Villa

Villa

Formas de Vida en el Contexto de la Precariedad Laboral en Latinoamérica: el Villero

Definiciones

Villa: (lat. villa). Población pequeña, menor que la ciudad y mayor que la aldea (Dic. Larousse); Villero: el que habita la villa. No es utilizado en la acepción latinoamericana en ningún diccionario sociológico.

Definición latinoamericana

En primer lugar, hay que aclarar que el término “villero” solo es utilizado en la Argentina.Entre las Líneas En este país, es aún más común y más empleado el término “la Villa”. “La villa” abarca no solo el aspecto físico y geográfico, es decir, el conjunto de viviendas, sino también al conjunto de sus habitantes: los “villeros”.

El término se originó en una novela de Bernardo Verbistky “Villa Miseria también es América”. Desde la aparición de esta obra se hizo vulgar la acepción de “Villa Miseria” o de “villa” a secas. El lenguaje pulido contrapuso entonces otra denominación: la de “barrios de emergencia”.

Para no desdibujar el real sentido latinoamericano del término, en este trabajo nos referiremos a la “villa” lo que no significa, por las razones ya expuestas, que se deje sin definir el término “villero”.

En la Argentina, en el lenguaje corriente, se denomina “villero” al personaje que vive en “la villa”. Esta no es una exclusividad de este país, sino que constituye una constante en toda América Latina.[rtbs name=”latinoamerica”] [rtbs name=”historia-latinoamericana”] Allí donde la vida urbana florece, surgen también indefectiblemente, núcleos de viviendas precarias. (Véase más sobre la Precariedad Laboral en esta plataforma).

Los nombres varían de un país al otro (cantegriles en Uruguay, favelas en Brasil, barriadas en Lima, callampas en Chile y ranchos en Venezuela), pero las características son las mismas: condición salubres y sanitarias deplorables, viviendas fabricadas con lo que más a mano se tiene, bajos ingresos o desocupación, constituyen el medio ambiente donde se mueve una masa rural que debe enfrentarse día a día a la difícil tarea de asimilar las pautas culturales y las no unas de vida que la urbe exige.

Historia

Para entender el significado del término “villero” es necesario repasar la historia argentina, en busca de los orígenes de “la villa”. La villa es un poco hija y sucesora del “conventillo” (inquilinatos donde mediante el pago de una cuota mensual se obtiene el derecho de utilización de una habitación y de un baño común; sus condiciones habitacionales son en la mayoría de los casos deplorables).

El “conventillo” es el producto de la necesidad de albergue de los miles de inmigrantes europeos que, al ver defraudadas las posibilidades de obtener un pedazo de tierra, refluyen sobre las ciudades. Hacia 1950, los contingentes inmigrantes prácticamente desaparecen, pero son reemplazados por una nueva corriente migratoria interna.

La Segunda Guerra Mundial crea en la Argentina una imperiosa necesidad de sustitución de importaciones, con lo que se abre una etapa relativamente acelerada de industrialización. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Este proceso va a incidir favorablemente en la demanda de mano de obra. Así, alrededor de las fábricas, las casillas de lata, chapas y madera, donde todavía se observan vestigios del rancho criollo, hacen su aparición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).

Desde 1945 y durante las dos presidencias de J. D. Perón, los villeros junto con el resto de las clases trabajadoras forman la base de apoyo social del gobierno.Entre las Líneas En 1955 las condiciones de vida en el campo se hacen más agudas y el proceso de industrialización se detiene. Tanto Buenos Aires como el resto de las grandes ciudades del interior veri llegar nuevas y, abundantes huestes de migrantes.

Entre ellos arriban también habitantes de países Limítrofes: bolivianos, chilenos, paraguayos, que han entrado al país, la mayoría de las veces en forma clandestina, buscando conseguir un puesto como braceros. Esta es la llamada “migración golondrina”, que se produce en determinadas épocas del año coincidentes con los períodos de cosecha. Muchos de sus integrantes, agotadas todas las posibilidades en sus tierras de origen, se largan a las ciudades argentinas y engrosan luego la población villera.

Trabajo: condiciones laborales

Los jóvenes son los primeros en partir. La fábrica para los hombres y el servicio doméstico para las mujeres son dos grandes polos de atracción. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).

Sin embargo, las posibilidades objetivas de progreso no son muchas. El que ha abandonado un trabajo de corte rural solo puede integrarse a la vida productiva urbana como personal no calificado, y eso en el favorable caso de encontrar un empleo remunerado permanente. De otra forma la única alternativa son las “changas” (empleos temporarios de muy corta duración).

Nacimiento y estructura interna

La ubicación y nacimiento de la villa obedece a varias causas. Algunas veces surge en torno a lugares de trabajo, grandes establecimientos, centros fabriles, etc. Otras, un permiso especial posibilita la ocupación de tierras fiscales. La mayoría de las veces la posesión se produce de hecho, mediante la ocupación silenciosa pero firme de terrenos vacíos.

El agrupamiento dentro de la villa responde en un principio a criterios regionales. Alrededor de un primer poblador se van reuniendo, más tarde, familiares, amigos y antiguos vecinos. La instalación conjunta de grupos oriundos de un mismo país, región o localidad es frecuente.

La pareja

Existe, además, dentro del grupo, una tendencia endogámica, es decir, la proclividad a casarse con alguien de dentro del grupo. El matrimonio, casi siempre, se reduce a una simple unión y convivencia de hecho. El casamiento formal se ha difundido, en algunos casos, por las ventajas que trae aparejado el salario familiar. El término utilizado comúnmente para denominar al otro integrante de la pareja es el de “compañero” o “mi compañera”.

La pareja, aún con hijos, se disuelve por la libre decisión de cualquiera de sus miembros. La proximidad de las viviendas y la falta de intimidad son causantes de crisis familiares que, no obstante, no son de la magnitud con que a veces se las describe e imagina.

Educación

La educación de los hijos del villero es, en cierta medida, dual. La escuela, por un lado, inculca pautas de carácter urbano y el núcleo familiar, por el otro, perpetúa costumbres de tipo rural. A esto se añade otro inconveniente muy frecuente. Los villeros de nacionalidad extranjera y aun los propios argentinos provenientes de algunas regiones del norte y litoral, deben sufrir los trastornos disociantes originados por el bilingüismo (guaraní, quechua, aymará, confrontados con el castellano).

Salud y condiciones sanitarias

La salud es otro aspecto en el que predomina el dualismo. Por un lado, la medicina oficial y sus instituciones, hospitales, centros asistenciales, etc. Por el otro, la medicina popular centrada en la figura del “curandero”. Este último es más accesible desde el punto de vista económico y además pertenece al mismo ambiente cultural.

Las condiciones sanitarias son deplorables: el hacinamiento, la construcción calurosa en verano y fría en invierno, la falta de depósitos de basura, los baños comunes sin servicios sanitarios y la escasez de agua corriente y electricidad, constituyen un panorama bastante alarmante.

Con todo hay que tener en cuenta que la situación en el campo no es muy diferente. Los baños instalados, la electricidad y el agua corriente suelen ser aún más difíciles de obtener y los centros asistenciales casi siempre se encuentran a distancias considerables.

El alcoholismo es otro mal bastante difundido. Sin embargo no hay elementos suficientes como para afinar que su alcance sea mayor al del medio rural. El que más bebe es el que no trabaja. Aquel que debe cumplir con un horario solo puede permitirse un exceso en la bebida los fines de semana.

Relaciones sociales

La moralidad, si tomamos como patrón las pautas habituales del resto de la sociedad urbana, no es muy elevada.Si, Pero: Pero si consideramos las condiciones objetivas de vida es, en proporción a ellas, mayor de la que podría esperarse. La solidaridad interna, a veces difícil de conseguir en oportunidades normales, surge en forma espontánea ante cualquier crisis o trastorno grave.

La capacidad organizativa se pone de manifiesto en dos tipos de instituciones: el fútbol y los movimientos de carácter político gremial.Entre las Líneas En ambos tipos de actividad sobresalen siempre ciertos personajes que asumen el papel de líderes. Estos son los que impulsan y llevan adelante las propuestas no siempre del todo visualizadas por el resto. Generalmente se los denomina “punteros” del barrio o de la villa.

Muchos han sido los intentos gubernamentales para extirpar el problema. Pero, ya sea porque las medidas no fueron suficientes, o porque la causa real no ha sido atacada, las “villas miseria”, como las bautizara un novelista latinoamericano, siguen siendo América (Bernardo Verbitsky, Villa Miseria también es América, en varias editoriales: Paidós, Eudeba, etc.). [1]

[rtbs name=”población”] [rtbs name=”geografia-politica”] [rtbs name=”geografia-humana”]

Recursos

[rtbs name=”informes-jurídicos-y-sectoriales”][rtbs name=”quieres-escribir-tu-libro”]

Notas y Referencias

  1. Julia E. M. Novillo Quiroga (autor original), adaptado y corregido (por Lawi) de los términos latinoamericanos que debían formar parte del Diccionario de Ciencias Sociales en español de la UNESCO, publicado en 1975 bajo la dirección de Salustiano del Campo y al amparo del Instituto de Estudios Políticos. Es el resultado de la postura crítica y disidente del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) frente al diccionario de la UNESCO y su respuesta con la obra colectiva “Términos latinoamericanos para el Diccionario de Ciencias Sociales”, publicada en 1976.

Véase También

Geografía, Geografía Humana, Historia Laboral, Régimen económico, Sociología del Trabajo, Sociología Económica, Economía Colaborativa,

Bibliografía

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