Oposición Política
Este elemento es una ampliación de los cursos y guías de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y análisis sobre este tema.
Elementos de Oposición Política
Descripción y definición de Oposición Política aparecidas en el diccionario de derecho procesal constitucional y convencional (2014), escrito por César Landa Arroyo y publicado por el Poder Judicial de la Federación (mexicana) y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): La oposición política ha sido definida usualmente como un elemento funcional más del sistema, no solamente cuando aparece tratada en el contexto de tópicos globales, sino también cuando integra el objeto del estudio casuístico de los sistemas políticos de los países en los que ésta se ha convertido en pilar de la institucionalidad.
Puntualización
Sin embargo, independientemente de que la oposición política sea un concepto que brota directamente de la acción política, puede señalarse que ella es producto del conflicto social y, por lo tanto, se encuentra estrechamente ligada a la teoría y praxis del Estado democrático, sistema que ante la evidencia del conflicto social históricamente ha reconocido su inevitabilidad, incorporándolo y regulándolo.
La traslación en el plano jurídico-político del reconocimiento del conflicto —que es un rasgo distintivo de los sistemas democráticos— se ha concretado en la institucionalización de la oposición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).
Aviso
No obstante, aun cuando dicho reconocimiento atenúe el conflicto de intereses, también desnaturaliza su inicial fuerza contralora de los excesos del poder, sobre todo cuando los supuestos legitimadores de la democracia son soslayados por los mecanismos procedimentales del sistema representativo. Así, la oposición, desprovista de sustancia, coincide en la praxis política y, en los estudios teóricos, con el sistema de partidos o con su función en el Parlamento.
Autoridad
Pero convertir a la oposición en un elemento funcional al sistema hace perder de vista su sentido en relación con la autoridad. Antes bien, el proceso de retroalimentación del sistema podría conducir a la absorción (véase su concepto jurídico) de la oposición, a su disolución en el seno de la autoridad y, por consiguiente, a su inoperancia como oposición al poder. Estos supuestos son los que convalidan las tesis consensuales de la democracia, lo que es contrario a los principios históricos y doctrinales que dieron origen al sistema democrático: la tolerancia y el pluralismo.
Los rasgos básicos de la oposición política contemporánea son consecuencia de la praxis política liberal del poder que se ve imposibilitada, en el plano teórico y práctico, de abordar adecuadamente el hecho social de la oposición y que, de alguna manera, constituye un caso límite a su propia racionalidad formal y a su ciencia empírico-analítica, incapaz de analizar sustancialmente un fenómeno que explica su propia existencia política.
Oposición Ideológica o Discrepante
Dado que la oposición es siempre contraría al poder, de la praxis política han surgido dos tipos de oposición: una ideológica o contra el sistema, que niega los supuestos legitimadores del poder, y otra discrepante o en el sistema, que sobre la base de aceptar dichos supuestos discrepa del ejercicio práctico del mismo. Tales formas de oposición, como productos de la praxis política, se han configurado en un proceso histórico determinado. Al respecto, a partir de que el pueblo se convierte en sujeto de la historia, la oposición va adquiriendo un espacio propio en la praxis política. Esto significa que el binomio poder-oposición expresa históricamente el conflicto permanente entre la autoridad y la libertad, conflicto que se origina a partir de una forma específica de legitimidad de la comunidad política y que en ningún caso se trata de una relación abstracta e intemporal.
Ahora bien, la fuente de interpretación de la relación dialéctica entre el poder y la oposición se remonta a la autoconciencia de legitimidad, en virtud de la cual se transita desde una concepción de necesidad divina del poder a una concepción de necesidad antropológica. Efectivamente, con la aparición de las pretensiones de libertad e igualdad como derechos innatos del hombre, la categoría de legitimidad se funda en los pactos políticos entre el pueblo y su gobernante. Y si el poder se justifica social y políticamente en dichos pactos, lo mismo puede sostenerse respecto a la base legitimadora de la oposición.
Derecho de Resistencia
Así, el antecedente de la oposición, como correlato del poder, se halla en la institucionalización del derecho de resistencia, cuyos principios rectores fueron deslegitimados posteriormente con las revoluciones burguesas al redefinirse el poder teórica y prácticamente.
Aviso
No obstante, la relación poder-oposición, basada en el secular conflicto de las sociedades clasistas, se presentaría posteriormente con nuevos atributos, como la lucha entre el individuo y el Estado, así como en el conflicto entre el Parlamento y el gobierno, lo que se reconduce o refleja en la dialéctica entre la autoridad y libertad. La oposición política, entonces, surge como una solución de coexistencia entre ambos extremos, entre la autoridad y la libertad, pero basada en la tolerancia y el pluralismo.
Sin embargo, las contradicciones ínsitas del proceso democrático han conllevado, de una parte, a la incorporación de la oposición discrepante a través de los partidos políticos y el Parlamento y, de otra, a la marginación de la vida política de algunos movimientos de oposición que pueden apelar incluso a la violencia, y que en el lenguaje contemporáneo son denominados como oposición extraparlamentaria. Con ello se someten nuevamente a debate los límites y las condiciones de posibilidad del régimen democrático constitucional.Entre las Líneas En todo caso, debe tenerse presente que la legitimidad de un poder democrático no se puede sustentar en sí mismo, sino en la existencia y operatividad a nivel real de la oposición.
Estatuto de la Oposición Política en el Derecho Constitucional Comparado del Continente Americano
Estudio comparativo sobre esta cuestión constitucional en los países que más abajo se examinan:
COLOMBIA
Artículo 112.- Los partidos y movimientos políticos que no participan en el Gobierno podrán ejercer libremente ka función crítica frente a éste y plantear y desarrollar alternativas políticas. Para estos efectos, salvo las restricciones legales, se gara ntizan los siguientes derechos: de acceso a la información y a la documentación oficiales; de uso de los medios de comunicación social del Estado de acuerdo con la representación obtenida en las elecciones para Congreso inmediatamente anteriores; de réplica en los medios de comunicación del Estado frente a tergiversaciones graves y evidentes o ataques públicos proferidos por altos funcionarios oficiales, y de participación en los organismos electorales.
Los partidos y movimientos minoritarios tendrán derecho a participar en las mesas directivas de los cuerpos colegiados, según su representación en ellos.
Una ley estatutaria regulará la materia.
ECUADOR
Artículo 117.- Los partidos y movimientos políticos que no participen del gobierno, tendrán plenas garantías para ejercer, dentro de la Constitución y la ley, una oposición crítica, y proponer alternativas sobre políticas gubernamentales. La ley regulará este derecho.
Oposición Política
Describe la enciclopedia Rialp, sobre oposición política,,, lo siguiente:
Concepto
Se habla de operación política para referirse a quienes en el juego político desempeñan, de hecho, la función de control y no de gobierno, es decir, que no despliegan la función de orientación política de las instituciones político-formales (Robert A. Dahl, ed., Political Oppositions in Western democracias, Yale University 1966). Y Sánchez Agesta, partiendo del supuesto del pluralismo del que necesariamente hemos de arrancar a la hora del estudio de la ó., nos recuerda que «este pluralismo social y político tiende a manifestarse en el Estado contemporáneo como una fuerza alternativa que, dentro de cierta unidad de convicciones constitucionales, aspira a ejercer el Poder como gobierno o influye en el ejercicio del Poder, cuando no lo ejerce, mediante un control. Cuando esta situación se define de una manera que en cierta forma podríamos llamar institucional, se denomina oposición» (Derecho constitucional comparado, Madrid 1958, 53 ss.). Aunque, en cierto sentido, la definición de Sánchez Agesta, al igual que la de Robert Dahl, están necesariamente enmarcadas en el ámbito preciso de un tipo de oposición típico de las democracias parlamentarias, liberales y con sistema de oposición reconocido, bien nos pueden servir de conceptos previos en nuestro estudio. Tanto más cuanto que, y conviene advertirlo de entrada, será a este tipo al que aquí nos limitemos. Lo cierto es que el concepto mismo de operación se dibuja dentro de una esfera de pluralismo político que’rompe el esquema de una situación monopolística de poder y de dogmatismo político.
