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Patripasianos

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Patripasianos

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Patripasianos en Relación a Teología

En este contexto, a efectos históricos puede ser de interés lo siguiente: [1] 1. Caracterización de la actitud de los Padres. 2 (se puede repasar algunas de estas cuestiones en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Fuentes. 3. La filosofía en los Padres Apostólicos. 4. La filosofía en los Padres Apologistas. 5. La filosofía en los Padres griegos del siglo IV. 6. La filosofía en los Padres apologistas latinos. 7. La filosofía en los Padres latinos posteriores.
El estudio patrístico -distinto del patrológico: v. I, 1tiene por objeto analizar a los Padres de la Iglesia y demás escritores eclesiásticos en cuanto testigos de la Tradición (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) cristiana en una época especialmente importante por ser inmediatamente posterior a la apostólica. Esa época representó además el salir del cristianismo del ámbito hebreo en que nació para introducirse en el ámbito de la cultura universal y de la greco-romana en particular. Una cuestión se planteó así a los PP., íntimamente vinculada a su tarea de transmitir y dar testimonio de la fe y determinante, por tanto, a la hora de decidir sobre el modo de actuar: ¿qué actitud adoptar frente a las formas propias de la cultura greco-romana, y especialmente frente a la filosofía que expresaba y resumía las adquisiciones que, en su busqueda de la verdad, había alcanzado esa cultura?La importancia de esta cuestión es obvia: en ella influye la posición de fondo que se adopte sobre las relaciones entre fe y razón, cristianismo y cultura; es eso lo que explica los encontrados juicios que afloran en los diversos autores contemporáneos al valorar la época de los PP. (así como los que surgieron en torno a un tema también discutido apasionadamente: la noción de «filosofía cristiana»: V (se puede repasar algunas de estas cuestiones en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). FILOSOFÍA Iv). No es nuestra intención entrar de lleno en todos los problemas que el tema evoca. Nos limitaremos más bien a dar un panorama o visión de conjunto de los PP. estudiándolos desde una perspectiva filosófica, con lo que, aunque sólo sea indirectamente, seofrecerá una cierta respuesta a la cuestión planteada. Para un conocimiento completo de los PP., v. la voz y las dedicadas en particular a cada uno de ellos. Para el análisis de las cuestiones de fondo sobre las relaciones entre fe y razón, V. TEOLOGíA; RAZÓN II; REVELACIÓN IV y FE III, B.
1. La actitud de los Padres. Los PP. buscan la organización del pensamiento y de la vida en conformidad con la Revelación que culmina en Cristo (véase en esta plataforma: REVELACIÓN II-III), asumiendo a partir de ahí los condicionamientos históricoculturales de su momento vital. Es eso, entre otras cosas, lo que les da su particular fisonomía. El carácter dominante y principal de la Patrística, desde la perspectiva filosófica que aquí tratamos, puede ponerse en el encuentro del helenismo con la Revelación cristiana, encuentro que, si bien no se produce -en el terreno filosófico- hasta el siglo II, ya se advierte en los escritos cristianos anteriores (incluso en los mismos apostólicos). Como consecuencia, surgirán unas relaciones entre cristianos (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) y filosofía (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), que pueden reducirse a la apropiación o aceptación y uso de nociones filosóficas en la exposición y defensa de las verdades religiosas y a una toma de postura (indiferencia, admisión o rechazo) frente a la filosofía pagana.
El problema fundamental sería el de determinar si hay conexión entre filosofía helenisticorromana y la de los PP. de la Iglesia (se puede repasar algunas de estas cuestiones en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Frente a concepciones históricas que han exagerado demasiado dicha conexión o, por el contrario, la han declarado inexistente, hoy parece fuera de duda que debe admitirse, pero no como una mera yuxtaposición o mezcla que se ha producido al azar, sino como una real y efectiva «asunción» de la filosofía pagana por el cristianismo, es decir, como un repensamiento de esa filosofía hecho desde la fe, o teniendo en cuenta la fe. Los escritores cristianos expresan el contenido de la Revelación en lenguaje filosófico, pero el sentido de los términos es nuevo: la ya decadente filosofía griega es superada y vitalizada por el contenido profundo del mensaje religioso, que es el que primordialmente interesa a los PP. Aunque el problema continúa debatiéndose luego, alcanzando una especial madurez en el siglo XIII, en el que el tema de las relaciones entre fe y razón, filosofía y teología, fue estudiado y ampliamente clarificado, los PP. presentan ya algunos elementos que pueden servir de base a la solución, o mejor, a una toma de postura de los cristianos ante la filosofía, que por lo general aparece como distinta del cristianismo e inferior a él.
2 (se puede repasar algunas de estas cuestiones en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Fuentes. Refiriéndonos exclusivamente a las fuentes filosóficas, señalemos ante todo que el cristianismo aparece en un escenario histórico-cultural dominado por el platonismo medio, cuyos principales representantes (Gayo, Apuleyo, Albino, etc.) influyen sobre los PP.; influencia que es continuada y profundizada por los neoplatónicos (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) Jámblico, Teodoreto, etc., y especialmente Plotino (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), con sus Enéadas. Se advierten también huellas de algunos neopitagóricos, como Apolonio de Tiana, Numenio, Moderato, etc. Remontándonos hacia atrás, apenas son utilizados los elementos filosóficos procedentes del escepticismo y del epicureísmo, como tampoco los del aristotelismo (aunque hay nociones aristotélicas -esencia, sustancia, naturaleza, etc- que darán mucho juego en las controversias trinitarias y cristológicas). Más abundante e importante es la aportación estoica, algunas de cuyas nociones (el logos, el concepto de sabiduría, las razones seminales) serán muy aprovechadas por los PP.
La mayor influencia es la ejercida por Platón (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) y sus seguidores, aunque no resulte fácil determinar los medios por los que han penetrado en los PP. las expresiones y las teorías platónicas; de todos modos, en Justino, Atenágoras, Eusebio de Cesarea, S. Agustín, etc., hay citas concretas procedentes de obras de Platón: República, Fedón, Fedro, Gorgias, Apología, Critón, Timeo, Leyes, etc.Entre las Líneas En la simpatía de muchos PP. por Platón influyó decisivamente Filón de Alejandría (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), sobre todo con sus especulaciones acerca del logos; aunque esta influencia se mezcla con elementos estoicos y neopitagóricos y se advierte especialmente en la producción de Eusebio de Cesarea, S. Basilio, S. Gregorio Nacianceno y S. Gregorio Niseno (entre los griegos), y en la de S. Ambrosio (entre los latinos).
3. La filosofía en los Padres Apostólicos (se puede repasar algunas de estas cuestiones en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Filosóficamente, los PP. Apostólicos (véase en esta plataforma: PADRES DE LA IGLESIA II) casi no tienen aportaciones positivas; como continuadores de los Apóstoles, sienten en primerísimo lugar la preocupación evangelizadora y, con respecto a la filosofía, adoptan una actitud precavida que a veces se convierte en positivo rechazo, para evitar contaminaciones que alteraran la pureza de la verdad revelada.

▷ En este Día de 18 Mayo (1899): Primera Convención de La Haya
Tal día como hoy de 1899, la primera de una serie de conferencias internacionales que dieron lugar a la Convención de La Haya comenzó en La Haya (Países Bajos). El zar Nicolás II, de Rusia, y el conde Mikhail Nikolayevich Muravyov, su ministro de Asuntos Exteriores, fueron decisivos para iniciar la conferencia. (Imagen de wikimedia del Zar)
Aviso

No obstante, puede señalarse como positivo el hecho de que se mantuvieran fieles en conservar el depósito de la fe, no admitiendo el racionalismo que, ya desde finales del s. I, dio origen a las diferentes formas de gnosticismo (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general).
4. La filosofía en los Padres Apologistas. A partir del siglo II, nuevas circunstancias -aparición de herejías, ataques de los filósofos, intolerancia o persecución de los emperadores romanos, etc- imponen unas nuevas preocupaciones a la actividad de los PP.; ya no pueden limitarse a la exposición y propagación del cristianismo, sino que deben justificarlo y defenderlo. De ahí la expresión Padres Apologistas con que se designa la nueva fase de la Patrística (véase en esta plataforma: PADRES DE LA IGLESIA iII). Una apología era un alegato jurídico en favor de una persona o una obra; en nuestro caso concreto, en favor de la religión cristiana. Los Apologistas y las apologías más notables y abundantes se dan entre los a. 150 y 300.
Con anterioridad al a. 150 debe citarse la Apología de Cuadrato (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), dirigida ca. 125 al emperador Adriano para probar la inocencia de los cristianos y la divinidad de su religión; su base argumentativa (los milagros de Cristo) y ,el hecho de no haber adoptado una actitud personal ante la filosofía pagana hacen que ofrezca escaso interés a nuestro propósito. Más filosófica es la Apología que Arístides Ateniense (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) dirigió a Adriano (117-118) o a Antonino Pío (138-161). Partiendo del movimiento ordenado del universo, esboza una prueba de Dios. Ni los bárbaros, ni los griegos, ni siquiera los judíos han alcanzado un conocimiento verdadero de Dios, sino únicamente los cristianos, que, por lo mismo, se hallan en posesión de la verdad plena y, en consecuencia, tienen derecho a practicarla y propagarla.
Mucho más importante, filosóficamente, es S. Justino (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), apellidado a veces el filósofo. Sin ser un filósofo eminente, Justino plantea un problema básico -el de las relaciones entre filosofía y cristianismo-, y apunta su solución: los filósofos han conocido la verdad fragmentariamente por obra del logos o Verbo, que la siembra en todos los hombres; pero el mismo logos ha revelado la verdad total a los cristianos. La razón, pues, no es contraria a la fe, pero ésta supera a aquélla; la filosofía no es impedimento, sino ayuda para llegar a Dios.

