El conflicto global que se denominó Segunda Guerra Mundial surgió de la Gran Depresión, una convulsión que desestabilizó gobiernos, economías y naciones enteras en todo el mundo. En Alemania, por ejemplo, el ascenso de Adolfo Hitler y del partido nazi se produjo, al menos en parte, porque Hitler pretendía ser capaz de transformar una Alemania debilitada en una potencia militar y económica autosuficiente que pudiera controlar su propio destino en los asuntos europeos y mundiales, incluso mientras las potencias liberales como Estados Unidos y Gran Bretaña se veían sacudidas por la depresión. Estados Unidos emergió en 1945 en una posición económica incomparablemente más fuerte que en 1941. En 1945 se habían asegurado las bases del dominio económico de Estados Unidos durante el siguiente cuarto de siglo. Esta puede haber sido la consecuencia más influyente de la Segunda Guerra Mundial para el mundo de la posguerra. Los efectos de la guerra fueron variados y de gran alcance. La guerra puso fin de forma decisiva a la propia depresión. El gobierno federal emergió de la guerra como un potente actor económico, capaz de regular la actividad económica y de controlar parcialmente la economía a través del gasto y el consumo. La industria estadounidense se revitalizó con la guerra, y en 1945 muchos sectores estaban fuertemente orientados a la producción de defensa (por ejemplo, la industria aeroespacial y la electrónica) o dependían completamente de ella (energía atómica). El movimiento obrero organizado, fortalecido por la guerra incluso más allá de su apogeo en la época de la depresión, se convirtió en un importante contrapeso tanto para el gobierno como para la industria privada. Los rápidos cambios científicos y tecnológicos de la guerra continuaron e intensificaron las tendencias iniciadas durante la Gran Depresión y crearon una expectativa permanente de innovación continua por parte de muchos científicos, ingenieros, funcionarios y ciudadanos. Del mismo modo, el aumento sustancial de los ingresos personales y, con frecuencia, si no siempre, de la calidad de vida durante la guerra, llevó a muchos estadounidenses a prever mejoras permanentes en sus circunstancias materiales, incluso cuando otros temían un retorno de la depresión en la posguerra. Por último, la escala global de la guerra perjudicó gravemente a todas las grandes economías del mundo, excepto a Estados Unidos, que disfrutó así de un poder económico y político sin precedentes después de 1945.