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Violencia Policial sobre Minorías

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Violencia Policial sobre Comunidades de Minorías

Este elemento es una profundización de los cursos y guías de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y análisis acerca de la violencia policial sobre minorías. Véase también:

Violencia Policial sobre Minorías

En 2020, decenas de millones de personas de todo el mundo salieron a las calles para protestar por los asesinatos de George Floyd, Breonna Taylor, Ahmaud Arbury y el creciente número de residentes de minorías asesinados a manos de agentes de policía y vigilantes (Brownstein 2020; Searcey y Zucchino 2020). Los movimientos sociales internacionales, sobre todo Black Lives Matter, han renovado y amplificado la acusación de que sólo algunas vidas importan en la sociedad, mientras que otras se devalúan sistemáticamente. Mientras que la pérdida de vidas blancas se considera trágica, la pérdida de vidas negras e hispanas se considera normal, aceptable e incluso inevitable. Aunque la devaluación de las vidas de negros e hispanos a menudo recibe una atención generalizada como resultado de acontecimientos de gran repercusión, estos puntos álgidos no son más que la punta de un iceberg de dominación racial que permanece oculto bajo la superficie. De hecho, como sostienen los estudiosos contemporáneos de la raza, la violencia manifiesta ya no es la principal herramienta para mantener los sistemas racistas. Más bien, esta tarea se lleva a cabo cada vez más a través del “racismo daltónico”, que se basa en un lenguaje codificado y aparentemente neutral desde el punto de vista racial, en argumentos y narrativas culturales que defienden y reafirman la supremacía blanca como sentido común. Abordar los actos abiertos y violentos de racismo requiere, por tanto, una investigación e intervención más sistemáticas en las instituciones racistas daltónicas en las que se apoyan en última instancia.

La devaluación de las vidas de negros e hispanos a través del racismo daltónico y la racialización del lugar
Dado el papel de los medios de comunicación como uno de los sistemas discursivos más influyentes que impulsan el racismo daltónico, este estudio examina las formas sutiles, a menudo invisibles, en que los informativos perpetúan el punto de vista de que las vidas de negros e hispanos son menos noticiables, y por tanto menos valiosas, que las vidas de los blancos. Investigaciones anteriores definen la noticiabilidad como el valor de un acontecimiento, un delito o una persona a los ojos de las agencias de noticias, el público y la sociedad en general (véase Chermak 1998; Gruenewald, Pizarro y Chermak 2009; Lundman 2003; Surette 1998). Aunque los medios de comunicación dedican una cobertura sustancial a los homicidios, no todas las víctimas reciben la misma cobertura. Estas diferencias en la cobertura informativa brindan la oportunidad de examinar no sólo cómo afecta la raza al valor de las víctimas retratadas, sino también cómo la racialización del lugar estructura dichas representaciones.

▷ Asesinatos y Víctimas
Las recurrentes y horribles muertes de residentes de minorías a manos de agentes de policía y vigilantes han llevado a movimientos sociales y protestas internacionales a amplificar la acusación de que, mientras que la pérdida de vidas de blancos se considera trágica, la pérdida de vidas de negros e hispanos se trata como normal, aceptable e incluso inevitable. Algunos investigadores examinan el proceso mediante el cual los medios de comunicación mantienen y reafirman la devaluación de las vidas de negros e hispanos a través de un lenguaje, unas líneas narrativas y unos relatos culturales aparentemente neutros desde el punto de vista racial. Las investigaciones muestran que las víctimas asesinadas en barrios predominantemente negros reciben menos cobertura informativa que las asesinadas en barrios de blancos no hispanos. También es menos probable que se hable de los asesinados en barrios predominantemente negros o hispanos como personas polifacéticas y complejas. Los análisis subrayan la importancia del lugar, especialmente la racialización del lugar, a la hora de determinar qué víctimas son tratadas como noticia.

