La tesis central de Sumner sobre la sociología de la desviación hizo dos afirmaciones clave sobre el desarrollo teórico y filosófico de la criminología durante las últimas décadas del siglo XX, la primera de las cuales puede verse como una observación histórica, mientras que la segunda proporciona una evaluación consecuente. de la contribución potencial a la comprensión sociológica del crimen y la desviación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). En el primer caso, es probable que sea bastante seguro decir que el análisis de Sumner fue acertado. Hay una gran cantidad de evidencia que sugiere que la criminología se sometieron a una especie de cambio de paradigma (modelo, patrón o marco conceptual, o teoría que sirve de modelo a seguir para resolver alguna situación determinada) después de los diecinueve años – setenta y en el que la disciplina en su conjunto sustancialmente de – enfatizó una normativa, realista asumir delito y la desviación a favor de más de postmoderno, el énfasis relativista en el discurso, la representación y los poderes de definición desequilibrados. Este nuevo paradigma (modelo, patrón o marco conceptual, o teoría que sirve de modelo a seguir para resolver alguna situación determinada) comenzó con el interaccionismo simbólico y la perspectiva de etiquetado a medida que surgían de la fenomenología estadounidense, pero finalmente desempeñó un papel determinante en gran parte de la producción teórica reciente de la criminología, incluida la criminología radical y crítica, la tradición de pánicos morales y la versión de nuestra disciplina del “giro cultural’. Lo que denominamos colectivamente ‘teoría de la reacción social’ o ‘sociología de la censura’ ofreció un análisis detallado del impacto de las etiquetas criminales y la censura estatista.
Sin embargo, desde donde podríamos apartarnos del análisis de Sumner, se encuentra en su segunda afirmación y solo con el beneficio de veinte años adicionales de retrospectiva en la distribución general de la investigación criminológica. Si miramos hacia atrás en la literatura contemporánea, a pesar de algunas contraprestaciones notables y destacadas, podemos identificar una disciplina que parece haber identificado colectivamente la reacción social como una fuente positiva de desarrollo futuro con la cual sacar a relucir el estudio sociológico del crimen y la desviación de una Relación problemática con el pragmatismo (definido en términos generales, se refiere a las disputas metafísicas que buscan aclarar el significado de los conceptos e hipótesis identificando sus consecuencias prácticas; las ventajas del pragmatismo en la política son que permite un comportamiento de las políticas y las afirmaciones políticas que se configura de acuerdo con las circunstancias y los objetivos prácticos, más que con los principios u objetivos ideológicos) burocrático. El resultado, sin embargo, parece haber sido un paradigma (modelo, patrón o marco conceptual, o teoría que sirve de modelo a seguir para resolver alguna situación determinada) criminológico que compró lo anti-burocrático y lo anti-burocrático.