Corporaciones Estatales

Este elemento es una ampliación de los cursos y guías de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y análisis sobre este tema.

Consideraciones Generales

Hace referencia la expresión “corporaciones estatales”, en esta plataforma global, fundamentalmente a empresas de negocios pertenecientes en parte, directa o indirectamente a un Estado o entidad estatal.Entre las Líneas En esta plataforma, los conceptos y temas relacionados con corporaciones estatales incluyen los siguientes: Estímulo económico, Finanzas públicas, Economía y finanzas, Organización gubernamental, Empresas públicas, Cooperación entre el sector público y el privado, Concesiones. Para más información sobre corporaciones estatales en un contexto más anglosajón, puede verse, en inglés, State corporations (corporaciones estatales).

Autoridades corporativas de las unidades Territoriales en el Derecho Constitucional Comparado del Continente Americano

Se ofrece un estudio comparativo primario sobre esta cuestión constitucional en los países de América.

Corporaciones Públicas más allá de los Estados y Mercados: Del capitalismo liberal al capitalismo organizado

Ahora, en estos tiempos de posglobalización, la “corporación global” está perdiendo terreno y las diferencias entre las empresas y sus estrategias son cada vez más evidentes. Como argumentamos, éstas se están convirtiendo de nuevo en empresas “nacionales”, de dos maneras.Entre las Líneas En primer lugar, los Estados están adquiriendo cada vez más participaciones directas en empresas. Esto es especialmente cierto para las empresas de países que no pertenecen a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), pero cada vez más también para las empresas occidentales.Entre las Líneas En segundo lugar, los Estados utilizan cada vez más las empresas nacionales como instrumentos de política económica. La idea de un ‘mundo de los negocios’ homogéneo y mítico, con sus propias racionalidades, estrategias e intereses, firmemente separados del ámbito público y político, parece cada vez menos convincente. Más bien, las corporaciones se están convirtiendo cada vez más en asuntos públicos, una tendencia que ha sido visible desde hace algunos años en los capitalismos occidentales: Subvenciones (ocultas) y los rescates al final tienen que ser pagados por un gobierno. Por otra parte, las oleadas de privatizaciones han llevado a las empresas a hacerse cargo de los servicios públicos. Esta nueva “cara pública de las empresas” plantea cuestiones sobre la responsabilidad, la legitimidad y la democracia de las empresas. Nota: a veces, a las finanzas corporativas se ha dado en llamar “financiarización”.

Las empresas están en el centro de las economías capitalistas, ya que la inversión, la producción y la distribución tienen lugar dentro de los límites de la empresa como entidad jurídica específica, ya sea de gestión privada o de propiedad estatal.

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Puntualización

Sin embargo, en los últimos años y décadas, la economía política internacional ha tratado a menudo lo privado y lo público como dos esferas dicotómicas. La distinción analítica entre autoridades públicas y empresas privadas se reforzó hasta el punto de que la economía política internacional se redujo a menudo a los efectos cruzados entre los dos ámbitos de los Estados y los mercados. [rtbs name=”mercados”] En consecuencia, el comportamiento de las empresas tiende a explicarse predominantemente por la virtud de las fuerzas del mercado: es decir, las reglas del mercado determinan lo que hacen las empresas. Esto viene con una problemática negligencia de las perspectivas dentro de la empresa, donde las racionalidades y jerarquías organizacionales tienen un tremendo efecto en el comportamiento de las empresas.

Detalles

Las empresas no actúan espontáneamente ni se adaptan rápidamente a los entornos cambiantes; al igual que las burocracias, son organizaciones planificadas de alta complejidad institucional, y esta característica determina el comportamiento de la empresa tanto (si no más) como las reglas del intercambio de mercado. La hipótesis de lograr una mayor eficiencia para las corporaciones al mantenerlas `puramente económicas’ no se sostiene empíricamente.