En las últimas dos décadas, los estudiosos críticos de la raza han demostrado que una comprensión más completa de la dominación racial contemporánea requiere ir más allá del enfoque de larga data en el prejuicio (es decir, la discriminación por parte de actores abiertamente racistas) para examinar más a fondo las “ideologías raciales”, es decir, los marcos hegemónicos basados en la raza que explican y justifican el statu quo racial (Bonilla-Silva 2014, 2015; Roberts 2012; Wingfield y Feagin 2010). Podría decirse que la más poderosa de estas ideologías raciales es el “racismo daltónico” (Bonilla-Silva 2014, 2015). Mientras que en la época de Jim Crow el racismo se imponía mediante la coerción y la violencia, el racismo daltónico actual opera a través de prácticas más encubiertas, institucionales y aparentemente no raciales. A nivel discursivo, el racismo daltónico, al igual que todas las ideologías raciales, se basa en gran medida en “historias raciales”, que reproducen órdenes raciales particulares y modos de dominación racial como sentido común. Al omitir, subdesarrollar o demonizar a las personas de color en las narrativas, las líneas narrativas raciales estructuran cómo vemos y, quizás aún más poderoso, cómo no vemos la dominación racial en los fenómenos sociales cotidianos.

▷ En este Día de 11 Mayo (330): Constantino establece la Nueva Roma, Constantinopla
En este día del año 330, Constantino I consagró la ciudad de Bizancio (Constantinopla, en su honor; actual Estambul) como nueva capital del Imperio Romano de Oriente, un acto que contribuyó a transformarla en una de las principales ciudades del mundo. El no sería, sin embargo, el principal emperador de Bizancio.

Una literatura relacionada considera cómo la racialización del lugar perpetúa la desigualdad racial (véase más en esta plataforma digital). Desarrollando el concepto de “estigma territorial”, Loïc Wacquant (2008) argumentó que el estigma colocado en los barrios minoritarios hace que el público vea estos lugares, y a su vez a sus residentes, como inmorales, peligrosos y generalmente repulsivos. Este estigma se deriva de los sentimientos de la población hacia determinadas zonas; sin embargo, también se crea y reproduce a través de los medios de comunicación. Para analizar a fondo el papel de los medios de comunicación en la devaluación de las vidas de las minorías, es fundamental utilizar un marco teórico capaz de reconocer las narrativas racistas daltónicas a nivel espacial, que atribuyen un valor inferior a las víctimas de homicidio situadas en los barrios estigmatizados de las minorías.

Algunos estudios mostraron que, aunque algunos homicidios se convierten en noticia de primera plana, cubierta en múltiples artículos durante muchos días, otros apenas reciben cobertura, a veces ninguna. Dadas estas diferencias, los investigadores han utilizado análisis de distorsión de los medios de comunicación para identificar qué características hacen que un homicidio determinado tenga más interés periodístico que otros. Mediante la recopilación de detalles sobre incidentes, sospechosos y víctimas, estos estudios han comparado cómo diferentes constelaciones de características influyen en el interés periodístico.

Varias investigaciones han demostrado, desde fines de los años 90, que los homicidios con características particularmente raras, inusuales o “estadísticamente desviadas” son tratados como más noticiables y, por lo tanto, reciben más cobertura. Por ejemplo, suelen recibir más cobertura los homicidios con estas características:

  • los homicidios con múltiples víctimas,
  • las víctimas de minorías raciales,
  • las víctimas jóvenes, y
  • los que ocurren en barrios ricos.

En un estudio de informes de homicidios en Indianápolis, Weiss y Chermak (1998) descubrieron que, aunque los homicidios con víctimas negras son más comunes, los que implican a víctimas blancas reciben más cobertura. Otro estudio, del mismo autor, tres años antes, demostró que el homicidio suburbano tiene más interés periodístico que el homicidio urbano.

Sin embargo, estos estudios se caracterizan por tres limitaciones principales en sus evaluaciones de las disparidades en el interés periodístico. En primer lugar, los estudios han pasado por alto cómo las características del vecindario contribuyen de forma importante al interés periodístico de determinadas víctimas. Aunque los homicidios tienen un patrón espacial, no conocemos ningún estudio en el que se haya tenido en cuenta la composición racial del vecindario a la hora de evaluar el interés periodístico relativo de las víctimas de homicidio. Abordamos esta carencia estudiando cómo la localización del homicidio, en particular la composición racial de los barrios, influye en el interés periodístico de las víctimas.

