Sentencia, resolución o decisión llevada a cabo por el órgano jurisdiccional (juez o tribunal) que pone fin a un procedimiento judicial. La sentencia contiene una declaración de voluntad de este órgano (debe hacerlo, no es potestativo, salvo que no tenga competencia) en la que se aplica el Derecho a un determinado caso concreto. Las sentencias deben ser congruentes, es decir, deben resolver acerca de todas las cuestiones que hayan sido objeto de debate en el proceso. El fallo no debe contener más, ni algo distinto, de lo pedido por las partes. Cuando se trata de sentencias penales, la congruencia significa que debe mediar una relación entre la sentencia y la acción penal ejercitada. Por ejemplo, si una persona es acusada de homicidio, el juez no puede condenarle por robo (para ello haría falta aplicar otro procedimiento).
La sentencia debe reunir los requisitos de tiempo, lugar y forma. Debe dictarse en un periodo de tiempo apto para la realización de los actos del juez o tribunal. La fijación de este plazo (véase más en esta plataforma general) varía según el procedimiento de que se trate. En cuanto al lugar, es la sede del juzgado o tribunal a quien corresponda llevar a cabo el acto.