La escasez de estudios empíricos cuidadosos de los programas de asequibilidad existentes dificulta la caracterización de cualquier política particular como la “mejor” o preferida. Además, el contexto es indudablemente importante para elaborar una estrategia eficaz para un lugar determinado. Para ayudar a los responsables de la toma de decisiones a comprender las opciones de los programas, las compensaciones y los errores que deben evitarse, algunos autores abordan esta cuestión proporcionando un conjunto de preguntas de alcance para identificar factores contextuales importantes, agrupados por los que afectan al acceso a los servicios y los que afectan a los recursos disponibles para los programas de asequibilidad, y presentan una tipología simplificada para mapear las políticas de asequibilidad en tres casos ilustrativos. Estos casos varían en términos del porcentaje de la población considerada pobre y el porcentaje de la población conectada a una red de tuberías. En un entorno urbano en el que una gran fracción de hogares se consideraría pobre y la mayoría no está conectada, es probable que la mayoría de los subsidios al agua se dirijan a un sistema de grifos públicos de alta calidad y accesibles. A medida que el crecimiento económico aumente los ingresos y más personas se conecten al sistema, es probable que los subsidios de conexión sean el instrumento más importante para ayudar a los pobres. Por último, cuando casi todos los hogares estén conectados y sólo una minoría de hogares se considere pobre, los subsidios al consumo sujetos a comprobación de los medios de vida deberían desempeñar un papel más importante, aunque la selección de los beneficiarios puede requerir importantes recursos administrativos que deberían coordinarse con los programas sujetos a comprobación de los medios de vida en otros sectores. Las empresas de servicios públicos también deberían considerar programas que permitan calendarios flexibles de pago de facturas, la condonación de facturas episódicas no sujetas a comprobación de los medios de vida y la asistencia para la conservación, en particular cuando la escasez de agua sea motivo de preocupación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Entre los errores que deben evitarse se encuentra el subvencionar las facturas de agua para todos los clientes con la esperanza de llegar a los pobres y el imponer barreras administrativas a los hogares que desean una conexión para obtenerla. Del mismo modo, los programas basados en los medios deberían simplificar los procedimientos de solicitud o incluso utilizar la inscripción automática. Por último, un desafío clave es convencer a los gobiernos centrales de que financien los programas de asequibilidad con los ingresos fiscales en lugar de depender de fuentes generadas localmente, en particular los subsidios cruzados a través de la tarifa.