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Manifiesto Comunista

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Manifiesto Comunista

Este elemento es un complemento de los cursos y guías de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y análisis sobre el “Manifiesto Comunista”. Puede interesar también acerca del “Congresos de la Internacional Comunista” y de la “Internacional Comunista”.

El capitalismo desafiado: El Manifiesto Comunista

Karl Marx (1818-1883) nació y se educó en Alemania. Se doctoró en la Universidad de Jena en 1841, y pronto se vio envuelto en el ambiente de revolución social de su país. Las autoridades prusianas cerraron el periódico que dirigía Marx por sus ideas radicales, y pronto se vio obligado a exiliarse en Francia. Allí, Marx comenzó a colaborar con Freidrich Engels, un alemán de clase media alta que era socio de la fábrica textil de su padre en Manchester, Inglaterra. Engels se diferenciaba de la mayoría de los propietarios de fábricas en que tenía una auténtica preocupación por las clases trabajadoras. Juntos, Marx y Engels escribieron el Manifiesto del Partido Comunista y lo hicieron publicar en 1848, el mismo año en que la revolución política se extendía por Europa.

Diseñado principalmente como pieza de propaganda, el Manifiesto esbozaba el socialismo moderno. Marx creía que las leyes regían tanto los acontecimientos científicos como los históricos. Para entender la historia y posiblemente predecir el futuro, Marx se basó en una interpretación económica y predijo que la distribución desigual de la riqueza entre las diferentes clases sociales conduciría finalmente a un conflicto de clases abierto -la revolución- en el que finalmente las clases trabajadoras tomarían el poder y crearían una sociedad sin clases.

Es una de las grandes obras (a pesar de tener solo poco más de 30 páginas) del pensamiento político occidental, junto con el Segundo tratado de gobierno de Locke, Leviatán de Hobbes, La riqueza de las naciones de Smith, Sobre la libertad de Mill, La ética protestante y el espíritu del capitalismo de Weber, El príncipe de Maquiavelo, y La República de Platón-

▷ En este Día: 18 Abril de 1857: El Juicio del Siglo
Nace el abogado defensor, orador, polemista y escritor estadounidense Clarence Darrow, entre cuyas destacadas comparecencias ante los tribunales figura el juicio Scopes, en el que defendió a un profesor de secundaria de Tennessee que había infringido una ley estatal al presentar la teoría darwiniana de la evolución.

Datos verificados por: Mix

Análisis de la obra

El Manifiesto Comunista pretendía ser una declaración programática definitiva de la Liga Comunista, un grupo revolucionario alemán del que Marx y Engels eran los líderes. Los dos hombres publicaron su tratado en febrero de 1848, pocos meses antes de que gran parte de Europa estallara en una agitación social y política, y el Manifiesto refleja el clima político de la época. En el verano de ese año, grupos revolucionarios juveniles, junto con los desposeídos urbanos, levantaron barricadas en muchas de las capitales europeas, luchando por el fin de la opresión política y económica.

Mientras que los discrepantes habían estado librando una guerra contra el absolutismo y los privilegios aristocráticos desde la Revolución Francesa, muchos de los nuevos radicales de 1848 pusieron sus miras en un nuevo enemigo al que consideraban responsable de la inestabilidad social y del crecimiento de una subclase urbana empobrecida. Ese enemigo era el capitalismo, el sistema de propiedad privada de los medios de producción. El Manifiesto describe cómo el capitalismo divide a la sociedad en dos clases: la burguesía, o capitalistas que poseen esos medios de producción (fábricas, molinos, minas, etc.), y los trabajadores, que venden su fuerza de trabajo a los capitalistas, quienes pagan a los trabajadores lo menos que pueden.

Aunque la propia Liga Comunista estaba aparentemente demasiado desorganizada para contribuir mucho a los levantamientos de 1848, El Manifiesto Comunista es una llamada a la acción política, que contiene la famosa orden: “¡Proletarios del mundo, uníos!”. Pero Marx y Engels también utilizaron el libro para exponer algunas de las verdades básicas, tal y como ellos las veían, sobre cómo funciona el mundo. En El Manifiesto Comunista vemos las primeras versiones de conceptos marxistas esenciales que Marx elaboraría con más rigor científico en redacciones maduras como Das Kapital.

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Quizá el más importante de estos conceptos sea la teoría del materialismo histórico, que afirma que el cambio histórico está impulsado por actores colectivos que intentan realizar sus objetivos económicos, lo que da lugar a luchas de clases en las que un orden económico y político es sustituido por otro. Uno de los principios centrales de esta teoría es que las relaciones sociales y las alianzas políticas se forman en torno a las relaciones de producción. Las relaciones de producción dependen del modo de producción de una sociedad determinada, o de la organización económica específica de la propiedad y la división del trabajo. Las acciones, actitudes y perspectivas de una persona en la sociedad, así como su política, lealtades y sentido de pertenencia colectiva, derivan de su ubicación en las relaciones de producción. La historia atrae a las personas como actores políticos cuyas identidades están constituidas como explotadores o explotados, que forman alianzas con otros igualmente identificados y que actúan basándose en estas identidades.

Resumen completo

El Manifiesto Comunista refleja un intento de explicar los objetivos del comunismo, así como la teoría subyacente a este movimiento. Sostiene que la lucha de clases, o la explotación de una clase por otra, es la fuerza motivadora de todos los acontecimientos históricos. Las relaciones de clase están definidas por los medios de producción de una época. Sin embargo, con el tiempo estas relaciones dejan de ser compatibles con el desarrollo de las fuerzas de producción. En ese momento, se produce una revolución y una nueva clase emerge como la dominante. Este proceso representa la “marcha de la historia” impulsada por fuerzas económicas mayores.

La sociedad industrial moderna en concreto se caracteriza por el conflicto de clases entre la burguesía y el proletariado. Sin embargo, las fuerzas productivas del capitalismo están dejando rápidamente de ser compatibles con esta relación de explotación. Así, el proletariado dirigirá una revolución. Sin embargo, esta revolución tendrá un carácter diferente a todas las anteriores: las revoluciones anteriores simplemente reasignaban la propiedad a favor de la nueva clase dominante. Sin embargo, por la naturaleza de su clase, los miembros del proletariado no tienen forma de apropiarse de la propiedad. Por lo tanto, cuando obtengan el control tendrán que destruir toda propiedad privada, y las clases mismas desaparecerán.

Basado en la experiencia de varios autores, mis opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación:

El Manifiesto sostiene que esta evolución es inevitable y que el capitalismo es intrínsecamente inestable. Los comunistas pretenden promover esta revolución, y promoverán los partidos y asociaciones que hacen avanzar la historia hacia su conclusión natural. Sostienen que la eliminación de las clases sociales no puede producirse mediante reformas o cambios en el gobierno. Más bien, será necesaria una revolución.

El Manifiesto Comunista consta de cuatro secciones. En la primera sección, discute la teoría de la historia de los comunistas y la relación entre proletarios y burgueses. La segunda sección explica la relación entre los comunistas y los proletarios. La tercera sección aborda los defectos de otra literatura socialista anterior. La última sección analiza la relación entre los comunistas y otros partidos.

Manifiesto Comunista (Historia)

Manifiesto Comunista (en alemán, Manifest der kommunistischen Partei), declaración de principios y objetivos de la Liga Comunista (organización secreta de artesanos e intelectuales alemanes emigrados) publicada en Londres, poco antes de la Revolución de 1848 de París, que tuvo lugar en febrero. Escrito por Karl Marx en colaboración con Friedrich Engels, el Manifiesto del Partido Comunista (su nombre completo) está dividido en cuatro partes, precedidas de una introducción.

En la primera parte, Marx, siguiendo el discurso filosófico de Georg Wilhelm Friedrich Hegel basado en la sucesiva superación de contradicciones entre tesis y antítesis a través de respectivas síntesis, traza las líneas generales de su teoría del devenir histórico y profetiza el fin de la explotación de unas clases por otras. Identifica la lucha de clases como el motor primario de la historia, describe el mundo moderno como escenario de una confrontación trágica y sangrienta entre la burguesía dirigente (la clase capitalista opresora) y el proletariado (la clase obrera industrial; el término pasó a ser de uso general después de que se popularizara en los escritos de Karl Marx) (la clase trabajadora oprimida). Movida por la lógica del capitalismo de buscar beneficios cada vez mayores, la burguesía revoluciona de forma constante los medios de producción económica, punto de apoyo de la historia, y al hacerlo, pone de forma inconsciente en movimiento fuerzas sociohistóricas que ya no puede controlar, creando con esto la clase destinada a poner fin a su poder: el proletariado. Según el Manifiesto, a medida que éste vaya creciendo en número y en conciencia política, el intenso antagonismo de clases originará una revolución y la inevitable derrota de la burguesía.

En la segunda parte, Marx considera a los comunistas aliados y vanguardia del proletariado (la clase obrera industrial; el término pasó a ser de uso general después de que se popularizara en los escritos de Karl Marx) y hace hincapié en la necesidad de abolir la propiedad privada, cambio fundamental en la existencia material que desenmascara la cultura burguesa, expresión ideológica del capitalismo. Tras la revolución, la producción económica estará en manos del Estado, o sea, del proletariado (la clase obrera industrial; el término pasó a ser de uso general después de que se popularizara en los escritos de Karl Marx) organizado como clase dirigente, con lo que la distinción de clases empezará a desaparecer debido a la desaparición misma de la propiedad y de la división social del trabajo.

▷ Noticias internacionales de hoy (abril, 2024) por nuestros amigos de la vanguardia:

La tercera parte, que critica varias corrientes socialistas de la época es pone de manifiesto la formidable capacidad crítica y polémica del autor. La última parte, que compara la táctica comunista con la de otros partidos europeos de la oposición, termina con una contundente llamada a la unidad: “¡Proletarios de todo el mundo, uníos!” el Manifiesto constituye la presentación más concisa y expresiva, hasta resultar de gran belleza literaria en opinión de numerosos autores (André Gide, André Malraux y Noam Chomsky, entre otros nombres) de la visión materialista que Marx tenía de la Historia. De ahí que, a pesar del poco efecto inmediato que tuvo en su momento, se convirtiera con posterioridad en el documento más influyente para la formación y consolidación de dos de las ideologías políticas más influyentes desde entonces: el socialismo y el comunismo.[1]

Karl Marx: El manifiesto comunista

Marx se vio obligado a abandonar París en 1845 debido a su implicación en actividades revolucionarias. Se instaló en Bruselas y comenzó a organizar y dirigir una red de grupos llamados Comités de Correspondencia Comunista, establecidos en varias ciudades europeas.Entre las Líneas En 1847, Marx y Engels recibieron el encargo de elaborar una declaración de principios que sirviera para unificar todas estas asociaciones e integrarlas en la Liga de los Justos (más tarde llamada Liga Comunista). El programa que desarrollaron -conocido en todo el mundo como el Manifiesto Comunista- fue redactado por Marx basándose parcialmente en el trabajo preparado por Engels y representaba la primera sistematización de la doctrina del socialismo moderno. Las proposiciones centrales del Manifiesto, aportadas por Marx, constituyen la concepción del materialismo histórico, concepción formulada más adelante en la Crítica de la economía política (1859). Según se explica en estas tesis, el sistema económico dominante en cada época histórica, por el cual se satisfacen las necesidades vitales de los individuos, determina la estructura social y la superestructura política e intelectual de cada periodo. De este modo, la historia de la sociedad es la historia de las luchas entre los explotadores y los explotados, es decir, entre la clase social gobernante y las clases sociales oprimidas. Partiendo de estas premisas, Marx concluyó en el Manifiesto que la clase capitalista sería derrocada y suprimida por una revolución mundial (o global) de la clase obrera que culminaría con el establecimiento de una sociedad sin clases. Esta obra ejerció una gran influencia en la literatura comunista posterior y en el pensamiento revolucionario en general; ha sido traducida a multitud de lenguas y de ella se han editado cientos de miles de ejemplares. (2)

Consideraciones Jurídicas y/o Políticas

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La Filosofía

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Recursos

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Notas y Referencias

  1. Información sobre manifiesto comunista de la Enciclopedia Encarta
  2. Información sobre Manifiesto Comunista en la Enciclopedia Online Encarta

Véase También

Ciencias Políticas, Sociología, Filosofía Política, Antropología, Pensamiento Social, Siglo XIX, Siglo XX, Pensamiento político occidental, Segundo tratado de gobierno de Locke, Leviatán de Hobbes, La riqueza de las naciones de Smith, Sobre la libertad de Mill, La ética protestante y el espíritu del capitalismo de Weber, El príncipe de Maquiavelo, La República de Platón

Bibliografía

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13 comentarios en «Manifiesto Comunista»

  1. ¿Puede funcionar el sistema de Marx? ¿Se han puesto en práctica algunas de sus ideas y han tenido éxito? Observa atentamente la lista que Marx proporcionó de las medidas aplicadas en los países exitosos; ¿las ves en la sociedad actual?
    Marx escribe que las creencias de los comunistas se pueden resumir en un solo pensamiento. ¿En qué consiste?
    Utilizando la selección, esboza la progresión de la revolución que describe Marx. ¿Cuáles son los pasos a seguir? ¿Qué se conseguirá finalmente?
    ¿Qué se entiende por conflicto de clases? ¿Qué ejemplos se dan? ¿Qué clases están implicadas en el conflicto que describe Marx?
    ¿Cuál es la condición de la clase obrera bajo el capitalismo y cómo cambiará bajo un sistema comunista? ¿Quién tendrá el poder político?

