Significado de la Disrupción Digital

Significado de la Disrupción Digital

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Nota: sobre la Disrupción Digital en general, véase aquí.

Implicaciones y Ventajas de la Disrupción Digital

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En la mayoría de los “negocios normales”, el impacto de lo digital será diferente al que tenga para gigantes tecnológicos como Amazon, Google y Facebook. Aquí detallo cuatro implicaciones a las que debería prestar atención y que no siempre se entienden:

1. Efecto red: el ganador no siempre se lleva todo

La primera idea equivocada común es que, en un mundo digital, el ganador se lo lleva todo. Muchos modelos de negocio que hacen un uso extensivo de tecnologías digitales tienen características propias de la organización en red. Esto significa que cuántos más usuarios y proveedores de contenidos se sumen a la idea, mejor funcionará el modelo de negocio. La gente acude en tropel a Facebook, por ejemplo, porque la mayoría de sus amigos y familiares están allí, lo que a su vez permite a la red social recopilar una gran cantidad de información sobre nosotros y atraer anunciantes. Dados estos efectos de red – como proclaman muchos – los mercados se convierten en un “todo para el ganador”: la red más grande vence y echa al resto de rivales (como MySpace y Google+). Esa es la razón por la que una empresa como Uber necesita crecer mucho y deprisa. También es la razón de que a sus inversores no les haya preocupado perder dinero en un principio. Porque lo están perdiendo: las pérdidas de Uber solo durante la primera mitad de 2016 sumaron más de 1.270 millones de dólares (unos 1.217 millones de euros).

Esa lógica a veces es válida, sin embargo no suele ocurrir porque las redes rara vez son excluyentes. Si viaja a Singapur lo puede ver. Allí, cada taxista tiene al menos dos móviles en su ventana: si le entra un cliente por medio de una red, dará al botón de “aceptar” y apagará el otro teléfono. Los taxistas inevitablemente forman parte de múltiples redes rivales. De forma parecida, la mayoría de los pasajeros tiene al menos dos apps de transporte en su smartphone. Si necesitan un taxi, comprueban rápidamente las dos aplicaciones y utilizan la que ofrezca un vehículo más rápido y con la mejor tarifa.

Creer que un efecto red siempre creará un mercado de todo-para-el-ganador es una idea equivocada. A veces puede suceder, pero existe al menos el mismo número de mercados con efecto red que fácilmente pueden sostener a una variedad de actores.

2. Complementar no implica sustituir

Un segundo error sobre la disrupción digital es pensar que una nueva tecnología siempre sustituye otra anterior, a la que convierte en obsoleta. Es cierto, hemos sido testigos de la sustitución de las máquinas de fax por el correo electrónico, del reemplazo de los disquetes por las memorias flash y de la suplantación de la Enciclopedia Británica por la Wikipedia.Si, Pero: Pero las industrias con sustitutos perfectos son la excepción que confirma la regla: en la mayoría de los casos, lo digital ofrecerá un nuevo complemente, no un sustituto. Se trata por tanto de una dinámica de mercado muy distinta.

Considere el ejemplo de mi propio campo: la educación superior. Muchos personas han asegurado que el aprendizaje en línea volverá obsoletas las clases tradicionales, que las universidades físicas serán reemplazadas por universidades en línea y que los MOOC serán la nueva norma.

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Sin embargo, esto no es lo que está ocurriendo del mismo modo que la invención de la imprenta no terminó con los sermones presenciales durante el siglo XV.

Los modelos de negocio y las ventajas competitivas son sistemas complejos. Constan de elementos múltiples –tangibles e intangibles– que interactúan entre sí, es su mezcla lo que hace que funcionen.Entre las Líneas En muchos mercados, lo digital solo añadirá un factor nuevo a la mezcla o reemplazará un elemento, pero pocas veces todos los existentes. Esto significa que, en muchos negocios, las tecnologías digitales complementarán y alterarán los recursos y capacidades de los líderes consolidados del mercado, pero desde luego no siempre podrán reemplazarlos por completo. Por tanto, cuando elabore una estrategia de cara a la transformación o disrupción digital, ésta debe estar enfocada a identificar complementos en lugar de asumir directamente una sustitución total.

3. La geografía (aún) importa.

Un tercer error sobre la disrupción digital es la suposición de que la distancia geográfica ha perdido relevancia puesto que ahora podemos comunicarnos de forma instantánea con cualquier persona en cualquier parte del mundo.

Puntualización

Sin embargo, y aunque no nos demos cuenta, la proximidad aún importa: las investigaciones nos dicen, por ejemplo, que la gente tiende a subestimar el valor de las comunicaciones cara a cara.

Un ejemplo es el sector de la consultoría empresarial o estratégica. Se trata de una industria que durante muchas décadas ha permanecido estable y con una composición bastante homogénea.

Detalles

Las empresas líderes llevan muchos años haciendo básicamente lo mismo: emparejar consultores con clientes. Como empresa, McKinsey encuentra proyectos de consultoría y entonces los empareja con personas que ha contratado y formado. Así se ha hecho siempre.

Sin embargo, en los últimos años algunas empresas nuevas han descubierto que en la era digital actual es posible que haya otras maneras más eficientes de emparejar clientes con consultores: en línea, a través de términos de búsqueda, y con detalladas bases de datos. Algunas han lanzado incluso plataformas digitales donde la demanda y la oferta entran en contacto. Otras han desarrollado bases de datos con consultores autónomos en las que buscan las personas adecuadas para los proyectos que reciben.

No obstante, la mayoría de estas empresas advenedizas no han logrado escalar su propuesta. Han subestimado la relevancia de la interacción humana.Entre las Líneas En los trabajos de consultoría, la capacidad de descifrar las emociones, intenciones y personalidades de los demás es primordial, no solo en términos de cómo trabajan los consultores con los clientes, sino también para decidir a qué consultor se le asigna cada proyecto. No se puede tener éxito en la consultoría sin ello.

Una empresa que ha entendido esto muy bien es Eden McCallum. La compañía también ha desarrollado un modelo de negocio basado en una bolsa de consultores autónomos, pero en lugar de depender de una base de datos, una plataforma o algún otro tipo de función de búsqueda digital, entendieron que en su negocio –la consultoría estratégica de alto nivel– no existe sustituto a conocer realmente una persona. McCallum tomó la decisión estratégica de no depender de la tecnología digital y hacer una gran inversión en el arte de la vieja escuela de conocer a la gente: formó un equipo de alrededor de 20 socios que trata e interactúa de forma regular con alrededor de 700 consultores y más de 300 clientes importantes. La empresa ha abierto oficinas en Londres (Reino Unido), Ámsterdam (Holanda) y Zúrich (Suiza). Incluso fue destacada en Harvard Business Review por el profesor Clay Christensen como la principal precursora de la próxima ola disruptiva dentro de la industria de la consultoría, aunque con un modelo completamente no digital.

Eden McCallum demuestra que no toda la disrupción ha de ser digital. Las tecnologías digitales tienen más probabilidades de prosperar en industrias y partes de la cadena de valor en las que las interacciones cara a cara sean menos relevantes.

4. ¿Velocidad? No tan rápido.

Una de las características de la era digital, sigue afirmando la gente, es que los cambios son rápidos.Entre las Líneas En consecuencia, y dado que el mundo está cambiando tan deprisa, las empresas también necesitan cambiar deprisa.

La primera parte de esta afirmación –que el mundo está cambiando más deprisa que nunca – es también cuestionable.

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Las investigaciones académicas sugieren que el ritmo del cambio no ha ido al alza en absoluto. Pero, incluso si su negocio está experimentando cambios constantes, esto tampoco significa que su empresa deba cambiar rápidamente, sino que probablemente le convenga lo contrario.

Si en una industria de cambios rápidos su empresa cambia a la misma velocidad que la industria, es muy probable que se esté subiendo al carro de todo tipo de modas pasajeras. ¿Recuerda Second Life, el mundo virtual en el cual la gente podía vivir a través de un avatar? Se suponía que iba a ser la próxima gran tendencia. El banco holandés ING decidió actuar deprisa. Montó rápidamente un gran equipo de ejecutivos entregados que investigaría sobre ello, desarrollaría aplicaciones y comercializaría sus productos dentro del mundo virtual. ING estaba decidido a no perder el tren.Si, Pero: Pero el tren nunca salió de la estación: Second Life no fue más que una moda efímera que desapareció después de unos pocos años sin pena ni gloria. La inversión de ING no sirvió para nada.

A veces es mejor enfrentarse a los cambios contextuales y la incertidumbre sin cambiar en absoluto –al menos no de inmediato – y dejar que el tiempo siga su curso. Si su empresa se encuentra en un entorno en el cual surgen y desaparecen deprisa las nuevas tecnologías, puede que necesite ralentizar la marcha en lugar de acelerar. Dado el nivel de incertidumbre del mercado, realmente solo podrá distinguir entre modas pasajeras y los desarrollos más significativos cuando haya transcurrido un tiempo. Puede parecer paradójico, pero en un entorno de cambios constantes y rápidos, intentar igualar la velocidad de estos puede provocar que le salga el tiro por la culata.

Lo digital está cambiando la naturaleza de la ventaja competitiva en muchos negocios, de la misma forma que lo hicieron antes otros avances tecnológicos.

Puntualización

Sin embargo, el cambio no será uniforme en todas las industrias. Las tecnologías digitales están afectando y afectarán a cada negocio de manera diferente. Si obvia estos matices, sus decisiones estratégicas podrían descarrilar seriamente.

Fuente: HBR

La disrupción es constante

El tema de la disrupción en la industria, “un proceso mediante el cual una empresa más pequeña con menos recursos puede desafiar con éxito a las empresas establecidas”, está plagado de conceptos erróneos. Uno de los más grandes es que se trata de un evento misterioso, aleatorio e impredecible. Otra es que le sucede de formas que están más allá de su control. Esas vistas pueden haber sido válidas al mismo tiempo, pero ya no se aplican. La disrupción de la industria, como lo ha encontrado la investigación de Accenture, es razonablemente predecible. Y con la sabiduría sobre su previsibilidad viene la oportunidad.

Para ayudar a los líderes empresariales a comprender mejor la disrupción de la industria, desarrollamos un índice que mide el nivel actual de disrupción de una industria, así como su susceptibilidad a disrupciones futuras. Para los primeros, examinamos la presencia y la penetración en el mercado de empresas disruptoras; también consideramos el desempeño financiero de los titulares. Para este último, medimos la eficiencia operativa de los titulares, el compromiso con la innovación y las defensas contra los ataques.
Finalmente, el índice de disrupción de Accenture posicionó a 20 sectores de la industria -y 98 segmentos dentro de esos sectores- en contra de esos dos ejes. Luego usamos las puntuaciones medias como puntos de división para destacar cuatro estados distintos de disrupción: durabilidad, vulnerabilidad, volatilidad (véase su definición en el diccionario y más detalles, en esta plataforma, sobre este término) y viabilidad.

Nuestra investigación demostró que es posible que los ejecutivos de negocios evalúen qué tan susceptible es su industria a las interrupciones y por qué y que hagan lo mismo a un nivel más detallado para su empresa. Con ese conocimiento, estarán en mejores condiciones para definir la respuesta estratégica correcta y actuar con confianza.

En el estado de durabilidad, encontramos industrias eficientes y maduras: piense en bebidas alcohólicas o llantas y caucho. Los titulares en estas industrias a menudo poseen marcas establecidas, tecnología patentada y control de canales (véase qué es, su definición, o concepto, y su significado como “canals” en el contexto anglosajón, en inglés) de distribución. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Estas ventajas se pueden utilizar para controlar la repentina afluencia de competencia no tradicional, si los ejecutivos están preparados para responder a las demandas cambiantes de los consumidores y aprovechar las oportunidades de crecimiento que esas tendencias pueden revelar. Por ejemplo, en Estados Unidos y Europa, los gustos de los consumidores se han desplazado hacia la cerveza artesanal local. Hubo más de 5.000 cervecerías artesanales en Estados Unidos en 2016, en comparación con las 1.400 de hace una década, según Statista.

Detalles

Las empresas cerveceras multinacionales han respondido invirtiendo o adquiriendo grandes cerveceras artesanales como Lagunitas, Craft Brew Alliance y Goose Island para obtener un punto de apoyo inmediato en el mercado.

En el estado de vulnerabilidad, los titulares se benefician de la presencia continua de altas barreras de entrada, como la regulación y los requisitos de capital.

Puntualización

Sin embargo, las empresas en este estado a menudo enfrentan una presión creciente para mejorar la eficiencia y reducir los costes (o costos, como se emplea mayoritariamente en América) operativos en sus negocios heredados, y esta presión atrae a los disruptores oportunistas. Piense en el sector de la salud: las empresas más nuevas están ingresando al mercado con la capacidad incorporada de utilizar sensores conectados e inteligencia artificial para monitorear (vigilar) (vigilar) en tiempo real las condiciones de los pacientes, especialmente aquellos que padecen enfermedades crónicas. Mientras tanto, cada vez más personas se ven obligadas a adoptar estas tecnologías para seguir siendo competitivas, incluso cuando las presiones sobre el coste (o costo, como se emplea mayoritariamente en América) y la productividad se agudizan.

En el estado de volatilidad, las industrias experimentan altos niveles de interrupción y son susceptibles a más interrupciones en el corto plazo. Las barreras a la entrada, anteriormente fuertes, han perecido; los activos fijos como las flotas de automóviles, los hoteles, las sucursales bancarias y la infraestructura de telefonía fija se han convertido en puntos débiles.Entre las Líneas En el transporte, por ejemplo, las opciones bajo demanda han sacudido el mercado y los taxis tradicionales están luchando, tardíamente, con aplicaciones como Arro y Way2Ride. Los nuevos competidores ni siquiera se mantienen alejados de las industrias más tradicionales de bajo margen. Los supermercados son un buen ejemplo. La adquisición de Whole Foods por parte de Amazon está obligando a muchos operadores tradicionales en el segmento de comestibles a reconsiderar sus estrategias de lanzamiento al mercado.

El estado de viabilidad es donde encontramos industrias nuevas o renacidas que han sufrido una interrupción significativa. El panorama competitivo ofrece oportunidades para nuevas eficiencias estructurales, pero las altas tasas de innovación significan que las fuentes de ventaja competitiva a menudo son efímeras a medida que surgen nuevos disruptores continuamente.Entre las Líneas En este estado, la interrupción no es (o ya no es) repentina y violenta; se ha convertido en una constante. Considere la industria editorial de periódicos. Después de una disminución dramática en las ventas impresas y la publicidad, algunos periódicos se han restablecido a sí mismos como plataformas digitales. Otros están explorando modelos de suscripción. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).

Puntualización

Sin embargo, la industria continúa enfrentando retos significativos y persistentes relacionados con los ingresos publicitarios, así como con los costes (o costos, como se emplea mayoritariamente en América) de mano de obra y producción y la demanda cambiante de los consumidores.

Ante la interrupción, muchos líderes se aferran a su negocio heredado.

Aviso

No obstante, los líderes que entienden los diversos estados disruptivos y el lugar de su compañía en ellos serán más propensos a ver la interrupción como una fuerza positiva, no como una señal para proteger lo viejo, sino como una guía convincente para liderar en lo nuevo. Verán la interrupción como un medio para mejorar su organización y ser más viables financieramente, posiblemente incursionando en nuevos mercados.

Con base en las características únicas de los cuatro estados, nuestra investigación sugiere que las siguientes estrategias pueden ayudar a los líderes empresariales a tomar el control de las interrupciones:

En el estado de durabilidad, las empresas deben reinventar activamente su negocio heredado en lugar de centrarse en preservarlo. Esto significa tomar medidas tanto para mantener el liderazgo (véase también carisma) de costes (o costos, como se emplea mayoritariamente en América) en su negocio principal como para realizar experimentos exhaustivos para aumentar la relevancia, por ejemplo, haciendo ofertas clave no solo más económicas sino también mejores para sus clientes. El segmento minorista del hogar, por ejemplo, rinde por debajo de la inversión promedio en I+D para todas las industrias por un factor de siete.

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Sin embargo, existen excepciones, como Lowe’s, el minorista de mejoras para el hogar.Entre las Líneas En 2014, la compañía creó Lowe’s Innovation Labs, una iniciativa que produjo el “Holoroom”, una experiencia de diseño de realidad mixta en evolución y el robot de servicio minorista autónomo “LoweBot”. Este emprendimiento señala el compromiso del minorista de mejoras para el hogar de crear una experiencia para el cliente que atraerá a la creciente generación de los llamados nativos digitales.

Los que se encuentran en el estado de vulnerabilidad deben abordar los desafíos de productividad en sus negocios heredados de inmediato y a fondo para ponerse en forma para futuras innovaciones (propias o de la competencia). Una forma es reduciendo la dependencia de los activos fijos. Otra es tomar activos infrautilizados y monetizarlos. Los principales productores de energía independientes, por ejemplo, han comenzado a implementar modelos de negocio ligeros como los activos basados ​​en plataforma. Considere Next Kraftwerke en Alemania, que ha desarrollado una red de más de 3.000 activos distribuidos que producen y consumen energía en Europa Central para crear una “planta de energía virtual”. Next Kraftwerke ofrece servicios como respuesta a la demanda, que reduce el consumo de electricidad de sus clientes durante los períodos pico para reducir costes.

Para las empresas en el estado de volatilidad, cambiar radicalmente el curso actual es la única forma de sobrevivir.Entre las Líneas En lugar de simplemente abandonar el negocio principal, las empresas deberán lograr un delicado equilibrio al realizar movimientos de reestructuración corporativa y financiera. El conglomerado danés Maersk es una compañía que actúa sabiamente en el estado de inestabilidad de la volatilidad. Está separando sus negocios de exploración y producción petrolera, plataforma de perforación y petroleros en una nueva unidad de energía para ser escindida, vendida o fusionada con otras compañías. Ya ha vendido Maersk Oil en un acuerdo con Total por 7.500 millones de dólares (unos 6.479 millones de euros). Este pivote le ha permitido a Maersk elevar su desempeño, concentrarse en hacer crecer su negocio central de transporte y logística en el que tiene escala mundial (o global) y buscar nuevas oportunidades de crecimiento.

Las empresas en estado de viabilidad deben adoptar estrategias que las mantengan en un estado constante de innovación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Esto implica aumentar la penetración de ofertas innovadoras con clientes existentes mientras se expande agresivamente en mercados adyacentes o totalmente desconocidos al aprovechar la fortaleza de su negocio principal. Para revisar la industria editorial de periódicos, considere el New York Times, que tiene cerca de 2.500 millones de suscriptores (digitales) y continuamente agrega características y servicios. El chat de la compañía alimentado por inteligencia artificial permitió a los usuarios acceder a datos y análisis de encuestas actualizados durante las elecciones de 2016. Y sus películas de realidad virtual permitieron a los suscriptores sumergirse en los viajes de los periodistas. El Times tiene objetivos ambiciosos para el crecimiento internacional y se esfuerza por duplicar sus ingresos digitales a 800 millones de dólares (cerca de 691 millones de euros) para 2020.

Marie Curie, que recibió el Premio Nobel de Física en 1903 y en Química en 1911, tenía un punto de vista que ayudaría a los actuales líderes empresariales: “No hay que temer nada en la vida; solo debe entenderlo”. Comprender dónde se encuentra su industria en términos de su susceptibilidad a la interrupción lo ayudará a tomar decisiones estratégicas trascendentales. El momento adecuado para comenzar a tomar el control de su estado único de interrupción es ahora.

Fuente: HBR

Disrupción digital y reajuste

Con la posible excepción de la nanotecnología y la biotecnología, ninguna otra tecnología parece prometer tantas mejoras en las vidas de los ciudadanos como la digital. Esta se distingue por su ubicuidad y sus múltiples aspiraciones de uso. Las tecnologías digitales están implicadas en cómo trabajamos, cómo compramos, cómo aprendemos y cómo jugamos, y desempeñan el papel vital de empoderar a los individuos y las comunidades. Se espera que la aplicación de dichas tecnologías incremente la productividad y la competitividad, transforme los sistemas educativos y culturales, estimule el intercambio social y democratice las instituciones. Aun así, hay constantes peticiones para reevaluar su gestión cuando los beneficios prometidos van acompañados de peligros, reales o imaginarios, para los consumidores y los ciudadanos en general. La difusión de estas tecnologías por toda la sociedad está poniendo en cuestión nuestras ideas más arraigadas sobre el poder, los privilegios y la influencia social. Urge evaluar si estas aspiraciones están siendo realmente realizadas, dada la posibilidad que de los supuestos beneficios puedan tornarse en promesas vanas o acaben siendo simples aproximaciones a las transformaciones profundas que se prometían.

Desde los medios sociales manejados por algoritmos hasta el «Internet de las cosas» (la casa inteligente Alexa, de Amazon), pasando por los test para coches sin conductor, los robots para el cuidado personal, los ordenadores portátiles, los robots abogados para el acceso de las personas a la justicia y las máquinas de reventa para comprar entradas o vales de descuento, para algunos la tecnología digital está abriendo nuevas posibilidades que convertirán este mundo en un lugar más equitativo.Entre las Líneas En las últimas décadas, la innovación en las técnicas digitales ha tenido lugar en las intersecciones de las industrias establecidas. La convergencia tecnológica ofrece vías innovadoras para configurar los componentes digitales, pero generalmente se asocia con la consolidación de los mercados. [rtbs name=”mercados”] Aunque algunos ven la convergencia en el mercado laboral como un desarrollo bienvenido, otros la ven como una forma de reproducir las asimetrías de poder en la sociedad. Convergencia tecnológica y consolidación de mercados parecen estar llevando a cabo nuevas estructuras de control jerárquico y a desigualdades que están enriqueciendo a unos pocos a expensas de la mayoría. Este mismo desarrollo es entendido por otros como productor de eriales anárquicos intercalados con espacios online cerrados, que admiten solo a aquellos que se someten a la autoridad de ciertos proveedores de servicios. ¿Qué pasaría si los proveedores de tecnologías y servicios digitales estuvieran siguiendo un camino equivocado con consecuencias negativas para la humanidad?

LA INNOVACIÓN DIGITAL: PROBLEMAS Y BENEFICIOS
Estos desarrollos están influidos por la política y la regulación, así como por los valores introducidos en las tecnologías mismas. A causa de su modularidad, a medida que estas tecnologías van evolucionando, asumen progresivamente características de «sistema». Esto da lugar a una impredecibilidad considerablemente mayor que en el pasado, lo que a su vez hace difícil considerar los beneficios y problemas futuros asociados a la innovación tecnológica digital disruptiva.

La desigualdad social y económica está aumentando dentro de los países, incluso cuando las BRECHAS de conectividad digital se están Cerrando con la difusión de los teléfonos móviles.
Desde el punto de vista de los beneficios, los algoritmos que impulsan cada vez más los servicios digitales pueden proporcionar información que ayude a mitigar los daños causados por los desastres, proteger a las personas en los espacios públicos, señalar los riesgos para la salud y vigilar el cambio climático. [rtbs name=”calentamiento-global”] [rtbs name=”cambio-climatico”] El uso de algoritmos que apoyen los servicios permite a las empresas aumentar sus beneficios. Nuevos tipos de riesgos están llamando la atención del público en general, y las innovaciones tecnológicas, así como sus aplicaciones, se espera que acudan a salvarnos cuando, por ejemplo, las redes eléctricas fallen, las crisis financieras empeoren o se produzcan fugas de información. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Estos servicios también proporcionan a los ciudadanos información que apoya políticas de resistencia frente a las prácticas injustas.

En cuanto a los problemas, los innovadores modelos de negocio ideados por las empresas que operan en la economía digital están permitiendo a compañías como Amazon vender productos a precios reducidos, selectivamente para clientes específicos, pero también reducen los márgenes de las librerías, pequeñas y grandes. El contenido digital se está convirtiendo rápidamente en publicidad de servicios pagados que agregan, filtran e integran información que puede venderse a una minoría de clientes escogidos que están dispuestos a pagar y son capaces de hacerlo. Los medios de comunicación públicos, incluido el servicio de radiodifusión, se enfrentan a una intensa competencia frente a las plataformas digitales que añaden contenido y funcionan como vigilantes. La combinación de rápida innovación y poder asimétrico en el mercado está dejando sin poder a colectivos diversos, a través del desempleo provocado por la tecnología, el aumento de la criminalidad, la pérdida de intimidad y, a menudo, la limitación de la libertad de expresión (véase; y también libertad de creación de medios de comunicación, libertad de comunicación, libertad de información, libertad de cátedra y la Convención sobre el Derecho Internacional de Rectificación, adoptada en Nueva York el 31 de marzo de 1953). La desigualdad social y económica está aumentando dentro de los países, incluso cuando las brechas de conectividad digital se están cerrando con la difusión de los teléfonos móviles. Los bancos, las empresas, las escuelas y los organismos policiales o de asistencia sociales utilizan habitualmente los sistemas automatizados para la toma de decisiones. Si están mal diseñados o no son transparentes, pueden causar daños significativos en forma de discriminación y marginación social.Entre las Líneas En Europa, el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (GDPR) puede ayudar a minimizar los efectos negativos otorgando a los ciudadanos el derecho a recibir explicaciones sobre la toma de decisiones que dependan de estos sistemas, pero la regulación no ha sido puesta a prueba y los desafíos con vistas a proteger los derechos fundamentales de los adultos y los menores en la era digital continúan creciendo en todas las regiones del mundo.

AJUSTARSE A LA DISRUPCIÓN DIGITAL
A raíz de todos estos acontecimientos, se están haciendo esfuerzos para desarrollar visiones de sociedades de la información equitativas y que mejoren el bienestar.Entre las Líneas En todos los países, ricos y pobres, algunos expertos afirman que la inversión en tecnologías digitales está proporcionando oportunidades para que las naciones de ingresos bajos y medios den un gran salto en materia de tecnología. Se espera que se igualen, e incluso superen, a los países ricos, asegurando los beneficios de la tecnología digital para los ciudadanos. Aunque la Declaración de Principios acordada en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, celebrada en 2003, hace hincapié en el «deseo común y el compromiso de construir una sociedad de la información centrada en las personas, inclusiva y orientada al desarrollo», en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas (firmada en San Francisco, 26 de junio de 1945) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, predomina una aproximación centrada en la tecnología, tanto en la literatura sobre políticas y comercio como en la literatura de muchas ramas académicas. Algunos expertos insisten en que no existe un modelo único de sociedad digital, pero persiste el modelo homogéneo que minimiza los factores sociales, culturales, políticos y económicos que pueden conducir a resultados de inversión digital muy diferenciados. Incluso cuando las visiones de una vía hacia el futuro transformadora surgen de la deliberación de múltiples actores, la suposición subyacente es que serán los mercados competitivos los que la traigan, a pesar de que los mercados de servicios digitales no operan de acuerdo con los supuestos de la teoría del mercado perfectamente competitivo. La opinión predominante es que la innovación en el ámbito digital debe entregarse al mercado con la menor intervención política proactiva posible. Una excepción a todo esto se encuentra en el ámbito de la cualificación digital. La brecha de habilidades es sustancial y hay mucho debate acerca de la descualificación y la mejora de la cualificación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). La dirección que lleva la innovación digital está afectando a la distribución de ingresos de las poblaciones, reemplazando a seres humanos por máquinas para aumentar la productividad, con predicciones muy variables sobre la gravedad de la amenaza para la subsistencia de los trabajadores y sobre la rapidez con que se producirá el desplazamiento laboral. Es muy escasa la oferta de trabajadores cualificados en ámbitos como la inteligencia artificial (IA), la gestión de datos, el control de calidad de los datos y la visualización de datos. Los estudios sobre la brecha digital suelen centrarse en la mejora de competencias en el ámbito técnico. Muchos países están introduciendo estrategias para mejorar la cualificación en materias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, incluida la codificación). Estas cualificaciones son necesarias para el empleo en análisis de datos, la ciencia de los datos y el campo de la IA, pero la falta de equidad en el mundo digital no puede ser abordada sin prestar atención a otros elementos determinantes de desigualdad y exclusión.

Las desigualdades exacerbadas por la difusión de las tecnologías digitales no pueden abordarse aumentando el número de informáticos y licenciados con formación técnica especializada. Los ciudadanos deben ser capaces de manejar (gestionar) la información de forma creativa. Necesitan tener la capacidad de seleccionar la información, ignorar la que sea irrelevante e interpretar patrones de información, y estas no son destrezas técnicas. Esta característica, propia de la falta de cualificación, es especialmente importante en relación con la producción y el consumo de contenidos mediáticos en los que las noticias falsas o «fakes» son un problema creciente. Los bulos online tienen por finalidad obtener beneficios y fomentar la inestabilidad política. Los contenidos de este tipo que circulan por las redes sociales engañan a los ciudadanos, crean una cultura de la desconfianza y la confusión, y cada vez hay más indicios de desigualdad entre los que confían en los medios y los que no lo hacen.Entre las Líneas En principio, cualquiera puede crear una página de inicio, pero el uso cualificado de Internet depende de toda una serie de capacidades para participar en la comunicación interactiva, la difusión y la recopilación de información, así como de la interpretación de la propia información. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). La falta de progresos significativos en el desarrollo de una amplia alfabetización digital de base significa que la gente que carece de la cualificación apropiada está siendo progresivamente marginada y excluida. Pueden ser discriminados por su incapacidad para reconocer el valor o la utilidad de los servicios digitales o porque no entienden cómo los servicios pueden ser utilizados de manera social o económicamente productiva.

El analfabetismo digital es un problema creciente. Hay herramientas para filtrar y censurar la información, pero cuando los menores y los adultos no pueden discernir un anuncio o entre «noticias falsas y noticias fiables», se ponen en cuestión los supuestos fundamentales de la participación cívica en el sistema político.Entre las Líneas En el Reino Unido, las investigaciones demuestran que solo el 25 por ciento de los niños de entre ocho y once años pueden entender la diferencia entre un anuncio o un enlace patrocinado y un post corriente colgado en las redes sociales. Alrededor del 33 por ciento no lo saben diferenciar. Algo menos del 50 por ciento de los niños de entre doce y quince años y solo seis de cada diez adultos podían explicar la diferencia1. Investigadores estadounidenses examinaron a estudiantes de todo el país y también hallaron que relativamente pocos podrían distinguir un anuncio de una noticia o de la información de un grupo de presión política. Concluyeron que «nos preocupa que la democracia se vea amenazada por la facilidad con que se propaga y prospera la desinformación sobre los asuntos cívicos».2

Los debates sobre un futuro mejor suelen priorizar las expectativas acerca de los beneficios del camino de innovación tecnológica digital que está siguiente.
La responsabilidad y el coste (o costo, como se emplea mayoritariamente en América) de involucrarse en sociedades tecnológicamente convergentes y digitalizadas están recayendo directamente sobre los individuos. Las tecnologías y plataformas digitales crean oportunidades para favorecer relaciones directas e intermediadas entre empresas y clientes (así como entre gobiernos y ciudadanos), y las comparativas de precios pueden hacerse a escala global. La competitividad entre los operadores de las plataformas más grandes puede crear una mayor variedad y más opciones para algunos, pero el riesgo está en que este desarrollo pueda excluir a los desfavorecidos o fomente su inclusión en términos menos favorables que para los acomodados.

LAS TECNOLOGÍAS DE LA PRÓXIMA GENERACIÓN Y EL FUTURO
Con los avances en la potencia de los ordenadores y la difusión de aplicaciones digitales, para quienes estén incluidos y adquieran las capacidades apropiadas para el mundo digital, su inclusión aún puede ser problemática si, como resultado de ello, acaban perdiendo el control de sus vidas. El objetivo en el campo de la IA ha sido desde hace muchos años automatizar la inteligencia humana. Algunos ejemplos actuales de tecnologías «inteligentes» pueden ser el soldado aumentado o el consumidor digitalmente habilitado. El compromiso consiste en codificar algoritmos que «razonen» sobre la fiabilidad y la honestidad. La automatización de la vida cotidiana, ya sea por medio del «Internet de las cosas» o de la robótica avanzada, es a menudo representada en la literatura popular como sinónimo de progreso bajo la promesa de una vida mejor para todos y, en última instancia, una reducción de la desigualdad social y económica.

Los medios existentes para dirigir la innovación en el campo de la tecnología digital no están bien posicionados para abordar cuestiones fundamentales sobre los tipos de sociedades de la información que son deseables, en contraposición con los que podrían ser posibles.

Informaciones

Los debates sobre un futuro mejor suelen priorizar las expectativas acerca de los beneficios del camino de innovación tecnológica digital que se está siguiendo. El potencial valor económico de alcanzar estas expectativas cuanto antes significa que las políticas para mitigar los problemas que puedan surgir en la actual vía se introducen con precaución y solo después de que se hayan constatado daños reales. Las medidas que podrían abordar la desigualdad social y económica, así como la potencial pérdida de autoridad humana sobre los sistemas digitales avanzados de procesamiento de información, suelen ser vistos como perjudiciales para el ritmo de la innovación y el mercado.

Puntualización

Sin embargo, es esencial preguntarse si el camino hacia los sistemas tecnológicos que transforman las relaciones entre máquinas y humanos es compatible con el desarrollo del ser humano, en el sentido de que las personas deben ser capaces de participar en «un tipo de vida activa»,3 una vida en la que se respeten valores como el altruismo, la solidaridad y la dignidad. Si se quiere asegurar a largo plazo (véase más detalles en esta plataforma general) este tipo de vida, debe evitarse el camino hacia sociedades de la información algorítmicas o calculadoras con una menor autoridad humana.

Manuel Castells señaló a finales de los años noventa la gran brecha existente entre el «sobredesarrollo tecnológico» y el «subdesarrollo social», y esta brecha sigue ampliándose.4 Reducirla requiere considerar vías alternativas para el futuro de las sociedades digitales, pero el debate actual se centra básicamente en cómo garantizar el derecho público de acceso a la información, la libertad frente a la vigilancia indeseable y la protección de la privacidad individual utilizando las tecnologías disponibles en el mercado.Entre las Líneas En los trabajos dirigidos a abrir la caja negra digital, la investigación se centra en el impacto de los sistemas computacionales avanzados en la clasificación social y la discriminación, en si las personas activas online son conscientes de estos sistemas y sus sesgos, y en si quienes operan los sistemas son responsables ante alguna «autoridad superior» cuando algo sale mal.

Puntualización

Sin embargo, con el desarrollo de la IA, sus aplicaciones y sus brillantes perspectivas como industria fundamental para el crecimiento económico, hay una fascinación por lo cuantificable, con datos y predicciones cada vez más precisos sobre la conducta humana y la no humana.Entre las Líneas En la industria, el objetivo es garantizar, independientemente de los sesgos de los sistemas computacionales y las máquinas de aprendizaje, la investigación y el desarrollo, sean llevados a cabo con el objetivo de mantener a la gente segura, feliz y potencialmente más rica. El desafío para los responsables de la formulación de políticas es determinar no solo si los sistemas digitales actuales son explotadores o liberadores, inclusivos o exclusivos, sino también evaluar si la innovación avanza por un camino en el que los sistemas técnicos se conviertan en los principales impulsores de los resultados sociales y, crecientemente, nieguen la voluntad humana.

IMAGINARIOS SOCIALES Y MUNDOS ALTERNATIVOS
Valoraciones de este tipo nos obligan a pensar más allá de las estrategias de gestión a corto plazo (véase más detalles en esta plataforma general) y de los modelos de negocio para considerar «imágenes y nociones normativas más profundas» ampliamente compartidas acerca de cómo una sociedad determinada está, y debe estar, organizada. La forma en que las personas dan sentido al mundo que las rodea, los valores que privilegian y sus vías preferidas con vistas al futuro son factores cruciales que determinarán los resultados a largo plazo. Como demuestra el filósofo Charles Taylor, estas nociones e imágenes pueden ser tratadas como imaginarios sociales que influyen en las prácticas colectivas de una sociedad. Dichos imaginarios son los que dan lugar a las historias que la gente se cuenta acerca de hipotéticos desarrollos tecnológicos y sus consecuencias.5 Taylor observa que, históricamente, siempre ha habido imaginarios sociales que compiten entre sí y que hacen afirmaciones sobre el modo en que la autoridad y la responsabilidad deben establecerse.

En la actualidad, el imaginario social predominante sobre el papel de los sistemas digitales en la sociedad prioriza la innovación rápida y la difusión de tecnologías que exhiban cierto grado de inteligencia «emocional». Este imaginario fomenta el procesamiento e interpretación de cantidades cada vez mayores de información digital y el aumento masivo de la capacidad tecnológica para producir, procesar, distribuir y almacenar información. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).Entre las Líneas En este imaginario, es necesario adaptarse a las convulsiones en el orden social, económico, cultural y político fruto de la rápida innovación tecnológica.6 Su premisa básica es que una «autoridad superior», por ejemplo el Estado, el sector empresarial o el cliente, tenga el control sobre los resultados del proceso de innovación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Este imaginario social sostiene visiones programáticas de investigación científica, ingeniería y matemáticas que se centran en los sistemas de retroalimentación y la automatización, como los sistemas de control para aplicaciones militares o civiles. Se supone que los mercados eficientes y la elección individual guían los cambios en el sistema digital. La interacción del imaginario social predominante con las manifestaciones de poder de las plataformas digitales, que operan en mercados altamente concentrados, significa que estas empresas desempeñan el papel de intermediarias, con capacidad para bloquear o filtrar la información digital y procesar los datos de los clientes. Su fortaleza financiera les otorga prácticamente un monopolio, un poder de decisión sustancial y la capacidad de influir si deben ser reguladas y cómo. Para este imaginario, a veces factores residuales desvían de manera repentina la trayectoria del cambio, pero la posibilidad de que el progreso tecnológico pueda ser perjudicial para los seres humanos no forma parte de él.

En un imaginario social menos prominente, pero muy influyente, se supone que la «autoridad superior» es colaboradora, no jerárquica ni heterárquica, organizada por las redes descentralizadas. Dicho imaginario está inspirado en un compromiso con sistemas digitales abiertos, con acceso libre a la información y limitaciones mínimas para la libertad de expresión (véase; y también libertad de creación de medios de comunicación, libertad de comunicación, libertad de información, libertad de cátedra y la Convención sobre el Derecho Internacional de Rectificación, adoptada en Nueva York el 31 de marzo de 1953) y la preservación de la privacidad, pero también depende de sistemas computacionales y aplicaciones de IA cada vez más sofisticados. Se asume que el imaginario social que sustenta esta visión de la vía de la innovación tecnológica, por regla general, favorece la producción basada en los bienes comunes, la transparencia y la capacidad de la autoridad humana en el mundo digital.

En ambos imaginarios sociales, sin embargo, la «autoridad superior» imaginada (o real) es un ser humano, y en este sentido la vía de la innovación tecnológica no se cuestiona, o se cuestiona muy rara vez.Entre las Líneas En el primer imaginario, se espera que las propiedades emergentes de un sistema digital complejo produzcan resultados positivos para los individuos, mediados por el mercado y, ocasionalmente, por la intervención del gobierno.Entre las Líneas En el segundo, son las actividades generativas de los diseñadores tecnológicos y de los participantes online las que se espera que logren estos resultados.Entre las Líneas En ambos casos, el papel del participante en el mundo digital comprometido busca etiquetar y revisar datos, mientras que la «autoridad superior», los mecanismos de gobierno corporativo, estatal y/o de la sociedad civil, quedan encargados de tomar acciones basadas en los resultados del análisis de datos. Se supone que estas decisiones se alinearán con los intereses en forma de ganancias comerciales, con equidad y justicia, al menos, a largo plazo. Tanto el imaginario social dominante como el subordinado pertenecen a un entorno digital que potencia las relaciones humano-máquina, máquina-máquina y humanohumano, en cada caso, con riesgos manejables para nosotros.

CONFORMACIÓN DE LA VÍA DIGITAL
Ampliar la gama de los futuros que se pueden imaginar requiere de una agenda proactiva encaminada a guiar la vía de la innovación tecnológica digital. Los imaginarios sociales imperantes, que asumen una trayectoria «natural» de la innovación, están siendo cuestionados. Por ejemplo, Luc Soete se pregunta: «¿Es posible que la innovación no sea siempre buena para usted?».7 Sugiere que, en lugar de un proceso beneficioso de destrucción creativa al estilo de Schumpeter, que depende de un proceso continuo de innovación tecnológica, en la actualidad estamos siendo testigos de un período de «creación destructiva».

Los acuerdos de gobierno influyen en el tipo de sociedades que aparecen; configuran las perspectivas vitales básicas, la calidad de vida a la que las personas tienen derecho y si las sociedades van a ser inclusivas, respetuosas y capacitadoras para todos. Se puede considerar que los algoritmos gobiernan porque estructuran la comprensión de posibilidades futuras. Cuando los resultados a que dan lugar se tratan como si fueran ciertos, desaparece la capacidad para pensar en mundos y en vías de desarrollo tecnológico alternativos. Cuando nos basamos principalmente en el imaginario social dominante, se supone que los individuos están sujetos a las elecciones de los grandes operadores de las plataformas digitales o del Estado. Si tenemos en cuenta el segundo imaginario social y el poder generador de las comunidades online, distribuidas a escala mundial, no hay garantías de que los resultados sean equitativos o inofensivos, porque los movimientos online no siempre son positivos.Entre las Líneas En ambos casos, se ha asumido hasta hace poco que los seres humanos son la «autoridad superior» y que tienen el control de los sistemas computacionales.

En el entorno digital actual, cuando la economía o la política se consideran bajo el prisma algorítmico de las visualizaciones de mapas de riesgos, puntuaciones y banderas, normalmente es que siga siendo un individuo o un grupo de individuos los que toman las decisiones de actuar. La distribución de poder asimétrica significa que quienes tienen poder de actuación son, frecuentemente, los militares, otras ramas del Estado o las grandes empresas, aunque también se puede incluir a grupos de activistas online, organizados a través de movimientos de protesta social. Junto con los diseñadores tecnológicos que incorporan valores al sistema digital, todos ellos están eligiendo sobre el camino al que se dirige nuestro futuro entorno digital.

Puntualización

Sin embargo, si la cuantificación de todo significa que las sociedades corren el riesgo de llegar a ser ingobernables por humanos, entonces hay que reevaluar la noción de que la cuantificación de la vida, permitida por sofisticados sistemas de IA y las aplicaciones, es sinónimo de mayor interés para la humanidad. Son posibles resultados alternativos, pero solo si un imaginario social diferente comienza a destacarse y a dar forma a las decisiones sobre la equidad y la justicia en el presente, y también sobre si la «autoridad superior» debe seguir siendo humana.

Históricamente, la vía de la innovación tecnológica digital no ha sido alcanzada de forma lineal, aunque a veces se supone que ha sido una progresión «natural» de lo analógico a lo digital, desde las industrias segmentadas especializadas en telecomunicaciones o informática hasta las industrias y tecnologías convergentes que incluyen las actuales plataformas digitales y de servicios.

Más Información

Las industrias y los líderes gubernamentales esperan que las aplicaciones digitales, incluidas en robots, apoyadas por los algoritmos y el aprendizaje automático, y organizadas en redes nada transparentes de tecnologías modulares y complejos enlaces jerárquicos, horizontales y diagonales, aumenten los niveles de ingresos. Algún activista de la sociedad civil espera que estas aplicaciones apoyen el éxito de movimientos de protesta. Pero, de nuevo, sus aspiraciones se afirman en el movimiento a lo largo de una vía de innovación tecnológica concreta.

Se espera que el Mercado, el Estado y/o la Sociedad Civil aporten respuestas que suavicen la disrupción, y se supone que el efecto posterior del cambio tecnológico será positivo.
La idea de que las tecnologías digitales ofrecerán soluciones a los problemas de la sociedad es un tema común. Cuando se hace hincapié en la difusión de innovaciones y en la dinámica competitiva de las plataformas y los servicios digitales, los efectos de segundo orden o superiores, que aumentan incertidembre y dan lugar a resultados que no pueden predecirse o modelarse fácilmente, hacen parecer que la única alternativa fuera explotar el camino tecnológico, que parece más probable que conduzca a ganancias económicas a corto y medio plazo. La innovación y la destrucción creativa han sido históricamente las características de la economía que generan más crecimiento económico, mayor productividad y mejor bienestar social. Esto conduce a una actitud de «esperar a ver» en la que los individuos se ajustan al cambio tecnológico disruptivo en el corto plazo. Se espera que el mercado, el Estado y/o la sociedad civil aporten respuestas que suavicen la disrupción, y se supone que el efecto posterior del cambio tecnológico será positivo.

Detalles

Los ajustes necesarios se consideran en gran medida espontáneos, lo que lleva a afirmar que «sabemos que los incrementos de productividad y eficiencia, nuevos servicios y nuevos puestos de trabajo, etc. están en el horizonte».8 La orientación política dominante consiste en estimular la competitividad económica basada en la premisa de que, si un país no alcanza una posición de liderazgo (véase también carisma) en campos emergentes de innovación tecnológica —como el aprendizaje automático y la IA—, lo hará otro. La consecuencia es un énfasis abrumador en las políticas orientadas a influir en las estrategias de empresa después de que las tecnologías hayan llegado al mercado.

Algunos representantes de los gobiernos, de la industria y de la sociedad civil empiezan a reconocer que la cuarta Revolución Industrial (véase también el impacto y las consecuencias de la industrialización) «alterará fundamentalmente la manera en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos» como consecuencia de la ubicuidad de los sensores digitales, la IA y el aprendizaje automático, así como, la forma en que se combinan con el mundo físico y biológico.9 El cambio está ocurriendo a gran velocidad y los ciudadanos, los funcionarios públicos y los líderes empresariales encuentran difícil entender los sistemas computacionales digitales avanzados. A medio y corto plazo, las aplicaciones de tecnología digital tienen un gran potencial para abordar la desigualdad social y económica y los desafíos sociotécnicos globales, y es totalmente razonable que se busque maximizar los beneficios de la innovación tecnológica.Si, Pero: Pero los imaginarios sociales imperantes son persistentes y fomentan la idea de que basta con conectar a los no conectados para lograr sociedades de información inclusivas, junto con la mejora de la alfabetización técnica digital y una mínima intervención en el mercado para responder a las amenazas. Incluso en el contexto de los dos imaginarios sociales predominantes, tanto los adultos como los menores necesitan una amplia gama de alfabetización digital si quieren aprender a navegar eficazmente en este entorno.

Además, si la trayectoria tecnológica apunta, a largo plazo, hacia un mundo digital incompatible con el mantenimiento de los derechos y libertades que muchos países valoran, incluida la democracia responsable, es esencial promover el debate sobre los contramundos o caminos alternativos, así como sobre los cambios necesarios para alcanzarlos.Entre las Líneas En la medida en que, cuantos más beneficios digitales hayan, menos oportunidades existan para que los individuos ejerzan un control y tengan autoridad sobre sus vidas, es esencial cuestionarse la idea de que la única opción consiste en adaptarse a lo que se produce en el laboratorio. Los imaginarios sociales prevalecientes hacen difícil concebir caminos tecnológicos digitales alternativos, pero no es imposible.

Detalles

Los avances en la IA y las aplicaciones de aprendizaje automático están generando consultas de carácter ético que se preocupan por asuntos relacionados con la dignidad humana, las libertades, la igualdad, la solidaridad y la justicia.Entre las Líneas En estos foros se plantean constantemente cuestiones sobre cómo garantizar que los sistemas de tecnología digital no sean perjudiciales para el individuo, pero la postura política sigue estando notablemente orientada hacia la intervención ex post.

CONCLUSIÓN
Se necesitan políticas para mejorar la cualificación, hacer frente a los fallos del mercado, limitar los daños y reducir la desigualdad, pero las cuestiones más importantes planteadas por la invasión de la IA y el aprendizaje automático no deben dejarse en manos del mercado, de los negocios, del Estado ni de los representantes de la sociedad civil. Lo más importante es asegurar un sólido diálogo entre todas las partes que permita considerar las «nociones e imágenes normativas más profundas» que sustenten la creencia generalizada de que la dirección general del cambio tecnológico es consistente con la autonomía y el florecimiento humanos. Es importante reconocer que la dirección del cambio tecnológico no era históricamente inevitable, y ahora tampoco lo es. El discurso sobre la inevitabilidad tecnológica y la adaptación para asegurar la competitividad económica industrial está profundamente arraigado, como también la visión de que se puede ampliar en la la sociedad civil, sin la ayuda de instituciones formales, para generar resultados consistentes con la consecución de la igualdad. Si la «creación destructiva» es ciertamente el resultado más probable de la vía de la innovación tecnológica digital, entonces es necesario actuar antes de que sea demasiado tarde y no haya posibilidad de retroceder, porque la autonomía individual se ha visto ya comprometida. Es necesario poner de manifiesto las normas y la dinámica de poder del «gobierno de los medios sociales» o «gobierno de la infraestructura»10 en el período actual, pero esto debe ir acompañado de una mayor atención para fomentar activamente imaginarios sociales consistentes con el que las personas mantengan una posición de autoridad de control en relación con la tecnología.

La inmersión de todos los individuos como protagonistas de lo que Chantal Mouffe considera foros que permitan una confrontación agonista,11 es una forma de estimular las discusiones necesarias.Entre las Líneas En enfrentamientos de este tipo, deberían debatirse imaginarios sociales alternativos y a menudo opuestos.

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Los objetivos y valores que deberían regir las elecciones sobre las vías de innovación tecnológica podrían evaluarse de esta manera. Mientras el principal supuesto de los imaginarios sociales sea que la organización óptima de la sociedad llega a través de una mayor complejidad computacional, no transparente, esta visión continuará siendo interiorizada, limitando la capacidad de todos los implicados para imaginar alternativas. Es necesario el diálogo, aunque sea conflictivo, para debatir lo que los seres humanos harán con sus vidas en el futuro y cómo, por quién y bajo qué «autoridad superior» se establecerán las oportunidades de vida de la gente.

El debate y la consiguiente controversia sobre la autoridad humana en el mundo digitalizado probablemente darán como resultado uno o varios nuevos imaginarios sociales hegemónicos; potencialmente, incluirán imaginarios que podrían inculcar valores y conducir a decisiones que alienten un futuro en el que el ser humano conserve la autoridad y en el que las desigualdades sociales y económicas, así como los perjuicios, sean abordados con mayor eficacia que hoy en día. Es probable que esto requiera una mayor intervención proactiva en el mercado, que sustente uno u otro de los dos imaginarios sociales señalados anteriormente. Como dijo Raymond Williams: «Una vez que se desafían las inevitabilidades, comenzamos a reunir recursos para un viaje de esperanza»12. El mundo digital, en última instancia, puede ser construido de manera que favorezca la equidad y la inclusión, pero también, y de manera crucial, valore que los seres humanos conserven el control de su destino.

Fuente: Robin Mansell

Notas

1 Sonia Livingstone, Kjartan Ólafsson y George Maier, «If Children Don’t Know an Ad from Information, How Can They Grasp How Companies Use Their Personal Data?», blog del LSE Media Policy Project, 18 de julio de 2017, https://tinyurl.com/ya26w9so.

2 Stanford History Education Group, «Evaluating Information. The Cornerstone of Civic Online Reasoning», con el apoyo de la Fundación Robert R. McCormick, 21 de noviembre de 2016, https://tinyurl.com/h3zneuz.

3 Martha C. Nussbaum, «Who is the Happy Warrior? Philosophy, Happiness Research, and Public Policy», International Review of Economics, vol. 59, núm. 4 (2012), p. 342.

4 Manuel Castells, The Information Age. Economy, Society and Culture; volume III: End of Millennium, Oxford, Blackwell, 1998, p. 359 (hay trad. cast.: La era de la información. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Economía, sociedad y cultura, vol. III: Fin de milenio, Madrid, Alianza, 1999).

5 Charles Taylor, Modern Social Imaginaries, Durham, NC, Duke University Press, 2004 (hay trad. cast.: Imaginarios sociales modernos, Barcelona, Paidós, 2006).

6 Robin Mansell, Imagining the Internet. Communication, Innovation and Governance, Oxford, Oxford University Press, 2012.

7 Luc Soete, «SPRU’s Impact on Science, Technology and Innovation», Research Policy (en prensa).

8 House of Commons, Robotics and Artificial Intelligence, Londres, House of Commons Science and Technology Committee, Fifth Report of Session 2016-2017, 2017, p. 36.

9 Klaus Schwab, «The Fourth Industrial Revolution. What it Means, and How to Respond», World Economic Forum, 14 de enero de 2016, p. 1, https://tinyurl.com/hlah7ot, y The Fourth Industrial Revolution, Londres, Portfolio Penguin, 2017 (hay trad. cast.: La cuarta Revolución Industrial (véase también el impacto y las consecuencias de la industrialización), Barcelona, Debate, 2016). Para Schwab, la cuarta revolución sigue a la primera, de 1760-1840 (ferrocarril y máquinas de vapor), la segunda, de finales del siglo XIX y principios del xx (producción mecánica), y la tercera, que transcurre entre 1960 y aproximadamente 2010 (computerización). Hay diferentes periodizaciones en la literatura. Para Chris Freeman y Francisco Louça, en As Time Goes By. From Industrial Revolutions to the Information Revolution, Oxford, Oxford University Press, 2001, las tecnologías digitales constituyen la quinta revolución tecnoeconómica. Para Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee (The Second Machine Age. Work, Progress, and Prosperity in a Time of Brilliant Technologies, Nueva York, W. W. Norton & Co, 2014), el período actual es la segunda era de las máquinas.

10 Laura DeNardis y Andrea M. Hackl, «Internet Governance by Social Media Platforms», Telecommunications Policy, vol. 39 (2015), pp. 761-770, y Laura DeNardis y Francesca Musiani, «Governance by Infrastructure», en Francesca Musiani, Derrick L. Cogburn, Laura DeNardis y Nanette S. Levinson, eds., The Turn to Infrastructure in Internet Governance, Nueva York, Springer Link, 2016, pp. 3-21.

11 Chantal Mouffe, Agonistics. Thinking the World Politically, Londres, Verso Books, 2013.

12 Raymond Williams, Towards 2000, Londres, The Hogarth Press, 1983, p. 268 (hay trad. cast.: Hacia el año 2000, Barcelona, Crítica, 1984).

1 comentario en «Significado de la Disrupción Digital»

  1. “Lo digital se avecina, y se avecina deprisa”; “Ningún sector industrial es inmune a la disrupción”; “Una cosa es segura respecto a la transformación digital: será un gran cambio para toda su organización”; “Lo digital sin duda revolucionará su industria”. A juzgar por los titulares y las primeras líneas de los artículos y libros sobre negocios más recientes, lo digital está a punto de revolucionar su industria y a usted junto a ella; a no ser que actúe ahora (y se compre el libro).

    No es que discrepe, al menos no del todo. Sería terriblemente ingenuo dar por sentado que no necesitará cambiar nada dentro de su negocio. Sin embargo, algunas de las creencias más comunes sobre cómo se producirá -repetidas sin parar por conferenciantes, autoproclamados gurús y consultores- han sido simplificadas en exceso, mal entendidas o mal aplicadas.

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