Artes Escénicas
En los años 60 y 70, el arte escénico se caracterizó por la improvisación, la espontaneidad, la interacción con el público y la agitación política. También se convirtió en una de las estrategias favoritas de las artistas feministas -como las Guerrilla Girls, con máscara de gorila, cuya misión era denunciar el sexismo, el racismo y la corrupción, principalmente en el mundo del arte-, así como de artistas de otras partes del mundo. El arte escénico dio voz a cuestiones políticas y sociales en América Latina a finales del siglo XX. Tras la represión de la revolución chilena, los artistas del grupo Avanzada crearon performances que señalaban los abusos del nuevo régimen. Por ejemplo, en 1980 Carlos Leppe se grabó a sí mismo mientras estaba encarcelado con una escayola. Con ello sugería su abuso y confinamiento por parte de la sociedad. Del mismo modo, Diamela Eltit se infligió cortes y magulladuras en un burdel en 1980. A continuación, lavó la acera del exterior mientras se proyectaba el vídeo de su autoabuso en la pared de enfrente del burdel. Con ello aludía a los abusos que aceptan las prostitutas para escapar de la pobreza, al tiempo que sugería la necesidad de limpiar las manchas de una sociedad corrupta.