Una Conclusión

En definitiva, eso es lo que Justino buscaba en la filosofía, y lo que puede explicarnos su peregrinar por diferentes sistemas, hasta dar con la verdadera filosofía: el cristianismo. Como ha dicho Gilson, «una religión fundada sobre la fe en una revelación divina se presentaba como capaz de resolver los problemas filosóficos con mejores títulos que la filosofía misma; sus discípulos tenían, pues, derechoa reclamar el título de filósofos, y, puesto que se trataba de la religión cristiana, a declararse filósofos en tanto que cristianos». De ahí la superioridad de la doctrina cristiana; porque «todos los principios justos que los filósofos y los legisladores descubrieron lo deben a lo que encontraron y contemplaron parcialmente en el Verbo. Y por no haber conocido enteramente al Verbo, que es Cristo, se contradijeron con frecuencia a sí mismos» (2° Apol., X,1-3). De este modo, Justino inicia la configuración de lo que se ha llamado «el Platón cristiano», es decir, el conjunto de elementos platónicos que el cristianismo se apropiará, pero depurándolos y dándoles un sentido superior.
En el extremo opuesto se sitúa su discípulo Taciano (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), sirio, el primero que ataca sañudamente a los filósofos, cuyas doctrinas le parecen plagadas de errores y contradicciones.Entre las Líneas En su principal obra, Discurso a los griegos (ca. 170), esgrime el argumento (ya empleado anteriormente) del «robo de los filósofos»: los paganos han tomado de la Biblia numerosas ideas filósoficas, que constituyen lo único bueno de su especulación; en cambio, lo que han descubierto por la sola razón, sin tomarlo de la Biblia, es malo y absurdo. Es Taciano el primero en emplear el argumento de la «contradicción de los filósofos», que luego será ampliamente desarrollado por Hermias. Defiende la posibilidad de conocer la existencia de Dios a partir de las criaturas, y desarrolla también la teoría estoica del logos. Considera el alma dividida en alma propiamente dicha (psyché) y espíritu (pneuma), y se expresa oscuramente acerca de su inmortalidad, pareciendo inclinarse a la mortalidad natural, pero admitiendo también (para salvar el dogma de la resurrección) que el alma tiene, por voluntad divina, capacidad de no morir.Entre las Líneas En su moral juega un papel importante el concepto de conversión: comienzo de la liberación de la materia, como paso previo para el ejercicio ascético.Entre las Líneas En este afán desmaterializador se entrevén ya gérmenes de gnosticismo, que irán desarrollándose poco a poco en Taciano, hasta hacerle terminar en la secta encratita (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) de dicha herejía.
Atenágoras (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) dirige a Marco Aurelio y Cómodo su Súplica en favor de los cristianos (ca. 177), para justificarlos de la acusación de ateísmo. Si Aristóteles y los estoicos fueron ya monoteístas, no parece justo condenar a los cristianos por serlo también. Se advierte, pues, en Atenágoras el reconocimiento de que no hay incompatibilidad entre la filosofía griega y la revelación cristiana, al menos en algunos puntos.

