▷ Sabiduría mensual que puede leer en pocos minutos. Añada nuestra revista gratuita a su bandeja de entrada.

Imperio Portugués

▷ Regístrate Gratis a Nuestra Revista

Algunos beneficios de registrarse en nuestra revista:

  • El registro te permite consultar todos los contenidos y archivos de Lawi desde nuestra página web y aplicaciones móviles, incluyendo la app de Substack.
  • Registro (suscripción) gratis, en 1 solo paso.
  • Sin publicidad ni ad tracking. Y puedes cancelar cuando quieras.
  • Sin necesidad de recordar contraseñas: con un link ya podrás acceder a todos los contenidos.
  • Valoramos tu tiempo: Recibirás sólo 1 número de la revista al mes, con un resumen de lo último, para que no te pierdas nada importante
  • El contenido de este sitio es obra de 23 autores. Tu registro es una forma de sentirse valorados.

Imperio Portugués

Este elemento es una ampliación de los cursos y guías de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y análisis sobre este tema.

🙂 ▷ Ciencias Sociales y Humanas » Inicio de la Plataforma Digital » I » Imperio Portugués

Imperio portugués (Historia)

Puede decirse que los portugueses fueron los primeros en explorar África y Oriente, fundando, en la misma época en la que se inició la formación del Imperio español en América, un sistema comercial multicontinental similar al de los fenicios durante la Edad Antigua. (…)El dominio colonial portugués finalizó en 1999, cuando la soberanía sobre el territorio costero asiático de Macao fue entregada a China.[1]

Imperio portugués El primer imperio: África y Oriente (1415-1665) (Historia)

Es probable que el espíritu original de la expansión portuguesa en ultramar fuera el de continuar en el norte de África la cruzada contra los musulmanes (lo que la historiografía conoce como Reconquista) emprendida en la península Ibérica: de ahí la conquista de Ceuta en 1415 y la de Tánger en 1471 (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma digital de ciencias sociales y humanidades). Al motivo religioso, que incluía la búsqueda del legendario reino cristiano del preste Juan, no tardó en sumarse el afán de explorar nuevas tierras (que proporcionó a los portugueses un papel principal en la exploración geográfica europea), la búsqueda de oro y especias, y la obtención de esclavos. La influencia política de Portugal aumentó con los viajes y descubrimientos: se exploró la costa occidental de África; Gil Eanes dobló el cabo Bojador, situado en la costa occidental del Sahara, en 1434; se estableció un puesto comercial en la bahía de Arguin (hacia 1443) para el comercio con Guinea; se fundó la base de São Jorge da Mina en Costa de Oro, en 1482, para la explotación del comercio de oro, marfil y esclavos; se creó una alianza con el imperio del Congo (desde 1490); y Bartolomeu Dias dobló el cabo de Buena Esperanza en 1488. Con el viaje de Vasco da Gama a Calicut (actual Kozhikode) en 1498, la presencia portuguesa se hizo sentir también en la costa oriental de África y en la India.

El objetivo de los portugueses en el océano Índico era monopolizar el comercio de especias, controlado entonces por los árabes, quienes las vendían a los venecianos. La superioridad marítima en esta extensa área quedó asegurada con la victoria sobre una flota musulmana frente a las costas de Diu (cerca de Goa) en 1509. Los portugueses utilizaron la estrategia de enemistar a los jefes indios con los musulmanes para poder construir puestos comerciales en Cannanore, Cochin y Goa en la primera década del siglo XVI. Trataron de afianzar su dominio conquistando el estrecho de Ormuz (situado en el golfo Pérsico) y Socotra (próxima a la entrada al mar Rojo) en 1507 y construyendo fuertes en Kilwa (1505), Mozambique (1507) y Mombasa (1593). Para el comercio con China y el Sureste asiático, su imperio comercial se extendía hacia el este por Malaca (conquistada en 1511), Ceilán (actual Sri Lanka, cuya ciudad más importante, Colombo, fue tomada en 1518), Ternate en las Molucas (1521), Makasar en la isla Célebes (1545), Timor (1511) y Macao, donde se permitió a los portugueses fundar un puesto comercial en 1557.

