Características Planetarias
A grandes rasgos, los dos tipos de planetas más comunes son los pequeños mundos rocosos con atmósferas relativamente poco profundas, como la Tierra, y los grandes mundos con atmósferas profundas, como Júpiter. Durante su formación, todos los planetas sufrieron una diferenciación, lo que significa que sus interiores parcialmente fundidos se segregaron en capas discretas de diferente composición y densidad. En el caso de los cuatro planetas interiores, el resultado fue un núcleo fundido y rico en hierro recubierto por un manto denso y viscoso y una corteza sólida y relativamente flotante. La mezcla de hidrógeno y helio que domina Júpiter y Saturno existe en ambos planetas como una capa exterior de gas y una capa interior en la que se cree que el hidrógeno asume un estado sólido similar a la disposición de los átomos en un metal. El hielo y la roca se concentran en sus núcleos. Urano y Neptuno, junto con planetas enanos exteriores distantes como Plutón, contienen mezclas aproximadamente iguales de roca y hielo que se han diferenciado en capas discretas. Este texto también explora la cuestión de la energía interna de un planeta.