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Identidad Amenazada

Una sociedad (relativamente) homogénea podría justificar la práctica general de limitar la inmigración y la ciudadanía a quienes cumplieran la prueba de nacionalidad del grupo dominante, haciendo ciertas excepciones para dar cabida a los derechos de (al menos algunos) refugiados políticos, inmigrantes residentes (no nacionales) de larga duración y productivos, y (al menos algunos) indigentes económicos. En pocas palabras, el argumento concluye que incluso si el Estado-nación puro no es moralmente defendible, un Estado que, no obstante, está animado por el principio de preservar una nación es moralmente legítimo, siempre que haga algunas excepciones (relacionadas con ciertos derechos de los individuos y exigencias de justicia distributiva) que concedan la ciudadanía a ciertos individuos que no son miembros de una nacionalidad. ¿Es este un argumento sólido?

Federación

Federación en el Derecho Legislativo y Político Examen de la materia ofrecido por el Diccionario universal de términos parlamentarios, de la Secretaría de Servicios Parlamentarios de la Cámara de Diputados de México: Origen de la Expresión Deriva esta palabra del latín foederatio-onis que a su […]

Migración Étnica Forzada

A lo largo del siglo XX, durante la formación de las naciones y la definición étnica de los Estados nacionales en los territorios de los antiguos imperios multiétnicos de Europa, concretamente en Europa Central, Sudoriental y Oriental, se produjeron movimientos de población de una escala sin precedentes. La reubicación forzada, el vuelo y la expulsión se esbozan utilizando el ejemplo de cuatro complejos definidos en el espacio y el tiempo. Los cambios de población numéricamente más extensos fueron iniciados por las políticas de expansión del nacionalsocialismo y desencadenaron una espiral de fuerza y violencia de la que, con el tiempo, gran parte de la población alemana también fue víctima. Los motivos y prácticas de las migraciones forzadas solo difieren en grado y detalle. La cuestión de quién inició la espiral de violencia y, en consecuencia, creó un orden extremadamente polarizado del que ni los perpetradores ni las víctimas pudieron (o quisieron) retirarse es históricamente significativa.