▷ Sabiduría mensual que puede leer en pocos minutos. Añada nuestra revista gratuita a su bandeja de entrada.

Historia del Imperio Ruso

Aquí se cuenta la historia de Rusia, empezando por las migraciones eslavas del 900 al 500 a.C. y terminando con lo que aquí y en otros lugares se llama el “Imperio en la sombra” de la Federación Rusa y las afirmaciones de Vladimir Putin de que partes de Moldavia y Ucrania constituyen una “Nueva Rusia”. Entre medias, los textos muestran las cambiantes fronteras de los imperios, el papel de los siervos y los judíos, y las guerras que desafiaron y dieron forma a la autocomprensión rusa. Al igual que el águila bicéfala que es su emblema estatal, Rusia siempre ha mirado al exterior, tanto al Este como al Oeste, buscando rutas comerciales seguras, aliados fiables y fronteras defendibles. La expansión más allá de los confines boscosos de Moscovia comenzó en el siglo XV, cuando Iván III rechazó el dominio mongol y se adentró en la estepa rusa. Las vías fluviales que unían el Báltico con los mares Negro y Caspio fueron cruciales para el desarrollo de Rusia a partir de la Edad Media. La antigua búsqueda de puertos de aguas cálidas culminó con la construcción de San Petersburgo en el siglo XVIII, cuando la Rusia imperial empezó a rivalizar con las grandes potencias europeas. De Iván el Terrible a Catalina la Grande, de Lenin y Stalin a Yeltsin y Putin, los gobernantes rusos han forjado el destino de su nación en la historia mundial, inclinando a veces a Rusia hacia el despotismo o la democracia, el internacionalismo o la brusca independencia. Los titánicos conflictos de Rusia -contra los tártaros y los turcos, Napoleón, la Alemania nazi y los Estados Unidos- y sus convulsiones políticas, desde la época de los disturbios hasta la caída de la Unión Soviética, así como las luchas actuales en Chechenia y Crimea, se presentan cronológicamente en un texto accesible.

Cuestión Oriental

La sucesión de acontecimientos históricos conocida como la “Cuestión Oriental”, que comenzó con la firma del Tratado de Kutchuk-Kainardji en 1774 y terminó con el Tratado de Lausana en 1923, gira esencialmente en torno al desmembramiento del Imperio Otomano y a la lucha de las grandes potencias por establecer su control o influencia sobre la Europa balcánica y los países del Mediterráneo oriental. De estos acontecimientos se desprenden varios aspectos: en primer lugar, el empuje del Imperio ruso hacia el Mar Negro, y luego hacia los Balcanes y el Mediterráneo, basado en la protección de los pueblos eslavos y los cristianos ortodoxos; en segundo lugar, sus objetivos de control del Estrecho y de acceso al mar abierto, que preocupaban especialmente a Inglaterra. Desde finales del siglo XVIII, Inglaterra definió gran parte de su política exterior en función de la defensa de la ruta hacia la India y, en consecuencia, trató de dominar el istmo que separa el Mediterráneo del Océano Índico; por ello, se interesó mucho por los árabes de Oriente Próximo. Francia, por su parte, después de haber mantenido sus posiciones comerciales y culturales en el Levante, acentuó su acción en favor de los cristianos de Oriente, lo que la puso en oposición con Rusia e Inglaterra. A estos elementos fundamentales se añadieron posteriormente la preocupación de Austria-Hungría por contener el avance ruso en los Balcanes, el Drang nach Osten del Imperio alemán a partir de finales del siglo XIX y, sobre todo, la explotación económica de los territorios otomanos, a la que los dirigentes turcos, a pesar de las reformas políticas y sociales promulgadas a lo largo del siglo XIX, no pudieron oponerse más que al desmembramiento de su Imperio, consagrado en el Tratado de Sèvres (1920); Pero los turcos, liderados por Mustafá Kemal y la conclusión del Tratado de Lausana, dieron origen a una nueva Turquía y pusieron fin a la Cuestión de Oriente tal y como había surgido durante el siglo XIX. En el siglo XX, iba a renacer bajo diferentes aspectos. El desarrollo de este asunto está marcado por sucesivas crisis internacionales. Tras las Guerras Turco-rusas, Rusia obtuvo concesiones a expensas del Imperio otomano en virtud de varios tratados, como el de Bucarest (1812).