Puntualización

Sin embargo, si las empresas privadas no son automáticamente más eficientes, no hay ninguna razón obvia por la que las empresas deban ser privadas en absoluto. Al equiparar “negocio” con “mercados”, por lo tanto, se obtiene una imagen inexacta de la actividad de la empresa y se generan conceptos analíticos erróneos. Otra consecuencia de esto ha sido la reificación de las autoridades públicas y los actores privados como instancias “puras”. La intrusión del interés privado en la formulación de políticas públicas se ha identificado tanto como excepcional como el impacto de la acción estatal en el comportamiento de las empresas. Se han analizado como casos de cabildeo, corrupción o clientelismo, pero de una manera que pone de relieve lo poco normal que son estas relaciones. Esta es la historia principal del poder político de las corporaciones que dominaron el política económica internacional.

Puntualización

Sin embargo, esta historia es problemática por razones empíricas y normativas. Empíricamente, como hemos visto anteriormente, esta idea de dos reinos distintos es poco realista; esto es bien conocido en las economías asiáticas y latinoamericanas, pero cada vez más también es cierto en las economías occidentales. Investigaciones recientes, por ejemplo, demuestran cómo las empresas en el corazón liberal del sistema de los EE.UU. se benefician de los grandes recursos que el Estado proporciona para compensar los costos (o costes, como se emplea mayoritariamente en España) de las empresas. Esto es aún más obvio para las empresas del sector financiero, donde el Estado aparece como un propietario parcial o como un acreedor importante.Entre las Líneas En los años noventa, los Estados buscaron la virtud en la corporatización de las empresas públicas, sobre todo por razones de eficiencia. Un ímpetu progresivo para la corporatización (para servir mejor a las necesidades y propósitos del público) ha sido rápidamente marginado a favor de una tendencia hacia la “corporatización neoliberal”. El propósito público, en otras palabras, ha sido en gran medida marginado en el proceso de hacer que las corporaciones públicas sean más `empresariales’.

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• Blinken critica a Israel por no tener un plan para evacuar y proteger a los civiles de Rafah

Dada la tendencia de las autoridades públicas a transferir sistemáticamente fondos a empresas individuales, se plantea la cuestión normativa de si el público debería tener más peso en la forma en que se gestionan las empresas y qué objetivos deben cumplir. Durante el apogeo del debate sobre la globalización, cuando el poder de las corporaciones era míticamente exagerado, esta pregunta fue respondida con la ayuda de la construcción de la gobernanza global. Como una especie de legitimidad de salida, las acciones de las corporaciones son de alguna manera legítimas si contribuyen al interés público mundial, sea cual fuere su definición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).Si, Pero: Pero si se toma más en serio la cuestión de la legitimidad, también se relaciona con la dimensión de los insumos. Entonces, es una consecuencia lógica evaluar las actividades de las empresas por los estándares de participación, transparencia y rendición de cuentas, a nivel de la empresa, la industria y a nivel nacional. Desde una perspectiva de gobernabilidad democrática, las corporaciones tendrían que estar bajo control democrático si sus acciones tienen un fuerte impacto social, tanto económico como de seguridad humana.

Basado en la experiencia de varios autores, mis opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros lugares de esta plataforma, respecto a las características en 2024 o antes, y el futuro de esta cuestión):

Otros Elementos

Además, dado su carácter de entidades público-privadas, estas corporaciones requieren más legitimidad de la que proporcionan los diversos esquemas de RSE.Entre las Líneas En otras palabras: si las empresas dependen de recursos públicos de cualquier tipo, ¿por qué no deberían estar sujetas al interés público? Este”enfoque de las partes interesadas” de la empresa no es nuevo. Se ha articulado en relatos anteriores que destacan el carácter organizado del capitalismo moderno.Entre las Líneas En este caso, las empresas se ven obligadas por intereses colectivos de carácter sectorial o político, y no solo por el afán de lucro, como en el capitalismo liberal. Las corporaciones pueden entonces ser concebidas como empresas cuasi-públicas y no solo como los asuntos privados de sus propietarios.

Es importante destacar aquí que la idea del capitalismo organizado ha sido una consecuencia directa de los análisis del capitalismo moderno del siglo XX. Esto se caracterizó por la formación de grandes empresas que limitaron la complejidad de la producción capitalista dentro de las empresas individuales. Como consecuencia, las economías capitalistas más exitosas se han alejado de la coordinación del mercado hacia la coordinación planificada de sus capacidades productivas. El movimiento hacia la coordinación planificada no se ha producido únicamente, o incluso principalmente, a nivel del Estado, sino a nivel de la organización empresarial. De este modo, este paso hacia la organización planificada a gran escala de la actividad económica trajo consigo una estrecha proximidad entre el Estado y las grandes empresas. La separación de la propiedad y la gestión ha sido un desarrollo lógico en el movimiento hacia la coordinación planificada, que refleja la administración técnica de los organismos públicos dentro de las burocracias.

Si observamos un renacimiento de la corporación como empresa pública (a medida que se convierte en un tema de interés público colectivo), podemos interpretar el predominio de la opinión de los accionistas de la empresa como un interludio histórico que abarca cuatro décadas desde principios de los años ochenta. El valor del accionista aparece entonces como una forma de controlar la acción de las empresas, mientras que otros criterios (por ejemplo, democráticos) también pueden ser invocados. El retorno a una forma más organizada de capitalismo es una opción realista, no solo porque los intereses de las autoridades públicas y de las empresas se están acercando entre sí, sino también porque persisten las características organizativas de las corporaciones: las empresas tienden a crecer cada vez más fuertes, a convertirse en organizaciones grandes y complejas, con fuertes jerarquías dentro de ellas, y enormes recursos de poder en relación con su entorno.

Una Conclusión

Por lo tanto, el viejo argumento sobre el poder de las multinacionales no es obsoleto porque estas empresas son menos transnacionales que, por ejemplo, hace diez años. Siguen siendo grandes empresas con enormes poderes que todavía no están sujetas a la responsabilidad pública.

Puntualización

Sin embargo, los cambios en la economía global durante las últimas dos décadas han hecho que el nivel nacional de regulación sea más importante para el control del poder corporativo.

Por lo tanto, un `nuevo política económica internacional de la corporación’ no puede limitarse al estudio de los grandes problemas globales de las corporaciones únicamente. Tiene que adoptar una postura más internacional y comparativa para comprender el papel de la empresa privada en la economía mundial. Esto requiere un marco de análisis más detallado, tal como se indica a continuación:

• Abordar la diversidad de las empresas, dentro de los límites nacionales y a escala mundial, y aprender sobre sus características y racionalidades. Sólo entonces es posible entender por qué determinadas empresas actúan como lo hacen.
• Ver las diferentes formas en que interactúan los estados y las empresas. No existe una dependencia universal unilateral, ya que las relaciones entre el Estado y las empresas son múltiples y están cambiando rápidamente. Si bien hay casos en que las grandes empresas que operan a nivel mundial (o global) (en particular las empresas financieras) dejan a los Estados relativamente impotentes, las empresas son primus inter pares en otros países y, de nuevo, en otros países, las empresas son herramientas para la formulación de políticas económicas, tanto en el ámbito nacional como en el extranjero. Pensar en términos de intereses “públicos” versus” privados” tiene cada vez menos sentido.
• Pensar más allá de la visión estándar de la empresa. No todas las empresas están controladas por accionistas y dirigidas por gerentes, ya que las finanzas corporativas crean nuevas raciones corporativas. Al mismo tiempo, las empresas familiares desempeñan un papel importante en todo el mundo, así como las empresas en las que otras partes interesadas distintas de los propietarios de capital tienen una gran voz. Y en tiempos en que determinadas empresas se están convirtiendo cada vez más en objeto de la formulación de políticas económicas, esto plantea de nuevo la cuestión del papel público de las empresas y su control.

Revisor: Lawrence

Recursos

Véase También

• Corporaciones Extranjeras
• Corporaciones
• Corporaciones Transnacionales

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