Herencia

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Introducción: Herencia

Concepto de Herencia en el ámbito del comercio exterior y otros afines: Conjunto de bienes que se reciben de una persona por su muerte

Herencia

La herencia, como derecho, representa el conjunto de derechos y deberes que por la muerte de una persona se transmite a los sucesores. El término herencia se emplea también, en una acepción más restringida, para designar el resultado económico que adquiere el sucesor después de que hayan sido pagadas las deudas del causante. A este conjunto patrimonial se le llama también ‘haber hereditario’. La acepción amplia, sin duda la más propia, quiere manifestar que el Derecho presta al conjunto de relaciones activas y pasivas que han quedado vacantes por la muerte de su titular el tratamiento de una cierta unidad patrimonial (una universalidad), a fin de que se pueda hacer efectiva sobre los bienes que la componen la responsabilidad por las deudas que también en ella se integran.Entre las Líneas En este sentido puede afirmarse que los bienes relictos están, en primer lugar, afectos al pago de las obligaciones relictas y solo en segundo lugar destinados a engrosar el patrimonio de los herederos y legatarios.

La voluntad de la ley en la continuación de las relaciones jurídicas del fallecido explica que la herencia todavía no aceptada (herencia yacente) sea tratada, en ciertos aspectos, como si de una persona jurídica se tratase en la ejecución de las relaciones jurídicas que la integran, así como que pueda consolidar derechos por usucapión y perderlos o ganarlos por prescripción. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Forman parte de la herencia todos los derechos patrimoniales, así como las deudas que pertenecieron al causante, pero también las acciones de reparación de daños referidos al honor, libertad e integridad física del causante, el ejercicio de algunos derechos morales de la propiedad intelectual y ciertos derechos que aún siendo personalísimos mantienen efectos reflejos que no se extinguen con la muerte de su titular.

Referencias

  1. Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2009. Microsoft Corporation, 2008.

Véase También

Herencia yacente
Legado
Albacea
Derecho de sucesiones
Heredero
Patrimonio
Propiedad
Derecho de familia
Impuestos sucesorios
Derechos sucesorios
Testamento
Testamento abierto
Testamento cerrado

Bibliografía

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Herencia en 1948

Decía Guillermo Díaz en su Diccionario Político que Herencia es: Biológicamente la herencia es considerada uno de los factores más importantes en la formación de la personalidad física y moral del ser humano. La antropología estudia los fenómenos hereditarios para fijar las condiciones específicas de las razas y su trayectoria a través del tiempo fenómenos que inciden en la composición social de los pueblos y se consideran determinativos de las tendencias bélicas industriosas o mercantiles de ciertos grupos humanos.

Otros aspectos de Herencia de la época

En el orden jurídico la herencia es lo que se adquiere por disposición testamentaria del que fallece o por derecho establecido por la ley. El Código Civil argentino en su artículo 3313 dice que «la sucesión es la transmisión de los derechos activos y pasivos (véase más en esta plataforma general) de la persona muerta a la persona que sobrevive a la cual la ley o el testa dar llama para recibirla. El llamado a recibir la sucesión se llama heredero en este Código». Las condiciones requeridas para poder ser heredero están contenidas en los artículos del 3324 al 3337 del citado cuerpo legal. .

Herencia (derecho), representa el conjunto de derechos y deberes que por la muerte de una persona se transmite a los sucesores. El término herencia se emplea también, en una acepción más restringida, para designar el resultado económico que adquiere el sucesor después de que hayan sido pagadas las deudas del causante. A este conjunto patrimonial se le llama también ‘haber hereditario’. La acepción amplia, sin duda la más propia, quiere manifestar que el Derecho presta al conjunto de relaciones activas y pasivas que han quedado vacantes por la muerte de su titular el tratamiento de una cierta unidad patrimonial (una universalidad), a fin de que se pueda hacer efectiva sobre los bienes que la componen la responsabilidad por las deudas que también en ella se integran.Entre las Líneas En este sentido puede afirmarse que los bienes relictos están, en primer lugar, afectos al pago de las obligaciones relictas y solo en segundo lugar destinados a engrosar el patrimonio de los herederos y legatarios.

La voluntad de la ley en la continuación de las relaciones jurídicas del fallecido explica que la herencia todavía no aceptada (herencia yacente) sea tratada, en ciertos aspectos, como si de una persona jurídica se tratase en la ejecución de las relaciones jurídicas que la integran, así como que pueda consolidar derechos por usucapión y perderlos o ganarlos por prescripción. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Forman parte de la herencia todos los derechos patrimoniales, así como las deudas que pertenecieron al causante, pero también las acciones de reparación de daños referidos al honor, libertad e integridad física del causante, el ejercicio de algunos derechos morales de la propiedad intelectual y ciertos derechos que aún siendo personalísimos mantienen efectos reflejos que no se extinguen con la muerte de su titular. A continuación se examinará el significado.

¿Cómo se define? Concepto y Caracteres de Herencia

Definición y descripción de Herencia ofrecido por el Diccionario Jurídico Mexicano (1994), de la Suprema Corte de Justicia de México: (escrito por María Carreras Maldonado) Existe divergencia en cuanto a la etimología del término, aunque no hay duda que proviene del latín. Se sostiene que deriva de hereditas-tatis, de heres, heredero o bien de haerentia de haerens, derecho a heredar. Igualmente de herens-entis, heredero. Gramaticalmente herencia significa el conjunto de bienes – derechos y obligaciones – que se reciben de una persona por su muerte.

Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

  • Antropología
  • Estudios de la familia
  • Historia
  • Derecho
  • Medicina
  • Ciencias mortuorias
  • Filosofía
  • Psicología
  • Trabajo Social
  • Sociología
  • Teología

Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

  • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
  • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
  • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
  • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
  • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

La Tanatología Forense

La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

La pena de muerte es el asesinato de un ser humano sancionado por el gobierno como castigo por los delitos que ha cometido.
La pena de muerte, también conocida como pena capital, no es legal en la mayoría de los países, pero sigue siendo legal en un tercio de las naciones, aunque no todas la aplican. Algunos países, como China, aplican la pena capital a gran escala. Este recurso examina algunas cuestiones clave, como su historia, su relación con la religión y la clemencia.

Historia de la pena de muerte
La pena de muerte existe en Estados Unidos desde la época colonial. Su historia está entrelazada con la esclavitud, la segregación y los movimientos de reforma social.

Primeras leyes de pena de muerte
Las primeras leyes establecidas sobre la pena de muerte se remontan al siglo XVIII a.C. en el Código del rey Hammurabi de Babilonia, que codificó la pena de muerte para 25 delitos diferentes. La pena de muerte también formaba parte del Código Hitita del siglo XIV a.C.; en el Código Draconiano de Atenas del siglo VII a.C., que hacía de la muerte el único castigo para todos los delitos; y en la Ley Romana de las Doce Tablas del siglo V a.C. Las sentencias de muerte se ejecutaban por medios como la crucifixión, el ahogamiento, los golpes hasta la muerte, la quema viva y el empalamiento.

En el siglo X d.C., el ahorcamiento se convirtió en el método habitual de ejecución en Gran Bretaña. En el siglo siguiente, Guillermo el Conquistador no permitió que se colgara a las personas ni que se las ejecutara de otro modo por ningún delito, excepto en tiempos de guerra. Esta tendencia no duraría, ya que en el siglo XVI, bajo el reinado de Enrique VIII, se calcula que fueron ejecutadas hasta 72.000 personas. Algunos métodos comunes de ejecución en esa época eran la ebullición, la quema en la hoguera, el ahorcamiento, la decapitación y el descuartizamiento. Las ejecuciones se llevaban a cabo por delitos capitales como casarse con un judío, no confesar un crimen y traición.

El número de delitos capitales en Gran Bretaña siguió aumentando durante los dos siglos siguientes. En la década de 1700, 222 delitos se castigaban con la muerte en Gran Bretaña, entre ellos robar, talar un árbol y asaltar una conejera. Debido a la severidad de la pena de muerte, muchos jurados no condenaban a los acusados si el delito no era grave. Esto llevó a reformar la pena de muerte en Gran Bretaña. De 1823 a 1837, se eliminó la pena de muerte para más de 100 de los 222 delitos castigados con la muerte.

La pena de muerte en Estados Unidos
Gran Bretaña influyó en el uso de la pena de muerte en Estados Unidos más que ningún otro país. Cuando los colonos europeos llegaron al nuevo mundo, trajeron la práctica de la pena capital. La primera ejecución de la que se tiene constancia en las nuevas colonias fue la del capitán George Kendall en la colonia de Jamestown, Virginia, en 1608. Kendall fue ejecutado por ser espía de España. En 1612, el gobernador de Virginia, Sir Thomas Dale, promulgó las Leyes Divinas, Morales y Marciales, que preveían la pena de muerte incluso para delitos menores como robar uvas, matar gallinas y comerciar con los indios.

Las leyes relativas a la pena de muerte variaban de una colonia a otra. La Colonia de la Bahía de Massachusetts llevó a cabo su primera ejecución en 1630, aunque las Leyes Capitales de Nueva Inglaterra no entraron en vigor hasta años después. La colonia de Nueva York instituyó las Leyes del Duque de 1665. Según estas leyes, delitos como golpear a la madre o al padre, o negar al "verdadero Dios", se castigaban con la muerte.

Época colonial
El movimiento abolicionista tiene sus raíces en los escritos de los teóricos europeos Montesquieu, Voltaire y Bentham, y de los cuáqueros ingleses John Bellers y John Howard. Sin embargo, fue el ensayo de Cesare Beccaria de 1767, Sobre los delitos y las penas, el que tuvo un impacto especialmente fuerte en todo el mundo. En este ensayo, Beccaria sostenía que no existía justificación alguna para que el Estado quitara una vida. El ensayo dio a los abolicionistas una voz autorizada y una energía renovada, uno de cuyos resultados fue la abolición de la pena de muerte en Austria y Toscana.

También los intelectuales estadounidenses se vieron influidos por Beccaria. Los primeros intentos de reforma de la pena de muerte en Estados Unidos se produjeron cuando Thomas Jefferson presentó un proyecto de ley para revisar las leyes de la pena de muerte de Virginia. El proyecto de ley proponía que la pena capital se aplicara únicamente a los delitos de asesinato y traición. Fue rechazado por un solo voto.

También influyó el Dr. Benjamin Rush, firmante de la Declaración de Independencia y fundador de la Sociedad Penitenciaria de Pensilvania. Rush cuestionó la creencia de que la pena de muerte sirve como elemento disuasorio. De hecho, Rush fue uno de los primeros en creer en el "efecto de embrutecimiento". Sostenía que la pena de muerte en realidad aumentaba la conducta delictiva. Rush obtuvo el apoyo de Benjamin Franklin y del fiscal general de Filadelfia, William Bradford. Bradford, que más tarde se convertiría en el Fiscal General de los Estados Unidos, llevó a Pensilvania a ser el primer estado en considerar los grados de asesinato en función de la culpabilidad. En 1794, Pensilvania derogó la pena de muerte para todos los delitos excepto el asesinato en primer grado.

Siglo XIX
A principios y mediados del siglo XIX, el movimiento abolicionista cobró impulso en el noreste. A principios de siglo, muchos estados redujeron el número de sus delitos capitales y construyeron penitenciarías estatales. En 1834, Pensilvania se convirtió en el primer estado en alejar las ejecuciones del ojo público y llevarlas a cabo en centros penitenciarios.

En 1846, Michigan se convirtió en el primer estado en abolir la pena de muerte para todos los delitos excepto la traición. Más tarde, Rhode Island y Wisconsin abolieron la pena de muerte para todos los delitos. A finales de siglo, el mundo vería cómo los países de Venezuela, Portugal, Holanda, Costa Rica, Brasil y Ecuador seguían su ejemplo.

Aunque algunos estados de Estados Unidos empezaron a abolir la pena de muerte, la mayoría de los estados mantuvieron la pena capital. Algunos estados convirtieron en delitos capitales más crímenes, especialmente los cometidos por esclavos. En 1838, en un esfuerzo por hacer que la pena de muerte fuera más aceptable para el público, algunos estados empezaron a aprobar leyes contra las sentencias de muerte obligatorias y, en su lugar, promulgaron estatutos de pena de muerte discrecionales. La promulgación en 1838 de estatutos de pena de muerte discrecional en Tennessee, y posteriormente en Alabama, se consideró una gran reforma. Esta introducción de la discrecionalidad en la imposición de la pena capital se percibió como una victoria para los abolicionistas, ya que antes de la promulgación de estas leyes, todos los estados imponían la pena de muerte a cualquier persona condenada por un delito capital, independientemente de las circunstancias. Con la excepción de un pequeño número de delitos raramente cometidos en unas pocas jurisdicciones, todas las leyes de pena capital obligatoria habían sido abolidas en 1963.

Durante la Guerra Civil, la oposición a la pena de muerte disminuyó, ya que se prestó más atención al movimiento antiesclavista. Después de la guerra, surgieron nuevos avances en los medios de ejecución. La silla eléctrica se introdujo a finales de siglo. Nueva York construyó la primera silla eléctrica en 1888 y en 1890 ejecutó a William Kemmler. Pronto, otros estados adoptaron este método de ejecución.

Principios y mediados del siglo XX
Aunque algunos estados abolieron la pena de muerte a mediados del siglo XIX, fue en realidad la primera mitad del siglo XX la que marcó el inicio del "periodo progresista" de reformas en Estados Unidos. Entre 1907 y 1917, seis estados prohibieron por completo la pena de muerte y tres la limitaron a los delitos raramente cometidos de traición y asesinato en primer grado de un agente de la ley. Sin embargo, esta reforma duró poco. En Estados Unidos se respiraba un ambiente de frenesí, ya que los ciudadanos empezaban a sentir pánico ante la amenaza de una revolución a raíz de la Revolución Rusa. Además, Estados Unidos acababa de entrar en la Primera Guerra Mundial y existían intensos conflictos de clase, ya que los socialistas planteaban el primer desafío serio al capitalismo. Como resultado, cinco de los seis estados abolicionistas reinstauraron la pena de muerte en 1920.

En 1924 se introdujo el uso de gas cianuro, ya que Nevada buscaba una forma más humana de ejecutar a sus reclusos. Gee Jon fue la primera persona ejecutada con gas letal. El estado intentó bombear gas cianuro en la celda de Jon mientras dormía, pero esto resultó imposible y se construyó la cámara de gas.

Desde la década de 1920 hasta la de 1940, hubo un resurgimiento del uso de la pena de muerte. Esto se debió, en parte, a los escritos de los criminólogos, que argumentaban que la pena de muerte era una medida social necesaria. En Estados Unidos, los estadounidenses estaban sufriendo la Ley Seca y la Gran Depresión. En la década de 1930 hubo más ejecuciones que en cualquier otra década de la historia de Estados Unidos, una media de 167 al año.

