▷ Sabiduría mensual que puede leer en pocos minutos. Añada nuestra revista gratuita a su bandeja de entrada.

Asignación de Recursos

▷ Regístrate Gratis a Nuestra Revista

Algunos beneficios de registrarse en nuestra revista:

  • El registro te permite consultar todos los contenidos y archivos de Lawi desde nuestra página web y aplicaciones móviles, incluyendo la app de Substack.
  • Registro (suscripción) gratis, en 1 solo paso.
  • Sin publicidad ni ad tracking. Y puedes cancelar cuando quieras.
  • Sin necesidad de recordar contraseñas: con un link ya podrás acceder a todos los contenidos.
  • Valoramos tu tiempo: Recibirás sólo 1 número de la revista al mes, con un resumen de lo último, para que no te pierdas nada importante
  • El contenido de este sitio es obra de 23 autores. Tu registro es una forma de sentirse valorados.

Asignación de Recursos

Este elemento es una ampliación de los cursos y guías de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y análisis sobre este tema.

🙂 ▷ Ciencias Sociales y Humanas » Inicio de la Plataforma Digital » Z A » Asignación de Recursos
Nota: Consulte también la información relacionada con Asignación Óptima de Recursos.

Visualización Jerárquica de Asignación de recursos

Economía > Política económica > Política económica
Economía > Contabilidad nacional > Renta > Redistribución de la renta

A continuación se examinará el significado.

¿Cómo se define? Concepto de Asignación de recursos

Véase la definición de Asignación de recursos en el diccionario.

[rtbs name=”home-economia”]Cómo se distribuyen los diferentes recursos sociales y materiales entre los grupos sociales u otros elementos de la sociedad y cómo son empleados por ellos.

Revisor: Lawrence

El Papel del Mecanismo de Precios en la Asignación de Recursos

El mecanismo de los precios es una característica fundamental de las economías de mercado. Se refiere a la forma en que los precios se determinan por la relación entre la oferta y la demanda, produciendo un precio de equilibrio, o de equilibrio del mercado, en el que la cantidad ofrecida será igual a la cantidad demandada. En pocas palabras, cuando la oferta de un bien disminuye (la curva de la oferta se desplaza hacia la izquierda) o cuando la demanda de un bien aumenta (la curva de la demanda se desplaza hacia la derecha), y todos los demás factores permanecen inalterados, el precio de equilibrio aumenta, aunque la cantidad de equilibrio (la cantidad demandada a un precio de equilibrio determinado) disminuye en el primer caso y aumenta en el segundo. Por el contrario, cuando la oferta aumenta (la curva de la oferta se desplaza hacia la derecha) o la demanda disminuye (la curva de la demanda se desplaza hacia la izquierda) y todos los demás factores permanecen inalterados, el precio de equilibrio disminuye, aunque la cantidad de equilibrio aumenta en el primer caso y disminuye en el segundo.

Los economistas atribuyen al mecanismo de los precios tres funciones: señalización, incentivo y racionamiento. La señalización se refiere al modo en que los precios informan a las empresas y a los consumidores sobre el valor relativo de los bienes. El uso de la señalización es un pilar de la economía de libre mercado y está estrechamente relacionado con las otras dos funciones. El incentivo se refiere a la forma en que los precios motivan a las empresas a producir, y a los consumidores a comprar, más o menos de un producto. El racionamiento de los precios es el proceso por el que el acceso a los recursos escasos se regula mediante las fluctuaciones de los precios.

En resumen, el mecanismo de los precios regula la asignación de recursos haciendo que éstos sean menos costosos cuando son abundantes y más caros cuando son escasos. Así, los economistas consideran que el mecanismo de los precios es el medio más eficaz para determinar la respuesta al problema económico básico de qué producir, cuánto producir y para quién producir. Las funciones de señalización e incentivo ayudan a los productores a determinar qué y cuánto producir, mientras que la función de racionamiento determina quién compra los bienes producidos.