Basado en la experiencia de varios autores, mis opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros lugares de esta plataforma, respecto a las características en 2024 o antes, y el futuro de esta cuestión):

Puntualización

Sin embargo, su actitud ante la filosofía es moderada: ni tan entusiasta como Justino ni tan enemigo como Taciano.Entre las Líneas En este ámbito, opera un franco progreso: distingue claramente la demostración por la razón y la «demostración por la fe», lo cual equivale a definir con bastante exactitud las relaciones entre razón y fe. Es el primero en intentar una demostración de la unicidad de Dios, aunque no eligió una base muy firme (quizá por aferrarse demasiado a poner en Dios cierta espacialidad). A propósito de las relaciones entre razón y fe, es interesante su tratado Sobre la Resurrección, donde encontramos elementos para esclarecer dichas relaciones. Demuestra que la resurrección de los cuerpos no es imposible y lo hace sólo racionalmente, sin recurrir a la resurrección de Cristo. También realiza Atenágoras un progreso en el método apologético, al diferenciar la prueba de la credibilidad (refutación de los argumentos contrarios) y la justificación racional directa de las verdades que se afirman como posibles. El cristianismo se propone la salvación del hombre, y es interesante notar que, para Atenágoras, el hombre es el compuesto humano. Teófilo de Antioquía es el primero que se aparta de la costumbre de dirigir los escritos apologéticos a los emperadores. Su apología Ad Autolycum, en tres libros (ca. 180), va destinada a un particular y se propone justificar su propia conversión. Obra mediocre, contiene algunas nociones y demostraciones de interés, como las relativas a la incomprensibilidad de Dios y la creación ex nihilo. Pone de relieve la inferioridad de la filosofía con respecto al cristianismo y ofrece la novedad de un matiz misional, inédito hasta entonces.
A Hermias el Filósofo se atribuye la breve Sátira sobre los filósofos profanos, compuesta entre finales del siglo II y comienzos del III. Insiste en el tema, ya conocido, de las contradicciones de los filósofos paganos, que contrastan con la seguridad y unidad del cristianismo. La razón, abandonada a sus solas fuerzas, es incapaz de alcanzar la verdad. Hace especial hincapié en las incoherencias y errores en que caían los filósofos cuando se aventuraban a opinar sobre el alma, sobre los primeros principios de la realidad, etc.
5. La filosofía en los Padres griegos del siglo IV. La Patrística griega florece sobre todo después del Conc. de Nicea (325), aunque ya había sido preparada por las figuras importantes que la precedieron, y entre las que cabe destacar a S. Ireneo de Lyon (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), Clemente de Alejandría (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) y Orígenes (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general). Iniciada la creación de escuelas cristianas con finalidad catequética, de ellas saldrán notables escritores que defenderán la verdad revelada y refutarán los errores heréticos. Aunque los PP. griegos del siglo IV son principalmente teólogos y muestran cierta desconfianza con respecto a la filosofía, no son ajenos a la cultura griega, en la que se han formado, y ofrecen valiosos elementos filosóficos (relaciones entre razón y fe, Dios, creación, el hombre, etc.).
a) En la escuela de Cesarea (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), metrópoli de Palestina, que había sido fundada por Orígenes (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), estudiaron S. Gregorio Taumaturgo, Firmiliano de Cesarea y S. Pánfilo, mártir. Discípulo y amigo de este último fue Eusebio de Cesarea (ca. 265-340; v.), gran erudito y bibliófilo; más recopilador que filósofo o escritor genial, ha hecho valiosísimas aportaciones a la historia del cristianismo, y a la de la filosofía, en los primeros siglos de la Iglesia; tiene algunas lagunas y defectos, y a veces se le advierte cierta inclinación al arrianismo, aunque siempre se mantuvo en la ortodoxia. Son interesantes filosóficamente sus obras apologéticas: la Preparación evangélica, contra los paganos, y la Demostración evangélica, contra los judíos, que son justificaciones de la religión cristiana; en ellas hay profusión de textos y citas sobre personajes y doctrinas de la época, que sólo nos han llegado gracias a Eusebio. Pone de relieve la proximidad entre la verdad cristiana y los mejores hallazgos de la filosofía griega, que, para Tertuliano, venía a reducirse a la de Platón, tal como éste se ofrece a través de Plotino. Sostiene que Platón tomó de Moisés bastantes elementos filosóficos, lo cual le permitió atisbar algunas verdades auténticamente cristianas: noción de Dios, misterio de la Trinidad, creación, noción del Verbo como poseedor de las ideas ejemplares, inmortalidad del alma…