En la década de 1950, el sentimiento público comenzó a alejarse de la pena capital. Muchas naciones aliadas abolieron o limitaron la pena de muerte, y en Estados Unidos el número de ejecuciones descendió drásticamente. Mientras que en la década de 1940 hubo 1.289 ejecuciones, en la década de 1950 hubo 715, y el número se redujo aún más, a sólo 191, entre 1960 y 1976. En 1966, el apoyo a la pena capital alcanzó un mínimo histórico. Una encuesta de Gallup mostró que el apoyo a la pena de muerte era de sólo el 42%.

La pena de muerte federal en los Estados Unidos
Además de las leyes de pena de muerte de muchos estados, el gobierno federal también ha aplicado la pena capital para ciertos delitos federales, como el asesinato de un funcionario del gobierno, el secuestro con resultado de muerte, la dirección de una empresa de drogas a gran escala y la traición. Cuando el Tribunal Supremo anuló los estatutos estatales de la pena de muerte en el caso Furman, los estatutos federales de la pena de muerte adolecían de las mismas deficiencias constitucionales que los estatutos estatales. Como resultado, las sentencias de muerte bajo los antiguos estatutos federales de la pena de muerte no han sido confirmadas.

En 1988, se promulgó una nueva ley federal de pena de muerte para el asesinato en el curso de una conspiración de tráfico de drogas. El estatuto se basó en los estatutos posteriores a Gregg que el Tribunal Supremo ha aprobado. Desde su promulgación, 6 personas han sido condenadas a muerte por violar esta ley, aunque ninguna ha sido ejecutada.

En 1994, el presidente Clinton firmó la Ley de Control del Crimen Violento y Aplicación de la Ley, que amplió la pena de muerte federal a unos 60 delitos, 3 de los cuales no implican asesinato. Las excepciones son el espionaje, la traición y el tráfico de drogas en grandes cantidades.

Dos años más tarde, en respuesta al atentado de Oklahoma City, el presidente Clinton firmó la Ley Antiterrorista y de Pena de Muerte Efectiva de 1996. Esta ley, que afecta tanto a los presos estatales como a los federales, restringe la revisión en los tribunales federales estableciendo plazos más estrictos para la presentación de solicitudes, limitando la posibilidad de celebrar audiencias para la presentación de pruebas y permitiendo, por lo general, una única presentación de hábeas corpus en los tribunales federales. Los defensores de la pena de muerte argumentan que esta racionalización acelerará el proceso de la pena de muerte y reducirá significativamente su coste, aunque otros temen que una revisión federal más rápida y limitada pueda aumentar el riesgo de ejecutar a acusados inocentes.

Abolición internacional
En la década de 1980, el movimiento abolicionista internacional cobró impulso y se redactaron y ratificaron tratados que proclamaban la abolición. El Protocolo nº 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y sus sucesores, el Protocolo Adicional Interamericano a la Convención Americana de Derechos Humanos para la Abolición de la Pena de Muerte y el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos destinado a abolir la pena de muerte de las Naciones Unidas se crearon con el objetivo de convertir la abolición de la pena de muerte en una norma internacional.

En la actualidad, el Consejo de Europa exige a los nuevos miembros que se comprometan y ratifiquen el Protocolo nº 6. Esto ha llevado, en efecto, a la abolición de la pena de muerte en Europa del Este, donde sólo Bielorrusia mantiene la pena de muerte. Por ejemplo, Ucrania, que antes era uno de los líderes mundiales en ejecuciones, ha dejado de aplicar la pena de muerte y ha sido admitida en el Consejo. El parlamento sudafricano votó la abolición formal de la pena de muerte, que había sido declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional. Además, el presidente ruso Boris Yeltsin firmó en junio de 1999 un decreto por el que se conmutaban las penas de muerte de todos los condenados a muerte en Rusia. Entre 2000 y 2004, otros siete países abolieron la pena de muerte para todos los delitos, y otros cuatro la abolieron para los delitos comunes.

En abril de 1999, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la Resolución de apoyo a la moratoria mundial de las ejecuciones. La resolución pide a los países que no han abolido la pena de muerte que restrinjan su uso, lo que incluye no imponerla a delincuentes juveniles y limitar el número de delitos por los que puede imponerse. Diez países, entre ellos Estados Unidos, China, Pakistán, Ruanda y Sudán, votaron en contra de la resolución. Cada año desde 1997, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución en la que se pide a los países que no han abolido la pena de muerte que establezcan una moratoria de las ejecuciones. En abril de 2004, la resolución fue copatrocinada por 76 Estados miembros de la ONU. (Amnistía Internacional, 2004).

Inyección letal
La inyección letal ha sido el método de ejecución más habitual en la era moderna de la pena capital en Estados Unidos. Entre la reanudación de las ejecuciones en 1977 y el 31 de agosto de 2018, 1.306 ejecuciones (casi el 90%) utilizaron la inyección letal. Cuando los estados empezaron a utilizar fármacos en las ejecuciones, muchos lo hicieron con la creencia de que la inyección letal sería más humana que los métodos más visiblemente cruentos a los que sustituía: la horca, la electrocución, el gas y el fusilamiento. Otros estados adoptaron la inyección letal para evitar las impugnaciones legales de la constitucionalidad de sus métodos anteriores.

A pesar del supuesto objetivo de los estados de garantizar ejecuciones más humanas, los expertos han estimado que más del 7% de las ejecuciones por inyección letal en Estados Unidos hasta 2010 fueron un fracaso. A partir de 2011, a medida que los estados han ido experimentando con nuevos fármacos de ejecución, los informes de ejecuciones problemáticas han aumentado notablemente. Al mismo tiempo, los estados han promulgado leyes que impiden al público obtener información sobre los fármacos de la inyección letal y sus proveedores.

Delitos castigados con la muerte
Las penas de muerte sólo pueden imponerse por delitos en los que la víctima es asesinada, pero las legislaturas estatales de América pueden determinar qué circunstancias específicas hacen que un asesinato pueda ser castigado con la pena de muerte.

Todos los presos actualmente en el corredor de la muerte y todos los ejecutados en la era moderna de la pena de muerte fueron condenados por asesinato. Históricamente, la pena de muerte se utilizaba mucho para las violaciones, sobre todo contra acusados negros con víctimas blancas. Cuando se restableció la pena de muerte en 1976, el Tribunal Supremo dejó abierta la posibilidad de imponer la pena de muerte por delitos distintos del asesinato, como la violación o incluso el robo a mano armada. Sin embargo, el Tribunal no tardó en dictaminar que la pena de muerte sería inconstitucional para la violación de un adulto en la que no se hubiera producido ninguna muerte. Esa prohibición se amplió posteriormente a cualquier violación no homicida mediante la decisión del Tribunal Supremo de EE.UU. en el caso Kennedy contra Luisiana, y el Tribunal comentó que la pena de muerte ya no podía aplicarse por ningún delito contra un individuo en el que no se produjera una muerte. La cuestión de si la pena de muerte puede aplicarse a delitos contra el gobierno, como la traición o el espionaje, sigue sin resolverse.

Muchos estados de Estados Unidos permiten que todas las personas que hayan participado en un delito en el que se haya producido una muerte sean acusadas de asesinato y puedan ser condenadas a la pena de muerte, aunque no hayan matado directamente a nadie. El caso de los cómplices desarmados en un atraco a un banco en el que muere un empleado es un ejemplo típico de delito de asesinato. Como se supone que la pena de muerte está reservada para los "peores casos", las legislaturas o los tribunales podrían restringir su uso sólo a los que participaron directamente en el asesinato de la víctima. Los presos también han planteado que las circunstancias agravantes que hacen que un delito pueda ser castigado con la pena de muerte son demasiado amplias, ya que algunas leyes estatales de pena de muerte abarcan casi todos los asesinatos, en lugar de reservar la pena de muerte para un pequeño subconjunto de asesinatos.

Los ejecutados que no mataron directamente a la víctima

Todos los ejecutados desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976 participaron en un crimen en el que murió al menos una víctima. En la mayoría de los casos, la persona ejecutada mató directamente a la víctima. En una pequeña minoría de casos, la persona ejecutada ordenó o contrató a otra persona para llevar a cabo el asesinato. En otro grupo de casos, la persona ejecutada participó en un delito durante el cual la víctima murió a manos de otro participante en el delito. El acusado en estos casos suele ser declarado culpable de "homicidio doloso" o según la "ley de las partes", y en algunos estados puede recibir la pena de muerte, a pesar de no haber matado o dirigido el asesinato de la víctima. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha restringido el uso de la pena de muerte en estos casos. Véase las sentencias Enmund v. Florida y Tison v. Arizona, de Estados Unidos.

Religión y la Pena de Muerte
Líderes y organizaciones que representan a una variedad de religiones han adoptado posturas sobre la pena de muerte, a menudo vinculando sus puntos de vista a creencias sobre la dignidad humana, la retribución y la redención.

Las confesiones religiosas de EE.UU. se han pronunciado con frecuencia sobre la pena de muerte, a veces señalando preocupaciones sobre su aplicación y otras veces juzgando la moralidad del propio castigo. Históricamente, la mayoría de los principales organismos religiosos permitían el uso de la pena capital, pero las críticas a esta práctica han aumentado considerablemente en los últimos tiempos.

En una democracia diversa, ningún punto de vista religioso ocupa una posición privilegiada en la elaboración de la ley. Sin embargo, los principios de las distintas comunidades religiosas son relevantes en el debate político porque contribuyen a informar las opiniones de sus respectivos electores y reflejan la "evolución de las normas de decencia" que son vitales para la interpretación de la Octava Enmienda por parte del Tribunal Supremo.

El budismo y la pena capital
Dado que el budismo existe en muchas formas, bajo muchas organizaciones, no hay una política budista unificada sobre la pena capital.

En términos de doctrina, la pena de muerte es claramente incompatible con las enseñanzas budistas. Los budistas ponen gran énfasis en la no violencia y la compasión por toda vida. El Primer Precepto exige que los individuos se abstengan de herir o matar a cualquier criatura viva.

Buda no habló explícitamente de la pena capital, pero sus enseñanzas no muestran ninguna simpatía por el castigo físico, por muy grave que sea el delito.

El budismo cree fundamentalmente en el ciclo de nacimiento y renacimiento (Samsara) y enseña que si se administra la pena capital tendrá efectos comprometedores en las almas del infractor y del castigador en futuras encarnaciones.

En cuanto al castigo en este mundo, el budismo tiene opiniones firmes:

el tratamiento inhumano de un delincuente no resuelve sus fechorías ni las de la humanidad en general - el mejor enfoque para un delincuente es reformador y no punitivo
el castigo debe ser sólo en la medida en que el delincuente necesite enmendarse, y su rehabilitación en la sociedad debe ser de suma importancia
castigar a un delincuente con excesiva crueldad dañará no sólo la mente del delincuente, sino también la de la persona que castiga
es imposible administrar un castigo severo con compostura y compasión
si el delito es especialmente grave, la persona puede ser desterrada de la comunidad o del país

A pesar de estas enseñanzas, varios países con importantes poblaciones budistas mantienen la pena de muerte, y algunos de ellos, por ejemplo Tailandia, siguen aplicándola.

No se trata de estados que tengan el budismo como religión oficial.

Esta aparente paradoja se debe en parte, según algunos expertos, a la diferencia entre el budismo popular y el monástico. La mayoría de los budistas laicos de estos países siguen las prácticas budistas y son totalmente sinceros en su compromiso, pero el estudio genuino del budismo, sus rituales y su traslación a la vida cotidiana es superficial para la mayoría de los seguidores budistas.

Católicos
"La nueva evangelización exige seguidores de Cristo que sean incondicionalmente pro-vida: que proclamen, celebren y sirvan el Evangelio de la vida en cualquier situación. Un signo de esperanza es el reconocimiento cada vez mayor de que la dignidad de la vida humana no debe ser nunca quitada, incluso en el caso de alguien que ha hecho un gran mal. . . . Renuevo el llamamiento que hice... para que se llegue a un consenso que ponga fin a la pena de muerte, que es cruel e innecesaria."
-Papa Juan Pablo II

El castigo "no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad, es decir, cuando no sea posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, estos casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes. Juan Pablo II, El Evangelio de la Vida, [El castigo] no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad: es decir, cuando no sería posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, tales casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes."
-Papa Juan Pablo II

Hinduismo
No existe una línea oficial hindú sobre la pena capital. Sin embargo, el hinduismo se opone al asesinato, la violencia y la venganza, de acuerdo con el principio de ahimsa (no violencia).

La India sigue manteniendo la pena de muerte, y es probable que las razones para ello sean similares a las sugeridas en la sección budista.

El debate sobre la pena capital en India se reavivó en 2004 con el caso de Dhananjoy Chatterjee, condenado por violación y asesinato.

En la actualidad hay más de 100 personas en el corredor de la muerte en India, aunque el número de ejecuciones en ese país es realmente muy bajo y el Tribunal Supremo indio ha dictaminado que la pena de muerte sólo debe utilizarse en los casos más raros.

Asamblea Rabínica

Resolución sobre la pena capital:

"Considerando que la Torá enseña que todos los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios;

Considerando que la tradición judía defiende la santidad de la vida;

Considerando que, tanto en el concepto como en la práctica, los líderes rabínicos de muchos períodos históricos diferentes han encontrado la pena capital repugnante;

Considerando que no se han reunido pruebas que indiquen de forma persuasiva que la pena capital sirva para disuadir del crimen;

Considerando que los estudios jurídicos han demostrado que hasta 300 personas en este siglo han sido condenadas erróneamente por delitos capitales;

Por lo tanto, se resuelve que la Asamblea Rabínica se oponga a la adopción de leyes de pena de muerte e inste a su abolición en los estados que ya las han adoptado;

Que la Asamblea Rabínica inste a la promulgación de leyes que ordenen que algunos delitos capitales sean castigados con cadena perpetua sin libertad condicional;

Que la Asamblea Rabínica ofrezca su apoyo y se pronuncie en favor de las víctimas de delitos violentos y sus familias;

Que la Asamblea Rabínica aliente a sus miembros a enviar esta resolución a sus funcionarios electos correspondientes."

Encuestas
La "Encuesta de Valores Americanos" de septiembre de 2014 realizada por el Public Religion Research Institute (PRPI) mostró que el 48% de los estadounidenses dijo que prefería la cadena perpetua sin libertad condicional como castigo por el asesinato, en comparación con el 44% que dijo que prefería la pena de muerte. El sondeo descubrió lo que los comentaristas del PRPI describieron como "importantes divisiones religiosas en esta cuestión". El apoyo a la pena de muerte fue más bajo entre los protestantes hispanos y negros, con un 24% y un 25%, respectivamente. El 68% de ellos prefería la cadena perpetua sin libertad condicional. Los católicos, los judíos, otras religiones no cristianas y los no afiliados religiosamente preferían la cadena perpetua sin libertad condicional a la pena de muerte. Sólo los evangélicos blancos (59%) y los protestantes blancos de línea principal (52%) expresaron un apoyo mayoritario a la pena de muerte, con un 34% y un 40% de estos grupos, respectivamente, que preferían la cadena perpetua sin libertad condicional.

Clemencia
La clemencia es el proceso por el que un gobernador, un presidente o una junta administrativa puede reducir la condena de un acusado o conceder un indulto. Se han concedido clemencias en casos de pena de muerte por diversos motivos.

En Estados Unidos, todos los estados y el gobierno federal tienen un proceso para reducir la sentencia o indultar a quienes se enfrentan a cargos penales. La clemencia es una consideración especialmente importante para los condenados a muerte. Incluso después de que se hayan agotado todas las apelaciones en los tribunales, todavía existe la posibilidad de que se le perdone la vida al recluso.

Sin embargo, las clemencias en casos de pena capital han sido escasas. Aparte de las ocasionales concesiones generales de clemencia por parte de gobernadores preocupados por la equidad general de la pena de muerte, desde 1976 se han concedido menos de dos de media al año. En el mismo periodo, más de 1.500 casos han sido ejecutados. Entre las razones aducidas para la concesión de clemencia en los casos de pena capital se encuentran: la enfermedad mental del acusado, un coacusado al que se le impuso una condena menor y la evidencia de que el acusado puede haber sido condenado erróneamente.

Dado que la facultad de conceder clemencia corresponde al poder ejecutivo del gobierno, los tribunales se han mostrado reacios a imponer normas a este procedimiento. Los gobernadores están sujetos a la influencia política, e incluso la concesión de un solo indulto puede dar lugar a duros ataques. Por ello, las clemencias en casos de pena de muerte han sido imprevisibles e inmunes a la revisión.

Si se examina la concesión de clemencia por estados desde 1976 en Estados Unidos, se puede observar que el número de clemencias en
Illinois ha sido de 187, más que el resto de Estados combinados (poco más de 100).

Desde 1976, se han concedido siete clemencias amplias o generales a presos del corredor de la muerte en Estados Unidos:

El gobernador Jared Polis en Colorado en 2020 (todos los presos del corredor de la muerte).
El gobernador Martin O'Malley en Maryland en 2015 (todos los condenados a muerte).
El gobernador Pat Quinn en Illinois en 2011 (todos los presos del corredor de la muerte), justo antes de firmar el proyecto de ley que deroga la pena de muerte.
El gobernador Jon Corzine en Nueva Jersey en 2007 (todos los presos en el corredor de la muerte), justo antes de firmar la ley de derogación de la pena de muerte.
El gobernador George Ryan en Illinois en 2003 (todos los presos condenados a muerte).
El gobernador Richard Celeste en Ohio en 1991 (8 presos condenados a muerte).
El gobernador Toney Anaya en Nuevo México en 1986 (todos los presos condenados a muerte).

En una democracia, el contenido de las leyes lo determina el pueblo. Incluso la constitución puede cambiarse a través del proceso democrático. El sentimiento público puede medirse a través de las encuestas, pero también se refleja en las elecciones y los referendos, tanto a nivel local como nacional. El pueblo de la mayoría de los países democráticos está en contra de la pena capital. Incluso en Estados Unidos las encuestas de opinión pública muestran que el apoyo a la pena de muerte (motivo clave en la que se justificaba) se encuentra actualmente cerca de mínimos históricos, tras haber alcanzado un máximo en 1994 y haber disminuido desde entonces. Este recurso ofrece información en algunas áreas importantes del debate sobre la pena capital.

Familias de las víctimas
Las familias de las víctimas de asesinatos tienen diversas opiniones sobre la pena de muerte. Los estudios sugieren que la pena de muerte no aporta un cierre y que interfiere en su proceso de curación.

Trágicamente, en todos los casos de asesinato con pena de muerte hay al menos una víctima fallecida. La reivindicación de las víctimas y el cierre de las familias de las víctimas suelen ser las principales razones para apoyar la pena de muerte. Sin embargo, muchas personas que se encuentran en esta circunstancia creen que otro asesinato no supondría un cierre y que la pena de muerte es un perjuicio para las víctimas.

Las familias y los allegados de las víctimas (a veces denominadas "covíctimas") pueden desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de un caso en los tribunales. La fiscalía puede consultar con las familias si se solicita la pena de muerte o se acepta una declaración de culpabilidad con una condena menor. Si se solicita la pena de muerte, se puede pedir a los familiares que testifiquen en la fase de sentencia para describir el impacto que el asesinato ha tenido en sus propias vidas. Los familiares de las víctimas suelen intervenir en las audiencias legislativas sobre la pena de muerte, tanto a favor como en contra de una ley de pena de muerte.

Desde el punto de vista estadístico, la raza de la víctima puede ser relevante para las cuestiones de aplicación arbitraria y discriminación racial de la pena de muerte. Los estudios han demostrado que los casos de muerte implican desproporcionadamente a víctimas blancas en el asesinato subyacente.

Los familiares de las víctimas que se oponen a la pena de muerte son a veces ignorados si la fiscalía está decidida a buscar el castigo más extremo. Además, las declaraciones del impacto de la víctima en los procedimientos de sentencia pueden ser tan dramáticas y poderosas que anulan cualquier factor atenuante presentado sobre la historia de vida del acusado.

Los prejuicios raciales contra los acusados de color y a favor de las víctimas blancas tienen un fuerte efecto sobre quiénes son procesados, condenados a muerte y ejecutados.

La pena de muerte lleva mucho tiempo siendo objeto de escrutinio por tener un sesgo racial. A principios del siglo XX, cuando se aplicaba por el delito de violación, el 89% de las ejecuciones correspondían a acusados negros, la mayoría por la violación de una mujer blanca. En la era moderna, cuando las ejecuciones se han llevado a cabo exclusivamente por asesinato, el 75 por ciento de los casos implican el asesinato de víctimas blancas, a pesar de que negros y blancos tienen casi la misma probabilidad de ser víctimas de asesinato.

En casi todos los estudios sofisticados que han explorado esta área durante muchos años se ha encontrado un sesgo hacia los casos de víctimas blancas. Estos estudios suelen controlar otras variables en los casos estudiados, como el número de víctimas o la brutalidad del crimen, y aun así descubren que los acusados tienen más probabilidades de ser condenados a muerte si matan a una persona blanca.

La cuestión de las disparidades raciales en el uso de la pena de muerte fue considerada por el Tribunal Supremo en 1987. En una ajustada votación, el Tribunal sostuvo que los estudios por sí solos no podían aportar la prueba necesaria de discriminación racial en el caso de un acusado concreto. Esta decisión pareció cerrar la puerta a las impugnaciones amplias de la pena de muerte. Sin embargo, el Tribunal ha constatado la discriminación racial en la selección del jurado en casos individuales de pena capital.

Inocencia
La pena de muerte conlleva el riesgo inherente de ejecutar a un inocente. Desde 1973, al menos 186 personas que habían sido condenadas erróneamente a muerte en Estados Unidos han sido exoneradas.

Dada la falibilidad del juicio humano, siempre ha existido el peligro de que una ejecución pueda dar lugar al asesinato de una persona inocente. Sin embargo, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró inconstitucional la administración de la pena de muerte en 1972, apenas se mencionó la cuestión de la inocencia en las nueve opiniones emitidas. Aunque seguramente se cometieron errores en el pasado, prevaleció la suposición de que esos casos eran pocos y distantes entre sí. Casi todos los condenados a muerte eran seguramente culpables.

Sin embargo, cuando los tribunales federales empezaron a revisar más a fondo si los acusados de delitos estatales gozaban de sus derechos garantizados al debido proceso, empezaron a aparecer con regularidad errores y faltas oficiales que requerían nuevos juicios. Cuando los acusados contaron con un abogado más experimentado, con jurados seleccionados de forma justa, y se les concedió acceso a pruebas científicas, algunos fueron absueltos y puestos en libertad. Desde 1973, 186 ex presos del corredor de la muerte han sido exonerados de todos los cargos relacionados con las condenas erróneas que los habían llevado al corredor de la muerte.

Ahora está claro que los acusados inocentes serán condenados y sentenciados a muerte con cierta regularidad mientras exista la pena de muerte. Es poco probable que el proceso de apelación -que se centra principalmente en los errores legales y no en las determinaciones de hecho- detecte todos los errores. Las reformas se han aplicado a regañadientes, aumentando tanto los costes como el tiempo que consume la pena de muerte, pero no han sido suficientes para superar el error humano. La popularidad y el uso de la pena capital han disminuido rápidamente a medida que la cuestión de la inocencia ha ganado atención. La pregunta que queda es cuántas vidas inocentes merece la pena sacrificar para preservar este castigo.

Más del 70% de los países del mundo han abolido la pena capital en la ley o en la práctica. Sin embargo, la pena de muerte sigue existiendo en muchas partes del mundo, especialmente en países con grandes poblaciones y en aquellos con un gobierno autoritario. En las últimas décadas, se ha producido una clara tendencia de alejamiento de la pena capital, ya que muchos países han abolido la pena de muerte o han dejado de aplicarla. Estados Unidos sigue siendo un país atípico entre sus aliados cercanos y otras democracias en su aplicación continua de la pena de muerte.

Aunque el derecho internacional no prohíbe la pena de muerte, la mayoría de los países la consideran una violación de los derechos humanos. El uso de la pena de muerte en todo el mundo es relevante a la hora de evaluar las normas de decencia de Estados Unidos y lo que debe considerarse un castigo cruel e inusual según la Octava Enmienda. Algunos jueces del Tribunal Supremo se han referido al derecho internacional como una afirmación más de sus propias conclusiones sobre la pena de muerte, especialmente en lo que se refiere a clases específicas de acusados, como los delincuentes juveniles.

Hay una serie de desacuerdos que pueden surgir entre los países que imponen la pena de muerte y los que no lo hacen. Los países que no imponen la pena de muerte están especialmente preocupados cuando uno de sus ciudadanos se enfrenta a una ejecución en EE.UU. Algunos países se niegan a extraditar a individuos a EE.UU., o incluso a proporcionar pruebas incriminatorias, si el acusado podría enfrentarse a la pena de muerte. Además, muchos países y organismos internacionales consideran que la pena de muerte es una cuestión de derechos humanos y se han criticado varias prácticas de Estados Unidos en materia de pena de muerte por violar las obligaciones de los tratados estadounidenses y la legislación internacional sobre derechos humanos. La preocupación por los derechos humanos en todo el mundo siempre ha sido importante en la diplomacia estadounidense, pero Estados Unidos se ve a menudo cuestionado por su uso de la pena de muerte y la protección que ofrece a otros países que la utilizan de forma especialmente abusiva.

La investigación internacional sobre el uso de la pena de muerte debe un agradecimiento especial a Amnistía Internacional, que ha vigilado e informado regularmente sobre la pena capital en todo el mundo.

Discapacidad intelectual
Es inconstitucional imponer la pena de muerte a personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, la escasa representación legal y los onerosos requisitos probatorios siguen dando lugar a sentencias de muerte y ejecuciones de acusados con discapacidad intelectual.

Aunque no llega a abolir la pena de muerte, el Tribunal Supremo de EE.UU. ha tomado medidas para limitar su aplicación, de modo que se utilice principalmente en los casos en los que el acusado tenga mayor culpabilidad. Las personas con discapacidad intelectual no están en ese grupo. En ocasiones, los estados también han determinado que la pena de muerte podría ser demasiado dura aplicada a algunos acusados, y muchos han aprobado leyes que eximen de la pena de muerte a las personas con capacidad intelectual limitada.

La comunidad de la salud mental ha proporcionado criterios claros para determinar la existencia de una discapacidad intelectual: una limitación significativa de la capacidad intelectual y del comportamiento adaptativo, que se manifiesta antes de los 18 años.

Aunque la cuestión de la prohibición nacional del uso de la pena capital para las personas con discapacidad intelectual fue rechazada por el Tribunal Supremo en 1989 porque muy pocos estados habían tomado medidas por su cuenta, la cuestión resurgió en 2002 con un nuevo consenso. Treinta estados habían puesto fin al uso de la pena de muerte por completo, o al menos para las personas con discapacidad intelectual. En el caso Atkins contra Virginia, el Tribunal sostuvo que las normas de decencia de la nación habían evolucionado hasta el punto de que no debían producirse tales ejecuciones. También concluyó que el efecto disuasorio o retributivo de la ejecución de estos acusados era escaso o nulo.

El caso Atkins fue un momento fundamental en la historia de la pena de muerte, no sólo porque salvó la vida de una clase vulnerable de acusados, sino que también proporcionó un modelo para lograr otras limitaciones en la práctica, o incluso para eliminarla por completo. Incluso después de la decisión del Tribunal en 2002, algunos estados siguieron utilizando prácticas arcanas en la determinación de la discapacidad intelectual, por lo que ha sido necesaria una mayor supervisión.

Enfermedades mentales
No existe una prohibición categórica de la ejecución de personas con enfermedades mentales. Las legislaturas de numerosos estados han considerado proyectos de ley para crear dicha exclusión, pero todavía no se ha promulgado ninguno.

El Tribunal Supremo de EE.UU. ha dicho que la enfermedad mental de un acusado le hace menos culpable moralmente y debe ser tenida en cuenta como una razón importante para perdonarle la vida. Sin embargo, al igual que ocurrió inicialmente con la discapacidad intelectual y la juventud, el Tribunal no ha prohibido la pena de muerte para quienes padecen enfermedades mentales graves. Cuando el Tribunal prohibió la pena de muerte para los discapacitados intelectuales y para los menores, consideró que eran miembros de grupos identificables que tienen una responsabilidad disminuida por sus actos y, por tanto, no debían ser considerados los peores y más culpables acusados. Muchos expertos en salud mental creen que las personas con enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, pueden tener deficiencias cognitivas similares que interfieren en su toma de decisiones. La Asociación Americana de Psiquiatría y el Colegio de Abogados de Estados Unidos, entre otros, han pedido que se prohíba la pena de muerte para los enfermos mentales graves.

Algunos acusados tienen una enfermedad mental tan grave que no comprenden su delito ni sus consecuencias y pueden ser considerados mentalmente incompetentes. Estas personas pueden no ser aptas para ser juzgadas o ser declaradas no culpables por razón de demencia. Si son condenados y se vuelven incompetentes mientras están en el corredor de la muerte, no pueden ser ejecutados, según los precedentes del Tribunal Supremo. Sin embargo, la mayoría de las personas con enfermedades mentales -incluso muchas con enfermedades mentales graves- no son mentalmente incompetentes.

Los problemas de salud mental tienen una amplia repercusión en los casos de pena de muerte. Uno de cada diez presos ejecutados en Estados Unidos son "voluntarios", es decir, acusados o presos que han renunciado a derechos clave de juicio o apelación para facilitar su ejecución. Las enfermedades mentales también afectan a la decisión de los acusados de representarse a sí mismos, a su capacidad para trabajar con un abogado y a la percepción que el jurado tiene de sus motivos y de si suponen un peligro futuro para la sociedad si son condenados a cadena perpetua.

Hay al menos tres obstáculos para excluir a los enfermos mentales graves: 1. A diferencia de la edad y la capacidad intelectual, es difícil definir la clase de acusados con enfermedades mentales que deben ser eximidos y determinar si su enfermedad afectó a su juicio cuando delinquieron. 2. Los Estados se han mostrado hasta ahora reacios a adoptar tales prohibiciones, aunque la sociedad sigue evolucionando en cuanto a su comprensión de las enfermedades mentales. 3. La composición del Tribunal Supremo ha cambiado desde que se decidieron algunas de las exenciones anteriores. No obstante, las decisiones anteriores podrían servir como importantes precedentes, susceptibles de ser ampliados a los enfermos mentales.

Alternativas de condena
Las sentencias alternativas, como la cadena perpetua sin libertad condicional, evitan algunos de los principales problemas de la pena capital, como el elevado coste de la pena de muerte y el riesgo de ejecutar a un inocente.

Cada vez más, la discusión en torno a la pena de muerte ha pasado de ser un debate moral a una comparación de la pena capital con sus alternativas viables. Hoy en día, los jurados, los legisladores y los tribunales tienen que elegir entre la pena de muerte y la cadena perpetua sin libertad condicional. Todos los estados que tienen la pena de muerte también tienen una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional (LWOP). Las familias de las víctimas suelen preferir la cadena perpetua a la incertidumbre y el espectáculo de la pena de muerte. Muchos fiscales han llegado a la conclusión de que los costes asociados a los casos de pena capital no merecen sus limitados recursos, especialmente porque muchos casos son anulados. A medida que se ha ido extendiendo el uso de la pena de muerte, el número de condenas a muerte ha disminuido drásticamente.

Además del uso de la LWOP, los estados también han mirado más allá del castigo y han buscado formas alternativas de reducir la delincuencia violenta, como la policía de proximidad, la introducción de tecnología de lucha contra el crimen y la justicia restaurativa. El dinero que se ahorra al no solicitar la pena de muerte puede utilizarse para apoyar esas iniciativas.

Aunque los fiscales a menudo permiten que un acusado de pena capital se declare culpable a cambio de una sentencia de cadena perpetua, muchos son reacios a eliminar la pena de muerte en sí misma porque la consideran una moneda de cambio. Este papel de la pena de muerte como amenaza es sospechoso tanto por motivos éticos como constitucionales.

Algunos de los que se oponen a la pena capital también cuestionan el uso de las sentencias de cadena perpetua sin libertad condicional como otra forma de sentencia de muerte y señalan su uso extendido incluso en casos no capitales. Muchos sondeos de opinión contrastan hoy en día la pena de muerte con la cadena perpetua,

Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

  • Antropología
  • Estudios de la familia
  • Historia
  • Derecho
  • Medicina
  • Ciencias mortuorias
  • Filosofía
  • Psicología
  • Trabajo Social
  • Sociología
  • Teología

Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

  • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
  • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
  • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
  • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
  • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

La Tanatología Forense

La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

En sentido objetivo se refiere a la masa o conjunto de bienes; en sentido jurídico es la transmisión de bienes por causa de muerte.

Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

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  • Teología

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  • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
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  • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
  • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
  • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

La Tanatología Forense

La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

La pena de muerte es el asesinato de un ser humano sancionado por el gobierno como castigo por los delitos que ha cometido.
La pena de muerte, también conocida como pena capital, no es legal en la mayoría de los países, pero sigue siendo legal en un tercio de las naciones, aunque no todas la aplican. Algunos países, como China, aplican la pena capital a gran escala. Este recurso examina algunas cuestiones clave, como su historia, su relación con la religión y la clemencia.

Historia de la pena de muerte
La pena de muerte existe en Estados Unidos desde la época colonial. Su historia está entrelazada con la esclavitud, la segregación y los movimientos de reforma social.

Primeras leyes de pena de muerte
Las primeras leyes establecidas sobre la pena de muerte se remontan al siglo XVIII a.C. en el Código del rey Hammurabi de Babilonia, que codificó la pena de muerte para 25 delitos diferentes. La pena de muerte también formaba parte del Código Hitita del siglo XIV a.C.; en el Código Draconiano de Atenas del siglo VII a.C., que hacía de la muerte el único castigo para todos los delitos; y en la Ley Romana de las Doce Tablas del siglo V a.C. Las sentencias de muerte se ejecutaban por medios como la crucifixión, el ahogamiento, los golpes hasta la muerte, la quema viva y el empalamiento.

En el siglo X d.C., el ahorcamiento se convirtió en el método habitual de ejecución en Gran Bretaña. En el siglo siguiente, Guillermo el Conquistador no permitió que se colgara a las personas ni que se las ejecutara de otro modo por ningún delito, excepto en tiempos de guerra. Esta tendencia no duraría, ya que en el siglo XVI, bajo el reinado de Enrique VIII, se calcula que fueron ejecutadas hasta 72.000 personas. Algunos métodos comunes de ejecución en esa época eran la ebullición, la quema en la hoguera, el ahorcamiento, la decapitación y el descuartizamiento. Las ejecuciones se llevaban a cabo por delitos capitales como casarse con un judío, no confesar un crimen y traición.

El número de delitos capitales en Gran Bretaña siguió aumentando durante los dos siglos siguientes. En la década de 1700, 222 delitos se castigaban con la muerte en Gran Bretaña, entre ellos robar, talar un árbol y asaltar una conejera. Debido a la severidad de la pena de muerte, muchos jurados no condenaban a los acusados si el delito no era grave. Esto llevó a reformar la pena de muerte en Gran Bretaña. De 1823 a 1837, se eliminó la pena de muerte para más de 100 de los 222 delitos castigados con la muerte.

La pena de muerte en Estados Unidos
Gran Bretaña influyó en el uso de la pena de muerte en Estados Unidos más que ningún otro país. Cuando los colonos europeos llegaron al nuevo mundo, trajeron la práctica de la pena capital. La primera ejecución de la que se tiene constancia en las nuevas colonias fue la del capitán George Kendall en la colonia de Jamestown, Virginia, en 1608. Kendall fue ejecutado por ser espía de España. En 1612, el gobernador de Virginia, Sir Thomas Dale, promulgó las Leyes Divinas, Morales y Marciales, que preveían la pena de muerte incluso para delitos menores como robar uvas, matar gallinas y comerciar con los indios.

Las leyes relativas a la pena de muerte variaban de una colonia a otra. La Colonia de la Bahía de Massachusetts llevó a cabo su primera ejecución en 1630, aunque las Leyes Capitales de Nueva Inglaterra no entraron en vigor hasta años después. La colonia de Nueva York instituyó las Leyes del Duque de 1665. Según estas leyes, delitos como golpear a la madre o al padre, o negar al "verdadero Dios", se castigaban con la muerte.

Época colonial
El movimiento abolicionista tiene sus raíces en los escritos de los teóricos europeos Montesquieu, Voltaire y Bentham, y de los cuáqueros ingleses John Bellers y John Howard. Sin embargo, fue el ensayo de Cesare Beccaria de 1767, Sobre los delitos y las penas, el que tuvo un impacto especialmente fuerte en todo el mundo. En este ensayo, Beccaria sostenía que no existía justificación alguna para que el Estado quitara una vida. El ensayo dio a los abolicionistas una voz autorizada y una energía renovada, uno de cuyos resultados fue la abolición de la pena de muerte en Austria y Toscana.

También los intelectuales estadounidenses se vieron influidos por Beccaria. Los primeros intentos de reforma de la pena de muerte en Estados Unidos se produjeron cuando Thomas Jefferson presentó un proyecto de ley para revisar las leyes de la pena de muerte de Virginia. El proyecto de ley proponía que la pena capital se aplicara únicamente a los delitos de asesinato y traición. Fue rechazado por un solo voto.

También influyó el Dr. Benjamin Rush, firmante de la Declaración de Independencia y fundador de la Sociedad Penitenciaria de Pensilvania. Rush cuestionó la creencia de que la pena de muerte sirve como elemento disuasorio. De hecho, Rush fue uno de los primeros en creer en el "efecto de embrutecimiento". Sostenía que la pena de muerte en realidad aumentaba la conducta delictiva. Rush obtuvo el apoyo de Benjamin Franklin y del fiscal general de Filadelfia, William Bradford. Bradford, que más tarde se convertiría en el Fiscal General de los Estados Unidos, llevó a Pensilvania a ser el primer estado en considerar los grados de asesinato en función de la culpabilidad. En 1794, Pensilvania derogó la pena de muerte para todos los delitos excepto el asesinato en primer grado.

Siglo XIX
A principios y mediados del siglo XIX, el movimiento abolicionista cobró impulso en el noreste. A principios de siglo, muchos estados redujeron el número de sus delitos capitales y construyeron penitenciarías estatales. En 1834, Pensilvania se convirtió en el primer estado en alejar las ejecuciones del ojo público y llevarlas a cabo en centros penitenciarios.

En 1846, Michigan se convirtió en el primer estado en abolir la pena de muerte para todos los delitos excepto la traición. Más tarde, Rhode Island y Wisconsin abolieron la pena de muerte para todos los delitos. A finales de siglo, el mundo vería cómo los países de Venezuela, Portugal, Holanda, Costa Rica, Brasil y Ecuador seguían su ejemplo.

Aunque algunos estados de Estados Unidos empezaron a abolir la pena de muerte, la mayoría de los estados mantuvieron la pena capital. Algunos estados convirtieron en delitos capitales más crímenes, especialmente los cometidos por esclavos. En 1838, en un esfuerzo por hacer que la pena de muerte fuera más aceptable para el público, algunos estados empezaron a aprobar leyes contra las sentencias de muerte obligatorias y, en su lugar, promulgaron estatutos de pena de muerte discrecionales. La promulgación en 1838 de estatutos de pena de muerte discrecional en Tennessee, y posteriormente en Alabama, se consideró una gran reforma. Esta introducción de la discrecionalidad en la imposición de la pena capital se percibió como una victoria para los abolicionistas, ya que antes de la promulgación de estas leyes, todos los estados imponían la pena de muerte a cualquier persona condenada por un delito capital, independientemente de las circunstancias. Con la excepción de un pequeño número de delitos raramente cometidos en unas pocas jurisdicciones, todas las leyes de pena capital obligatoria habían sido abolidas en 1963.

Durante la Guerra Civil, la oposición a la pena de muerte disminuyó, ya que se prestó más atención al movimiento antiesclavista. Después de la guerra, surgieron nuevos avances en los medios de ejecución. La silla eléctrica se introdujo a finales de siglo. Nueva York construyó la primera silla eléctrica en 1888 y en 1890 ejecutó a William Kemmler. Pronto, otros estados adoptaron este método de ejecución.

Principios y mediados del siglo XX
Aunque algunos estados abolieron la pena de muerte a mediados del siglo XIX, fue en realidad la primera mitad del siglo XX la que marcó el inicio del "periodo progresista" de reformas en Estados Unidos. Entre 1907 y 1917, seis estados prohibieron por completo la pena de muerte y tres la limitaron a los delitos raramente cometidos de traición y asesinato en primer grado de un agente de la ley. Sin embargo, esta reforma duró poco. En Estados Unidos se respiraba un ambiente de frenesí, ya que los ciudadanos empezaban a sentir pánico ante la amenaza de una revolución a raíz de la Revolución Rusa. Además, Estados Unidos acababa de entrar en la Primera Guerra Mundial y existían intensos conflictos de clase, ya que los socialistas planteaban el primer desafío serio al capitalismo. Como resultado, cinco de los seis estados abolicionistas reinstauraron la pena de muerte en 1920.

En 1924 se introdujo el uso de gas cianuro, ya que Nevada buscaba una forma más humana de ejecutar a sus reclusos. Gee Jon fue la primera persona ejecutada con gas letal. El estado intentó bombear gas cianuro en la celda de Jon mientras dormía, pero esto resultó imposible y se construyó la cámara de gas.

Desde la década de 1920 hasta la de 1940, hubo un resurgimiento del uso de la pena de muerte. Esto se debió, en parte, a los escritos de los criminólogos, que argumentaban que la pena de muerte era una medida social necesaria. En Estados Unidos, los estadounidenses estaban sufriendo la Ley Seca y la Gran Depresión. En la década de 1930 hubo más ejecuciones que en cualquier otra década de la historia de Estados Unidos, una media de 167 al año.

En la década de 1950, el sentimiento público comenzó a alejarse de la pena capital. Muchas naciones aliadas abolieron o limitaron la pena de muerte, y en Estados Unidos el número de ejecuciones descendió drásticamente. Mientras que en la década de 1940 hubo 1.289 ejecuciones, en la década de 1950 hubo 715, y el número se redujo aún más, a sólo 191, entre 1960 y 1976. En 1966, el apoyo a la pena capital alcanzó un mínimo histórico. Una encuesta de Gallup mostró que el apoyo a la pena de muerte era de sólo el 42%.

La pena de muerte federal en los Estados Unidos
Además de las leyes de pena de muerte de muchos estados, el gobierno federal también ha aplicado la pena capital para ciertos delitos federales, como el asesinato de un funcionario del gobierno, el secuestro con resultado de muerte, la dirección de una empresa de drogas a gran escala y la traición. Cuando el Tribunal Supremo anuló los estatutos estatales de la pena de muerte en el caso Furman, los estatutos federales de la pena de muerte adolecían de las mismas deficiencias constitucionales que los estatutos estatales. Como resultado, las sentencias de muerte bajo los antiguos estatutos federales de la pena de muerte no han sido confirmadas.

En 1988, se promulgó una nueva ley federal de pena de muerte para el asesinato en el curso de una conspiración de tráfico de drogas. El estatuto se basó en los estatutos posteriores a Gregg que el Tribunal Supremo ha aprobado. Desde su promulgación, 6 personas han sido condenadas a muerte por violar esta ley, aunque ninguna ha sido ejecutada.

En 1994, el presidente Clinton firmó la Ley de Control del Crimen Violento y Aplicación de la Ley, que amplió la pena de muerte federal a unos 60 delitos, 3 de los cuales no implican asesinato. Las excepciones son el espionaje, la traición y el tráfico de drogas en grandes cantidades.

Dos años más tarde, en respuesta al atentado de Oklahoma City, el presidente Clinton firmó la Ley Antiterrorista y de Pena de Muerte Efectiva de 1996. Esta ley, que afecta tanto a los presos estatales como a los federales, restringe la revisión en los tribunales federales estableciendo plazos más estrictos para la presentación de solicitudes, limitando la posibilidad de celebrar audiencias para la presentación de pruebas y permitiendo, por lo general, una única presentación de hábeas corpus en los tribunales federales. Los defensores de la pena de muerte argumentan que esta racionalización acelerará el proceso de la pena de muerte y reducirá significativamente su coste, aunque otros temen que una revisión federal más rápida y limitada pueda aumentar el riesgo de ejecutar a acusados inocentes.

Abolición internacional
En la década de 1980, el movimiento abolicionista internacional cobró impulso y se redactaron y ratificaron tratados que proclamaban la abolición. El Protocolo nº 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y sus sucesores, el Protocolo Adicional Interamericano a la Convención Americana de Derechos Humanos para la Abolición de la Pena de Muerte y el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos destinado a abolir la pena de muerte de las Naciones Unidas se crearon con el objetivo de convertir la abolición de la pena de muerte en una norma internacional.

En la actualidad, el Consejo de Europa exige a los nuevos miembros que se comprometan y ratifiquen el Protocolo nº 6. Esto ha llevado, en efecto, a la abolición de la pena de muerte en Europa del Este, donde sólo Bielorrusia mantiene la pena de muerte. Por ejemplo, Ucrania, que antes era uno de los líderes mundiales en ejecuciones, ha dejado de aplicar la pena de muerte y ha sido admitida en el Consejo. El parlamento sudafricano votó la abolición formal de la pena de muerte, que había sido declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional. Además, el presidente ruso Boris Yeltsin firmó en junio de 1999 un decreto por el que se conmutaban las penas de muerte de todos los condenados a muerte en Rusia. Entre 2000 y 2004, otros siete países abolieron la pena de muerte para todos los delitos, y otros cuatro la abolieron para los delitos comunes.

En abril de 1999, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la Resolución de apoyo a la moratoria mundial de las ejecuciones. La resolución pide a los países que no han abolido la pena de muerte que restrinjan su uso, lo que incluye no imponerla a delincuentes juveniles y limitar el número de delitos por los que puede imponerse. Diez países, entre ellos Estados Unidos, China, Pakistán, Ruanda y Sudán, votaron en contra de la resolución. Cada año desde 1997, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución en la que se pide a los países que no han abolido la pena de muerte que establezcan una moratoria de las ejecuciones. En abril de 2004, la resolución fue copatrocinada por 76 Estados miembros de la ONU. (Amnistía Internacional, 2004).

Inyección letal
La inyección letal ha sido el método de ejecución más habitual en la era moderna de la pena capital en Estados Unidos. Entre la reanudación de las ejecuciones en 1977 y el 31 de agosto de 2018, 1.306 ejecuciones (casi el 90%) utilizaron la inyección letal. Cuando los estados empezaron a utilizar fármacos en las ejecuciones, muchos lo hicieron con la creencia de que la inyección letal sería más humana que los métodos más visiblemente cruentos a los que sustituía: la horca, la electrocución, el gas y el fusilamiento. Otros estados adoptaron la inyección letal para evitar las impugnaciones legales de la constitucionalidad de sus métodos anteriores.

A pesar del supuesto objetivo de los estados de garantizar ejecuciones más humanas, los expertos han estimado que más del 7% de las ejecuciones por inyección letal en Estados Unidos hasta 2010 fueron un fracaso. A partir de 2011, a medida que los estados han ido experimentando con nuevos fármacos de ejecución, los informes de ejecuciones problemáticas han aumentado notablemente. Al mismo tiempo, los estados han promulgado leyes que impiden al público obtener información sobre los fármacos de la inyección letal y sus proveedores.

Delitos castigados con la muerte
Las penas de muerte sólo pueden imponerse por delitos en los que la víctima es asesinada, pero las legislaturas estatales de América pueden determinar qué circunstancias específicas hacen que un asesinato pueda ser castigado con la pena de muerte.

Todos los presos actualmente en el corredor de la muerte y todos los ejecutados en la era moderna de la pena de muerte fueron condenados por asesinato. Históricamente, la pena de muerte se utilizaba mucho para las violaciones, sobre todo contra acusados negros con víctimas blancas. Cuando se restableció la pena de muerte en 1976, el Tribunal Supremo dejó abierta la posibilidad de imponer la pena de muerte por delitos distintos del asesinato, como la violación o incluso el robo a mano armada. Sin embargo, el Tribunal no tardó en dictaminar que la pena de muerte sería inconstitucional para la violación de un adulto en la que no se hubiera producido ninguna muerte. Esa prohibición se amplió posteriormente a cualquier violación no homicida mediante la decisión del Tribunal Supremo de EE.UU. en el caso Kennedy contra Luisiana, y el Tribunal comentó que la pena de muerte ya no podía aplicarse por ningún delito contra un individuo en el que no se produjera una muerte. La cuestión de si la pena de muerte puede aplicarse a delitos contra el gobierno, como la traición o el espionaje, sigue sin resolverse.

Muchos estados de Estados Unidos permiten que todas las personas que hayan participado en un delito en el que se haya producido una muerte sean acusadas de asesinato y puedan ser condenadas a la pena de muerte, aunque no hayan matado directamente a nadie. El caso de los cómplices desarmados en un atraco a un banco en el que muere un empleado es un ejemplo típico de delito de asesinato. Como se supone que la pena de muerte está reservada para los "peores casos", las legislaturas o los tribunales podrían restringir su uso sólo a los que participaron directamente en el asesinato de la víctima. Los presos también han planteado que las circunstancias agravantes que hacen que un delito pueda ser castigado con la pena de muerte son demasiado amplias, ya que algunas leyes estatales de pena de muerte abarcan casi todos los asesinatos, en lugar de reservar la pena de muerte para un pequeño subconjunto de asesinatos.

Los ejecutados que no mataron directamente a la víctima

Todos los ejecutados desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976 participaron en un crimen en el que murió al menos una víctima. En la mayoría de los casos, la persona ejecutada mató directamente a la víctima. En una pequeña minoría de casos, la persona ejecutada ordenó o contrató a otra persona para llevar a cabo el asesinato. En otro grupo de casos, la persona ejecutada participó en un delito durante el cual la víctima murió a manos de otro participante en el delito. El acusado en estos casos suele ser declarado culpable de "homicidio doloso" o según la "ley de las partes", y en algunos estados puede recibir la pena de muerte, a pesar de no haber matado o dirigido el asesinato de la víctima. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha restringido el uso de la pena de muerte en estos casos. Véase las sentencias Enmund v. Florida y Tison v. Arizona, de Estados Unidos.

Religión y la Pena de Muerte
Líderes y organizaciones que representan a una variedad de religiones han adoptado posturas sobre la pena de muerte, a menudo vinculando sus puntos de vista a creencias sobre la dignidad humana, la retribución y la redención.

Las confesiones religiosas de EE.UU. se han pronunciado con frecuencia sobre la pena de muerte, a veces señalando preocupaciones sobre su aplicación y otras veces juzgando la moralidad del propio castigo. Históricamente, la mayoría de los principales organismos religiosos permitían el uso de la pena capital, pero las críticas a esta práctica han aumentado considerablemente en los últimos tiempos.

En una democracia diversa, ningún punto de vista religioso ocupa una posición privilegiada en la elaboración de la ley. Sin embargo, los principios de las distintas comunidades religiosas son relevantes en el debate político porque contribuyen a informar las opiniones de sus respectivos electores y reflejan la "evolución de las normas de decencia" que son vitales para la interpretación de la Octava Enmienda por parte del Tribunal Supremo.

El budismo y la pena capital
Dado que el budismo existe en muchas formas, bajo muchas organizaciones, no hay una política budista unificada sobre la pena capital.

En términos de doctrina, la pena de muerte es claramente incompatible con las enseñanzas budistas. Los budistas ponen gran énfasis en la no violencia y la compasión por toda vida. El Primer Precepto exige que los individuos se abstengan de herir o matar a cualquier criatura viva.

Buda no habló explícitamente de la pena capital, pero sus enseñanzas no muestran ninguna simpatía por el castigo físico, por muy grave que sea el delito.

El budismo cree fundamentalmente en el ciclo de nacimiento y renacimiento (Samsara) y enseña que si se administra la pena capital tendrá efectos comprometedores en las almas del infractor y del castigador en futuras encarnaciones.

En cuanto al castigo en este mundo, el budismo tiene opiniones firmes:

el tratamiento inhumano de un delincuente no resuelve sus fechorías ni las de la humanidad en general - el mejor enfoque para un delincuente es reformador y no punitivo
el castigo debe ser sólo en la medida en que el delincuente necesite enmendarse, y su rehabilitación en la sociedad debe ser de suma importancia
castigar a un delincuente con excesiva crueldad dañará no sólo la mente del delincuente, sino también la de la persona que castiga
es imposible administrar un castigo severo con compostura y compasión
si el delito es especialmente grave, la persona puede ser desterrada de la comunidad o del país

A pesar de estas enseñanzas, varios países con importantes poblaciones budistas mantienen la pena de muerte, y algunos de ellos, por ejemplo Tailandia, siguen aplicándola.

No se trata de estados que tengan el budismo como religión oficial.

Esta aparente paradoja se debe en parte, según algunos expertos, a la diferencia entre el budismo popular y el monástico. La mayoría de los budistas laicos de estos países siguen las prácticas budistas y son totalmente sinceros en su compromiso, pero el estudio genuino del budismo, sus rituales y su traslación a la vida cotidiana es superficial para la mayoría de los seguidores budistas.

Católicos
"La nueva evangelización exige seguidores de Cristo que sean incondicionalmente pro-vida: que proclamen, celebren y sirvan el Evangelio de la vida en cualquier situación. Un signo de esperanza es el reconocimiento cada vez mayor de que la dignidad de la vida humana no debe ser nunca quitada, incluso en el caso de alguien que ha hecho un gran mal. . . . Renuevo el llamamiento que hice... para que se llegue a un consenso que ponga fin a la pena de muerte, que es cruel e innecesaria."
-Papa Juan Pablo II

El castigo "no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad, es decir, cuando no sea posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, estos casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes. Juan Pablo II, El Evangelio de la Vida, [El castigo] no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad: es decir, cuando no sería posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, tales casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes."
-Papa Juan Pablo II

Hinduismo
No existe una línea oficial hindú sobre la pena capital. Sin embargo, el hinduismo se opone al asesinato, la violencia y la venganza, de acuerdo con el principio de ahimsa (no violencia).

La India sigue manteniendo la pena de muerte, y es probable que las razones para ello sean similares a las sugeridas en la sección budista.

El debate sobre la pena capital en India se reavivó en 2004 con el caso de Dhananjoy Chatterjee, condenado por violación y asesinato.

En la actualidad hay más de 100 personas en el corredor de la muerte en India, aunque el número de ejecuciones en ese país es realmente muy bajo y el Tribunal Supremo indio ha dictaminado que la pena de muerte sólo debe utilizarse en los casos más raros.

Asamblea Rabínica

Resolución sobre la pena capital:

"Considerando que la Torá enseña que todos los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios;

Considerando que la tradición judía defiende la santidad de la vida;

Considerando que, tanto en el concepto como en la práctica, los líderes rabínicos de muchos períodos históricos diferentes han encontrado la pena capital repugnante;

Considerando que no se han reunido pruebas que indiquen de forma persuasiva que la pena capital sirva para disuadir del crimen;

Considerando que los estudios jurídicos han demostrado que hasta 300 personas en este siglo han sido condenadas erróneamente por delitos capitales;

Por lo tanto, se resuelve que la Asamblea Rabínica se oponga a la adopción de leyes de pena de muerte e inste a su abolición en los estados que ya las han adoptado;

Que la Asamblea Rabínica inste a la promulgación de leyes que ordenen que algunos delitos capitales sean castigados con cadena perpetua sin libertad condicional;

Que la Asamblea Rabínica ofrezca su apoyo y se pronuncie en favor de las víctimas de delitos violentos y sus familias;

Que la Asamblea Rabínica aliente a sus miembros a enviar esta resolución a sus funcionarios electos correspondientes."

Encuestas
La "Encuesta de Valores Americanos" de septiembre de 2014 realizada por el Public Religion Research Institute (PRPI) mostró que el 48% de los estadounidenses dijo que prefería la cadena perpetua sin libertad condicional como castigo por el asesinato, en comparación con el 44% que dijo que prefería la pena de muerte. El sondeo descubrió lo que los comentaristas del PRPI describieron como "importantes divisiones religiosas en esta cuestión". El apoyo a la pena de muerte fue más bajo entre los protestantes hispanos y negros, con un 24% y un 25%, respectivamente. El 68% de ellos prefería la cadena perpetua sin libertad condicional. Los católicos, los judíos, otras religiones no cristianas y los no afiliados religiosamente preferían la cadena perpetua sin libertad condicional a la pena de muerte. Sólo los evangélicos blancos (59%) y los protestantes blancos de línea principal (52%) expresaron un apoyo mayoritario a la pena de muerte, con un 34% y un 40% de estos grupos, respectivamente, que preferían la cadena perpetua sin libertad condicional.

Clemencia
La clemencia es el proceso por el que un gobernador, un presidente o una junta administrativa puede reducir la condena de un acusado o conceder un indulto. Se han concedido clemencias en casos de pena de muerte por diversos motivos.

En Estados Unidos, todos los estados y el gobierno federal tienen un proceso para reducir la sentencia o indultar a quienes se enfrentan a cargos penales. La clemencia es una consideración especialmente importante para los condenados a muerte. Incluso después de que se hayan agotado todas las apelaciones en los tribunales, todavía existe la posibilidad de que se le perdone la vida al recluso.

Sin embargo, las clemencias en casos de pena capital han sido escasas. Aparte de las ocasionales concesiones generales de clemencia por parte de gobernadores preocupados por la equidad general de la pena de muerte, desde 1976 se han concedido menos de dos de media al año. En el mismo periodo, más de 1.500 casos han sido ejecutados. Entre las razones aducidas para la concesión de clemencia en los casos de pena capital se encuentran: la enfermedad mental del acusado, un coacusado al que se le impuso una condena menor y la evidencia de que el acusado puede haber sido condenado erróneamente.

Dado que la facultad de conceder clemencia corresponde al poder ejecutivo del gobierno, los tribunales se han mostrado reacios a imponer normas a este procedimiento. Los gobernadores están sujetos a la influencia política, e incluso la concesión de un solo indulto puede dar lugar a duros ataques. Por ello, las clemencias en casos de pena de muerte han sido imprevisibles e inmunes a la revisión.

Si se examina la concesión de clemencia por estados desde 1976 en Estados Unidos, se puede observar que el número de clemencias en
Illinois ha sido de 187, más que el resto de Estados combinados (poco más de 100).

Desde 1976, se han concedido siete clemencias amplias o generales a presos del corredor de la muerte en Estados Unidos:

El gobernador Jared Polis en Colorado en 2020 (todos los presos del corredor de la muerte).
El gobernador Martin O'Malley en Maryland en 2015 (todos los condenados a muerte).
El gobernador Pat Quinn en Illinois en 2011 (todos los presos del corredor de la muerte), justo antes de firmar el proyecto de ley que deroga la pena de muerte.
El gobernador Jon Corzine en Nueva Jersey en 2007 (todos los presos en el corredor de la muerte), justo antes de firmar la ley de derogación de la pena de muerte.
El gobernador George Ryan en Illinois en 2003 (todos los presos condenados a muerte).
El gobernador Richard Celeste en Ohio en 1991 (8 presos condenados a muerte).
El gobernador Toney Anaya en Nuevo México en 1986 (todos los presos condenados a muerte).

En una democracia, el contenido de las leyes lo determina el pueblo. Incluso la constitución puede cambiarse a través del proceso democrático. El sentimiento público puede medirse a través de las encuestas, pero también se refleja en las elecciones y los referendos, tanto a nivel local como nacional. El pueblo de la mayoría de los países democráticos está en contra de la pena capital. Incluso en Estados Unidos las encuestas de opinión pública muestran que el apoyo a la pena de muerte (motivo clave en la que se justificaba) se encuentra actualmente cerca de mínimos históricos, tras haber alcanzado un máximo en 1994 y haber disminuido desde entonces. Este recurso ofrece información en algunas áreas importantes del debate sobre la pena capital.

Familias de las víctimas
Las familias de las víctimas de asesinatos tienen diversas opiniones sobre la pena de muerte. Los estudios sugieren que la pena de muerte no aporta un cierre y que interfiere en su proceso de curación.

Trágicamente, en todos los casos de asesinato con pena de muerte hay al menos una víctima fallecida. La reivindicación de las víctimas y el cierre de las familias de las víctimas suelen ser las principales razones para apoyar la pena de muerte. Sin embargo, muchas personas que se encuentran en esta circunstancia creen que otro asesinato no supondría un cierre y que la pena de muerte es un perjuicio para las víctimas.

Las familias y los allegados de las víctimas (a veces denominadas "covíctimas") pueden desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de un caso en los tribunales. La fiscalía puede consultar con las familias si se solicita la pena de muerte o se acepta una declaración de culpabilidad con una condena menor. Si se solicita la pena de muerte, se puede pedir a los familiares que testifiquen en la fase de sentencia para describir el impacto que el asesinato ha tenido en sus propias vidas. Los familiares de las víctimas suelen intervenir en las audiencias legislativas sobre la pena de muerte, tanto a favor como en contra de una ley de pena de muerte.

Desde el punto de vista estadístico, la raza de la víctima puede ser relevante para las cuestiones de aplicación arbitraria y discriminación racial de la pena de muerte. Los estudios han demostrado que los casos de muerte implican desproporcionadamente a víctimas blancas en el asesinato subyacente.

Los familiares de las víctimas que se oponen a la pena de muerte son a veces ignorados si la fiscalía está decidida a buscar el castigo más extremo. Además, las declaraciones del impacto de la víctima en los procedimientos de sentencia pueden ser tan dramáticas y poderosas que anulan cualquier factor atenuante presentado sobre la historia de vida del acusado.

Los prejuicios raciales contra los acusados de color y a favor de las víctimas blancas tienen un fuerte efecto sobre quiénes son procesados, condenados a muerte y ejecutados.

La pena de muerte lleva mucho tiempo siendo objeto de escrutinio por tener un sesgo racial. A principios del siglo XX, cuando se aplicaba por el delito de violación, el 89% de las ejecuciones correspondían a acusados negros, la mayoría por la violación de una mujer blanca. En la era moderna, cuando las ejecuciones se han llevado a cabo exclusivamente por asesinato, el 75 por ciento de los casos implican el asesinato de víctimas blancas, a pesar de que negros y blancos tienen casi la misma probabilidad de ser víctimas de asesinato.

En casi todos los estudios sofisticados que han explorado esta área durante muchos años se ha encontrado un sesgo hacia los casos de víctimas blancas. Estos estudios suelen controlar otras variables en los casos estudiados, como el número de víctimas o la brutalidad del crimen, y aun así descubren que los acusados tienen más probabilidades de ser condenados a muerte si matan a una persona blanca.

La cuestión de las disparidades raciales en el uso de la pena de muerte fue considerada por el Tribunal Supremo en 1987. En una ajustada votación, el Tribunal sostuvo que los estudios por sí solos no podían aportar la prueba necesaria de discriminación racial en el caso de un acusado concreto. Esta decisión pareció cerrar la puerta a las impugnaciones amplias de la pena de muerte. Sin embargo, el Tribunal ha constatado la discriminación racial en la selección del jurado en casos individuales de pena capital.

Inocencia
La pena de muerte conlleva el riesgo inherente de ejecutar a un inocente. Desde 1973, al menos 186 personas que habían sido condenadas erróneamente a muerte en Estados Unidos han sido exoneradas.

Dada la falibilidad del juicio humano, siempre ha existido el peligro de que una ejecución pueda dar lugar al asesinato de una persona inocente. Sin embargo, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró inconstitucional la administración de la pena de muerte en 1972, apenas se mencionó la cuestión de la inocencia en las nueve opiniones emitidas. Aunque seguramente se cometieron errores en el pasado, prevaleció la suposición de que esos casos eran pocos y distantes entre sí. Casi todos los condenados a muerte eran seguramente culpables.

Sin embargo, cuando los tribunales federales empezaron a revisar más a fondo si los acusados de delitos estatales gozaban de sus derechos garantizados al debido proceso, empezaron a aparecer con regularidad errores y faltas oficiales que requerían nuevos juicios. Cuando los acusados contaron con un abogado más experimentado, con jurados seleccionados de forma justa, y se les concedió acceso a pruebas científicas, algunos fueron absueltos y puestos en libertad. Desde 1973, 186 ex presos del corredor de la muerte han sido exonerados de todos los cargos relacionados con las condenas erróneas que los habían llevado al corredor de la muerte.

Ahora está claro que los acusados inocentes serán condenados y sentenciados a muerte con cierta regularidad mientras exista la pena de muerte. Es poco probable que el proceso de apelación -que se centra principalmente en los errores legales y no en las determinaciones de hecho- detecte todos los errores. Las reformas se han aplicado a regañadientes, aumentando tanto los costes como el tiempo que consume la pena de muerte, pero no han sido suficientes para superar el error humano. La popularidad y el uso de la pena capital han disminuido rápidamente a medida que la cuestión de la inocencia ha ganado atención. La pregunta que queda es cuántas vidas inocentes merece la pena sacrificar para preservar este castigo.

Más del 70% de los países del mundo han abolido la pena capital en la ley o en la práctica. Sin embargo, la pena de muerte sigue existiendo en muchas partes del mundo, especialmente en países con grandes poblaciones y en aquellos con un gobierno autoritario. En las últimas décadas, se ha producido una clara tendencia de alejamiento de la pena capital, ya que muchos países han abolido la pena de muerte o han dejado de aplicarla. Estados Unidos sigue siendo un país atípico entre sus aliados cercanos y otras democracias en su aplicación continua de la pena de muerte.

Aunque el derecho internacional no prohíbe la pena de muerte, la mayoría de los países la consideran una violación de los derechos humanos. El uso de la pena de muerte en todo el mundo es relevante a la hora de evaluar las normas de decencia de Estados Unidos y lo que debe considerarse un castigo cruel e inusual según la Octava Enmienda. Algunos jueces del Tribunal Supremo se han referido al derecho internacional como una afirmación más de sus propias conclusiones sobre la pena de muerte, especialmente en lo que se refiere a clases específicas de acusados, como los delincuentes juveniles.

Hay una serie de desacuerdos que pueden surgir entre los países que imponen la pena de muerte y los que no lo hacen. Los países que no imponen la pena de muerte están especialmente preocupados cuando uno de sus ciudadanos se enfrenta a una ejecución en EE.UU. Algunos países se niegan a extraditar a individuos a EE.UU., o incluso a proporcionar pruebas incriminatorias, si el acusado podría enfrentarse a la pena de muerte. Además, muchos países y organismos internacionales consideran que la pena de muerte es una cuestión de derechos humanos y se han criticado varias prácticas de Estados Unidos en materia de pena de muerte por violar las obligaciones de los tratados estadounidenses y la legislación internacional sobre derechos humanos. La preocupación por los derechos humanos en todo el mundo siempre ha sido importante en la diplomacia estadounidense, pero Estados Unidos se ve a menudo cuestionado por su uso de la pena de muerte y la protección que ofrece a otros países que la utilizan de forma especialmente abusiva.

La investigación internacional sobre el uso de la pena de muerte debe un agradecimiento especial a Amnistía Internacional, que ha vigilado e informado regularmente sobre la pena capital en todo el mundo.

Discapacidad intelectual
Es inconstitucional imponer la pena de muerte a personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, la escasa representación legal y los onerosos requisitos probatorios siguen dando lugar a sentencias de muerte y ejecuciones de acusados con discapacidad intelectual.

Aunque no llega a abolir la pena de muerte, el Tribunal Supremo de EE.UU. ha tomado medidas para limitar su aplicación, de modo que se utilice principalmente en los casos en los que el acusado tenga mayor culpabilidad. Las personas con discapacidad intelectual no están en ese grupo. En ocasiones, los estados también han determinado que la pena de muerte podría ser demasiado dura aplicada a algunos acusados, y muchos han aprobado leyes que eximen de la pena de muerte a las personas con capacidad intelectual limitada.

La comunidad de la salud mental ha proporcionado criterios claros para determinar la existencia de una discapacidad intelectual: una limitación significativa de la capacidad intelectual y del comportamiento adaptativo, que se manifiesta antes de los 18 años.

Aunque la cuestión de la prohibición nacional del uso de la pena capital para las personas con discapacidad intelectual fue rechazada por el Tribunal Supremo en 1989 porque muy pocos estados habían tomado medidas por su cuenta, la cuestión resurgió en 2002 con un nuevo consenso. Treinta estados habían puesto fin al uso de la pena de muerte por completo, o al menos para las personas con discapacidad intelectual. En el caso Atkins contra Virginia, el Tribunal sostuvo que las normas de decencia de la nación habían evolucionado hasta el punto de que no debían producirse tales ejecuciones. También concluyó que el efecto disuasorio o retributivo de la ejecución de estos acusados era escaso o nulo.

El caso Atkins fue un momento fundamental en la historia de la pena de muerte, no sólo porque salvó la vida de una clase vulnerable de acusados, sino que también proporcionó un modelo para lograr otras limitaciones en la práctica, o incluso para eliminarla por completo. Incluso después de la decisión del Tribunal en 2002, algunos estados siguieron utilizando prácticas arcanas en la determinación de la discapacidad intelectual, por lo que ha sido necesaria una mayor supervisión.

Enfermedades mentales
No existe una prohibición categórica de la ejecución de personas con enfermedades mentales. Las legislaturas de numerosos estados han considerado proyectos de ley para crear dicha exclusión, pero todavía no se ha promulgado ninguno.

El Tribunal Supremo de EE.UU. ha dicho que la enfermedad mental de un acusado le hace menos culpable moralmente y debe ser tenida en cuenta como una razón importante para perdonarle la vida. Sin embargo, al igual que ocurrió inicialmente con la discapacidad intelectual y la juventud, el Tribunal no ha prohibido la pena de muerte para quienes padecen enfermedades mentales graves. Cuando el Tribunal prohibió la pena de muerte para los discapacitados intelectuales y para los menores, consideró que eran miembros de grupos identificables que tienen una responsabilidad disminuida por sus actos y, por tanto, no debían ser considerados los peores y más culpables acusados. Muchos expertos en salud mental creen que las personas con enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, pueden tener deficiencias cognitivas similares que interfieren en su toma de decisiones. La Asociación Americana de Psiquiatría y el Colegio de Abogados de Estados Unidos, entre otros, han pedido que se prohíba la pena de muerte para los enfermos mentales graves.

Algunos acusados tienen una enfermedad mental tan grave que no comprenden su delito ni sus consecuencias y pueden ser considerados mentalmente incompetentes. Estas personas pueden no ser aptas para ser juzgadas o ser declaradas no culpables por razón de demencia. Si son condenados y se vuelven incompetentes mientras están en el corredor de la muerte, no pueden ser ejecutados, según los precedentes del Tribunal Supremo. Sin embargo, la mayoría de las personas con enfermedades mentales -incluso muchas con enfermedades mentales graves- no son mentalmente incompetentes.

Los problemas de salud mental tienen una amplia repercusión en los casos de pena de muerte. Uno de cada diez presos ejecutados en Estados Unidos son "voluntarios", es decir, acusados o presos que han renunciado a derechos clave de juicio o apelación para facilitar su ejecución. Las enfermedades mentales también afectan a la decisión de los acusados de representarse a sí mismos, a su capacidad para trabajar con un abogado y a la percepción que el jurado tiene de sus motivos y de si suponen un peligro futuro para la sociedad si son condenados a cadena perpetua.

Hay al menos tres obstáculos para excluir a los enfermos mentales graves: 1. A diferencia de la edad y la capacidad intelectual, es difícil definir la clase de acusados con enfermedades mentales que deben ser eximidos y determinar si su enfermedad afectó a su juicio cuando delinquieron. 2. Los Estados se han mostrado hasta ahora reacios a adoptar tales prohibiciones, aunque la sociedad sigue evolucionando en cuanto a su comprensión de las enfermedades mentales. 3. La composición del Tribunal Supremo ha cambiado desde que se decidieron algunas de las exenciones anteriores. No obstante, las decisiones anteriores podrían servir como importantes precedentes, susceptibles de ser ampliados a los enfermos mentales.

Alternativas de condena
Las sentencias alternativas, como la cadena perpetua sin libertad condicional, evitan algunos de los principales problemas de la pena capital, como el elevado coste de la pena de muerte y el riesgo de ejecutar a un inocente.

Cada vez más, la discusión en torno a la pena de muerte ha pasado de ser un debate moral a una comparación de la pena capital con sus alternativas viables. Hoy en día, los jurados, los legisladores y los tribunales tienen que elegir entre la pena de muerte y la cadena perpetua sin libertad condicional. Todos los estados que tienen la pena de muerte también tienen una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional (LWOP). Las familias de las víctimas suelen preferir la cadena perpetua a la incertidumbre y el espectáculo de la pena de muerte. Muchos fiscales han llegado a la conclusión de que los costes asociados a los casos de pena capital no merecen sus limitados recursos, especialmente porque muchos casos son anulados. A medida que se ha ido extendiendo el uso de la pena de muerte, el número de condenas a muerte ha disminuido drásticamente.

Además del uso de la LWOP, los estados también han mirado más allá del castigo y han buscado formas alternativas de reducir la delincuencia violenta, como la policía de proximidad, la introducción de tecnología de lucha contra el crimen y la justicia restaurativa. El dinero que se ahorra al no solicitar la pena de muerte puede utilizarse para apoyar esas iniciativas.

Aunque los fiscales a menudo permiten que un acusado de pena capital se declare culpable a cambio de una sentencia de cadena perpetua, muchos son reacios a eliminar la pena de muerte en sí misma porque la consideran una moneda de cambio. Este papel de la pena de muerte como amenaza es sospechoso tanto por motivos éticos como constitucionales.

Algunos de los que se oponen a la pena capital también cuestionan el uso de las sentencias de cadena perpetua sin libertad condicional como otra forma de sentencia de muerte y señalan su uso extendido incluso en casos no capitales. Muchos sondeos de opinión contrastan hoy en día la pena de muerte con la cadena perpetua,

Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

  • Antropología
  • Estudios de la familia
  • Historia
  • Derecho
  • Medicina
  • Ciencias mortuorias
  • Filosofía
  • Psicología
  • Trabajo Social
  • Sociología
  • Teología

Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

  • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
  • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
  • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
  • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
  • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

La Tanatología Forense

La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

El Código Civil español define a la herencia como el «conjunto de bienes, derechos y obligaciones de una persona que no se extinguen por su muerte». El Código Civil para el Distrito Federal, en el ordenamiento mexicano, la define como «la sucesión; en todos los bienes del difunto y en todos sus derechos y obligaciones que no se extinguen por la muerte».

Más sobre el Significado de Herencia

En Roma predominaba el carácter religioso de la transmisión hereditaria porque se consideraba que el heredero continuaba la persona del difunto para hacerse cargo del culto familiar y de su patrimonio y asimismo «ejercer la soberanía doméstica». La transmisión por herencia era per universitatem o sea, tenía por objeto la totalidad de un patrimonio, o bien la parte alícuota del mismo y, por lo tanto, el heredero adquiría los bienes y derechos, así como también contraía la obligación de pagar todas las deudas del difunto de modo que los acreedores tenían doble garantía: el patrimonio transmitido y el propio del heredero. Para los romanos era deshonroso morir sin dejar herederos, porque en este caso los acreedores tomaban posesión de los bienes del difunto y los vendían para hacerse pago, y se consideraba manchada de infamia su memoria.

Pormenores

Por el contrario, si había herederos, éstos pagaban las deudas y era respetada la memoria del fallecido. La designación de herederos podía hacerse por testamento o por la ley. Respecto del testamento hay dos opiniones contrarias: una sostiene que el testamento apareció desde los primeros tiempos que siguieron a la fundación de Roma y la costumbre de otorgarlos fue sancionada en la Ley de las XII Tablas. Otra opinión es en el sentido de que el testamento no se introdujo sino a la ley citada y que antes solo había herederos abintestato.Entre las Líneas En derecho germánico no se concedió la libertad de testar porque se sostenía que Dios creaba a los hombres y sus herederos debían ser quienes tuvieran la misma sangre. Así se protegía económicamente a la familia, pues los bienes no se podían dejar a extraños.

Capacidad y Legitimación para Aceptar y Repudiar la Herencia: Contenido

Este área del derecho cubre las siguientes entradas (o secciones de entradas) de esta Enciclopedia Jurídica internacional:

  • Capacidad para aceptar la Herencia
  • La aceptación de la herencia por los acreedores del heredero
  • Capacidad para manifestar la renuncia

Herencia

Herencia en el Derecho Civil Español

Para un análisis más detenido acerca de herencia y, en general, del derecho civil español (derecho sucesorio), véase aquí (el vínculo le llevará a la enciclopedia jurídica española).

Capacidad y Legitimación para Aceptar y Repudiar la Herencia: Contenido

Se encuentra información sobre este tópico en el Proyecto Lawi en relación, al menos, a las siguientes áreas:

  • Capacidad para aceptar la Herencia
  • La aceptación de la herencia por los acreedores del heredero
  • Capacidad para manifestar la renuncia

La Herencia en relación al derecho de sucesiones y la sucesión hereditaria

Dentro del contenido de Derecho de sucesiones, la presente sección hará una breve referencia a las siguientes cuestiones: la herencia, en el contexto del derecho de sucesiones y la sucesión hereditaria.

En España

Parte de lo dispuesto en esta sección sobre la herencia, puede aplicarse al derecho civil español. Explórese, en caso de interés.HerenciaHerenciaHerenciaHerencia

Herencia

Herencia

Consideraciones Generales

En esta plataforma, herencia incluye entradas sobre cuestiones tales como Testamentos
y Sucesiones e impuesto a la herencia

.

Consideraciones Generales

En esta plataforma, los conceptos y temas relacionados con herencia incluyen los siguientes: La muerte y el morir

, Donaciones, Actas de defunción, Concubinato, Matrimonio consuetudinario, Bienes gananciales, Seguro de vida. Para más información sobre herencia en un contexto más anglosajón, puede verse, en inglés, Inheritance (herencia).

Herencia

Traducción al inglés: Inheritance.

Herencia en la Historia Social Europea

Nota: para una lista de entradas sobre la historia social de Europa, incluido herencia, véase aquí.

Noción de Herencia en relación con las Políticas de Género y Desarrollo

Herencia

Visualización Jerárquica de Herencia

Derecho > Derecho civil > Propiedad de bienes > Transmisión de la propiedad

Herencia

A continuación se examinará el significado.

¿Cómo se define? Concepto de Herencia

Véase la definición de Herencia en el diccionario.

Características de Herencia

Herencia

Esta sección introducirá y discutirá las dinámicas cambiantes de herencia, con el objetivo de examinar su desarrollo actual.

Herencia

Esta sección introducirá y discutirá las dinámicas cambiantes de herencia, con el objetivo de examinar su desarrollo actual.

Herencia

Esta sección introducirá y discutirá las dinámicas cambiantes de herencia, con el objetivo de examinar su desarrollo actual.

Herencia en economía

En inglés: Inheritance in economics. Véase también acerca de un concepto similar a Herencia en economía.

Introducción a: Herencia en este contexto

La herencia, en sentido estricto, es la transmisión de derechos (véase, en general, detalles sobre la economía de las cuestiones jurídicas) relativamente exclusivos al morir. Dicha transmisión forma parte de un proceso más amplio de devolución de derechos (véase, en general, detalles sobre la economía de las cuestiones jurídicas) entre o dentro de las generaciones (eventualmente siempre entre), y en particular entre las personas consideradas como titulares y herederos. La devolución se prolonga a lo largo de la vida de un individuo, implicándole como dador y como receptor, e implicando transferencias inter vivos, entre los vivos para la educación, el matrimonio, la compra de una casa, etc., así como el residuo al morir. Este tema puede ser de interés para los economistas profesionales. La conexión entre la herencia y las transferencias anteriores tiene un reconocimiento explícito en algunos sistemas consuetudinarios de dotación de hijos e hijas en los que lo ya recibido se deduce de la parte final del patrimonio paterno (como en la cláusula de revisión de la región de París-Orleans del siglo XVI). Del mismo modo, la tendencia de las legislaciones fiscales europeas y americanas, personificada en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales británico, es tratar como un todo las transmisiones de bienes de un patrimonio (en el caso de un impuesto sobre el patrimonio) o a un individuo o donatario (en el caso de un impuesto sobre sucesiones). Este texto tratará de equilibrar importantes preocupaciones teóricas con debates empíricos clave para ofrecer una visión general de este importante tema sobre: Herencia. Para tener una panorámica de la investigación contemporánea, puede interesar asimismo los textos sobre economía conductual, economía experimental, teoría de juegos, microeconometría, crecimiento económico, macroeconometría, y economía monetaria.

Datos verificados por: Sam.

Historia Económica

¿Cuáles fueron las raíces económicas del industrialismo moderno? ¿Fueron los sindicatos eficaces para elevar el nivel de vida de los trabajadores? ¿Los elevados niveles de impuestos en el pasado condujeron normalmente al declive económico? Estas y otras preguntas similares informan profundamente sobre un amplio abanico de cuestiones sociales entrelazadas cuya complejidad, alcance y profundidad se hacen plenamente evidentes en este recurso.

Se examina los cambios en las pautas y la evolución de la agricultura, el comercio, los intercambios, la industria y el transporte que tuvieron lugar durante el milenio transcurrido entre la caída del Imperio Romano y el descubrimiento del Nuevo Mundo. También esboza las tendencias de la demografía, los precios, las rentas y los salarios, así como las pautas de asentamiento y cultivo.

Incluye:

  • Cambio y expansión rural hasta c.1000
  • El crecimiento del señorío
  • El comercio en la Alta Edad Media
  • La reactivación del comercio y el crecimiento de las ciudades
  • La organización del comercio en Italia: el crédito y la banca
  • El comercio medieval europeo: el sur y el norte
  • El crecimiento económico en los siglos XII y XIII
  • El transporte medieval
  • Las zonas desarrolladas de la Europa medieval: Bizancio y Córdoba
  • La industria en la Edad Media: La construcción
  • La industria en la Edad Media: el textil
  • La industria minera y metalúrgica en la Edad Media
  • La sociedad agraria medieval en su apogeo: las relaciones de tenencia
  • La sociedad agraria medieval en su apogeo: el trabajo de la tierra, las técnicas y los cultivos
  • Decadencia y cambio: renacimiento y nuevos horizontes.

Historia Económica del Siglo XV al Siglo XIX

Este texto abarca aspectos importantes de la evolución histórica de la economía mundial desde el fin de la Edad Media, y especialmente desde la revolución industrial, hasta el siglo XIX. El análisis del desarrollo económico a largo plazo desde 1400 incluye la evolución histórica de las ideas y conceptos económicos y cómo éstos han configurado la política económica y el desarrollo durante el período 1400-1800.

Interés propio, supervivencia humana e historia

¿En qué se diferencia la historia económica de la historia de la economía? ¿Cuáles son las principales preocupaciones de los historiadores económicos actuales? ¿Cuáles son algunos de los momentos económicos decisivos de los últimos 500 años? ¿Por qué la historia económica moderna "comienza" en torno al año 1400? Descúbralo en esta conferencia introductoria al extraordinario viaje que le espera.

Marco Polo, China y el comercio de la Ruta de la Seda

Examine el estado de la economía mundial en torno a 1400, cuando Europa se encontraba sorprendentemente en la parte inferior de la escala de éxito económico. Por el camino, examinará las líneas generales de la economía de China, la India y el mundo islámico y descubrirá cómo Europa sentó las bases del nuevo sistema mundial capitalista que existe en la actualidad.

La sociedad señorial en la Europa medieval

Aprenderá cómo las sociedades señoriales de Europa ayudaron a desarrollar las estructuras e instituciones que conducirían a la revolución comercial medieval. Descubrirá cómo era la vida cotidiana en un señorío, cómo los siervos eran explotados por las élites, la importancia de las ferias comerciales medievales, cómo la producción de lana y tela redefinió el noroeste de Europa, y mucho más.

Cómo la peste negra reconfiguró la ciudad y el campo

Los brotes, las epidemias y las pandemias pueden tener efectos profundos no sólo en las poblaciones humanas, sino también en la economía. Descubra cómo la Peste Negra cerró las rutas comerciales, redujo la productividad económica, alteró la oferta y la demanda, deprimió el valor de la tierra y, en última instancia, hizo insostenible el sistema feudal medieval.

Gremios y monopolios de finales del siglo XIV

Después de la Peste Negra, las revueltas urbanas hicieron hincapié en los derechos de los campesinos europeos. Esto también condujo a la creación de gremios y monopolios que reflejaban los intereses propios de quienes controlaban las estructuras de poder urbano. Descubre cómo estos sistemas ayudaron a llevar la economía europea a lo largo de los siglos siguientes.

La historia económica preindustrial

Este texto estudia los procesos de crecimiento y desarrollo a largo plazo en la Europa medieval tardía y moderna temprana (siglos XI al XVIII). Se centra en la transición de una sociedad jerárquica de estamentos u órdenes corporativos a una sociedad de mercado basada en la igualdad jurídica y la libertad de contratación. Hay dos cuestiones fundamentales: En primer lugar, ¿por qué esta transición se produjo de forma evolutiva en Inglaterra y los Países Bajos, mientras que se retrasó mucho en el resto de Europa? Y en segundo lugar, ¿cómo se relaciona con la "pequeña divergencia" entre la República Holandesa e Inglaterra, por un lado, y la mayor parte del continente, por otro, donde el noroeste gozaba de un nivel de vida y una renta per cápita significativamente superiores a los de otros países mucho antes del inicio de la industrialización?.

Aquí se plantea, pues, cuestiones fundamentales sobre las sociedades y las economías: ¿Fue el crecimiento económico preindustrial transitorio y regional? ¿O era un fenómeno recurrente, incluso normal, que sin embargo podía revertirse ocasionalmente? ¿Fue el éxito holandés y británico el resultado de sus características sociales e institucionales? ¿O fue una combinación de factores geográficos y de buena suerte? ¿Hasta qué punto los primeros gobiernos modernos ayudaron o dificultaron el desarrollo económico? ¿La fragmentación política de Europa frenó el desarrollo del continente o la competencia entre Estados tuvo consecuencias beneficiosas? En conclusión, ¿podemos definir una combinación óptima de instituciones sociales, políticas y económicas que haya sostenido el crecimiento en el pasado (y, por tanto, quizás en el futuro)?

Las rutas del descubrimiento europeo: Oriente y Occidente

¿Qué supuso la era de las exploraciones para la economía europea? Descúbralo en esta conferencia que abarca los viajes de exploradores como Colón y Magallanes, las razones por las que los asiáticos no lograron descubrir una ruta marítima hacia Occidente, los nuevos sistemas comerciales europeos creados en las Américas y mucho más.