En segundo lugar, la mayoría de los estudios que examinan el interés periodístico de las víctimas de homicidio se han centrado casi exclusivamente en la cantidad de cobertura que reciben las víctimas. Sin embargo, la raza también influye en la forma en que se escribe un artículo, en el enfoque de la historia y en otros atributos que sólo pueden discernirse mediante una lectura atenta y la codificación. Taylor y Sorenson (2002) ofrecieron uno de los pocos estudios que utilizaron un enfoque cualitativo, aunque no se centraron en la raza. La preocupación por estos aspectos cualitativos de la noticiabilidad es especialmente importante en la era actual de las noticias en línea. Liberadas de las restricciones de límite de palabras y páginas, algunas fuentes de noticias en línea han empezado a informar sobre todos los homicidios que se producen en sus jurisdicciones. Esto hace que sea aún más importante ampliar las medidas existentes del interés periodístico. Lo hacemos midiendo si la información reconoce la “personalidad compleja” de las víctimas. Desarrollado por Avery Gordon (2008) en sus estudios sobre representación y empatía, este concepto denota la forma en que los lectores están expuestos a la humanidad multidimensional de los individuos (véase también Ríos 2017; Stuart 2020). Cuando las audiencias se enfrentan a la compleja personalidad de un individuo, desarrollan empatía, que les “persigue” durante un período de tiempo más largo.

En tercer lugar, los resultados de estudios anteriores sobre la raza y el interés periodístico de las víctimas de delitos están limitados por la selección y el posible sesgo de las muestras de noticias. En la mayoría de los estudios, las noticias sobre homicidios se recogen de un único periódico. El inconveniente de este enfoque es que los periódicos, como todos los medios de comunicación, varían mucho en sus prácticas informativas. Por lo tanto, los resultados basados en una única fuente pueden no reflejar el interés periodístico general de las víctimas de homicidio en la misma ciudad o localidad. Superamos esta limitación mediante la recopilación de todos los artículos de noticias, publicados por cada medio de noticias disponible, que informaron sobre las víctimas de homicidio en Chicago en 2016.

▷ Lo último (mayo 2024)

Marco conceptual
Estudios teóricos y empíricos anteriores describen la noticiabilidad como afectada por un conjunto diverso de factores, incluyendo la cultura de la sala de redacción (Gans 1979), las políticas de organización (Tuchman 1973), y las inclinaciones ideológicas de los editores (Fishman 1980). Sin embargo, como defienden Clayman y Reisner (1998), para medir el interés periodístico de un acontecimiento empírico no es necesario que los investigadores analicen todos los factores. En su lugar, los estudiosos deberían enfocar la noticiabilidad como un hecho social que puede observarse examinando qué sucesos “acaban” siendo noticia y cómo se cuentan esas historias. Al identificar qué muertes de víctimas se consideran más noticiables, examinamos cómo se entiende, se construye y se presenta el valor de las vidas de las víctimas en estos productos informativos finales.

Basado en la experiencia de varios autores, mis opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros lugares de esta plataforma, respecto a las características en 2024 o antes, y el futuro de esta cuestión):

La percepción de que las víctimas son noticia es inseparable de estereotipos y estigmas raciales arraigados. Los estereotipos raciales de la delincuencia han sido un rasgo perdurable de la cultura estadounidense, con la frecuente representación de las minorías, en particular los hombres negros e hispanos, como delincuentes (véase más en esta plataforma online). Las investigaciones demuestran sistemáticamente que los agentes de policía se basan en tipificaciones racializadas a la hora de tomar decisiones sobre detenciones (Beckett et al. 2006), y los funcionarios judiciales utilizan estereotipos raciales en las sentencias (Steen, Engen y Gainey 2005). Estas disparidades en las detenciones y los castigos refuerzan los mitos imperantes de que las minorías son más violentas, peligrosas y criminales que los blancos. Teniendo en cuenta estos estereotipos, es probable que la raza de la víctima influya en el hecho de que su muerte se considere excepcional o esperada. Prevemos que las víctimas negras e hispanas serán vistas como más “merecedoras” de su destino y, por tanto, menos noticiables. Por el contrario, dado que los individuos blancos son percibidos como menos asociados al comportamiento delictivo, su victimización será percibida como “inmerecida” y, por tanto, más noticiable.

La posible devaluación de las vidas de las minorías no sólo se manifiesta cuantitativamente por el número de artículos que recibe una determinada víctima de homicidio. Más bien, un análisis de las líneas narrativas raciales y daltónicas requiere examinar no sólo si se habla de las vidas de las minorías, sino también cómo se habla de ellas. Podría decirse que la forma más poderosa de expresar el valor de la vida de alguien es reconocer su compleja condición de persona, es decir, destacar y hablar de sus relaciones sociales, como los papeles clave en la familia y la comunidad. De hecho, investigaciones anteriores sobre la cobertura informativa revelan que las entrevistas con familiares son una forma de evocar reacciones emocionales en los lectores (Chermak 1995). Sin embargo, identificar, localizar y entrevistar a familiares, amigos y compañeros de la comunidad requiere un gran trabajo por parte de los periodistas. Es mucho más fácil basarse en los informes policiales, que normalmente no contienen información sobre la compleja personalidad de las víctimas. Por ello, es probable que los periodistas dediquen más esfuerzos a investigar e informar sobre los múltiples roles sociales de las víctimas cuando algo sobre las víctimas o los lugares del homicidio parece más noticiable. El resultado es que sólo algunas víctimas reciben este tipo de tratamiento empático.