Antecedentes históricos

Los antiguos griegos: Hesíodo y la escasez económica

Hesíodo fue un poeta griego del siglo VIII a.C. que, según algunos, fue el primer economista. Casi la mitad de su poema épico Los trabajos y los días está dedicada a tratar el tema de la escasez. En el poema, Hesíodo contrasta la vida en una Grecia centenaria con una mítica Edad de Oro en la que todas las necesidades estaban cubiertas y no había escasez. Cuando la Edad de Oro terminó, los recursos se volvieron finitos y la sociedad tuvo que descubrir o desarrollar formas de asignar el trabajo y los bienes.
Hesíodo creía que la sociedad podía adaptarse a la escasez utilizando eficazmente la tierra, el trabajo y el capital. Las normas sociales que fomentaban el trabajo y la sana competencia garantizarían que toda la sociedad contribuyera a la producción de los bienes necesarios.

Hesíodo creía que, en una sociedad legítima y justa, un mercado abierto con libre comercio y competencia podría abordar positivamente los problemas de escasez, al tiempo que desalentaría el uso ineficiente o despilfarrador de los recursos, como el robo o la guerra.

Adam Smith y el argumento a favor de las economías de mercado

En An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations (1776), el filósofo y economista escocés Adam Smith (1723-1790) explica en términos económicos lo que Hesíodo había sugerido milenios antes: que una economía de libre mercado guía a las personas a tomar decisiones que benefician a toda la sociedad, incluso cuando actúan en su propio interés. Un precio elevado de, por ejemplo, el trigo, anima a los consumidores a comprar sustitutos de menor precio, como el centeno, al tiempo que anima a los agricultores a cultivar más trigo. Los precios bajos de, por ejemplo, los huevos de gallina, animan a los consumidores a comprar más huevos de gallina, al tiempo que desaniman a los agricultores a producir más huevos. Así, al fomentar las acciones basadas en el interés propio y el deseo de obtener beneficios, el mecanismo de los precios garantiza la distribución más eficiente de los recursos. Smith consideraba que este sistema se autorregulaba y creía que el gobierno no debía interferir en él imponiendo regulaciones o controles.

▷ En este Día de 5 Mayo (1862): Victoria mexicana en la Batalla de Puebla
Tal día como hoy de 1862, México repelió a las fuerzas francesas de Napoleón III en la Batalla de Puebla, una victoria que se convirtió en símbolo de resistencia a la dominación extranjera y que ahora se celebra como fiesta nacional, el Cinco de Mayo. (Imagen de Wikimedia)

Aunque se atribuye a Smith la introducción de las ideas básicas de la función de señalización, incentivación y racionamiento de los precios, fueron sus seguidores, los llamados economistas neoclásicos de los siglos XIX y XX, quienes aplicaron el concepto del mecanismo de los precios al problema de la escasez generalizada de recursos. Pensadores neoclásicos como el economista francés Léon Walras (1834-1910) y el economista inglés William Stanley Jevons (1835-1882) sostenían que la escasez era un hecho universal porque las necesidades y deseos humanos siempre superarían la oferta de recursos disponibles. Estos economistas neoclásicos fueron de los primeros en subrayar el problema económico básico de qué producir, cuánto producir y para quién producir. Al igual que Smith, sugirieron que, en una economía de mercado, el interés propio racional lleva tanto a los productores como a los consumidores a maximizar la utilidad (beneficios en el caso de los productores y satisfacción en el caso de los consumidores) que reciben a través de las transacciones económicas tomando decisiones cuidadosas e informadas (a través del mecanismo de los precios) sobre qué producir o consumir. Esto, a su vez, garantiza que todos los recursos se destinen a su uso más beneficioso, o de máxima utilidad.

Los economistas neoclásicos utilizaron el concepto del mecanismo de los precios para abogar por un mercado libre con una intervención mínima del gobierno. Sugirieron que el mecanismo de los precios corregiría en última instancia cualquier uso ineficiente de los recursos y que las regulaciones o la supervisión del gobierno, incluidos los impuestos o las subvenciones (pagos o ayudas no monetarias a industrias, empresas o grupos específicos), pueden oscurecer las señales enviadas por los precios del mercado.

Sin embargo, a principios del siglo XX, algunos economistas empezaron a criticar lo que consideraban un exceso de confianza en la idea de que el mecanismo de los precios garantizará siempre la asignación más eficiente de los recursos. Argumentaban que esto sólo es cierto en mercados caracterizados por la “competencia perfecta”, en los que ninguna empresa tiene suficiente poder de mercado para influir en los precios, y por la “información perfecta”, en la que las empresas y los consumidores siempre tienen toda la información que necesitan para realizar intercambios mutuamente beneficiosos.

