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Domingo Báñez

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Domingo Báñez

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Domingo Báñez 1528-1604,… teólogo y filósofo. Su nacimiento tuvo lugar el 29 de febrero de 1528….Entre las Líneas En 1542 fue el joven Báñez a estudiar a Salamanca, y después de cursar las artes en la Universidad, contando entre sus maestros al doctísimo Bartolomé de Torres y a Francisco Miño, ingresó en el convento de San Esteban, donde hizo su profesión el 3 de mayo de 1547.

El momento en que él comienza a influir en las aulas salmantinas coincide con la aparición en ellas de una desviación en la manera de concordar la eficacia de la “gracia” con la libertad. [rtbs name=”libertad”] Báñez salió en defensa de la doctrina tradicional enseñada por San Agustín y Santo Tomás y compartida igualmente por Escoto y sus seguidores. Según ellos, la primacía corresponde siempre y en todo a Dios, a su gracia, eficaz de sí “ab intrínseco”; y la concordia, cualquiera que sea, no puede sacrificar ese primado, principio fundamental de toda teodicea. La libertad de la criatura no es ni puede ser algo absoluto que se substraiga a la primacía divina. Si hay subordinación, como tiene que haberla, ha de ser forzosamente por parte de la criatura. De acuerdo con esto, Báñez, en la última de sus producciones, “De vera et legitima concordia liberi arbitrii cum auxiliis gratiae Dei efficaciter moventis humanam voluntatem” (septiembre de 1600), hace ver cómo la definición de la libertad que da Luis de Molina no es una definición de la libertad “simpliciter, sino secundum quid,” adoleciendo, en consecuencia, de ese vicio todo su concordismo en que se resuelve la solución del problema.

A través de su pluma, la argumentación del dominico se desenvuelve con rigor dentro de los cauces y métodos de los lugares teológicos diseñados por su maestro Cano. El argumento de autoridad, tan propio de la Teología, se entrelaza con el de razón, siendo Báñez uno de los que más ahondaron en estas disciplinas sin caer en los excesos de las sutilezas dialécticas. Su comentario al tratado De Deo y De Trinitate son obras maestras de alta calidad en la materia.

Igualmente, Báñez se esforzó por llevar adelante la depuración del tomismo de sus adherencias nominalistas, labor iniciada por Vitoria y continuada por Cano y otros maestros. Entre ellos nadie sobresalió tanto como Báñez, cuya fidelidad a Santo Tomás la justifica por la que éste procuró tener a los padres y doctores de la Iglesia. «Ego statui per omnia et in omnibus sequi doctrinam Sancti Thomae, quoniam ipse secutus est semper doctrinam sanctorum patrum» (Comment., in 2.2, q. 24, a. 6).

▷ En este Día de 6 Mayo (1882): Ley de Exclusión China
Tal día como hoy de 1882, el presidente estadounidense Chester A. Arthur firma la Ley de Exclusión China, la primera y única ley federal importante que suspende explícitamente la inmigración de una nacionalidad específica. En 1943 tuvo lugar la derogación de esta ley, que fue -como reconoce la Secretaría de Estado americana- una decisión casi totalmente motivada por las exigencias de la Segunda Guerra Mundial, ya que la propaganda japonesa hacía repetidas referencias a la exclusión de los chinos de Estados Unidos con el fin de debilitar los lazos entre Estados Unidos y China, que entonces era su aliada. (Imagen de Wikimedia)

Algunos han calificado esta posición de tomismo rígido o de bañecianismo.Si, Pero: Pero si se tiene en cuenta, por una parte, que la adhesión del teólogo dominico a Santo Tomás se centra preferentemente en los principios, continuando la tarea delicada de la depuración de la teología de la escuela que imperaba en Salamanca y en Alcalá de sus resabios nominalistas, y, por otra, que le tocó actuar en los años en que se inicia la desviación molinista, reconocida por el mismo Molina como contraria o al menos discrepante del Aquinatense en puntos fundamentales de su doctrina, toda posición auténticamente tomista tenía que acentuar las tesis genuinamente del Santo, si quería permanecer fiel a su escuela. El tomismo de Báñez, mejor que de tomismo rígido, debe calificarse de tomismo auténtico, integral químicamente puro, y, desde luego, flexible a los progresos de una teología vital, como lo es la de Santo Tomás, cuya nota de solidez se debe, en gran parte, a su homogeneidad, ya que después de siete siglos, sometida mil veces a prueba, conserva su vigor y lozanía con caracteres de perennidad.