Esta red de comercio y bases navales les proporcionó el control sobre valiosos productos y mercancías tales como pimienta, jengibre, nuez moscada, clavo, piedras preciosas, seda y porcelana. Sus rutas comerciales llegaron a China y Japón, donde también desarrollaron su actividad grupos de misioneros portugueses, los únicos que habían obtenido el permiso del Papado en 1455 (confirmado en 1514) para realizar su apostolado en esta región. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). (…)

La Casa da India dirigía la actividad comercial. La creación de asentamientos, que había comenzado con la colonización de archipiélagos deshabitados del Atlántico, como los de las islas Azores y Madeira en el siglo XV (en estos territorios la Corona concedió tierras a los capitanes y creó municipios), solo era notable en las islas de Cabo Verde (desde 1460), Santo Tomé y Príncipe, y Goa.Entre las Líneas En Cabo Verde, la Corona retomó el control a través de los gobernadores a principios del siglo XVI, lo que le permitió beneficiarse del comercio de esclavos. Dada la escasez de mujeres blancas en estos parajes, los portugueses se emparejaron con mujeres africanas y formaron familias mestizas.Entre las Líneas En Goa, centro del imperio oriental, el virrey Alfonso de Albuquerque estableció una subvención para los matrimonios entre residentes portugueses de la India portuguesa y mujeres indias a partir de 1510, fomentando así la formación de una comunidad luso-india.

▷ En este Día de 6 Mayo (1882): Ley de Exclusión China
Tal día como hoy de 1882, el presidente estadounidense Chester A. Arthur firma la Ley de Exclusión China, la primera y única ley federal importante que suspende explícitamente la inmigración de una nacionalidad específica. En 1943 tuvo lugar la derogación de esta ley, que fue -como reconoce la Secretaría de Estado americana- una decisión casi totalmente motivada por las exigencias de la Segunda Guerra Mundial, ya que la propaganda japonesa hacía repetidas referencias a la exclusión de los chinos de Estados Unidos con el fin de debilitar los lazos entre Estados Unidos y China, que entonces era su aliada. (Imagen de Wikimedia)

A pesar de los grandes beneficios materiales que el imperio oriental proporcionó a la Corona portuguesa, el interés por Marruecos no disminuyó. Durante el siglo XVI se capturaron fortalezas costeras, que en ocasiones se perdieron, antes de que el rey Sebastián (1557-1578) decidiera emprender la conquista de la zona interior. El monarca murió en la batalla de Alcazarquivir, en la que los portugueses y los norteafricanos perdieron miles de hombres. Mazagán (la actual El-Jadida), el último puesto avanzado, no se abandonó hasta 1769.

La Corona portuguesa pasó a manos de los Habsburgo españoles en 1580 (en la persona de Felipe II), hasta que una rebelión restableció la independencia en 1640, durante el reinado del rey español Felipe IV. Este periodo coincidió con el declive del imperio oriental. Los portugueses carecían de suficientes marinos con experiencia para guiar sus naves, y potencias marinas en alza como el Imperio holandés y el Imperio Británico desafiaban su posición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).

Pormenores

Los holandeses, gracias a su superioridad naval y siguiendo el ejemplo mercantil de Portugal, se aliaron a menudo con los gobernantes locales y arrebataron bases y puestos comerciales de Oriente a los portugueses durante el siglo XVII. Malaca, Ceilán y Cochin cayeron en manos holandesas en 1641, 1658 y 1662, respectivamente; los persas, ayudados por los ingleses, expulsaron a los portugueses de Ormuz en 1622. Ceuta permaneció en manos españolas después de 1640, pero Tánger y Bombay pasaron a Inglaterra en la década de 1660, por el acuerdo matrimonial establecido con motivo del enlace de Catalina de Braganza (hija del monarca portugués Juan IV) con el rey inglés Carlos II. Los grandes días del primer imperio europeo en Oriente, cuyos beneficios habían sufragado el despilfarro de la Corona portuguesa, habían concluido. Los últimos vestigios que de esta época se conservaron fueron el Estado de India (básicamente Goa), Macao y la zona oriental de la isla de Timor.[2]

El segundo imperio portugués: Brasil (1500-1822) (Historia)

(Brasil) correspondía, al menos parcialmente, al sector portugués asignado por el Tratado de Tordesillas, firmado con la Corona de Castilla en 1494. Dicho acuerdo, que modificaba la conocida como línea de Demarcación establecida por el papa Alejandro VI en 1493 para el descubrimiento de tierras, permitía a Portugal adentrarse cien leguas (unos 483 km) al oeste de las islas de Cabo Verde. Brasil se desarrolló lentamente en sus comienzos como fuente de maderas de tinte (proporcionadas por el llamado palo Brasil), mientras continuaba la exploración de la costa. La tierra se dividió en doce capitanías con el objetivo de defenderla mejor del avance y colonización de los franceses. El cultivo de la caña de azúcar se introdujo en 1516 y prosperó rápidamente en el noreste gracias al suelo y el clima favorables. Las grandes plantaciones de Bahía y Pernambuco (en la actualidad, Recife) generaron un creciente tráfico de esclavos procedentes de Guinea, Benín y Angola.

Durante el reinado de la Monarquía Hispánica sobre los territorios portugueses (1580-1640), y siguiendo la propia práctica colonial española, se envió a un virrey español a Bahía en 1604. La administración de la zona recaía sobre organismos portugueses, aunque lo cierto es que las capitanías conservaban su independencia, tal y como los gobernadores generales habían podido comprobar desde 1548. La administración colonial portuguesa era menos coherente que la española; no obstante, la mentalidad portuguesa era más mercantilista y prohibió la exportación de manufacturas, así como la plantación de olivos, la elaboración de vino y la impresión de libros.

Detalles

Los ataques de los holandeses a ambas orillas del Atlántico desde finales del siglo XVI pusieron en peligro el dominio portugués.

Pormenores

Los holandeses tomaron Bahía en 1624 y Pernambuco en 1630 (en las llamadas incursiones holandesas), y, en África, se apoderaron de São Jorge da Mina, Arguin y Santo Tomé en 1637, 1638 y 1641, respectivamente.

Puntualización

Sin embargo, entre 1645 y 1654, los colonos portugueses expulsaron a los holandeses de Brasil, recuperaron Pernambuco y reconquistaron para su país Santo Tomé y Angola, las regiones de las que se traían los esclavos.

La importancia fundamental de Brasil para el Imperio colonial portugués quedó establecida con el descubrimiento de grandes cantidades de oro a partir de la década de 1690, especialmente en Minas Gerais. Este metal (véase definición, y una descripción de metal) precioso eclipsó económicamente a otros recursos, como el azúcar, los yacimientos de diamantes, la explotación ganadera y el cultivo de tabaco, y favoreció a los colonos de Río de Janeiro en relación con los del norte de Bahía. La producción de oro pasó de 2.000 kg al año en 1701 a entre 14.000 y 16.000 en la década de 1750, a partir de la cual declinó significativamente. La fiebre del oro incrementó los ingresos de la Corona a través de los impuestos y provocó el aumento de inmigrantes libres y esclavos. La población pasó de menos de 200.000 habitantes en 1650 a 1.500.000 en 1770, la mitad de los cuales eran esclavos africanos y muchos de los restantes mestizos.

Portugal acordó con España los límites territoriales de Brasil en el Tratado de Madrid (1750), aunque las disputas sobre la colonia del Sacramento, establecida en el Río de la Plata, continuaron hasta que Portugal renunció a esta región en el Tratado de San Ildefonso (1777) (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma digital de ciencias sociales y humanidades). Al igual que en el Imperio español, los últimos años del siglo XVIII supusieron una época de centralización y aumento del poder de la monarquía para el Imperio portugués. Disminuyó el poder de los municipios, y los jesuitas, que protegían a los indígenas de la esclavitud y de los colonos en amplias regiones semiautónomas del territorio, fueron expulsados por el ministro principal del rey José I, Sebastião José de Carvalho e Melo, futuro marqués de Pombal, que prohibió la presencia de la orden en suelo portugués y confiscó sus tierras en 1759. Los estados de Brasil y de Maranhão e Grão Pará se unificaron en 1774 para formar una sola entidad administrativa que quedó dividida en nueve capitanías generales (o provincias) gobernadas desde Río de Janeiro.

Basado en la experiencia de varios autores, mis opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros lugares de esta plataforma, respecto a las características en 2024 o antes, y el futuro de esta cuestión):

Hubo ciertos signos de descontento con el gobierno de Lisboa entre los colonos, pero la situación cambió con la llegada de la corte portuguesa en 1807, que, encabezada por la reina María I y su hijo y regente Juan VI, huía de los ejércitos del emperador francés Napoleón I Bonaparte. Brasil consiguió en ese momento sus propias instituciones y Portugal casi pasó a ser su socio minoritario en el reino unificado de 1815, mientras el tratado de 1810 abría el país al comercio con Gran Bretaña. Cuando los revolucionarios liberales portugueses de 1820 trataron de reafirmar la supremacía de Portugal, el territorio sudamericano portugués decidió independizarse en 1822 bajo la corona del príncipe regente de Brasil, Pedro, quien, con el nombre de Pedro I, se convirtió en el primer titular del Imperio Brasileño. [3]

El tercer imperio portugués: África y la descolonización (1822- 1975) (Historia)

Después de la pérdida de Brasil, dependía de Gran Bretaña, como suprema potencia marítima, que Portugal conservara el control sobre sus otras posesiones en ultramar: Cabo Verde y la zona continental de Guinea (administradas conjuntamente hasta 1879); Santo Tomé y Príncipe, en donde los esclavos fueron sustituidos por trabajadores contratados en las plantaciones de cacao y café; el Estado de India; Macao y Timor (administrados conjuntamente hasta 1896); Angola, donde las colonias europeas no habían rebasado la zona costera; y Mozambique (donde la población portuguesa tampoco había penetrado en el interior), gobernado desde Goa hasta 1752, aunque la Corona entregó grandes propiedades del interior del país (los prazos, abolidos en la década de 1930) a arrendatarios africano-portugueses y nativos. Presionada por Gran Bretaña, Portugal accedió a abolir completamente cualquier tipo de comercio de esclavos en sus posesiones en 1842 y abolió la esclavitud en 1869.

En el reparto de África que tuvo lugar en las décadas de 1880 y 1890, las potencias europeas decidieron que Portugal tenía derecho a extender su autoridad en el interior de Angola y Mozambique. Los portugueses perdieron en 1885 en su disputa por los territorios de la cuenca del río Congo frente a los intereses del rey de los belgas, Leopoldo II, según los acuerdos suscritos durante la Conferencia de Berlín; y más tarde intentaron unificar Angola y Mozambique, plan que se vio frustrado por el ultimátum enviado en 1890 por Robert Gascoyne-Cecil, tercer marqués de Salisbury, el primer ministro británico, que desautorizaba esa anexión. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Tras estos acontecimientos, Portugal emprendió campañas de “pacificación” en las regiones interiores de Angola y Mozambique. Se adoptó el modelo británico del gobierno indirecto en las posesiones coloniales; en Mozambique se siguió el ejemplo de las compañías británicas autorizadas por la Corona y se establecieron tres empresas destinadas a explotar y favorecer el desarrollo de estos territorios.

Influidos por la práctica colonial francesa, los republicanos portugueses (que en 1910 habían destronado al último monarca, Manuel II) rebautizaron sus posesiones de ultramar como “colonias” en 1911 y les concedieron cierta autonomía financiera y administrativa con dispares resultados. Con la Ley Colonial de 1930, promulgada ya durante la dictadura del general António Íscar de Fragoso Carmona, se reactivó el centralismo. Las colonias pasaron a ser nuevamente provincias en 1951, por orden del jefe de gobierno y verdadero dirigente de Portugal, António de Oliveira Salazar, en un esfuerzo por reafirmar que se trataba de partes integradas en un Estado portugués multicontinental.

Puntualización

Sin embargo, en 1972 se anunció la autonomía de Angola y Mozambique en la zona de moneda portuguesa (área delimitada en 1961).

El fin de la esclavitud en las posesiones africanas se vio seguido rápidamente por una legislación laboral que hacía hincapié en la necesidad de que la población indígena trabajara, lo que significaba que la mano de obra forzosa, empleada tanto en las plantaciones de algodón como en las obras públicas, continuó siendo una característica del sistema colonial portugués y de su misión civilizadora hasta la década de 1950 (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma digital de ciencias sociales y humanidades). A pesar de que se les obligara a trabajar y a pagar impuestos, aquellos cuya situación legal era la de indígena quedaban excluidos de la categoría de ciudadanos a la que los africanos asimilados y los colonos europeos pertenecían. Estas distinciones fueron abolidas en 1961. (…)

Una vez que la India consiguió su independencia en 1947, anexionó por la fuerza el Estado de India portugués en diciembre de 1961, hecho que Portugal solo reconoció después de la Revolución de los claveles de abril de 1974 (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma digital de ciencias sociales y humanidades). Anteriormente, en 1961, la violencia anticolonial había llegado a Angola: comenzaron entonces las hostilidades entre el Movimiento Popular de la Liberación de Angola (MPLA), de ideología marxista, y la Unión del Pueblo Angoleño (UPA).

Puntualización

Sin embargo, debido a la rivalidad y debilidad de las propias fuerzas anticoloniales, el dominio portugués no se vio seriamente amenazado hasta la revolución democrática que tuvo lugar en Lisboa el 25 de abril de 1974 (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma digital de ciencias sociales y humanidades). A partir de ese momento, la situación se deterioró rápidamente y Portugal abandonó el territorio en noviembre de 1975, cuando la guerra civil entre los grupos anticoloniales angoleños frenó un rápido crecimiento económico basado en recursos tales como el petróleo, los diamantes, el café y el hierro.

En Guinea, donde la estrategia contrarrevolucionaria portuguesa no consiguió controlar la creciente tensión, los conflictos comenzaron en 1963 y concluyeron con la independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde en 1974 y 1975, respectivamente.Entre las Líneas En Mozambique, las operaciones de la guerrilla comenzaron en 1964 y, gracias al Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO), se alcanzó la independencia en 1975. Santo Tomé y Príncipe siguió ese camino el mismo año.

En Asia, Timor Oriental fue anexionado por Indonesia en 1975 y se cree que aproximadamente una tercera parte de la población (200.000 habitantes) perdió la vida durante el posterior periodo de represión. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Portugal no reconoció nunca la incorporación de este territorio a Indonesia.Entre las Líneas En 1975, China no aceptó la devolución de Macao, territorio que había estado a punto de conquistar en 1849 y que fue ocupado por los guardias rojos en 1966; no obstante, ambos países acordaron en 1987 su devolución a China en diciembre de 1999, lo cual tuvo lugar la medianoche del día 20 de ese mes. Se puso así punto y final a la existencia de lo que había sido durante siglos un verdadero Imperio colonial ultramarino gobernado desde Portugal.[4]

Los tratados entre España y Portugal: los Tratados de Madrid (1750) y San Ildefonso (1777)

La historia se remonta a los primeros avances de los exploradores portugueses y españoles en el Atlántico oriental en el siglo XV. El éxito y la expansión de los asentamientos coloniales portugueses en las regiones al oeste y al sur de São Paulo a mediados del siglo XVIII causó una tensión creciente entre las coronas portuguesa y española y abrió un nuevo capítulo en la competencia de las dos potencias europeas en el lado atlántico de Sudamérica. El Tratado Luso-Español de Madrid estipulaba que Portugal reconoció la soberanía de España sobre Filipinas en el Pacífico (Artículo 2), y España hizo algunas concesiones respecto a las áreas disputadas entre el Río de la Plata y São Paulo. Este tratado rompió con el antiguo régimen de Tordesillas y Zaragoza, que había constituido el marco de la expansión y competencia imperial portuguesa y española durante casi 250 años. Nota: sobre el tratado de Tordesillas (en portugués: Tratado de Tordesilhas) de 7 de junio de 1494, véase en esta referencia. El Tratado de San Ildefonso (1777; véase) vino a corregir también ciertas situaciones.

Consideraciones Jurídicas y/o Políticas

[rtbs name=”politicas”]

Recursos

[rtbs name=”informes-jurídicos-y-sectoriales”][rtbs name=”quieres-escribir-tu-libro”]

Notas y Referencias

  1. Información sobre imperio portugués de la Enciclopedia Encarta
  2. Información sobre imperio portugués el primer imperio: África y oriente (1415-1665) de la Enciclopedia Encarta
  3. Información sobre imperio portugués el segundo imperio: Brasil (1500-1822) de la Enciclopedia Encarta
  4. Información sobre imperio portugués el tercer imperio: África y la descolonización (1822- 1975) de la Enciclopedia Encarta

Véase También

Fuentes del Derecho Portugués
Derecho Portugués
Imperio Brasileño

▷ Esperamos que haya sido de utilidad. Si conoce a alguien que pueda estar interesado en este tema, por favor comparta con él/ella este contenido. Es la mejor forma de ayudar al Proyecto Lawi.

2 comentarios en «Imperio Portugués»

Foro de la Comunidad: ¿Estás satisfecho con tu experiencia? Por favor, sugiere ideas para ampliar o mejorar el contenido, o cómo ha sido tu experiencia:

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde Plataforma de Derecho y Ciencias Sociales

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo