La nación es un grupo grande de personas que sienten que pertenecen juntas en relación con otros grupos grandes y tienen la voluntad de permanecer juntos ahora y en el futuro. Contribuyen al sentimiento de pertenencia: la lengua común, la historia, la religión, la cultura y, si existe, un Estado común. Este texto se ocupa de algunos aspecto del Estado Nacional, como una forma de Estado en el que quienes ejercen el poder reclamo legitimidad de su dominio parcial o únicamente por el hecho de que su poder se ejerce para la promoción de los intereses, valores distintivos y el patrimonio cultural de una nación. Una característica definitoria de la modernidad es la centralidad del Estado-nación, y el desarrollo del Estado-nación es un reflejo institucional de muchas de las tendencias progresistas más amplias inherentes a la era moderna. Gerard Delanty (en este volumen) define dos entidades distintas: la nación (una comunidad cultural) y el Estado (una administración política). Sugiere que el nacionalismo suele ser el resultado del intento de los Estados de definir las naciones. Aunque el discurso de la nación nunca ha sido patrimonio exclusivo del Estado, está claro que éste ha podido imponer a menudo una definición autorizada de la nación para definir la identidad cultural de “su” comunidad. La mayoría de las veces, la alta cultura fue el lugar donde se produjeron esas definiciones, y la arquitectura fue sólo una de las formas en que el Estado intentó codificar la nación en las condiciones de la modernidad. En la era moderna, la ciudadanía se representaba en el nivel de la nación y se reflejaba posteriormente, lo que daba al Estado la posibilidad de definir la nación con autoridad. Importantes codificaciones estatales de la nación surgieron a través del arte, las banderas, los himnos nacionales y dentro del discurso de la historia en general, pero aún más que esto, tales manifestaciones culturales de la nación desempeñaron un importante papel no sólo en la codificación de la nación sino también en la creación de una nación en la memoria histórica. La arquitectura histórica dirigida por el Estado ha demostrado ser una forma muy importante de expresar y desarrollar el código nacional, y muchos de los discursos identificados anteriormente como tendencias importantes de la modernidad encuentran su reflejo sustantivo en los edificios históricos dirigidos por el Estado.