grandes multinacionales oligopólicas se involucren en la creación de redes y alianzas que permitan mejorar la competencia y el comportamiento de los aprovechados.Entre las Líneas En nuestra opinión, las facetas importantes del poder corporativo son de tipo estructural. Como tales, no son el resultado de una actividad corporativa intencional, sino que son el resultado de una configuración de varios actores, instituciones y lógicas organizacionales.

Puntualización

Sin embargo, es en esta configuración donde el poder de las corporaciones se ve comprometido regularmente.Entre las Líneas En consecuencia, no debemos generalizar sobre el poder de la corporación global, sino más bien considerar las ejecuciones específicas de este poder.

Diferencias entre las empresas y el poder corporativo

El avance hacia el análisis real del comportamiento de las empresas y del poder corporativo surgió de líneas de investigación que no eran explícitamente críticas en un sentido teórico. Los marxistas en general siguieron un enfoque estructural similar al neorrealismo: las preferencias de los actores pueden inferirse del sistema en el que se encuentran.

Una Conclusión

Por lo tanto, los académicos del política económica internacional marxista o gramsciano se referían no a las corporaciones, sino al “capital”, al igual que los realistas e institucionalistas se referirían a los”mercados” como la principal fuerza que socavaba la autoridad de los estados y gobiernos. De la misma manera, la teoría de la regulación se refería a regímenes abstractos de acumulación, asumiendo también que las leyes y normas de acumulación de capital se aplican de manera más o menos similar en todas las empresas. Al mismo tiempo, sin embargo, los economistas políticos comparativos comenzaron a especificar las diferencias entre corporaciones en por lo menos dos áreas que se volvieron cada vez más importantes en las décadas de 1980 y 1990. La primera era la dimensión espacial. Aparte de las conocidas diferencias de las empresas europeas con respecto a las estadounidenses, la naturaleza única de la empresa japonesa atrajo mucha atención. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). El mensaje que presentó a la comunidad del política económica internacional fue claro: para entender el poder de las empresas japonesas, tanto a nivel nacional como internacional, hay que entender su lógica y organización internas.Entre las Líneas En términos de su estrategia de internacionalización, marcaría una gran diferencia tanto si la empresa era de origen estadounidense como si era de origen japonés, y sería una flagrante mala interpretación subsumir ambas bajo una lógica universal común del capital. Aunque este enfoque comparativo y analítico de casos reconoció el creciente poder del capital transnacional, también señaló algunas trayectorias concretas a través de las cuales se ejercería el poder corporativo (o la falta de él). Un corolario importante del análisis detallado de los casos alemán y japonés fue la idea general de que las empresas no son de ninguna manera entidades solitarias o autosuficientes, sino organizaciones que se basan en otras instituciones para ser eficaces. El éxito (y el poder) de las empresas está determinado no solo por las decisiones de gestión, sino también por el tipo y el alcance del apoyo a través de su entorno social y político.

Detalles

Las empresas alemanas y japonesas dependen en gran medida de un acceso preferente a los grandes bancos nacionales, de unas relaciones favorables con las organizaciones sindicales y de la eficacia de los programas de educación y formación, todo lo cual va más allá de la influencia directa de la dirección de las empresas. Como consecuencia, los estudiosos de la economía política comparativa desarrollaron una tipología de sistemas de negocios regionalmente distintivos.

La dimensión sectorial constituye una segunda área en la que las empresas pueden ser diferenciadas de manera significativa. Aquí, la diferencia entre las empresas manufactureras y las financieras es de crucial importancia. La discusión inicial sobre el poder de las empresas activas a nivel multinacional o transnacional se centró exclusivamente en las corporaciones manufactureras, razón por la cual el tema del control de las empresas activas a nivel multinacional o transnacional era de particular importancia para los países en desarrollo, donde las corporaciones occidentales desplazarían a los empleos e industrias locales.

Puntualización

Sin embargo, en particular desde la década de 1980, la inversión extranjera directa de las empresas financieras (bancos, fondos de inversión, inversores institucionales, etc.) se ha convertido en un aspecto importante de la economía política mundial (o global) (véase Young, capítulo 24 de este volumen). Si bien la limitada movilidad de capital permitía anteriormente la inversión extranjera directa, pero ha sido utilizada principalmente por empresas clásicas (por ejemplo, para adquirir otras empresas), en la actualidad se ha convertido cada vez más en una cuestión de inversores profesionales. Si bien nos referiremos a las implicaciones más amplias de la financialización para las corporaciones que se presentan a continuación, aquí queremos destacar el impacto que tiene en el análisis del poder corporativo. La reducción de los controles de capital, el aumento de la liquidez en los mercados financieros mundiales y la adopción de una financiación (o financiamiento) corporativa basada en el mercado (principalmente a través de las bolsas de valores) dieron lugar al surgimiento de empresas financieras que determinaron en gran medida los contornos de la economía política mundial. A diferencia de la inversión extranjera directa “clásica”, que ha sido motivada por estrategias empresariales particulares, la lógica de las empresas financieras es muy diferente, ya que primero y ante todo invierten en empresas que prometen un aumento en el valor de la empresa (y con ello, en el rendimiento (véase una definición en el diccionario y más detalles, en la plataforma general, sobre rendimientos) de la inversión de los inversores).Entre las Líneas En general, es más probable que la inversión extranjera directa de las empresas manufactureras tenga una orientación a largo plazo, mientras que la inversión extranjera directa de las empresas financieras y a través de ellas suele adoptar la forma de inversión de cartera y, por lo tanto, está mucho más guiada por consideraciones a corto plazo. Es aquí donde la diferencia entre estas dos clases de empresas es más importante para la evaluación del poder empresarial.

Estas dos dimensiones, la espacial y la sectorial, indican diferencias cruciales entre las empresas y ponen de relieve la inadecuación de los marcos que tratan a las empresas y a los mercados por igual. La pregunta sigue siendo: ¿cómo podemos estar seguros de que los capitalistas individuales realmente se comportan de la manera en que argumentan las teorías del capital transnacional? O quizás aún más complicado: ¿cómo podemos deducir el comportamiento real de las empresas a partir de las propiedades generales de los mercados globalizados, especialmente a la luz de los resultados divergentes sobre la “variable dependiente”, es decir, el comportamiento de las empresas (como se ha visto, por ejemplo, en el caso de las empresas japonesas)? Es aquí donde se hace visible la necesidad de un enfoque más matizado y comparativo.

Sorprendentemente, Susan Strange inicialmente ofreció un enfoque intuitivo que tomaría en serio las preferencias corporativas. Su argumento a favor de un ‘enfoque de diplomacia triangular’ enfatizaba el creciente poder de las corporaciones sin que éstas dominaran la esfera política (como fue el caso en sus trabajos posteriores). Pensar en analizar el comportamiento de las corporaciones y los estados a través de tres conjuntos de relaciones diplomáticas de negociación – Estado-estado, Estado-empresa y empresa-empresa – ofreció un punto de entrada hacia el estudio empírico del comportamiento real de las empresas desde una perspectiva de política económica internacional. No se limitó a señalar que las relaciones entre las empresas y los Estados son esencialmente situaciones de negociación, es decir, que siempre habría un toma y daca entre ambos polos; también dirigió la atención a la dimensión hasta ahora descuidada de la negociación entre empresas. Esto abrió el camino para estudiar cómo las empresas tienen regularmente intereses y preferencias diferentes, aunque solo sea por el hecho de que compiten por cuotas de mercado o por partes del valor creado en las cadenas de producción transnacionales.

▷ Noticias internacionales de hoy (abril, 2024) por nuestros amigos de la vanguardia:

Reconocer el simple hecho de que las empresas son competidoras entre sí añade un nuevo signo de interrogación a la suposición de que todos los intereses individuales de las empresas pueden subsumirse en los intereses corporativos de las “empresas” o del “capital” como tales. Obviamente, tiene sentido asumir que las empresas actuarían de manera similar para superar a sus competidores (por ejemplo, con bajos costos (o costes, como se emplea mayoritariamente en España) de erogación y manteniendo intacto el modo de producción o acumulación).

Puntualización

Sin embargo, las empresas a menudo pueden superar a sus competidores cambiando su modo de producción o acumulación mediante la innovación radical de productos y procesos de producción (una vez más, como demuestra el ascenso mundial (o global) de la empresa japonesa, que se centra en métodos de producción innovadores y en el avance tecnológico).

Puntualización

Sin embargo, en la década de los noventa se observó el predominio de los enfoques de la EPI, que por lo general trataban a las empresas como un grupo de actores indiferenciados y bastante uniformes en todo el mercado mundial, pero que no estaban en condiciones de evaluar suficientemente su poder.

Revisor: Lawrence

Visualización Jerárquica de Corporativismo

Trabajo y Empleo > Relaciones laborales y Derecho del trabajo > Organización de las profesiones

Corporativismo

A continuación se examinará el significado.

¿Cómo se define? Concepto de Corporativismo

Véase la definición de Corporativismo en el diccionario.

Características de Corporativismo

[rtbs name=”trabajo-y-empleo”]

Corporativismo en economía

En inglés: Corporatism in economics. Véase también acerca de un concepto similar a Corporativismo en economía.

Introducción a: Corporativismo en este contexto

El corporativismo es un conjunto de doctrinas políticas destinadas a organizar la sociedad civil sobre la base de la representación profesional y ocupacional en cámaras denominadas estamentos o corporaciones. Sostiene que el conflicto de clases no es inherente al sistema capitalista de relaciones de producción y propiedad. El corporativismo tiene sus raíces ideológicas principalmente en el pensamiento social católico francés e italiano del siglo XIX, así como en el romanticismo y el idealismo alemanes. Las ideas corporativistas se encuentran en eminentes pensadores europeos. Hegel, en su Filosofía del Derecho, pensó en una estructura corporativa en la que los Estados constituían el vínculo entre la sociedad civil y el Estado (Hegel 1821). En Francia, Durkheim propuso una visión del corporativismo relacionada específicamente con la división del trabajo engendrada por la industria moderna. Según Durkheim, la tarea de las corporaciones es diversificar a nivel de cada industria los principios generales de la legislación industrial formulados por las asambleas políticas (Durkheim 1893). Este texto tratará de equilibrar importantes preocupaciones teóricas con debates empíricos clave para ofrecer una visión general de este importante tema sobre: Corporativismo. Para tener una panorámica de la investigación contemporánea, puede interesar asimismo los textos sobre economía conductual, economía experimental, teoría de juegos, microeconometría, crecimiento económico, macroeconometría, y economía monetaria.

Datos verificados por: Sam.

[rtbs name=”economia-fundamental”] [rtbs name=”macroeconomia”] [rtbs name=”microeconomia”] [rtbs name=”economia-internacional”] [rtbs name=”finanzas-personales”] [rtbs name=”ciencia-economica”] [rtbs name=”pensamiento-economico”] [rtbs name=”principios-de-economia”] [rtbs name=”mercados-financieros”] [rtbs name=”historia-economica”] [rtbs name=”sistemas-economicos”] [rtbs name=”politicas-economicas”]

Recursos

Traducción de Corporativismo

Inglés: Corporatism
Francés: Corporatisme
Alemán: Zunftwesen
Italiano: Corporativismo
Portugués: Corporativismo
Polaco: Korporacjonizm

Tesauro de Corporativismo

Trabajo y Empleo > Relaciones laborales y Derecho del trabajo > Organización de las profesiones > Corporativismo

Véase También

  • Arrendamiento de locales de negocio

Recursos

[rtbs name=”informes-jurídicos-y-sectoriales”][rtbs name=”quieres-escribir-tu-libro”]

Notas y Referencias

  1. Concepto sobre corporativismo originariamente publicado por la Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas y S&M, Ltd,; adaptado luego por Antonio Martín V. et al. para FEMCVT, Irlanda

Véase También

  • Concertación social
  • Diálogo social
  • Régimen corporativo
  • Nacionalsindicalismo
  • Organización Corporativa Nacional

Corporación; Gremios; la Tour du Pin, Charles Humbert; Poder; Sociedad.

Bibliografía

m. Fagoaga, Democracia, Totalitarismo y Corporativismo, «cuadernos de Política Social» 19 (1953); e. Aunós, las Corporaciones de Trabajo en el Estado Moderno, Madrid 1928; 1. Azpiazu, el Estado Corporativo, Madrid 1952; m. Manoilescu, le Siécle du Corporativisme, París 1934 (hay Trad. Española); Ch.h. la Tour du Pin, Hacia un Orden Social Cristiano, Madrid 1936; m. Bouvierajam, la Doctrine Corporative, París 1943; 1. l. Díez Gutiérrez O’neil, Portugal Corporativo, Madrid 1940; g. Pirou, le Corporativisme, París 1935; b. Gruber, Berulsgemeinschalt Und Wirtschaltsordnung, Heidelberg 1953.

▷ Esperamos que haya sido de utilidad. Si conoce a alguien que pueda estar interesado en este tema, por favor comparta con él/ella este contenido. Es la mejor forma de ayudar al Proyecto Lawi.

Foro de la Comunidad: ¿Estás satisfecho con tu experiencia? Por favor, sugiere ideas para ampliar o mejorar el contenido, o cómo ha sido tu experiencia:

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde Plataforma de Derecho y Ciencias Sociales

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo