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Militares Heridos

Violencia y conflicto

Desde 1775, las armas se han vuelto más letales, y con el aumento de la letalidad se ha producido un incremento tanto del número de bajas como de la gravedad de las heridas. Antes de 1850, cerca de la mitad de las bajas en batalla eran causadas por la artillería. La garantía de una evacuación rápida y un tratamiento eficaz de los heridos es un factor importante para mantener la moral militar y la disposición a soportar el combate. La rapidez con la que el soldado herido llega al tratamiento médico es el elemento clave de sus posibilidades de sobrevivir a sus heridas y evitar una invalidez permanente. Pocos soldados que sufran heridas graves sobrevivirán a menos que reciban atención médica adecuada en un plazo de seis horas. En la Segunda Guerra Mundial se utilizaron algunos helicópteros primitivos para evacuar a soldados enfermos y heridos desde lugares remotos. Este uso se extendió durante la Guerra de Corea, y en Vietnam el helicóptero de evacuación médica prácticamente sustituyó a la evacuación terrestre. El resultado fue una reducción significativa del tiempo necesario para que un herido en combate recibiera un tratamiento que le salvara la vida. En Vietnam, por ejemplo, el tiempo medio necesario para evacuar a un herido en helicóptero era de sólo 35 minutos. En consecuencia, el número de soldados heridos que morían se redujo sustancialmente y las posibilidades de evitar una discapacidad permanente o una desfiguración mejoraron considerablemente. La tasa de mortalidad por heridas se ha reducido considerablemente desde mediados del siglo XIX. En la Guerra de México (1846-48), el 14,9% de las bajas murieron a causa de las heridas. La tasa descendió ligeramente (hasta el 14,1%) en la Guerra de Secesión y, a continuación, se redujo drásticamente (hasta sólo el 6,7%) en la Guerra Hispano-Norteamericana. La mortalidad aumentó hasta el 8,1 por ciento en la Primera Guerra Mundial (excluidas las bajas por gas), debido a la mayor capacidad destructiva de las armas modernas, pero posteriormente descendió aún más bruscamente. La tasa de muertes por heridas después de recibir tratamiento médico fue del 4,5% en la Segunda Guerra Mundial y del 2,4% en Corea. En la guerra de Vietnam, el 97,5% de los heridos sobrevivió, y el 80% de ellos regresó al servicio. Cientos de miles de militares estadounidenses y aliados han resultado heridos en combate o han muerto indirectamente como consecuencia de las heridas sufridas en las zonas de guerra.