En el mundo real, estos críticos sugieren que el mercado puede fallar debido a una serie de factores, como los monopolios (en los que una sola empresa domina todo un mercado), los costes de transacción (costes asociados a la realización de una transacción económica, como el tiempo y el esfuerzo necesarios para determinar el precio de mercado de los bienes), la información asimétrica (cuando una de las partes de un comercio tiene más información que la otra) y las externalidades (costes o beneficios en los que incurren las partes no implicadas en la acción trans, como el coste para la sociedad de limpiar la contaminación industrial o el beneficio para la sociedad de una ciudadanía educada). Estos fallos dan lugar a ineficiencias que no son corregidas por el mecanismo de los precios.

El siglo XX: Friedrich August Hayek vs. John Maynard Keynes

Las diferencias entre el pensamiento económico del economista británico John Maynard Keynes (1883-1946) y el economista austriaco Friedrich August Hayek (1899-1992) suscitaron uno de los debates económicos más importantes del siglo XX y principios del XXI y demostraron que el mecanismo de los precios no sólo afecta a la microeconomía (como en los ejemplos anteriores de los precios del trigo y los huevos), sino también a la macroeconomía.

Keynes argumentó que los precios son a menudo “pegajosos”, lo que significa que no se ajustan en respuesta a cambios rápidos o inesperados en la oferta o la demanda (conocidos como shocks). Para ilustrar su argumento, Keynes utilizó el ejemplo del desempleo durante la Gran Depresión (1929-1939).

Según la teoría económica clásica, el aumento de la oferta de mano de obra en busca de trabajo debería haber provocado la caída de los costes laborales (salarios) hasta su nivel de equilibrio, o de compensación del mercado, en el que todos los que querían un trabajo habrían estado empleados (aunque con salarios nominales más bajos que antes de que comenzara la Gran Depresión). De hecho, Keynes señaló que los salarios no cayeron, sino que se mostraron rígidos, como resultado de los estrictos contratos de trabajo y de la incapacidad de asociar los cambios en los salarios nominales con los cambios en los precios. Como los precios de la mano de obra (los salarios) se mantuvieron altos, la cantidad de mano de obra suministrada superó la demanda de la misma, y se produjo un desempleo generalizado, que alcanzó el 30% en algunos lugares. En otras palabras, los recursos (mano de obra) estaban infrautilizados.

Keynes creía que, en los casos en que el mecanismo de los precios no lograba corregir las ineficiencias del mercado, los gobiernos tenían la responsabilidad de intervenir. Abogaba por el uso de la política fiscal (ajustes en los impuestos y el gasto) para aumentar el consumo y la demanda de trabajo. Las políticas de Keynes fueron adoptadas por gobiernos de todo el mundo y se les atribuyó el mérito de haber ayudado a sacar a las economías estancadas de la Gran Depresión, aunque más tarde se descubrió que habían sido secundarias a los cambios en la política monetaria (ajustes de la oferta monetaria).

Hayek fue uno de los primeros en oponerse firmemente a las teorías de Keynes. Al igual que los economistas neoclásicos con los que a veces se le asocia, Hayek creía que el mecanismo de los precios asignará los recursos de forma eficiente siempre que no haya fuerzas externas (como la intervención del gobierno) que distorsionen las señales que envían los precios. En opinión de Hayek, la función de señalización del mecanismo de precios es el componente crucial para una asignación eficiente de los recursos. Sostuvo que los participantes en el mercado sólo tienen un conocimiento limitado de todos los complejos factores que contribuyen al precio de un bien, pero que las señales de los precios les dan suficiente información para tomar decisiones racionales

Según Hayek, el proceso, a veces doloroso, por el que los mercados libres se ajustan a las realidades de la oferta y la demanda representa un sistema de conocimiento y descubrimiento que nunca puede ser superado por un individuo o un pequeño grupo, como los planificadores económicos del gobierno. En su argumento contra la intervención gubernamental en la asignación de recursos, señaló el fracaso de las políticas colectivistas de la Alemania nazi y la Unión Soviética tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

Cuestiones y repercusiones

Exactitud de las señales e incentivos del mercado

Como subrayó Hayek, los precios son señales que transmiten información fundamental tanto a los compradores como a los vendedores. Un precio representa la amalgama de los miles de millones de decisiones que los productores y consumidores toman cada día y proporciona un valioso método para evaluar el mercado. Cuando los productores y los consumidores reciben señales precisas del mercado, es más probable que éste alcance el equilibrio y que ambas partes de la transacción reciban la máxima satisfacción.

Cuando el precio de un bien se encuentra en el equilibrio del mercado, los productores están suministrando los bienes que los consumidores demandan en la cantidad exacta necesaria para despejar el mercado (es decir, venden toda la mercancía disponible sin tener que bajar los precios para aumentar las ventas). Por ejemplo, un agricultor de manzanas planta un número determinado de árboles que cree que producirá la cantidad exacta de manzanas que los consumidores están dispuestos y pueden comprarle al precio vigente en el mercado. Si ella y todos los demás manzaneros de su mercado producen una cantidad de manzanas superior a la que los consumidores comprarán al precio de mercado, el mercado tendrá un excedente de manzanas, lo que obligará a los comerciantes a bajar el precio de las manzanas frescas para vender la oferta restante. La reducción del precio significa que los productores menos eficientes no obtendrán beneficios, lo que les inducirá a desplazar recursos (como la tierra y la mano de obra) hacia otras actividades (quizás las fresas). Esto, a su vez, reducirá la oferta de manzanas, devolviendo el mercado a su punto de equilibrio.

Basado en la experiencia de varios autores, mis opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros lugares de esta plataforma, respecto a las características en 2024 o antes, y el futuro de esta cuestión):

Además de proporcionar la información que los productores necesitan para responder a las preguntas básicas de qué producir, cuánto producir y para quién producir, los precios incentivan a los productores a modificar su comportamiento. En Estados Unidos, por ejemplo, el aumento de los precios mundiales del petróleo a principios del siglo XXI indicó a los productores no sólo que la demanda había aumentado, sino también que podían obtener beneficios aumentando su producción. El incentivo de los beneficios llevó a las empresas petroleras nacionales a aumentar la producción de menos de 5 millones de barriles diarios en 2011 a casi 8 millones de barriles diarios en 2013, el mayor índice de producción nacional desde 1989. Los beneficios de las empresas petroleras y gasistas estadounidenses experimentaron un aumento similar, superando los 33.000 millones de dólares en 2013, un incremento del 53% respecto al año anterior. En 2014, sin embargo, el aumento de la oferta de petróleo había provocado un descenso de los precios. Ese año, el precio cayó de 115 dólares por barril en junio a menos de 95 dólares por barril en octubre, lo que sugería que los productores responderían reduciendo la producción.

Distorsiones del mecanismo de precios

El mecanismo de precios no siempre envía señales precisas, y muchas acciones pueden distorsionarlas. Las señales de los precios suelen estar distorsionadas por las intervenciones de los gobiernos, como los controles de precios, las subvenciones o los impuestos; las prácticas anticompetitivas que hacen que un pequeño número de empresas o un único productor ejerzan el control de los precios; u otros fallos del mercado, como las burbujas de activos.

Los gobiernos intervienen a veces cuando se considera que los precios son demasiado elevados para que el público en general pueda pagarlos o demasiado bajos para mantener los beneficios de industrias importantes. Algunos economistas califican esto de manipulación innecesaria y peligrosa del mecanismo de los precios y lo consideran un ejemplo de cómo los políticos buscan formas de conservar el poder complaciendo a los votantes sin tener en cuenta el funcionamiento eficiente de la economía. Sin embargo, los gobiernos a veces establecen techos o suelos de precios, un precio máximo o mínimo que el vendedor de un determinado bien o servicio puede cobrar.

Esto distorsiona la señal de precios al imponer un límite artificial por encima o por debajo del cual el precio no reflejará el punto de equilibrio entre la oferta y la demanda. Por ejemplo, un límite de precio para el gasóleo de calefacción puede significar que el precio no subirá lo suficiente como para que los consumidores racionen, o limiten su consumo, a medida que la oferta de gasóleo disminuye. Además, las compañías petroleras no se sienten incentivadas a producir más petróleo, porque sus márgenes de beneficio están limitados por el techo de precios. Cuando el consumo sigue siendo elevado, pero los productores producen menos debido a un precio artificialmente bajo, puede producirse una escasez.