Importancia de los Lugares
Las tragedias mortales de alto perfil que han afectado a comunidades negras e hispanas en el siglo XXI han llevado a comentaristas y movimientos sociales emergentes a renovar acusaciones de larga data de que la sociedad estadounidense, en particular los medios de comunicación, devalúa las vidas de las minorías y desprecia su pérdida. En este estudio, utilizamos el interés periodístico relativo de las víctimas de homicidio para medir empíricamente este proceso a nivel individual y de barrio, respondiendo al importante llamamiento de algunos autores para investigar más a fondo la racialización del lugar. Mediante el uso de modelos multinivel y un conjunto de datos originales, este estudio arrojó cuatro conclusiones principales, cada una de las cuales apoya la afirmación de que los medios de comunicación generan y reproducen historias raciales que devalúan sistemáticamente las vidas de las minorías.

En primer lugar, las víctimas asesinadas en barrios predominantemente negros reciben menos cobertura informativa que las asesinadas en barrios predominantemente blancos, incluso después de tener en cuenta la raza de la víctima y la tasa de homicidios de los barrios. En segundo lugar, las víctimas asesinadas en barrios mayoritariamente negros o mayoritariamente hispanos tenían muchas menos probabilidades de ser consideradas seres humanos multidimensionales que las víctimas asesinadas en barrios mayoritariamente blancos, sin tener en cuenta todos los controles. En tercer lugar, las víctimas asesinadas en vecindarios predominantemente hispanos recibieron una cobertura informativa significativamente mayor que las víctimas asesinadas en vecindarios predominantemente negros, pero era igualmente improbable que las víctimas asesinadas en vecindarios hispanos y negros fueran tratadas en términos de personalidad compleja. Por último, aunque las víctimas negras recibieron menos cobertura informativa y fue menos probable que se las reconociera como seres humanos complejos y multidimensionales que a las víctimas blancas, esto se debió principalmente al lugar donde fueron asesinadas. Debido a la persistente segregación racial, la mayoría de los residentes negros de Chicago residen y son asesinados en barrios predominantemente negros. Sin embargo, el lugar no pudo explicar plenamente las diferencias de interés periodístico entre las víctimas hispanas y las blancas.

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Parece que las disparidades basadas en la racialización del lugar en el interés periodístico de las víctimas de homicidio son el resultado de dos procesos interrelacionados que operan a nivel discursivo y organizativo. Las teorías más antiguas sugieren que las diferencias en la cobertura relativa y el tono dedicado a los asesinados en comunidades minoritarias pueden explicarse por la influencia de las narrativas culturales hegemónicas, obre las minorías y los barrios minoritarios. Debido a que la sociedad estereotipa a los residentes negros y, cada vez más, a los hispanos como intrínsecamente criminales, las organizaciones de noticias tratan los homicidios en barrios negros e hispanos como relativamente normales, poco notables y, como resultado, indignos de una cobertura informativa extensa o humanizadora. De hecho, tal y como plantean las teorías del estigma territorial, las imágenes racializadas de peligrosidad, inmoralidad e indignidad se han vinculado firmemente no solo a las minorías, sino a los barrios minoritarios en su conjunto. Uno de los aspectos más novedosos de este estudio es nuestra capacidad para confirmar empíricamente este proceso “conjunta e inseparablemente espacial-cum-racial” (Wacquant 2008:181), demostrando que la raza del vecindario importa para la noticiabilidad de las víctimas de homicidio incluso después de tener en cuenta la tasa de homicidios en diferentes barrios. Además, el impacto de la racialización del lugar sobre la noticiabilidad no puede explicarse por la lógica de la rareza, o por la mayor noticiabilidad de las víctimas de barrios en los que se producen relativamente pocos homicidios. En resumen, las narrativas culturales hegemónicas y el estigma territorial parecen ser las principales fuerzas que impulsan la devaluación de las vidas y los barrios de las minorías en las noticias.