b) La escuela de Alejandría (véase en esta plataforma: ALEJANDRÍA VI) extendió su influjo hasta Oriente, donde se fundaron varios centros de estudios, siendo uno de los principales el de Cesarea de Capadocia. Las figuras más destacadas son los llamados PP. Capadocios (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), principales defensores -junto con S. Atanasio- del cristianismo frente a la herejía de Arrio (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general). Bastante semejantes entre sí, aunque con características personales que los diferencian claramente, son más teólogos que filósofos y más místicos que polemistas, lo cual no les quita todo interés filosófico.
S. Basilio (329-379; v.), natural de Cesarea, fue condiscípulo de S. Gregorio Nacianceno. Aparte de su epistolario, rico en detalles reveladores de su carácter íntegro y equilibrado, y de su breve tratado A los jóvenes sobre la manera de sacar provecho de las letras helénicas, en el que da consejos utilísimos al respecto, su obra más notable, de teólogo, es el Adversus Eunomium, refutación aguda del fílosofismo eunomiano (se puede repasar algunas de estas cuestiones en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Filosóficamente, interesa más su conjunto de nueve homilías In Hexaémeron; tomando como base el texto sagrado, explica su concepción filosófica sobre el mundo, en la que inserta las numerosas nociones científicas que poseía, por haber estudiado medicina. Sin pretender elaborar un sistema de filosofía, es valioso su intento de buscar una explicación racional satisfactoria que aclare y allane lo que la Revelación ha transmitido. La naturaleza es obra de Dios, que, sacándola de la nada, la creó con el tiempo. Contra Platón niega la preexistencia de la materia y critica la concepción aristotélica de una materia prima común a todos los seres. Lo que en conjunto ofrece S. Basilio es su visión del mundo, una visión bastante completa y que, en lo esencial, perdurará hasta finales del siglo XIV: habla de los cuatro elementos, con sus cualidades peculiares, que han dado origen a todos los seres; ha dejado también interesantes nociones sobre animales y plantas, tomadas principalmente de Eliano, Opiano y Aristóteles; y, sobre todo, tiene el mérito de haber sido el iniciador de una serie de escritos con fisonomía y estructura peculiares (los In Hexaémeron), que serán muy cultivados en la Edad Media, y en muchos de los cuales se abusará del alegorismo, del que apenas usa S. Basilio.
S. Gregorio Nacianceno (329-390; v.) nació en Arianzo y estudió en Cesarea, Alejandría y Atenas. Es notable su obra Discursos teológicos (homilías XXVII a XXXI, ca. 380), valiosísima exposición del dogma de la Trinidad, que le granjeó el título de Gregorio el Teólogo (se puede repasar algunas de estas cuestiones en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Filosóficamente, el interés de este Padre radica en que nos ha transmitido, en un conjunto sistemático y con exposición clara y elegante, muchas de las nociones ya consagradas en la teología natural. Aunque lucha contra el filosofismo de Eunomio y los intentos de racionalizar el dogma propios del arrianismo (sin poder evitar, a veces, salpicaduras de ese mismo racionalismo), su postura es clara y decididamente religiosa cuando determina la actitud que debe observar el cristiano ante la ciencia humana: como punto de partida insoslayable, la Revelación; a comprenderla ayudará una sólida formación por el estudio de la Escritura. Con esta base, ya se puede hacer uso de la razón humana y someter a reflexión personal todas o casi todas las cuestiones filosóficas y científicas. Sostiene, pues, una posibilidad de conciliar filosofía y fe, aunque defiende la superioridad de esta última. Afirma claramente que la existencia de Dios puede alcanzarse contemplando el orden del mundo; que el mejor modo de acercarnos a su esencia es informarnos de lo que Dios mismo nos ha transmitido sobre ella, mostrándose como un piélago de realidad (pélagos ousías); que los atributos divinos más profundos son la infinitud y la eternidad. Como buen orador que era, hace hondas lucubraciones sobre el papel del Verbo (logos) como revelador del contenido de nuestra fe y sobre la necesidad que el cristiano tiene de transmitir con sus palabras (logoi) esa misma fe y ese mismo Verbo. [rbts name=”teologia”]

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Recursos

Notas y Referencias

  1. Basado parcialmente en el concepto y descripción sobre patripasianos en la Enciclopedia Rialp (f. autorizada), Editorial Rialp, 1991, Madrid

Véase También

Bibliografía

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