El mecanismo de los precios también puede verse distorsionado por las subvenciones (dinero u otras ayudas que un gobierno concede a una empresa o industria para ayudar a compensar los costes de producción). Al reducir efectivamente el coste neto de producción de un bien, las subvenciones permiten a las empresas cobrar precios inferiores a los del mercado sin sufrir ninguna pérdida de bienestar. Esto conduce a la reducción de la competencia y puede crear monopolios (un tipo de fallo del mercado). Muchos países en desarrollo, por ejemplo, se quejan de que las subvenciones agrícolas en Estados Unidos y Europa crean precios artificialmente bajos que limitan la capacidad de los agricultores nacionales para competir con los productos importados. Las subvenciones también incentivan a los agricultores a producir una cantidad superior a la que demanda el mercado, fomentando así un uso ineficaz de la tierra y otros recursos que, de otro modo, podrían utilizarse para producir bienes con mayor demanda.

Sin competencia, los monopolios u oligopolios (en los que sólo unas pocas empresas proporcionan los bienes en un mercado) pueden restringir la producción para hacer subir los precios y maximizar los beneficios. Los precios elevados envían a los consumidores señales distorsionadas sobre la escasez de recursos, lo que les lleva a racionar los recursos que de otro modo podrían venderse en el mercado competitivo en beneficio tanto de los productores como de los consumidores. Los monopolios y los oligopolios también tienen un comportamiento de búsqueda de rentas, lo que significa que invertirán parte de sus ingresos en esfuerzos para obtener el favor político y establecer barreras de entrada (como regulaciones o patentes), que prohíben o limitan la competencia de otras empresas. Esto da lugar a una asignación ineficiente de los recursos, ya que el tiempo, el dinero y el esfuerzo dedicados a perseguir las medidas anticompetitivas podrían haberse dedicado a la producción de bienes, a la contratación de más trabajadores o a la inversión en maquinaria más eficiente.

Burbujas de activos

Uno de los peligros más importantes de las señales de precios distorsionadas es una burbuja de precios, un periodo de crecimiento insostenible del precio de los activos (normalmente en el mercado de valores o en el inmobiliario). Durante una burbuja de precios inmobiliarios, por ejemplo, un aumento repentino de la demanda de viviendas (a menudo provocado por los bajos tipos de interés reales) hace subir el precio de equilibrio de las viviendas, lo que supone un incentivo para que los constructores aumenten la oferta y para que los posibles compradores adquieran viviendas en previsión de precios más altos en el futuro. En este entorno, los consumidores pueden pedir prestadas sumas que no pueden pagar, y los constructores de viviendas pueden producir una cantidad de casas mayor de la necesaria.

Finalmente, el aumento de precios es imposible de mantener; el precio crece tanto que los consumidores ya no pueden permitírselo. La burbuja estalla, y el exceso de viviendas provoca un rápido descenso de los precios. Muchos propietarios se encuentran en posesión de una vivienda que ahora vale menos de lo que pagaron por ella, y si quieren venderla, tienen que hacerlo con pérdidas y a menudo por menos de su hipoteca (la cantidad que aún deben a su prestamista). Los prestamistas suelen tener que ejecutar la hipoteca (recuperar los pagos perdidos tomando posesión de la propiedad hipotecada). Un alto índice de ejecuciones hipotecarias puede hacer bajar aún más los precios, continuando el ciclo descendente. Esto puede dar lugar a una pérdida masiva de riqueza y puede disminuir el de mand agregado (la demanda en toda la economía), lo que lleva a un aumento del desempleo e incluso a la recesión.

La crisis financiera de 2007-2009, por ejemplo, comenzó con el estallido de una burbuja inmobiliaria en Estados Unidos a finales de 2007. Burbujas similares estallaron en Grecia, Italia, España y otros países a lo largo de 2008 y 2009, contribuyendo a la recesión financiera mundial conocida como la Gran Recesión.