Como escritor Báñez adopta un estilo conciso, enérgico y didáctico, que es el más propio de la Teología, según dice él al comentar el prólogo de la Suma teológica. Su especulación es profunda, precisa y certera; su erudición, selecta, bien asimilada y oportuna. Procura, además, elaborar con el mayor esmero la forma de cuanto escribe, dando a sus producciones un sello personal inconfundible. Con razón pudo afirmar él en el prólogo al lector del tomo primero de sus Comentarios a la Suma: «Sciat [lector] me proprios labores, proprias meditationes, proprio ut ajunt marte elaboratas atque stilo proprio in hoc libro tradere».

Publicó nuestro teólogo dos tomos en folio de Comentarios a la primera parte de la Suma de Santo Tomás (Dios uno, trino, creador y gobernador del mundo), y otros dos a la Secunda secundae (virtudes teologales y prudencia y justicia). De estos cuatro tomos el primero se editó dos veces en Salamanca y cinco en el extranjero (Roma, Venecia –dos veces–, Lyon y Duaci); el segundo, una y tres; el tercero, dos y cinco, y el cuarto, una y tres, respectivamente. A base de manuscritos que quedan de sus lecturas académicas he podido reunir sus comentarios inéditos a la Prima secundae y a la tercera parte de Santo Tomás, para formar con ellos seis volúmenes publicados en estos años. Actualmente está en prensa el último volumen de inéditos referente a la tan debatida materia de auxiliis gratiae.

Escribió también y llegó a publicar unas Institutiones dilecticae, que alcanzaron tres ediciones, y un comentario a los libros De generatione et corruptione, impresos cuatro veces, ambas obras fruto de su enseñanza durante el profesorado en artes.

La influencia ejercida por él mediante estos libros, tanto en España como fuera de ella, fue singular, debido, principalmente, a los escritos teológicos, que hoy se buscan con afán y se cotizan a altos precios.

La función de teólogo especulativo, tan intensamente ejercida, no agotaba las virtualidades de que estaba dotado este hombre genial. Su intelectualismo, puesto en contacto por abstracción con las altas verdades del dogma y de la moral, sabía descender cuando era preciso al terreno práctico para orientar con su magisterio, a las almas en la senda difícil de la vida mística. Lo demostró palpablemente en la acertada dirección prestada a Santa Teresa de Jesús. Sus relaciones con ella fueron entonces y siguen siendo hoy enseñanza aleccionadora para penetrar en la vida íntima de este gran teólogo. El aplomo con que decide sobre puntos delicados en que tantos otros habían vacilado o errado manifiestamente acredita su dominio en la materia, al mismo tiempo que el carisma de discreción de espíritu de que estaba dotado. Y su decisión no es autoritaria, sino razonada, capaz de vencer la resistencia de los contrarios. Por eso, la Santa, que, aunque mujer de gran corazón, pensaba con la cabeza, se rendía a sus palabras y con ellas se disipaban sus temores.

Basado en la experiencia de varios autores, mis opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros lugares de esta plataforma, respecto a las características en 2024 o antes, y el futuro de esta cuestión):

Marcel Lépée, después de escribir un libro de cerca de 600 páginas sobre El realismo cristiano de Santa Teresa (París, 1947), ha creído necesario completarlo con otro estudio aparte titulado Báñez y Santa Teresa (París, 1947).Entre las Líneas En él hace resaltar las coincidencias y la compenetración de estas dos almas gemelas, que la Providencia hizo que se encontrasen en los caminos de la vida para la realización de sus altos planes. El dominio de las verdades [671] teológicas, no solo en el orden especulativo, sino vividas por él como hombre espiritual, le permitió seguir a la Santa en su vuelo hacia la unión mística y guiarla con la seguridad y prudencia de que dan testimonio los encarecimientos con que suele referirlos la misma madre Teresa.

El padre Silverio, el primer teresiano de nuestros tiempos, ha podido escribir de Báñez, como director espiritual de Santa Teresa, estas expresivas líneas: «No solo fue el padre Báñez talento privilegiado y teólogo doctísimo, sino religioso de mucho espíritu y muy mortificado, muy discreto en aconsejar, y con las prendas que más halagaban a la Santa para entregarle su alma. Y se la entregó por completo durante muchos años a este aventajado discípulo de Santo Tomás, el cual, con el brillo de sus luces teológicas, que tan peregrino atractivo y embeleso ejercían en la Santa, iluminó los senos de la inteligencia teresiana, la llevó con gran seguridad por los intrincados y enmarañados senderos de la mística, defendió su espíritu y sus escritos con la autoridad incontrastable de su ciencia maciza contra todos sus detractores en el Santo Tribunal de la Inquisición, salvó de irremediable ruina la Reforma en su misma cuna, fue amigo, consejero y protector constante de ella y mereció ser una de las personas más queridas de la Seráfica madre y que más adentro se introdujeron en su corazón para no salir del en los días de su vida».

Obras

Comentarios a Santo Tomás: Scholástica commentaria in priman partem Angelici doctoris D. Thomae. 2 vols. 1584-88; De fide, spe, et charitate, 1584 (Comentarios a la Secunda secundae), De iure et iustitia decisiones, 1594 (Comentarios a la Secunda secundae). Tratados teológicos. Apología fratrum Praedicatorum in provincis Hispaniae sacrae Theologia professorum, adversus quasdam novas assertiones cuiusdam doctoris Ludovici Molina nuncupati, theologi de Societate Jesu, quas defendit in suo libello cui titulum inscripsit Concordia liberi arbitrii cum gratiae donis divina prescientica, providentia, praedestinatione et reprobatione, et adversus alios eiusdem novae doctrina sectatores ac defensores eadem Societate, 3 partes (en colaboración con otros autores de la Orden), 1595; Relectio de merito et augmento charitatis, 1590. Comentarios a Aristóteles: Commentaria et quaestiones in duos Aristotelis Stagyritae de generatione et corruptione libros, 1585. Obra lógica: Institutiones minoris Dialectica quas Summulas commentaria… por L. Urbano, M., 1934 y sigs. (Biblioteca de Tomistas Españoles VIII). Comentarios inéditos a la Prima secundae de Santo Tomás, por V (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Beltrán de Heredia, 3 vols., M., 1942-48 (Biblioteca de Teólogos Españoles, IX, XI y XIV).

Fuente: “Domingo Bañez”, Enciclopedia de la Cultura Española, Editora Nacional, tomo 1, páginas 669-671.

Véase También

Luis de Molina
Tomás de Aquino
Tomismo
Derecho Natural
Escuela de Derecho Natural

Bibliografía

Beltrán de Heredia ha publicado desde 1922 en «La Ciencia Tomista», varios estudios sobre Báñez. Los principales son: Actuación del maestro Domingo Báñez en la Universidad de Salamanca, en «La Ciencia Tomista», 25 (1922), págs. 64-78 y 208-240; 26 (1922), págs. 199-223; 27 (1923), págs. 35-38 y 361-374; 28 (1923), págs. 36-47. El maestro Báñez y la Inquisición, en «La Ciencia Tomista, 37 (1928), págs. 289-309; 38 (1928), págs. 35-58 y 171-186; Valor doctrinal de las lecturas del padre Báñez, en «La Ciencia Tomista», 39 (1928), págs. 60-81; el maestro Báñez (su fromación académica), en «La Ciencia Tomista», 47 (1933, págs. 26-39 y 162-179; Colunga, A.; Ideas de Báñez sobre la Sagrada Escritura, en «La Ciencia Tomista» 37 (1928), págs. 1-17; Lépée, M., Báñez et Sainte Thérèse, París, 1947. Javierre Ortas, J. M., La razón en Teología, según Domingo Báñez, en «La Ciencia Tomista», 76 (1949), págs. 258-297; Garibay, E., Memorias, Ed. de la Academia de la Historia, en «Memorial histórico español», t. VII, M.. 1854, pág. 41; Puente, O. P., J. de la. De la conveniencia de las dos monarquías católicas, M., 1612, pág. 79; Santa Teresa, O. C. D. Silverio de, Historia del Carmen Descalzo en España, Portugal y América, t. II, Burgos, 1935, págs. 181-182.

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