A la vez, este concepto va a tener un segundo ámbito de delimitación que se fija, precisamente, en la concreción del terreno jurídico-político en que se desenvuelve. Esto es lo que ha llevado recientemente a Lavau a distinguir entre auténtica operación y un fenómeno más amplio e impreciso de discrepancia que se viene a cobijar bajo la denominación de «contestación». Para Lavau, la palabra contestación ha de reservarse para describir todas las formas de agitación y crítica hacia los valores e instituciones establecidos, expresadas desde fuera del marco institucional. Mientras que la operación se;sitúa dentro de la estructura del subsistema político y quiere cambiar cosas pero de acuerdo con las normas y procedimientos establecidos por el sistema mismo, la contestación, por el contrario, va más allá del marco de dicho subsistema, queriendo cambiar no solo su propio orden normativo, sino también su sistema cultural, que es el que asegura la legitimidad de la política vigente. (G. Lavau, Political Opposition, ponencia presentada al VIII Congreso Mundial de la International Political Science Association, Munich 1970).
Más Detalles
Así entendida, y en un sentido muy amplio, cabría enlazar el concepto con todas las formas de operación manifestadas a lo largo de la historia.Entre las Líneas En cuanto operación institucionalizada, sus precedentes se han podido fijar en los tribunos de la plebe en Roma, con el ejercicio del derecho de intercessio, y, salvadas las distancias que implica la presencia del factor religioso, en el papel jugado por la jerarquía de la Iglesia católica durante la Edad Media frente a ciertas formas de poder absoluto.Si, Pero: Pero lo cierto es que los fundamentos ideológicos que hoy nos permiten hablar de operación institucionalizada aparecen a partir del s. XVIII, ya que, para llegar a una operación así, tenía que entrar en la órbita ideológico-política la idea de un poder limitado y aun de un equilibrio de poderes. Como ha señalado De Vega, «la oposición como elemento integrante y conformados de la vida política solo aparece con la praxis histórica del Estado democrático liberal», y de ahí lo relativamente reciente que es la temática de la operación política (Para una teoría política de la oposición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). «Boletín informativo de Ciencia política», 5, diciembre 1970, 91). Desde esta misma perspectiva histórica, cabe distinguir incluso, siguiendo a Ferrando Badía, entre una concepción liberal de la operación, que se ejerce en el seno mismo de las instituciones del Estado, y una concepción democrática de la operación, que pasa a realizarse en instituciones, más o menos organizadas (generalmente los partidos políticos, v.), desde fuera de la estructura gubernamental, desde fuera del «Estado-sujeto» (J. Ferrando Badía, En torno a una teoría de la oposición en el sistema democrático-liberal, «Rev. de Estudios Políticos», 173, 1970, 25). Diríamos, pues, que la institucionalización de la operación democrática ha pasado por tres etapas: 1) reconocimiento del derecho a participar por medio del voto en las decisiones del gobierno; 2) reconocimiento del derecho a estar representado; y 3) reconocimiento del derecho a una oposición organizada que suscite votos contra el Gobierno en el curso de elecciones y en el seno del Parlamento.
Modelos
Esta suerte de operación institucionalizada permite hoy un triple modelo.Entre las Líneas En primer lugar, el modelo británico.Entre las Líneas En efecto, en el two-party system británico es donde la operación, plena y jurídicamente reconocida, se nos presenta como verdadera institución, con tanta entidad propia como pueda tener el mismo gobierno. Significa una auténtica alternativa de poder, funcionando en el seno mismo del sistema parlamentario como «leal oposición al gobierno de Su Majestad». Supone un alto grado de consensus político en el país: el gobierno gobierna y la operación controla.
Más Detalles
En segundo lugar, el modelo norteamericano, en el que, aun habiendo dos partidos que se alternan, la operación no posee apenas una estructura distinta, duradera y unificada. Según Dahl, esta operación presentaría en Estados Unidos las siguientes características: 1) las operación persiguen fines limitados que no ponen directamente en entredicho ni las principales instituciones, ni el sistema de creencias vigentes en aquel país; 2) utilizan una gran variedad de estrategias, tanto a través de las elecciones cuanto maniobrando con los numerosos grupos de presión existentes; 3) no posee un carácter distintivo propio, incluso sus rasgos no son claramente identificables en tanto que operación; 4) no se agrupan en una organización única, dotada de fuerte cohesión, sino que se manifiesta generalmente por el canal de los dos principales partidos; 5) aunque en los periodos electorales estos dos partidos son extremadamente competitivos, luego, en el Congreso, los miembros de ambos son a la vez competitivos y cooperativos; y 6) para alcanzar sus objetivos, las operación tratan de entrar en relaciones con los poseedores del poder político en lugares oficiales muy variados.