Implicaciones futuras

En condiciones de competencia perfecta, el mecanismo de los precios garantiza la asignación más eficiente de los recursos en beneficio de los individuos y la sociedad; las empresas maximizan los beneficios y se satisfacen las necesidades y los deseos de los consumidores. Sin embargo, debido a los fallos del mercado y a las políticas gubernamentales distorsionadoras, el mecanismo de precios a menudo no proporciona a los participantes en el mercado la información que necesitan para tomar decisiones que maximicen la utilidad. Por ello, a principios del siglo XXI, la mayoría de los países ricos (de alta renta per cápita) tienen economías mixtas que combinan los principios del libre mercado con una intervención gubernamental limitada ante los fallos o ineficiencias del mercado.

Sin embargo, dado que el nivel de intervención en cada economía varía, las funciones de señalización, incentivación y racionamiento del mecanismo de precios son cada vez más difíciles de aplicar en toda la economía mundial. Lo que puede considerarse una manipulación ilegal de los precios en un país puede ser fomentado o incluso sancionado en otro. Una distorsión de la señal de precios en forma de subvención en un país puede considerarse como la creación de una red de seguridad pública crítica en otro. Estas grandes diferencias en las políticas ecológicas introducen distorsiones de precios a escala mundial que deben considerarse detenidamente para maximizar los beneficios de la producción y el consumo internacionales.

Datos verificados por: Sam
[rtbs name=”ciencia-economica”] [rtbs name=”pensamiento-economico”]

Distorsiones de los precios agrícolas en Asia, África subsahariana y América Latina

Durante décadas, los ingresos de la agricultura en muchos países en desarrollo se han visto deprimidos debido a un sesgo pro-urbano y anti-agrícola en las políticas del propio país y porque los gobiernos de los países más acomodados favorecen a sus agricultores imponiendo barreras a la importación y proporcionando subsidios. Estas políticas han reducido el bienestar económico nacional y mundial, han inhibido el crecimiento económico y han agravado la desigualdad y la pobreza, ya que no menos de tres cuartas partes de los mil millones de personas más pobres del mundo dependen directa o indirectamente de la agricultura para su subsistencia (Banco Mundial 2007). El objetivo de parte de la literatura es esbozar el marco analítico y la metodología empírica común adoptada en los estudios de caso globales y nacionales que se presentan en los capítulos siguientes, resumir y comparar los resultados de los modelos globales y nacionales y extraer algunas implicaciones políticas generales. Las conclusiones se basan en varios trabajos en los que se utiliza un modelo mundial para examinar los efectos de las políticas comerciales y de precios agrícolas y no agrícolas en la pobreza mundial y en la distribución de la pobreza dentro y entre muchos de los países identificados, además de numereosos estudios individuales de países en desarrollo que abarcan las tres regiones clave: Asia (donde viven casi dos tercios de los pobres del mundo), África subsahariana y América Latina.
[rtbs name=”principios-de-economia”]

Asignación de Recursos en el Ámbito Económico-Empresarial

En el Contexto de: Asignaciones

Véase una definición de asignación de recursos en el diccionario y también más información relativa a asignación de recursos.

Características de Asignación de recursos

[sc name=”empresa-y-economia”][/sc] [sc name=”economia”][/sc]

Recursos

Traducción de Asignación de recursos

Inglés: Allocation of resources
Francés: Allocation des ressources
Alemán: Mittelgewährung
Italiano: Distribuzione delle risorse
Portugués: Afetação de recursos
Polaco: Alokacja zasobów

Tesauro de Asignación de recursos

Economía > Política económica > Política económica > Asignación de recursos
Economía > Contabilidad nacional > Renta > Redistribución de la renta > Asignación de recursos

Véase También

Oferta agregada
Demanda agregada
Inflación
Desempleo
Fracaso del mercado
Política monetaria
Monopolio
Oligopolio
Competición perfecta
Controles de precios
Escasez
Subvenciones
Oferta
Demanda
Equilibrio
Precios

▷ Esperamos que haya sido de utilidad. Si conoce a alguien que pueda estar interesado en este tema, por favor comparta con él/ella este contenido. Es la mejor forma de ayudar al Proyecto Lawi.

2 comentarios en «Asignación de Recursos»

Foro de la Comunidad: ¿Estás satisfecho con tu experiencia? Por favor, sugiere ideas para ampliar o mejorar el contenido, o cómo ha sido tu experiencia:

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde Plataforma de Derecho y Ciencias Sociales

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo