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Tecnocracia

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La Tecnocracia

Este elemento es un complemento de los cursos y guías de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y análisis sobre la tecnocracia.

🙂 ▷ Ciencias Sociales y Humanas » Inicio de la Plataforma Digital » A Macroeconomía » Tecnocracia
Nota: Consulte también la información relativa a estructuralismo.

El concepto de tecnocracia se originó en Estados Unidos en los años 30, en el seno del Movimiento Tecnocrático, al que se adhirieron muchos ingenieros. Sin embargo, desde el punto de vista de la historia de las ideas, forma parte de una tendencia que ya se manifestaba en el siglo XIX en las doctrinas de Taylor (véase taylorismo a continuación) y Claude Henri de Saint-Simon, e incluso a principios del siglo XVII en el pensamiento de Francis Bacon, si no antes.

▷ Taylorismo
El taylorismo, que debe su nombre al ingeniero estadounidense Frederick Winslow Taylor, es un método científico de organización del trabajo desarrollado a finales del siglo XIX. Su objetivo era aumentar la productividad de una empresa aprovechando al máximo sus recursos. Mediante el análisis del flujo de trabajo (tiempo, movimientos y herramientas), las fases sucesivas de la producción se descomponen, redefinen y reensamblan para lograr el máximo rendimiento (Racionalización). El taylorismo establece una separación estricta entre la concepción y la ejecución del trabajo; también introduce salarios diferenciados, basados en la normalización de la tarea realizada. El taylorismo fue el precursor de las modernas ciencias del trabajo (Management). Tras la Primera Guerra Mundial, estos nuevos métodos de trabajo ganaron importancia en Europa. Por ejemplo, el rechazo de la ley Schulthess en 1924 (el paso de una semana laboral de 48 a 54 horas) dio un nuevo impulso al movimiento. El proceso de racionalización iniciado por industriales y empresarios como Iwan Bally y Else Züblin-Spiller se inspiró no sólo en el taylorismo, sino también en parte en las ideas políticas y sociales del fabricante de automóviles Henry Ford y en investigaciones más recientes de psicología aplicada; condujo a una reestructuración del trabajo en las empresas y en la economía doméstica según criterios rigurosos de eficiencia.

La intención de los partidarios de la tecnocracia era eliminar la política y el sistema de mercado y confiar en su lugar en las habilidades de los expertos. Esta visión, defendida por personas que creían en el progreso, suscitó reacciones violentas. Incluso a principios del siglo XX, los ideales de la racionalización tecnocrática fueron ferozmente criticados, ya que se pensaba que el advenimiento del reino de la máquina podría aniquilar las capacidades creativas del ser humano. Tanto en el siglo XIX como en el XX, las ideas tecnocráticas parecieron encontrar mayor aceptación entre el público sobre todo tras las crisis económicas y las catástrofes políticas. En cambio, las posiciones contrarias tendieron a reforzarse en periodos de crecimiento económico y modernización. Entre el cambio de siglo y la Primera Guerra Mundial, el cientificismo y la fe en el progreso característicos del positivismo fueron cuestionados cada vez más sistemáticamente, sobre todo en la Suiza alemana, bajo la influencia de la “crítica de la civilización” alemana (Kulturkritik). La crisis sociopolítica del Estado federal, que se venía gestando desde antes de la Primera Guerra Mundial, socavó la pretensión de los radicales de monopolizar el progreso social, político y económico. En el periodo de entreguerras, aunque la mayoría de los tecnócratas mantuvieron una postura decididamente apolítica, una minoría también entabló nuevas alianzas con el comunismo y la extrema derecha.

La influencia de movimientos tecnocráticos como el Planismo de Henri De Man aumentó con la crisis económica mundial. Rechazando el liberalismo tanto como el socialismo o el comunismo, el planismo quería que las decisiones políticas fueran tomadas en mayor medida por expertos y especialistas. En Suiza, este concepto fue retomado por el PS en su Iniciativa de Crisis y su Plan Laboral. La visión subyacente a estos proyectos es la de una sociedad en la que no haya crisis económica y en la que exista una regulación perfecta, no sólo política sino sobre todo social. El entusiasmo suscitado por el progreso y la tecnología en los años 50 y 60 fue acompañado, en muchos países europeos, de un notable aumento del recurso a expertos en la consulta política. En los años setenta, las críticas a una sociedad supuestamente controlada y distorsionada por la tecnocracia, transmitidas por el movimiento estudiantil, volvieron a encontrar mayor resonancia en la opinión pública. A ello se unió en 1975 el fracaso, por falta de mayoría en los cantones, del nuevo artículo económico de la Constitución, que marcó un punto de inflexión en la política económica suiza. Los neoliberales, partidarios de un mercado autorregulado sin planificación tecnocrática (véase acerca de la economía planificada) ni intervención estatal, recuperaron su influencia en el proceso político.

▷ En este Día de 25 Abril (1809): Firma del Tratado de Amritsar
Charles T. Metcalfe, representante de la Compañía Británica de las Indias Orientales, y Ranjit Singh, jefe del reino sij del Punjab, firmaron el Tratado de Amritsar, que zanjó las relaciones indo-sijas durante una generación.

Tecnocracia: Introducción al Concepto Jurídico

De acuerdo con Eduardo Jorge Arnoletto:

Etimológicamente es el gobierno de los técnicos. Es un concepto que intenta expresar la siguiente situación: a medida que las funciones del sistema político se hicieron más variadas y complejas (funciones sociales del estado, planeamiento de la macroeconomía, promoción del desarrollo regional, etc.) fué cobrando mayor importancia el sector de la administración estatal, la burocracia, y dentro de ella, de aquellos sectores que poseen el conocimiento de las técnicas (económicas, sociológicas, ingenieriles,etc.) que son necesarias para atender esas funciones. Esos sectores vieron acrecentado su poder frente a los políticos tradicionales e incluso llegaron a sustituirlos en sus cargos, o al menos a ser “el verdadero poder detrás del trono”.

La Sociedad Civil y el Significado Político de Tecnocracia

Nota: Puede interesar también la información acerca del pensamiento ilustrado, donde ya se teorizaba sobre una sociedad civil ideal, la teorización de la sociedad civil, y acerca de la Sociedad Civil Virtuosa.

El capitalismo de Estado tecnocrático y la timidez de la sociedad civil en Singapur

Singapur desmiente rotundamente cualquier mito residual asociado (véase qué es, su concepto jurídico; y también su definición como “associate” en derecho anglo-sajón, en inglés) a la teoría de la modernización: tiene la economía capitalista más avanzada del sudeste asiático y se encuentra entre los países con menos espacio político de la sociedad civil. Esto no se debe a que el desarrollo capitalista en la ciudad-estado haya sido menos propenso a los conflictos que en otros lugares. Al contrario, desde la década de 1980, el acelerado desarrollo capitalista de Singapur ha generado cada vez más conflictos por sus desiguales impactos económicos, sociales y medioambientales. Sin embargo, esto ha dado lugar a la más amplia gama de nuevos modos de participación de la región a través de los cuales canalizar, contener y responder al conflicto. Mientras tanto, la sociedad civil ha sido regulada de forma intrincada para fomentar los grupos que apoyan los intereses e ideologías del régimen y restringir a los que se oponen o los critican.

De hecho, de los cuatro países de este estudio, es en Singapur, bajo el capitalismo de Estado tecnocrático, donde las relaciones de poder entre el Estado y la sociedad civil están más sistemáticamente apiladas contra las fuerzas reformistas de la sociedad civil. La cohesión política e ideológica del partido gobernante y del Estado unipartidista de facto bajo este modelo de capitalismo ha dificultado que las fuerzas sociales forjen bases y coaliciones en la sociedad civil para participar en la contestación del poder estatal.

Las fuerzas sociales que pretenden actuar a través de la expresión de la sociedad civil se limitan a los partidos de la oposición apoyados principalmente por la clase trabajadora y a selectas organizaciones no gubernamentales dirigidas por profesionales de clase media. Estas fuerzas están fuertemente segregadas y se les impide legalmente formar coaliciones en los espacios políticos formales e informales de la sociedad civil. Se enfrentan a una plétora de otras limitaciones para la movilización política colectiva dentro de ambos espacios.

Las raíces históricas de estas relaciones entre el Estado y la sociedad civil se remontan a las luchas por el poder estatal durante y después del dominio colonial británico. La coalición victoriosa persiguió una industrialización orientada a la exportación (IOE) dirigida por el capital internacional, junto con funciones clave en el desarrollo económico y social para las empresas y burocracias capitalistas estatales. Surgió una clase virtual de políticos-burócratas tecnócratas, cuyos considerables poderes y recursos fueron, y siguen siendo, racionalizados por la ideología elitista que afirma que el orden social y político de Singapur debe reflejar una “meritocracia”.

Esta ideología resta importancia a la naturaleza normativa y política del conflicto, haciendo hincapié, en cambio, en la resolución apolítica de los problemas que las élites tecnocráticas están mejor situadas para proporcionar. Complementa esta ideología una noción moral de responsabilidad política por parte de los dirigentes del Partido de Acción Popular, igualmente hostil a la sociedad civil como lugar a través del cual se pueden impugnar los poderes y las decisiones de los político-burócratas. En esta variante republicana no democrática de la ideología de la rendición de cuentas, el carácter moral y la integridad de la élite se reivindican como los principales controles contra los abusos del cargo y del poder, y no las instituciones liberales o democráticas.

▷ Lo último (abril 2024)

Sin embargo, el conflicto que emana de las contradicciones inherentes al modelo de desarrollo del Partido de Acción Popular (véase más sobre los partidos sociales conservadores), o que se ve agravado por ellas, también ha supuesto que la protección de los poderes estatales existentes frente al escrutinio y la contestación efectivos se haya enfrentado a desafíos. De ahí las innovaciones en los modos de participación auspiciados por el Estado, que hacen especial hincapié en las ideologías consultivas y particularistas no democráticas de la participación política; y los continuos refinamientos y adiciones a los frenos legislativos a la sociedad civil. El hilo estratégico común es el intento de fragmentar políticamente a las fuerzas sociales reformistas para que la movilización y la acción colectivas independientes se vean limitadas u obstruidas.

Basado en la experiencia de varios autores, mis opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros lugares de esta plataforma, respecto a las características y el futuro de esta cuestión):

Esta estrategia ha tenido un éxito notable, pero también ha garantizado que las preocupaciones populares subyacentes -en particular las relacionadas con la desigualdad estructural- no se hayan abordado adecuadamente. En consecuencia, periódicamente ha habido un importante apoyo de la clase trabajadora a los partidos de la oposición, cuyo impacto político ha sido contenido por la manipulación electoral y la mala distribución de los votos.

Revisor de hechos: Duncan

Tecnocracia en 1948

Decía Guillermo Díaz en su Diccionario Político que Tecnocracia es: En los años de depresión económica 1932 y 1933 en los Estados Unidos bajo la dirección de Howard Scott un nutrido grupo de economistas arquitectos e ingenieros industriales constituyeron una organización para el estudio de los recursos físicos de los Estados Unidos con el título de Energy Survey of North America. Se llamaban a sí mismos tecnócratas y sin que llegasen a formular plan alguno consideraron que el sistema de precios era lo único que se oponía a la utilización del inmenso poder que las invenciones y los descubrimientos de los últimos años habían puesto a la disposición de los hombres. Sus conclusiones básicas fueron que el uso de las máquinas y de la energía inanimada acrecentaban rápidamente la producción pero al mismo también requerían los servicios de menor número de brazos en tanto que el volumen de la deuda aumentaba en proporción superior al aumento de la producción y de la población. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Este hecho se debía al proceso constante de las inversiones mediante empréstitos para renovar los equipos mecánicos abandonando los existentes antes de que hubiesen dado su rendimiento (véase una definición en el diccionario y más detalles, en la plataforma general, sobre rendimientos) natural. Consideraban los tecnócratas que la gravitación de las utilidades en manos de empresarios y prestamistas resultaba en una acumulación de productos invendibles puesto que ni el trabajador ni el consumidor se beneficiaban con el sistema.

Una Conclusión

Por consiguiente a juicio de los tecnócratas los banqueros los comerciantes y los industriales habían demostrado su incapacidad para dirigir el mecanismo económico moderno y éste debía ser entregado a la dirección de aquellos que por sus conocimientos técnicos y su vocación profesional podían utilizarlo en beneficio de la sociedad o sea los ingenieros industriales.

Otros aspectos de Tecnocracia de la época

El movimiento se desarrolló en una época de pesimismo y llegó a impresionar a muchos como una promesa de reiniciación de un período de prosperidad.Si, Pero: Pero pronto pudo demostrarse que las cifras compiladas por los tecnócratas resultaban deformadas y los economistas de mayor prestigio denunciaron los dogmatismos de la “secta” y su popularidad se desvaneció rápidamente. La “tecnocracia” mantiene aún su aparato externo pero su incapacidad para producir un sistema práctico de planificación (véase más en esta plataforma general) desprovisto de prejuicios ideológicos y de principios polémico s la ha relegado al museo de los muchos intentos realizados para regimentar la sociedad bajo el signo de una bandera de grupo de clase o de secta. .

Tecnocracia

Tecnocracia, sistema teórico de gobierno y de gestión de un Estado basado en principios determinados por científicos y técnicos profesionales, y administrado también por éstos. El movimiento tecnocrático se inició en Estados Unidos tras la I Guerra Mundial, basándose en la creencia de que los avances científicos y la tecnología habían convertido en obsoleto el sistema económico tradicional.

Indicaciones

En cambio, ofrecía un sistema político alternativo fundamentado en leyes físicas y científicas y un sistema económico asentado en unidades de ‘energía productiva’. El argumento a favor del sistema tecnocrático alcanzó su punto culminante durante la Gran Depresión, pero su popularidad descendió de una forma considerable durante el New Deal estadounidense.

Puntualización

Sin embargo, un cierto grado de tecnocracia ha sido incorporado por la mayor parte de los estados modernos, en los que se imponen los asuntos tecnológicos y la planificación (véase más en esta plataforma general) central llevada a cabo por una burocracia. La tecnocracia tuvo también cierta afinidad con el comunismo y otras formas de autoritarismo moderno: los gobiernos comunistas creen administrar la sociedad de acuerdo con leyes científicas universales de la historia.

Tecnocracia en Relación a Política

En este contexto, a efectos históricos puede ser de interés lo siguiente: [1]

Concepto

Se conoce con este nombre al régimen político en el cual el gobierno es ejercido de hecho y está confiado a los técnicos. Hacia 1920 hubo en Estados Unidos un movimiento que tomó ese nombre y que dirigía Howard Scott, quien afirmaba que, como en el mundo actual los principales creadores de riqueza y los que dan dirección y movimiento al vivir social son los expertos en ciencias de la Naturaleza, es decir, los técnicos en sentido riguroso, a ellos debía encomendarse el mando de las sociedades. Este movimiento no tuvo difusión y se olvidó pronto.

Más Detalles

Ha sido más tarde, a partir sobre todo de la II Guerra mundial, cuando el apogeo de los técnicos ha adquirido caracteres de problema real, susceptibles de des pertar el interés de los hombres que viven en sociedad y de los sociólogos. El sociólogo italiano Sabino S. Acquaviva sostiene que es sobre todo con la automatización como parece apuntarse el apogeo de los técnicos, que aumentan constantemente en número y en importancia económica y social; y afirma que, lo mismo que el proletariado (la clase obrera industrial; el término pasó a ser de uso general después de que se popularizara en los escritos de Karl Marx) fue la clase típica de la primera Revolución Industrial (véase también el impacto y las consecuencias de la industrialización), los técnicos lo serán en la fase de la automatización (véase en la bibliografía de esta entrada).

Más Detalles

Esta «nueva clase» ha sido descrita por G. P. Prandstraller, quien los define como los nuevos intelectuales (sucesores de los humanistas del Renacimiento, de la Ilustración (movimiento intelectual del siglo XVIII, que también recibe el nombre de Siglo de las Luces; véase sus características) y aun del s. XIX), que aparecen con perfil común y colectivo en el mundo presente de la producción y de la práctica. Destaca ese autor que constituyen un estamento, mientras que los intelectuales anteriores eran más individualistas. Y como caracteres definidores de este nuevo tipo social, señala: a) Se insertan en la burocracia empresarial; b) Adquieren mentalidad profesional de carrera; son asalariados, no «profesionales libres», ni tampoco empresarios; c) Su aparición e importancia no deriva de razones ideológicas (a diferencia de la «inteligencia» burguesa del s. XIX) y tampoco se ligan a cualquier ideología concreta, ni han producido una ideología propia.

Tecnocracia y burocracia

En principio, la distinción entre técnicos y burócratas es clara: los primeros utilizan especiales conocimientos científico-naturales; mientras que los segundos se encargan de las gestiones administrativas, de las decisiones y el trámite.Si, Pero: Pero esta distinción se hace más borrosa si advertimos que en el mundo actual de la industria y la administración pública los técnicos van asumiendo funciones más o menos de oficina (inspectores, jefes de departamento, incluso gerentes), mientras que el clásico burócrata va siendo sustituido por expertos con títulos docentes superiores o medios.

Surge así una técnica administrativa junto a la intervención administrativa de los técnicos (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Bettelheim distingue técnicos de producción y técnicos de administración (burócratas). Claro que, en esa semifusión de ambas actividades, quienes dan más carácter y tono al nuevo grupo social son los técnicos nuevos, más que los clásicos empleados (V (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). BUROCRATISMO).

Significación sociológica

Hablando con rigor, los técnicos no forman una nueva clase: ni integran una categoría económica especial (tienen buenos sueldos, pero no grandes fortunas), ni adoptan un estilo peculiar de vida (el olvido de las solemnes formas del ancien régime o de la burguesía anterior a la I Guerra mundial (o global) es común a ellos y a otras agrupaciones profesionales y sociales), ni se puede decir que haya dentro de ellos una endogamia (o tendencia a casarse dentro de la misma clase). Más interesante es afirmar que, contra lo que a veces se dice, no detentan el poder. Podrán dirigir una empresa como gerentes (en Rusia, p. ej., los directores de empresa suelen ser ingenieros), pero no dirigen la sociedad ni el Estado.

Más Detalles

Algunos escritores, como G. Gurvitch, los atacan con algo de injusticia. Son, dice este autor, oligárquicos, desprecian a los demás, son privilegiados en los ingresos y en su posición jerárquica, tienen gran apetito de poder político y económico y, cada vez más conscientes de sí mismos, disfrutan (o padecen) de una ideología «fascista» con-moral nietzscheana (más allá del bien y del mal). Esta estampa no procede de una observación objetiva de la realidad, sino que es un eco de las ideas del famoso libro de J (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Burnham La revolución de los gerentes (1941), el cual pensaba que si el capitalismo (véase esta voz en la plataforma digital) desaparece no es para ser sustituido por el socialismo (véase esta voz en la plataforma digital) sino por la sociedad de los managers o expertos, por la tecnocracia, en suma.

Más Detalles

A Gurvitch le replicaremos que los técnicos, en general, no aspiran al poder; y a Burnham que nunca detentarán necesariamente el poder. La Sociedad managerial es, en suma, una ilusión: el poder siempre corresponderá a las élites políticas, y los técnicos estarán a sus órdenes (cfr. P. M. Sweezy, The Ilusion of managerial Revolution, «Science and Society» 6, 1942). Podrá haber técnicos que lleguen a ser políticos, no por su técnica, sino por otras cosas; y siempre habrá políticos que no es necesario que sean técnicos.

Podrá haber gerentes técnicos y aun ministros técnicos; pero aquéllos, todo lo más, mandarán en su empresa, no en la sociedad, y éstos podrán, por su capacidad y conocimientos, dirigir bien un Ministerio; pero la política general no la dictan ellos por solo su técnica o sus conocimientos técnicos. Por lo demás, así es deseable, ya que, aunque a veces se exageran los peligros y riesgos de la técnica, la verdad es que los tiene si se la deja sola. La técnica es un instrumento y debe ser orientada según una concepción del hombre y de la vida: de ahí la función social de los filósofos, los reformadores sociales, los humanistas. La realidad del problema se define muy bien por G. Friedmann: «el problema de los técnicos, o de la técnica en su conjunto, no es un problema técnico. Es un problema social, es un problema humano y solo descuidando esos aspectos esenciales se ha podido darle una interpretación técnica o, más exactamente, tecnicista». [rbts name=”politica”]

Recursos

[rtbs name=”informes-jurídicos-y-sectoriales”][rtbs name=”quieres-escribir-tu-libro”]

Notas y Referencias

  1. Información sobre Tecnocracia en la Enciclopedia Online Encarta
  2. Basado parcialmente en el concepto y descripción sobre tecnocracia en la Enciclopedia Rialp (f. autorizada), Ediciones Rialp, 1991, Madrid, España

Véase También

Ciencia y técnica, Tecnologia

Bibliografía

J (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Burnham, la Revolución de los Directores, Buenos Aires 1962; g. p. Prandstraller, i Tecnici Come Classe, Roma 1959; j. Meynaud, Technocratie et Politique, Lausana 1960; j (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Billy, Les Techniciens et le Pouvoir, París 1960; c. n. P’arkinson, la Ley de Parkinson, Barcelona 1961; s. s. Acquaviva, Automazione Della Nuova Classe, Bolonia 1958.

Guía sobre Tecnocracia

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2 comentarios en «Tecnocracia»

  1. Sobre el Taylorismo en el centro de Europa, la apertura del Instituto de Administración de Empresas de la ETH Zúrich en 1929 marcó un hito importante. El instituto se estableció como centro de investigación y enseñanza en ciencias del trabajo. En los años treinta, una cierta taylorización del trabajo, introducida en el marco de la reestructuración de las empresas, desencadenó una serie de huelgas defensivas en las industrias mecánica, metalúrgica y textil. La introducción de rigurosas medidas de racionalización, inspiradas en el taylorismo, sólo fue posible en Suiza con la paz laboral de posguerra.

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