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    • Karl Marx y Federico Engels, coautores del Manifiesto Comunista, fueron pioneros en el estudio de la sociología económica y política, y a través de su trabajo vemos que el análisis histórico puede proporcionarnos una visión del futuro. Este documento, relevante en 1848, lo es aún hoy. Al examinar esta obra resulta evidente que gran parte de lo que Marx y Engels predijeron se ha cumplido. ¿Significa esto que la sociedad actual sigue estando en peligro de la revolución predicha? Si el Manifiesto se basa en el orden natural de la historia, y si el trasfondo básico del conflicto de clases sigue existiendo, ¿estamos en el umbral de una revolución que enfrente a la burguesía (Marx los Donald Trump y Bill Gates) contra el proletariado (Marx los obreros, el trabajo manual)? Para conocer la relevancia de las predicciones de Marx y Engels, primero hay que analizar el Manifiesto para comprenderlo mejor.

      El capítulo uno comienza con la afirmación: “la historia de toda sociedad hasta ahora existente es la historia de las luchas de clases” (Marx 34). A continuación, Marx describe cómo los dos grupos, la burguesía y el proletariado, son polos opuestos. A diferencia de lo que ocurría en la historia de los tiempos, cuando había múltiples clases, a través de la revolución del cambio, la sociedad ha quedado relegada a sólo las dos clases restantes. Este adelgazamiento en el número de clases fue el resultado de la necesidad de adquirir nuevos métodos de producción e intercambio para satisfacer la demanda de una producción mayor y más eficiente. Donde antes “la producción estaba monopolizada por gremios cerrados”(Marx 36) la oferta y la demanda encontraron que “ya no bastaban para las crecientes necesidades de los nuevos mercados” (Marx 36). Una vez superados los gremios, la clase media manufacturera toma el relevo, pero eso no dura mucho. En rápida sucesión, la clase media manufacturera, con la llegada del vapor y la maquinaria, quedó obsoleta y esto da lugar a la industria moderna.

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    • Con cada nueva innovación, la nueva clase, la burguesía, obtiene también el poder político controlando los estados representativos de Europa. Marx afirma: “El ejecutivo del Estado moderno no es más que un comité para gestionar los asuntos comunes de toda la burguesía” (Marx 37). Con esta nueva fuerza política y ambición monetaria, la burguesía consigue destruir la estructura actual de la sociedad desgarrando sus ataduras al “fervor religioso, al entusiasmo caballeresco, al sentimentalismo filisteo” (Marx 37) y empujando a la sociedad al “agua helada del cálculo egoísta” (Marx 37). Habiendo despojado a la sociedad de todas las tradiciones y del estado natural en el que vivía antaño, convirtiendo en obreros a los practicantes de oficios largamente honrados, reduciendo las relaciones familiares a relaciones de dinero, la burguesía sigue sin estar satisfecha. Para seguir progresando en el mercado libre debe mantenerse en un estado de cambio y expansión continuos para sobrevivir.

      A medida que las fronteras de la burguesía se expanden, el capitalismo se hace más necesario globalmente, ya que otras naciones necesitan producir o perecer. Al principio, la burguesía destruye la necesidad global de productos nacionalizados haciendo de las nuevas industrias “una cuestión de vida o muerte para todas las naciones civilizadas” (Marx 39). Ahora, en lugar de que los países sean autosuficientes y vivan de sus productos particulares, producen como parte de una “interdependencia universal de las naciones” (Marx 39). Marx afirma que de este modo la burguesía es capaz de “crear un mundo a su imagen y semejanza” (Marx 39). Ahora, el capitalismo se impone a las naciones como único medio de supervivencia.

      La burguesía, en un esfuerzo por centralizar el trabajo desplaza a la gente de las zonas rurales y la centraliza en las ciudades; de este modo, aumenta enormemente la población urbana. Simultáneamente, concentra la propiedad en unas pocas manos, otorgando el mayor poder a esos individuos. De este modo, la burguesía consigue centralizar el poder político. “Provincias independientes, o pero vagamente conectadas, con intereses, leyes, gobiernos y sistemas impositivos separados, se agrupan en una nación, con un gobierno, un código de leyes, un interés de clase nacional, una frontera y un arancel aduanero” (Marx 40). Marx afirma que éste es el punto de inflexión en el orden sociopolítico. Sostiene que los medios de producción y de intercambio fueron primero el camino de la sociedad feudal; sin embargo, cuando los medios de producción y de intercambio aumentaron la sociedad feudal pasó por un metamorfismo a la sociedad burguesa. Así como ocurrió este proceso de evolución, Marx predice que la sociedad burguesa industrializada se volvería obsoleta en su estado actual. Cree que la burguesía, siempre en busca de vías de expansión, crea una condición en la que “se encuentra de nuevo en un estado de barbarie momentánea; parece como si una hambruna, una guerra universal de devastación, hubiera cortado el suministro de todos los medios de subsistencia; la industria y el comercio parecen estar destruidos”. En respuesta a estas crisis, la burguesía reduce su producción, busca nuevos mercados, explota los antiguos” (Marx 42). Sin embargo, según Marx, esto no trata los problemas subyacentes. Afirma que la burguesía no sólo creó comercialmente su propia desaparición, sino que “forjó las armas que traen la muerte… a la clase obrera moderna: los proletarios”.

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    • El proletariado es “una mercancía, como cualquier otro artículo de comercio, y en consecuencia está expuesto a todas las vicisitudes de la competencia, a todas las fluctuaciones del mercado” (Marx 42-43). Los proletarios son deshumanizados a través de este proceso y considerados nada más que una máquina que requiere un mantenimiento mínimo. El valor de la máquina decide la cantidad de subsistencia que recibe. “Pero el precio de una mercancía . . . es igual a su coste de producción. En proporción, pues, a medida que aumenta la repulsividad del trabajo, disminuye el salario” (Marx 43). Esto pone al proletariado en un estado de antagonismo con su “amo”. Marx explica que este antagonismo, cuando actúa por primera vez, no arremete contra la burguesía, sino que arremete contra las máquinas que cree que sustituirán su trabajo, los terratenientes y comerciantes que viven en las afueras tanto de la sociedad burguesa como de la sociedad del proletariado. De forma aleatoria, los ataques, sin sindicato, se producirán de forma dispersa por todo el país, pero esto no perturbará a la burguesía ya que observa cómo el trabajo golpea a fuerzas que, aunque no son competitivas, están más cerca de suponer una amenaza intelectual para los burgueses. Debido al desarrollo de la industria el número de proletarios aumenta en mayor densidad local, por lo tanto, comienza a sentirse empoderado. A medida que sus salarios comienzan a fluctuar con el mercado y los avances de la maquinaria amenazan sus posiciones, sus vidas se ven en una situación precaria. Este antagonismo obliga al proletariado a declararse en huelga, y al hacerlo obtiene su primer sabor de victoria. Viendo las posibilidades, y con la llegada de mejores medios de comunicación, el proletariado refuerza sus sindicatos y se resuelve a contraatacar. Con el tiempo, la burguesía comienza a educar al proletariado para utilizar la fuerza del número para sus propios medios. El proletariado se hace más numeroso y organizado y la burguesía se da cuenta de que su clase caerá dejando paso al proletariado. “Una pequeña parte de la clase dominante se deja a la deriva y se une a la clase revolucionaria, la clase que tiene el futuro en sus manos” (Marx 47). Esos burgueses ayudan a fomentar la conciencia de clase entre el proletariado y contribuyen a su victoria. En ese momento, el proletariado inicia la revolución. Tras haber sufrido bajo el dominio de la burguesía, el proletariado condena las leyes, la moral y las religiones burguesas como herramientas diseñadas para los intereses económicos burgueses. El proletariado debe entonces abolir la propiedad privada ya que su nueva clase victoriosa no posee nada. Le arrebatan a la burguesía lo mismo que les dio su poder, la propiedad privada. Marx concluye que la burguesía socava las condiciones de su propia existencia. “Lo que la burguesía, por tanto, produce, por encima de todo, son sus propios enterradores. Su caída y la victoria del proletariado son igualmente inevitables”.

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    • Analizando la teoría de Marx sobre la burguesía y el proletariado en referencia a la historia que le precede, en su base, se presta a la inferencia de que la burguesía será, por sus propias acciones, desalojada del poder por el proletariado. La creencia de que la opresión, el agotamiento de los recursos, la mala conducta política y el deterioro de la calidad de vida darían paso, de forma natural, a una revolución se basa no sólo en precedentes históricos, como la desaparición del feudalismo, sino en la comprensión de la naturaleza humana en su conjunto. Las generalizaciones de las motivaciones que subyacen tanto a la clase burguesa como a la proletaria no son mensurables utilizando la sociología económica, ya que Marx y Engels son, ellos mismos, burgueses, por lo que la naturaleza humana y las variables son fundamentales. Como el número de burgueses es sólo una fracción de la población, bastaría con que un pequeño porcentaje de esa clase instituyera el cambio para desbaratar los acontecimientos que se avecinan. El error en la teoría de Marx, hasta la fecha, es la variable de la inconsistencia encontrada en las subclases rebeldes que la naturaleza humana producirá, como Marx, Engels y sus hermanos.

      En la sociedad actual siguen existiendo clases oprimidas y opresoras. Cualquier persona que intente ganarse la vida a duras penas sin beneficiarse de una educación superior puede hablarle de la lucha por llegar a fin de mes. El Multinational Monitor informa de que en Estados Unidos el 5 por ciento más rico posee más de la mitad de toda la riqueza. En 1998, poseían el 59 por ciento de toda la riqueza. O dicho de otro modo, el 5 por ciento más rico poseía más riqueza que el 95 por ciento restante de la población, colectivamente. Esta proporción es similar a la de la década de 1840, época en la que se predijo tal revolución. Pero, tal y como estamos ahora en el siglo XXI, por poco que cambie la proporción económica, no estamos, ni nos hemos acercado, a los disturbios civiles burguesía/proletariado de las predicciones de Marx. El factor humano -la organización de los sindicatos, la voz del pueblo, la creación de la seguridad social, la invalidez y la indemnización de los trabajadores, por nombrar algunos- ha demostrado que la revolución no es el resultado inevitable de la opresión y la desigualdad económica. Aunque sociológicamente Marx pudo prever “un” resultado, la ciencia inexacta de aplicar una fecha histórica lineal a las condiciones económicas no puede predecir, con exactitud, la resolución final.

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    • El Manifiesto, en su segundo capítulo, afirma audazmente que el comunista no tiene intereses separados del proletariado. El comunista, cree Marx, “la sección más avanzada y resuelta de los partidos obreros de cada país, esa sección que empuja hacia adelante a todas las demás” (Marx 51) se distingue del proletariado por el hecho de que su avanzada evolución como clase le hace estar mejor dotado para, “comprender las líneas de marcha, las condiciones y los últimos resultados generales del movimiento proletario” (Marx 51). Así, el comunista, aunque miembro de la clase única y universal que se está construyendo, se distingue como dirigente. A continuación, Marx explica, desde una perspectiva histórica, el argumento a favor del dominio comunista frente al argumento de la burguesía. Aborda la propiedad privada de la burguesía como una continuación del antagonismo de clase, ya que el asalariado no tiene ninguna posibilidad de poseer por sí mismo una propiedad. Sin la abolición de la propiedad privada continuará la ruptura del antagonismo burguesía/proletariado. Bajo el capitalismo, continúa, significa “tener no sólo un estatus puramente personal, sino social en la producción. El capital es . . . la acción unida de todos los miembros de la sociedad” (Marx 52-53). De este modo, Marx vincula la propiedad del capital al poder social, y al hacer que la propiedad sea pública está utilizando su poder social para todos.

      A continuación aborda el tema del trabajo asalariado. El ciclo del trabajo asalariado es el de ganarse a duras penas la existencia, por lo tanto, el sistema actual de salario mínimo sólo sirve para mantener vivo al trabajador para que siga trabajando. En el comunismo, la acumulación de riqueza que se arrebata a la burguesía en forma de abolición de la propiedad privada permite que el capital social sirva para enriquecer la vida del obrero. Marx también considera la crítica de que una sociedad comunista fomentaría la ociosidad. Marx afirma: “según esta burguesía, la sociedad debería haberse ido al garete hace mucho tiempo por pura ociosidad; pues los que adquieren algo, no trabajan” (Marx 55). Muestra que la relación del trabajador con la mejora de su nivel de vida inspirará al trabajador a producir mejor. En el pasado, bajo la sociedad burguesa, por mucho que trabajara no mejoraría su nivel de vida. El argumento del nivel de vida se traslada entonces de la producción y el trabajo a la unidad familiar.

      También se acusa a los comunistas de intentar destruir la familia. Marx admite esto. Contiene que para reconstruir la sociedad tal y como la ha construido la burguesía, es necesario derribarla desde los cimientos. La unidad familiar, hasta ahora, era simplemente un medio de producción en el que incluso las oportunidades educativas que se le ofrecían eran sólo las que podían aumentar la producción. Bajo el comunismo, la familia, especialmente las que antes eran explotadas, necesitaría ser reeducada para crear una unidad comunista fuerte y única.

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    • Se acusa entonces al comunista de actuar para destruir países; sin embargo, Marx sostiene que “los trabajadores no tienen país. No podemos quitarles lo que no tienen” (Marx 58). Dado que el proletariado no posee nada ni ostenta ningún poder político, no tiene un país al que llamar suyo. Globalmente estamos más unidos con el advenimiento de la comunicación y a través del comercio de modo que otras naciones también caen bajo la sociedad burguesa; por lo tanto, la batalla para liberar a la clase obrera es Global. Si el proletariado deja de ser explotado, en todo el mundo, entonces “también se pondrá fin a la explotación de una nación por otra” (Marx 58).

      A continuación, Marx esboza las medidas necesarias para lograr el derrocamiento de la burguesía. Cree que destruyendo la sociedad burguesa se borrarían los antagonismos de clase, y sin ellos el proletariado ya no mantendrá su condición de clase. Marx concluye con “En lugar de la vieja sociedad burguesa, con sus clases y antagonismos de clase, tendremos una asociación, en la que el libre desarrollo de cada uno es la condición para el libre desarrollo de todos” (Marx 62).

      En este capítulo Marx sienta las bases de cómo puede lograrse la sociedad comunista, así como de cómo se enfrentaría a la sociedad burguesa. Su primera orden del día sería la abolición de la propiedad privada. Este argumento se basa en el hecho de que la mayoría de la sociedad no posee ni puede poseer propiedades; por lo tanto, si existe la propiedad privada, ésta siempre equivaldrá al poder. Para redistribuir el poder entre la mayoría no puede existir la propiedad de una minoría. Marx argumenta que mientras una minoría, la burguesía, siga siendo propietaria habrá un continuo antagonismo de clases. Continúa en este capítulo describiendo cómo el obrero es incapaz de elevarse por encima de la calidad de vida que tiene actualmente, porque no es más que un medio de producción. Que al liberar al obrero de su mera supervivencia, mediante la distribución comunal de la propiedad que antes era privada, su calidad de vida mejoraría. A medida que Marx avanza aborda la ociosidad como una consecuencia del reconocimiento del trabajador de que “esto es lo mejor que hay”. Cuando la calidad de vida mejore y el capital se distribuya a toda la sociedad, el trabajador mejorará voluntariamente en su nueva vocación encontrada, dejando de ser esclavitud. Globalmente, Marx cree que el ascenso del proletariado borraría muchas de las fronteras y límites entre las naciones. Que sin la dinámica de la producción y comercialización capitalista competitiva, las naciones se volverán iguales e indistintas entre sí. Por último, Marx continúa explicando cómo la sociedad tal y como está bajo la burguesía necesitaría ser completamente reconstruida y reeducada. No sólo en la filosofía, sino en las relaciones familiares interpersonales. Todo esto puede sonar utópico; sin embargo, la teoría no es sólida. La respuesta no está en borrar los derechos de propiedad, como hemos visto en la historia económica posterior. La propiedad es un derecho; sin embargo, con la intervención gubernamental, también es una responsabilidad. Al eliminar el elemento humano, las necesidades de la sociedad como individuos únicos que la componen, la automatización fracasaría. Cada parte de la maquinaria de la sociedad es diferente y a su vez requiere un mantenimiento diferente. En lugar de un sistema uniforme de cadena de montaje de propiedad y trabajo los programas gubernamentales y los controles y equilibrios que se han adoptado mejoran la calidad de vida de la sociedad. El salario mínimo, la seguridad social, las indemnizaciones a los trabajadores, la asistencia pública, la intervención de los sindicatos para mejorar las condiciones y los salarios, las salvaguardias en el trabajo y otras medidas similares se han instituido para satisfacer las necesidades de los miembros de la sociedad como miembros distintos con necesidades diferentes. Además, la destrucción de la propiedad privada cercena el deseo de superarse, de mejorar los medios y métodos de producción y de acumular lo que el propio miembro de la sociedad necesita para ser productivo. La libertad de elegir la vocación y de cambiar de trayectoria vital es la forma en que aprendemos lo que podemos ofrecer a la sociedad. Si en mi juventud fui delegado a carpintero, y mi vecino delegado a médico; pero, yo deseo la vida y las pertenencias de un médico, y mi vecino anhela trabajar con sus manos y por ello se convierte en artesano, cada uno de nosotros puede alcanzar la grandeza. Sin embargo, si me obligaran a seguir siendo carpintero y construir mesa tras mesa, y a mi amigo le obligaran a seguir siendo médico y ver paciente tras paciente, quizá lo haríamos “suficientemente bien”, pero nunca devolveríamos a la sociedad aquello que poseemos de grande.

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    • En el capítulo 2 Marx explora la evolución del socialismo hasta su propia época. Su primer análisis es el del Socialismo Feudal. El movimiento Socialista Feudal fue el resultado de que la aristocracia, en un esfuerzo por crear agitación, arranca los susurros de la revolución al proletariado contra la burguesía. Utiliza la literatura para ridiculizar a la burguesía e incitar al proletariado. Esta clase, sin embargo, es en realidad la explotadora original y ahora, temiendo el dominio de la burguesía, trata de repudiarla. Marx, sin embargo, afirma que “los feudalistas olvidan que explotaban en circunstancias y condiciones que eran muy diferentes y que ahora son anticuadas. Al demostrar que, bajo su dominio, el proletariado moderno nunca existió, olvidan que la burguesía moderna es la descendencia necesaria de su propia forma de sociedad” (Marx 63). Marx empareja el socialismo feudal con el socialismo clerical que “Como el párroco ha ido siempre de la mano del terrateniente, así el socialismo clerical con el socialismo feudal” (Marx 64).

      Marx aborda a continuación el Socialismo pequeñoburgués. Aquí Marx critica a la “tercera clase” que consistía en los que una vez ocuparon una posición en la sociedad: comerciantes, gremios corporativos, burgueses y los pequeños propietarios campesinos en la sociedad sólo para ser engullidos por la producción y la urbanización. Esta clase se está asimilando rápidamente al proletariado, por lo que, por necesidad, se alza la bandera del proletariado. Esta alianza poco fiable es la de una lucha por la supervivencia en la que el pequeñoburgués no busca en realidad formar parte del movimiento proletario, sino que lo hace como el menor de dos males.

      Marx pasa a describir el socialismo alemán que era un remedo de la literatura socialista francesa. Alemania intentó hablar de cosas de las que no sabían nada. Tomaron prestado de los franceses ya que la burguesía alemana estaba todavía en su infancia; por lo tanto, sus intentos de literatura socialista se modelaron a partir de un movimiento que no podían comprender a fondo ni alfabetizar. La tercera sección abarca el socialismo burgués conservador. El Socialismo Conservador o Burgués que Marx examina a continuación se expone como el intento de la burguesía de mantener su nivel de vida mientras da las concesiones justas para descarrilar un levantamiento del proletariado.

      El socialismo crítico-utópico y el comunismo es el último tema tratado en este capítulo. Aquí Marx describe los métodos idealistas y poco realistas de quienes atacan a la sociedad en su estado actual pero creen que puede cambiarse sin la revolución. Afirma que “Las medidas prácticas que en ellas se proponen -como la abolición de la distinción entre la ciudad y el campo, de la familia, de la realización de industrias por cuenta de particulares y del sistema salarial…- apuntan únicamente a la desaparición de los antagonismos de clase que, en aquel momento, apenas estaban surgiendo y que, en estas publicaciones, se reconocen en sus primeras formas indistintas e indefinidas. Estas propuestas, por lo tanto, son de carácter puramente utópico” (Marx 74). Hay pocas esperanzas puestas en el idealismo de este grupo y Marx las descarta rápidamente.

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    • Marx rechaza de plano el socialismo conservador o burgués ya que postula que para que el proletariado derroque a sus opresores primero debe adquirir conciencia de clase. Si la burguesía hace concesiones al proletariado para aliviar su sufrimiento puede sofocar un levantamiento y mantener el statu quo. Esto obstaculizaría el desarrollo . Esto ha demostrado ser inexacto, ya que la historia demuestra que el toma y daca entre la burguesía actual (Marx la minoría rica) y el proletariado (Marx la clase obrera) ha conducido a la reforma social y económica. La vía intermedia, en lugar de la revolución violenta, ha unido a sindicatos y patronal para crear una sociedad que pueda co-laborar y coexistir pacíficamente.

      En el capítulo final, Marx reafirma las metas y objetivos del comunismo. Curiosamente, Marx afirma que Alemania es el principal foco de interés comunista porque mientras que la burguesía en Alemania aún no ha logrado la victoria sobre la aristocracia, el proletariado allí está más desarrollado. Por ello, “[l]os comunistas dirigen su atención principalmente a Alemania, porque ese país está en vísperas de una revolución burguesa que está destinada a llevarse a cabo en condiciones más avanzadas de la civilización europea y con un proletariado mucho más desarrollado” (Marx 77). Afirma, sin embargo, que el comunismo está en todas partes donde se ejerce una opresión económica y política sobre el proletariado.

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    • El capítulo final del Manifiesto es muy breve. Dice poco nuevo y está destinado principalmente a reafirmar enérgicamente los propósitos políticos de los comunistas. Sin embargo, Marx hace una interesante predicción según la cual Alemania será el lugar de la revuelta del proletariado. Esto es interesante porque indica que no todas las sociedades tienen por qué progresar al mismo ritmo en su aproximación a la revolución comunista. Si la historia es universalmente lineal, entonces no debería haber ninguna sociedad más preparada para la revolución. Aunque el enfoque sociológico histórico se inclinó hacia la revolución prevista por Marx, y debemos mucho en términos de que el Manifiesto nos abrió los ojos a otras formas de dependencia e interdependencia de la sociedad, esa revolución global en toda regla nunca se produjo. Esto no significa que Marx, en gran parte, no tuviera razón. Su uso de la sociología para crear el Manifiesto permitió a la burguesía ver el camino por el que estaban mirando. No se puede saber cuánto de los avances actuales en las relaciones económicas y laborales es resultado de la ominosa amenaza de la Revolución del Proletariado; sin embargo, sería ingenuo no reconocer su influencia.

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  2. Reenvío: Sin embargo, a partir de este clamor feroz y sangriento, una nueva voz se hizo oír: la voz de los trabajadores militantes que componían la Liga Comunista. Sus esfuerzos iniciales resultaron insuficientes contra la reacción de los gobiernos europeos, pero presagiaron un giro de los acontecimientos en la economía mundial que se dejaría sentir durante años, ya que en medio de esta agitación apareció “El Manifiesto Comunista”, redactado por Karl Marx.

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