Este texto se ocupa del cine documental, en especial el de animación. El cine documental siempre se ha inspirado en la vida real. Sin embargo, un número cada vez mayor de cineastas contemporáneos va más allá, dibujando en pantalla imágenes de la realidad mediante una serie de técnicas y estéticas de cine de animación. Este texto explora el campo del cine documental de animación desde una amplia gama de perspectivas académicas y prácticas. La literatura más especializada, al menos algunos autores, exploran y proponen respuestas a una serie de preguntas que preocupan tanto a los artistas cinematográficos del siglo XXI como al público: ¿Cuáles son las raíces históricas del documental animado? ¿Qué tipo de razones inspiran a los profesionales a emplear la animación en contextos documentales? ¿Cómo reflejan e influyen las imágenes del documental animado en nuestra comprensión y experiencia de las múltiples formas de la realidad: pública y privada, psicológica y política? Desde el cine primitivo hasta la investigación científica actual, los usos militares, el arte digital y los juegos, la literatura arroja nueva luz sobre la capacidad de la imagen en movimiento para actuar como registro del mundo que nos rodea, desafiando muchas definiciones ortodoxas tanto del cine de animación como del documental. Este texto ofrece un relato de la evolución del cine documental de animación, que relaciona esa historia en curso con desarrollos análogos en campos relacionados, como el documental de acción real, la pintura, la fotografía y el Nuevo Periodismo. Por su naturaleza abiertamente artificial, los documentales de animación parecen desafiar la epistemología documental tradicional. Las imágenes animadas, que a menudo adoptan formas visuales evidentemente artificiales y no indexadas, pueden utilizarse para comunicar las cualidades de verosimilitud y facticidad que suelen esperarse de los artefactos documentales.