Origen de la Mitología Romana
Este texto se ocupa del origen o inicio de la mitología romana. En sus primeros años, los romanos tenían muchas deidades y espíritus llamados numina, o poderes, que se creía que habitaban en toda la naturaleza. A diferencia de las deidades griegas, los numina no tenían personalidades ni características distintivas y bien definidas. Existían pocas historias sobre ellos. Eran simplemente las fuerzas que supervisaban las actividades de la vida cotidiana. Algunos ejemplos son Jano, dios de las puertas y los arcos, y Terminus, dios de los límites. Muchas de las primeras deidades romanas estaban relacionadas con la agricultura, los cultivos o la tierra. Sylvanus, por ejemplo, era el protector de los leñadores y labradores. Otras deidades primitivas representaban virtudes o cualidades, como Concordia, diosa del acuerdo; Fides, diosa de la honestidad; y Fortuna, diosa del destino o la suerte. Cautivados por los elaborados y entretenidos mitos que los griegos habían tejido en torno a sus dioses y diosas, los romanos transformaron gradualmente algunos de sus numina en versiones romanas de las principales deidades griegas.