Oposición Política
Describe la enciclopedia Rialp, sobre oposición política, lo siguiente:
Véase También
Parlamentarismo; Partidos Políticos. .
Sistema Multipartidista
Por último, el sistema multipartidista.Entre las Líneas En él encontramos el caso de operación menos institucionalizada, precisamente porque sus fronteras (véase qué es, su definición, o concepto jurídico, y su significado como “boundaries” en derecho anglosajón, en inglés) de cara al Gobierno aparecen poco claras. Los gobiernos se suelen apoyar en mayorías de recambio o en coaliciones; y la operación se compone a veces de elementos heterogéneos, que a veces también lo son más que la propia mayoría. Diríamos que, en este modelo, resulta más fácil entenderse contra una política que por o para una política.
Otros Elementos
Además, el modelo de operación en el sistema multipartidista ofrece igualmente la distinción entre la operación externa, ejercida por los partidos minoritarios que no ocupan el poder, y la operación interna, dentro de los mismos partidos de la mayoría.Entre las Líneas En cuanto que las decisiones gubernamentales suelen ser el resultado de un compromiso entre los partidos asociados al poder, cada uno de ellos se reservará luego el derecho a defender su punto de vista propio ante sus militantes y electores, criticando el mismo compromiso gubernamental (o, en ocasiones, de la Administración Pública, si tiene competencia) y rechazando ante sus aliados el mecanismo del sistema: es decir, cada uno de estos partidos asociados a la coalición gubernamental (o, en ocasiones, de la Administración Pública, si tiene competencia) acabará de esta forma haciendo operación al propio gobierno.
Más Detalles
La representación de intereses de toda índole, la provisión de información, el control y la provisión de alternativas de poder serán las funciones políticas que toda operación institucionalizada viene a realizar en estos sistemas políticos cuyos modelos hemos esbozado. De ellas, la función de control resulta la más continuada y preciada en todo sistema democrático. El control del gobierno influyendo, persuadiendo, disuadiendo o impidiendo la adopción de decisiones o su ejercicio, se dibuja así en un marco democrático-Iiberal de relación política en el cual controlar acaba siendo una forma de coparticipación específica. El gobierno, como elemento motor, impulsará la acción y gestión políticas. La operación inspeccionará, advertirá y obligará a rectificar. Lógicamente, el reconocimiento de la inevitabílidad de la disidencia política está detrás de esta aceptación de una operación institucionalizada, de acuerdo con las características de todo régimen democrático.
Visualización Jerárquica de Oposición política
Vida Política > Vida política y seguridad pública > Política
Vida Política > Vida política y seguridad pública > Movimientos de opinión > Disidente
Vida Política > Vida política y seguridad pública > Movimientos de opinión > Desobediencia civil
Vida Política > Partido político > Partidos políticos
Oposición política
A continuación se examinará el significado.
¿Cómo se define? Concepto de Oposición política
Véase la definición de Oposición política en el diccionario.
Características de Oposición política
[rtbs name=”vida-politica”]Oposición Política en Relación a Política
En este contexto, a efectos históricos puede ser de interés lo siguiente: [1]
Concepto
Se habla de oposición política para referirse a quienes en el juego político desempeñan, de hecho, la función de control y no de gobierno, es decir, que no despliegan la función de orientación política de las instituciones político-formales (Robert A. Dahl, ed., Political Oppositions in Western democracias, Yale University 1966). Y Sánchez Agesta, partiendo del supuesto del pluralismo del que necesariamente hemos de arrancar a la hora del estudio de la ó., nos recuerda que «este pluralismo social y político tiende a manifestarse en el Estado contemporáneo como una fuerza alternativa que, dentro de cierta unidad de convicciones constitucionales, aspira a ejercer el Poder como gobierno o influye en el ejercicio del Poder, cuando no lo ejerce, mediante un control. Cuando esta situación se define de una manera que en cierta forma podríamos llamar institucional, se denomina oposición» (Derecho constitucional comparado, Madrid 1958, 53 ss.). Aunque, en cierto sentido, la definición de Sánchez Agesta, al igual que la de Robert Dahl, están necesariamente enmarcadas en el ámbito preciso de un tipo de oposición típico de las democracias parlamentarias, liberales y con sistema de oposición reconocido, bien nos pueden servir de conceptos previos en nuestro estudio. Tanto más cuanto que, y conviene advertirlo de entrada, será a este tipo al que aquí nos limitemos. Lo cierto es que el concepto mismo de o. se dibuja dentro de una esfera de pluralismo político que’rompe el esquema de una situación monopolística de poder y de dogmatismo político.