Es importante señalar que las organizaciones de noticias, en particular los periódicos impresos tradicionales como el Chicago Tribune, han experimentado drásticos recortes presupuestarios y despidos en los últimos años. Estos cambios ejercen una presión adicional sobre los miembros del personal, lo que puede dar lugar a que los periodistas recurran a estereotipos raciales conscientes o inconscientes como atajos para determinar el interés periodístico. Al mismo tiempo, sin embargo, la contracción de los medios tradicionales ha ido acompañada del auge de las plataformas de medios en línea, lo que puede aliviar algunas de las disparidades espaciales y raciales en la información. Las organizaciones de noticias en línea se enfrentan a menos límites en el número de palabras, restricciones en el volumen de artículos y preocupaciones relacionadas con los ingresos que animan a los periodistas y editores a dar prioridad a unas vidas sobre otras. Como resultado, los medios de comunicación en línea proporcionan un vehículo para que las comunidades locales y los periodistas con mentalidad progresista dediquen más artículos a las víctimas minoritarias, proporcionando más oportunidades para transmitir la compleja personalidad de las víctimas. En Chicago, DNAInfo es uno de esos medios de noticias exclusivamente en línea, dedicado explícitamente a la información a nivel de barrio. En nuestra muestra analítica de 762 víctimas y 2.245 artículos, las víctimas recibieron una media de 1 artículo en DNAInfo. En cambio, las víctimas recibieron una media de 0,13 artículos en el Chicago Tribune, el periódico dominante de la ciudad (y anteriormente sólo impreso). Aunque prácticamente todas las víctimas de homicidio de este estudio recibieron al menos alguna mención, lo que no era necesariamente el caso hace dos décadas, el debate sobre sus muertes (y sus vidas) no se distribuye uniformemente entre los distintos medios de comunicación.

▷ Tasa de Mortalidad Superior
La policía mata a más de mil civiles cada año en Estados Unidos, una tasa de mortalidad muy superior a la que se registra en cualquier otro país desarrollado. Una causa importante de la epidemia de muertes de civiles es el mayor riesgo que corren los policías que patrullan las comunidades estadounidenses de ser agredidos por civiles con armas de fuego, de propiedad generalizada y a menudo no visibles. Sin embargo, muchos cientos de asesinatos de civiles cada año en Estados Unidos no son necesarios para proteger ni a la policía ni a otras personas de ataques que ponen en peligro sus vidas. Los gobiernos de Estados Unidos no han recopilado datos fiables, no han investigado las causas de las elevadas tasas de mortalidad ni han elaborado normas administrativas para reducir los homicidios innecesarios. Los vacíos de poder y experiencia que rigen la actual ignorancia y ensañamiento en el uso policial de la fuerza letal son consecuencia directa, aunque no intencionada, de la incapacidad de los gobiernos estatal y federal para hacer valer su autoridad sobre los muchos miles de cuerpos de policía locales que son progenie del sistema federal estadounidense.

Aunque los procesos interrelacionados de las narrativas culturales racializadas, el estigma territorial y las exigencias organizativas de las organizaciones de noticias ayudan a explicar las disparidades raciales en el interés periodístico encontradas en este estudio, es poco probable que esta relación sea únicamente unidireccional. Como demuestran anteriores investigaciones sobre los medios de comunicación, las disparidades raciales en la cobertura informativa y en la forma en que se retrata a las personas en dicha cobertura retroalimentan las narrativas culturales, el estigma territorial y las exigencias organizativas. La investigación sobre los “efectos de la exposición a los medios de comunicación” concluye sistemáticamente que las noticias conforman nuestra visión y comprensión del mundo que nos rodea, así como la forma en que actuamos a partir de esa comprensión.

En particular, la cantidad y el tono de la información sobre un homicidio concreto pueden influir incluso en el alcance y los recursos dedicados a las investigaciones policiales posteriores (Gilchrist 2010). Al prestar mayor atención a determinadas víctimas y comunidades que a otras, las organizaciones de noticias indican qué investigaciones de homicidios deben considerar más urgentes e importantes la ciudadanía y el Estado. Esto no sólo retroalimenta la devaluación de las minorías y de los residentes de comunidades minoritarias, sino que refuerza al mismo tiempo la percepción del mayor valor de las comunidades blancas. Como bien recuerdan las teorías estructurales del racismo daltónico, los relatos raciales funcionan como la contaminación atmosférica: son difíciles de ver con claridad, pero nos envenenan a todos. Afectan a nuestros mapas cognitivos, a nuestro sentido del yo, incluso a lo que decidimos hacer con nuestros cuerpos. Quizá lo más importante es que impiden que los blancos sientan verdadera empatía por la gente de color, alimentando la oposición a las crecientes declaraciones de que las vidas de los negros importan.

