Denuncia de Irregularidades
Este texto se ocupa de la denuncia de irregularidades. Tomada del derivado latino denonciatio, la palabra denuncia significaba originalmente “anuncio, declaración”. Este significado neutro cayó en desuso en la lengua francesa, salvo en ciertos contextos oficiales, a partir del Renacimiento y adquirió un significado especializado (por ejemplo, anuncio por el que se pone fin unilateralmente a un acuerdo, tratado o contrato), y después una connotación peyorativa de denuncia de un acto o de una persona como culpable de infringir una norma establecida: queja, acusación, denuncia, etc. En muchas organizaciones, el término se utiliza ahora para describir, sin ninguna connotación peyorativa, la acción o el acto ético de denunciar una infracción o una disfunción que ha sido identificada por un empleado, deseoso de evitar una mala conducta o una falta agravada dando ese aviso. Persona física o jurídica, generalmente independiente de la entidad objeto de la denuncia, el “denunciante” está legítimamente motivado por una preocupación paliativa o preventiva de sacar a la luz peligros o resultados nocivos previstos relativos tanto a la acción pública como a las actividades o procedimientos de una entidad privada cuyos fines o externalidades se consideran indeseables.