A la vez, este concepto va a tener un segundo ámbito de delimitación que se fija, precisamente, en la concreción del terreno jurídico-político en que se desenvuelve. Esto es lo que ha llevado recientemente a Lavau a distinguir entre auténtica o. y un fenómeno más amplio e impreciso de discrepancia que se viene a cobijar bajo la denominación de «contestación». Para Lavau, la palabra contestación ha de reservarse para describir todas las formas de agitación y crítica hacia los valores e instituciones establecidos, expresadas desde fuera del marco institucional. Mientras que la o. se ;sitúa dentro de la estructura del subsistema político y quiere cambiar cosas pero de acuerdo con las normas y procedimientos establecidos por el sistema mismo, la contestación, por el contrario, va más allá del marco de dicho subsistema, queriendo cambiar no sólo su propio orden normativo, sino también su sistema cultural, que es el que asegura la legitimidad de la política vigente. (G. Lavau, Political Opposition, ponencia presentada al VIII Congreso Mundial de la International Political Science Association, Munich 1970).
Así entendida, y en un sentido muy amplio, cabría enlazar el concepto con todas las formas de o. manifestadas a lo largo de la historia.Entre las Líneas En cuanto o. institucionalizada, sus precedentes se han podido fijar en los tribunos de la plebe en Roma, con el ejercicio del derecho de intercessio, y, salvadas las distancias que implica la presencia del factor religioso, en el papel jugado por la jerarquía de la Iglesia católica durante la Edad Media frente a ciertas formas de poder absoluto.Si, Pero: Pero lo cierto es que los fundamentos ideológicos que hoy nos permiten hablar de o. institucionalizada aparecen a partir del siglo XVIII, ya que, para llegar a una o. así, tenía que entrar en la órbita ideológico-política la idea de un poder limitado y aun de un equilibrio de poderes. Como ha señalado De Vega, «la oposición como elemento integrante y conformados de la vida política sólo aparece con la praxis histórica del Estado democrático liberal», y de ahí lo relativamente reciente que es la temática de la oposición política (Para una teoría política de la oposición. «Boletín informativo de Ciencia política», 5, diciembre 1970, 91). Desde esta misma perspectiva histórica, cabe distinguir incluso, siguiendo a Ferrando Badía, entre una concepción liberal de la o., que se ejerce en el seno mismo de las instituciones del Estado, y una concepción democrática de la o., que pasa a realizarse en instituciones, más o menos organizadas (generalmente los partidos políticos, v.), desde fuera de la estructura gubernamental, desde fuera del «Estado-sujeto» (J. Ferrando Badía, En torno a una teoría de la oposición en el sistema democrático-liberal, «Rev. de Estudios Políticos», 173, 1970, 25). Diríamos, pues, que la institucionalización de la o. democrática ha pasado por tres etapas: 1) reconocimiento del derecho a participar por medio del voto en las decisiones del gobierno; 2) reconocimiento del derecho a estar representado; y 3) reconocimiento del derecho a una oposición organizada que suscite votos contra el Gobierno en el curso de elecciones y en el seno del Parlamento.
Modelos. Esta suerte de o. institucionalizada permite hoy un triple modelo.Entre las Líneas En primer lugar, el modelo británico.Entre las Líneas En efecto, en el two-party system británico es donde la o., plena y jurídicamente reconocida, se nos presenta como verdadera institución, con tanta entidad propia como pueda tener el mismo gobierno. Significa una auténtica alternativa de poder, funcionando en el seno mismo del sistema parlamentario como «leal oposición al gobierno de Su Majestad». Supone un alto grado de consensus político en el país: el gobierno gobierna y la o. controla.
En segundo lugar, el modelo norteamericano, en el que, aun habiendo dos partidos que se alternan, la o. no posee apenas una estructura distinta, duradera y unificada. Según Dahl, esta o. presentaría en Estados Unidos las siguientes características: 1) las o. persiguen fines limitados que no ponen directamente en entredicho ni las principales instituciones, ni el sistema de creencias vigentes en aquel país; 2) utilizan una gran variedad de estrategias, tanto a través de las elecciones cuanto maniobrando con los numerosos grupos de presión existentes; 3) no posee un carácter distintivo propio, incluso sus rasgos no son claramente identificables en tanto que o.; 4) no se agrupan en una organización única, dotada de fuerte cohesión, sino que se manifiesta generalmente por el canal de los dos principales partidos; 5) aunque en los periodos electorales estos dos partidos son extremadamente competitivos, luego, en el Congreso, los miembros de ambos son a la vez competitivos y cooperativos; y 6) para alcanzar sus objetivos, las o. tratan de entrar en relaciones con los poseedores del poder político en lugares oficiales muy variados.
Por último, el sistema multipartidista.Entre las Líneas En él encontramos el caso de o. menos institucionalizada, precisamente porque sus fronteras (véase qué es, su definición, o concepto jurídico, y su significado como “boundaries” en derecho anglosajón, en inglés) de cara al Gobierno aparecen poco claras. Los gobiernos se suelen apoyar en mayorías de recambio o en coaliciones; y la o. se compone a veces de elementos heterogéneos, que a veces también lo son más que la propia mayoría. Diríamos que, en este modelo, resulta más fácil entenderse contra una política que por o para una política.
Otros Elementos
Además, el modelo de o. en el sistema multipartidista ofrece igualmente la distinción entre la o. externa, ejercida por los partidos minoritarios que no ocupan el poder, y la o. interna, dentro de los mismos partidos de la mayoría.Entre las Líneas En cuanto que las decisiones gubernamentales suelen ser el resultado de un compromiso entre los partidos asociados al poder, cada uno de ellos se reservará luego el derecho a defender su punto de vista propio ante sus militantes y electores, criticando el mismo compromiso gubernamental (o, en ocasiones, de la Administración Pública, si tiene competencia) y rechazando ante sus aliados el mecanismo del sistema: es decir, cada uno de estos partidos asociados a la coalición gubernamental (o, en ocasiones, de la Administración Pública, si tiene competencia) acabará de esta forma haciendo o. al propio gobierno.
La representación de intereses de toda índole, la provisión de información, el control y la provisión de alternativas de poder serán las funciones políticas que toda o. institucionalizada viene a realizar en estos sistemas políticos cuyos modelos hemos esbozado. De ellas, la función de control resulta la más continuada y preciada en todo sistema democrático. El control del gobierno influyendo, persuadiendo, disuadiendo o impidiendo la adopción de decisiones o su ejercicio, se dibuja así en un marco democrático-Iiberal de relación política en el cual controlar acaba siendo una forma de coparticipación específica. El gobierno, como elemento motor, impulsará la acción y gestión políticas. La o. inspeccionará, advertirá y obligará a rectificar. Lógicamente, el reconocimiento de la inevitabílidad de la disidencia política está detrás de esta aceptación de una o. institucionalizada, de acuerdo con las características de todo régimen democrático. [rbts name=”politica”]
Recursos
Notas y Referencias
- Basado parcialmente en el concepto y descripción sobre oposición política en la Enciclopedia Rialp (f. autorizada), Editorial Rialp, 1991, Madrid
Véase También
PARLAMENTARISMO, PARTIDOS POLÍTICOS.
Recursos
Traducción de Oposición política
Inglés: Political opposition
Francés: Opposition politique
Alemán: Politische Opposition
Italiano: Opposizione politica
Portugués: Oposição política
Polaco: Opozycja polityczna
Tesauro de Oposición política
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Vida Política > Vida política y seguridad pública > Movimientos de opinión > Desobediencia civil > Oposición política
Vida Política > Partido político > Partidos políticos > Oposición política
Véase También
- Disidente
- Desobediencia civil
- Partidos políticos
- Partido nacionalista
- Partido comunista
- Partido liberal
- Partido laborista
- Partido europeo
- Partido democristiano
- Partido conservador
- Partido socialdemócrata
- Partido monárquico
- Partido regionalista
- Partido extremista
- Partido socialista
- Partido demócrata
- Partido ecologista
- Partido radical
- Partido republicano
- Partido extraparlamentario
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