Revisor de hechos: Seymour

Recursos

Véase También

Sociología de la raza, Etnicidad
policía, violencia, justificación , legitimidad , normatividad , identidad social.

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3 comentarios en «Violencia Policial sobre Minorías»

  1. A partir de un conjunto de datos que contiene todos los artículos de noticias, los autores utilizan modelos multinivel para evaluar hasta qué punto la raza de las víctimas y la composición racial del vecindario están asociadas con el nivel de atención, o “interés periodístico”, dedicado a sus muertes. Utilizando dos medidas de interés periodístico -la cantidad de cobertura y el reconocimiento de la “personalidad compleja”- los autores encuentran importantes discrepancias. Estas conclusiones tienen importantes implicaciones para comprender y abordar el racismo daltónico, las prácticas informativas y el estigma territorial en la reproducción de ideologías racistas.

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  2. Además, hubo aún menos víctimas blancas asesinadas en barrios predominantemente negros. A pesar de constituir la mayoría de las víctimas de homicidio, hubo igualmente pocas víctimas negras asesinadas en barrios predominantemente blancos. Esta distribución racial de las localizaciones de los homicidios es un producto directo de los patrones de segregación residencial de larga duración en Chicago y en el conjunto de Estados Unidos. Dicho esto, el análisis de ciudades más pequeñas con una segregación menos rígida conlleva sus propias complicaciones, ya que es poco probable que estas ciudades experimenten el número de homicidios necesario para realizar un análisis sólido. En segundo lugar, Chicago experimentó un pico de homicidios en 2016, con un aumento del 58% respecto a 2015. Fue el año más mortífero de la ciudad desde la década de 1990. Aunque esto necesariamente aumentó el tamaño de nuestra muestra y puso de relieve las disparidades raciales, también puede haber sesgado algunos de los informes de homicidios de manera indetectable. En respuesta, tomamos medidas intencionales para reducir el sesgo potencial, excluyendo de nuestro análisis las noticias que discutían principalmente el pico, se centraban en las tendencias o, en general, sólo mencionaban a las víctimas de pasada. Limitamos nuestro análisis a las noticias que tratan directamente de un homicidio concreto o de la víctima.
    Uno de los próximos pasos más importantes para futuras investigaciones sobre la devaluación de las vidas de las minorías en la información periodística es ampliar el análisis más allá de Chicago para evaluar si las disparidades raciales espacializadas varían según el contexto geográfico. Además, dado que ciudades como Chicago han experimentado una notable pérdida de población negra, y que la mayoría de los estadounidenses viven en suburbios que se han empobrecido y han aumentado su diversidad racial y étnica en las últimas tres décadas y media, los estudios también pueden comparar la naturaleza racializada de la información sobre homicidios entre suburbios y grandes ciudades, entre diferentes suburbios y dentro de una misma ciudad suburbana a lo largo de la suburbanización de los residentes negros e hispanos.

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    • Hay poca variación, sin embargo, en la notificación de homicidios en los barrios hispanos, el trabajo futuro puede desentrañar cómo el estatus de inmigración o nacionalidad, además de la raza, puede explicar la devaluación y el interés periodístico relativo de ciertos barrios y sus residentes. Los investigadores también pueden explorar la distribución conjunta de raza/etnia y estatus socioeconómico en la determinación del valor percibido de los barrios, ya que la segregación residencial conduce a disparidades tanto raciales como socioeconómicas en los barrios. Dada la fuerte asociación de la medida de control de género utilizada en este estudio con ambas medidas de noticiabilidad consideradas, la investigación futura también puede beneficiarse del análisis de la interseccionalidad de raza y género, que ha sido en gran parte inexplorada en la literatura de noticiabilidad. Por último, la investigación futura puede ampliar el componente cualitativo del análisis. Son importantes las observaciones etnográficas de periodistas y editores para comprender mejor cómo sus decisiones sobre qué víctimas cubrir, y cómo cubrirlas, se basan en ideologías raciales y las reproducen.

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