1571: España y Portugal dan la vuelta al mundo

Hacia 1500, los reinos ibéricos de Portugal y España abrieron inmensas posibilidades para que la rezagada economía europea tomara la delantera en la escena mundial. Mientras sigue la historia de cómo lo hicieron, encontrará el histórico Tratado de Tordesillas; el desarrollo de las rutas comerciales de la Corona; los hidalgos y conquistadores españoles; y el vínculo entre los esclavos, el oro y las especias.

Información sobre las bolsas y los mercados del Viejo Mundo

Adéntrese en la creación de grandes sociedades anónimas patrocinadas por el Estado en el siglo XVII -como la Bolsa de Amberes y las Bolsas de Londres y Ámsterdam- y descubra cómo los espacios públicos negociados se convirtieron en instituciones comerciales esenciales. También hay que tener en cuenta la importancia de los manuales de los mercaderes, que recopilan las normas comerciales y las mejores prácticas.

El problema de la mano de obra europea en las plantaciones

En el corazón de muchas colonias europeas se encontraban las plantaciones, un sistema económico que depende de un cultivo comercial producido en masa y de una mano de obra numerosa y barata. ¿Cómo resolvieron los europeos los problemas de suministro de mano de obra en las colonias que establecieron en todo el mundo? ¿Cuándo (y dónde) comenzó la esclavitud basada en la raza? ¿Por qué duró tanto tiempo?

Adam Smith, el mercantilismo y la construcción del Estado

Según Adam Smith, si el trabajo crea valor, entonces la cantidad de riqueza en el mundo podría aumentar gracias al esfuerzo colectivo de una nación. Bienvenidos a los albores del mercantilismo, que, como aprenderá aquí, redefinió radicalmente la forma en que los gobernantes utilizaban la política económica, concretamente para impulsar el proceso de construcción del Estado.

Las sociedades anónimas británicas y holandesas

La Compañía Inglesa de las Indias Orientales. La Compañía Holandesa de las Indias Orientales. Adéntrese en estas y otras sociedades anónimas, en las que un grupo de mercaderes monopolizaba el comercio con determinadas partes del mundo. En el proceso, descubrirás cómo se les concedió a estas compañías amplios poderes, incluido el derecho a hacer la guerra cuando lo consideraran necesario.

Europa, la imprenta y la ciencia

¿Cómo la imprenta dio forma a la economía moderna del mundo occidental? La respuesta, como aprenderá, está inextricablemente ligada al progreso científico y tecnológico, incluyendo la rápida circulación de nuevas ideas, el surgimiento de una intelligentsia laica y el establecimiento de nuevas formas de organizar el conocimiento.

La revolución industrial: Crece la demanda

Explore los dos siglos que van de 1600 a 1800 conocidos como la revolución industrial". En primer lugar, examine el temprano surgimiento de las primeras fábricas (a las que se opusieron inicialmente los gremios y los estados). A continuación, estudie el lento cambio de la economía doméstica, los patrones de consumo y el comportamiento de los consumidores (incluida la introducción del paño de algodón)".

Historia Económica del Siglo XIX

La internacionalización del crecimiento económico desde 1870

El texto examina las interrelaciones entre el desarrollo de la economía internacional y el crecimiento de las economías nacionales desde finales del siglo XIX. Se incluye el análisis de la nación líder original, Gran Bretaña, y de su sustituta, Estados Unidos, así como la recuperación de zonas como la Europa continental, y el fracaso en la recuperación de zonas anteriormente bien situadas, como América Latina. Se investigan los efectos de los principales acontecimientos, como las guerras y las crisis de la deuda, y también se consideran las implicaciones de los cambios en las instituciones económicas mundiales, como el patrón oro y el FMI, así como los efectos de los cambios, a veces rápidos, en la tecnología de productos y procesos.

¿Por qué China no se industrializó antes?

El desarrollo económico de China entre 1500 y 1800 fue bastante similar al de Europa durante el mismo periodo. Entonces, ¿por qué Europa se industrializó y China no? Repase algunos de los factores que contribuyeron a una economía robusta en China, y luego examine por qué China y Europa emprendieron trayectorias económicas diferentes.

La agricultura y la producción del siglo XVIII

Utilizando Gran Bretaña como microcosmos de Europa Occidental, examine varios cambios clave en la relación entre la agricultura y la producción que sentaron las bases de la Revolución Industrial. Estos cambios incluyen la creciente centralización del gobierno y la mayor concentración de la mano de obra en las ciudades.

La revolución industrial: El comercio textil

Descubra lo que el floreciente comercio textil de Gran Bretaña en el siglo XVIII revela sobre por qué esta nación fue el corazón de la Revolución Industrial. Considere cómo la introducción de un nuevo producto popular generó una importante demanda en el mercado, cómo los inventores resolvieron los problemas de su época y por qué la máquina de vapor se considera, con razón, el factor decisivo que facilitó la producción industrial a gran escala.

El carbón británico, el coque y la nueva era del hierro

Durante la Revolución Industrial, Europa Occidental aprendió a fabricar productos de hierro mejor, más rápido y más barato que nunca. Viaje a la era del hierro y el acero en esta conferencia que abarca desde los nuevos procesos de fundición y el combustible de coque hasta los inventos de Henry Cort y la construcción de los primeros edificios con estructura de hierro.

La energía: De las turberas a las máquinas de vapor

El carbón no fue el único combustible utilizado durante la Revolución Industrial. En primer lugar, se presenta aquí otras fuentes de energía que se utilizaban en la época (como la turba y la energía animal). A continuación, esta parte nos introduce en la espectacular evolución de la máquina de vapor, una nueva fuente de energía que tendría un impacto irrevocable en la evolución de la economía mundial.

Una segunda revolución industrial después de 1850

¿Qué hace que la Segunda Revolución Industrial sea tan diferente de su predecesora? Descubra por qué Estados Unidos (gracias a sus estrechos lazos con Gran Bretaña) fue uno de los primeros participantes en esta segunda fase, que vio los albores del sistema americano de piezas intercambiables y un mayor vínculo entre la ciencia y la industria.

El trabajo familiar se convierte en trabajo de fábrica

La industrialización no sólo fue una fuerza útil, sino también disruptiva. De hecho, muchos estudiosos creen que llevó a la ruptura de la estructura familiar de la clase trabajadora. Investiga lo que esto significó para las familias, incluyendo la desestabilización de los salarios, la división por sexos de las ocupaciones, el empeoramiento de las condiciones de trabajo y el surgimiento de nuestras ideas modernas de conciencia de clase.

Cornelius Vanderbilt y la empresa moderna

Conozca a Cornelius Vanderbilt, el hombre que fue una verdadera pieza central de la Revolución Industrial. Aprenderá cómo este emblemático industrial amasó una gran riqueza e influencia, formó su enorme imperio ferroviario, provocó el surgimiento de la empresa moderna y de las jerarquías de gestión, y llegó a personificar la idea del individuo hecho a sí mismo.

La tecnología agrícola del siglo XIX, la reforma agraria

Desde la reforma agraria hasta las técnicas agrícolas científicas y la nueva tecnología agrícola, explore los factores que transformaron la producción agrícola en Europa y Estados Unidos. Los temas incluyen cómo Estados Unidos se convirtió en la potencia agrícola dominante del mundo, los derechos de los campesinos derivados de la Revolución Francesa y cómo los agricultores utilizaron nuevas prácticas como los sistemas de rotación de cultivos y los fertilizantes químicos para aumentar el éxito de sus cosechas.

Aceleración: Canales, barcos de vapor, ferrocarriles

Ferrocarriles, barcos de vapor, telégrafos, teléfonos... cada una de estas innovaciones del siglo XIX contribuyó a crear el mundo globalizado e interconectado que habitamos actualmente en el siglo XXI. Siga la trayectoria de la historia del transporte y la comunicación modernos (con su énfasis en la velocidad) en relación con la historia de la economía.

Historia Económica del Siglo XX

Urbanización y emigración en Europa

En 1910, la población de Europa se había triplicado, y esta población en expansión proporcionaba a los fabricantes una base creciente de consumidores a los que podían comercializar sus productos. Aquí se utiliza el París del siglo XIX como ejemplo perfecto de cómo una ciudad maneja (y maneja mal) la rápida urbanización y la enorme afluencia de inmigrantes.

Sindicatos, huelgas y el caso Haymarket

El caso Haymarket de Chicago ilustra perfectamente las tensiones sociales que generó la industrialización y que aún no se han resuelto. En primer lugar, aprenda qué entendemos por "clase" y "conciencia de clase". Luego, explore los objetivos únicos de los sindicatos. Por último, examine la creciente politización del trabajo, incluyendo el uso de las huelgas laborales y las filosofías de Marx y Engels".

Bancos, bancos centrales y Estados modernos

Esta parte le introduce en los orígenes de la banca moderna. En primer lugar, explore las principales revoluciones bancarias que tuvieron lugar en Gran Bretaña, Bélgica y Alemania. A continuación, examine cómo se desarrollaron las compañías de seguros junto con los bancos; cómo los bancos fomentaron la industrialización; y cómo los bancos centrales desempeñaron un papel importante en la creación de un entorno económico estable al establecer normas para el intercambio internacional.

Comprender el desarrollo económico desigual

Pasemos ahora a algunos de los factores que afectaron a la industrialización de finales del siglo XIX y que, en algunos casos, provocaron un desarrollo económico desigual entre los distintos países. Aprenderá cómo esta desigualdad de poder en las relaciones económicas contribuyó a un importante resentimiento hacia los sistemas capitalistas en Occidente, ya que algunos países sentían que la industrialización había exacerbado la disparidad económica.

El argumento de Adam Smith a favor del libre comercio

¿Hasta qué punto es "libre" la idea del libre comercio? ¿Se beneficiaron todas las naciones del libre comercio? ¿Cómo se convenció a la gente de que el libre comercio era la mejor opción para la economía mundial? Descubra por qué Gran Bretaña fue uno de los primeros campeones del libre comercio y vea cómo la crisis económica de 1870 condujo a un retroceso de los ideales del libre comercio.

Los catálogos de la clase media y el consumo de masas

Bienvenido al mundo del consumo de masas, que llevó a la humanidad a la economía moderna de forma definitiva. Después de examinar qué es exactamente la "clase media", reflexionará sobre la importancia económica de los catálogos de venta por correo, la aparición de los grandes almacenes en Estados Unidos y Europa y el nacimiento de la publicidad moderna.

El imperialismo: Apropiación de tierras y juegos morales

A finales del siglo XIX, Europa y Estados Unidos establecieron el control sobre gran parte de Asia, África y Oriente Medio. Examine los tratados internacionales que decidieron el destino de las naciones y las civilizaciones, las Guerras del Opio, las teorías del darwinismo social y cómo la competencia nacionalista entre los países industrializados llegó a dominar la forma en que Occidente interactuaba con el mundo no industrializado.

La Primera Guerra Mundial: Las potencias industriales chocan

La Primera Guerra Mundial fue una catástrofe global que tuvo un importante efecto en la economía mundial. En primer lugar, analice cómo la guerra puso fin a las políticas de libre comercio y permitió a los gobiernos asumir un control más directo de los asuntos económicos. A continuación, analice el mundo económico de la posguerra: un periodo de declive lleno de caída de la producción, pérdida de población, enormes deudas y vuelta al proteccionismo.

El experimento marxista-leninista de Rusia

Esta parte explica la ideología socialista de Karl Marx y Friedrich Engels, que se convirtió en la variedad de socialismo ampliamente aceptada a principios del siglo XX. Aprenderá las etapas de desarrollo de Marx; cómo Lenin condujo a Rusia por el camino del comunismo de guerra; y cómo Stalin rechazó el camino económico trazado para Rusia en favor de algo mucho peor.

El problema del patrón oro

Después de la Primera Guerra Mundial, el mundo industrializado se volcó en la vuelta al patrón oro. Adéntrese en la estabilización del sistema monetario internacional y examine los pros y los contras del patrón oro. Vea por qué algunos países industrializados no lograron recuperarse de la guerra, profundice en la deflación estructural de la economía mundial y considere el papel desempeñado por el aislacionismo estadounidense.

Aranceles, cárteles y John Maynard Keynes

Conozca cómo John Maynard Keynes, fundador de la macroeconomía, echó por tierra el pensamiento económico predominante del siglo XIX y principios del XX. ¿Qué hizo que los gobiernos fueran la mejor fuente para moderar las oscilaciones de los resultados económicos? ¿Qué no tuvieron en cuenta los responsables de la política económica en los años que precedieron a la Gran Depresión? ¿Cómo funcionaron los aranceles y los cárteles para eliminar gran parte del libre comercio?

El expansionismo japonés: El incidente de Manchuria

En primer lugar, aprenda por qué la dominación japonesa de Manchuria (en preparación para una eventual guerra más amplia con el Occidente capitalista) hizo poco para resolver los problemas económicos de Japón después de la Gran Depresión. A continuación, eche un vistazo comparativo a los motivos económicos del Japón imperialista y de la Alemania nazi, que adoptaron algunas políticas económicas keynesianas para salir de sus respectivas depresiones económicas.

La ayuda estadounidense y el milagro económico de la posguerra

El Plan Marshall (también conocido como Plan Europeo de Recuperación Económica) fue un paso importante para devolver al mundo las políticas de libre comercio del periodo anterior a la Primera Guerra Mundial. ¿Quién fue el artífice del milagro económico europeo de posguerra? ¿Cómo se desarrollaron estos grandes planes para las naciones que habían sido golpeadas por los costes de la guerra?

El colonialismo y el movimiento independentista

Desde Ghana hasta Argelia e Indonesia, muchas colonias europeas cayeron bajo la influencia de las teorías marxistas de autodeterminación. El resultado fue una nueva generación de líderes nativos que admiraron o vilipendiaron el movimiento capitalista occidental. Adéntrate en la batalla económica posterior a la Segunda Guerra Mundial entre los sistemas económicos comunista y capitalista en los nuevos territorios coloniales en disputa.

Japón, el transistor y los tigres de Asia

La economía japonesa (junto con la de Taiwán, Hong Kong, Corea del Sur y Singapur) tardó sólo 10 años después de la Segunda Guerra Mundial en resurgir con más fuerza que nunca. Descubra las raíces de esta resurrección económica, incluidos los intercambios tecnológicos, la expansión del comercio mundial, el aumento del nivel de vida y la humilde radio de transistores. Se explica el modelo japonés de capitalismo dirigido por el gobierno e impulsado por las exportaciones. Influyó profundamente en el desarrollo coreano y chino (después de Deng Xiao-ping). También se examina la dependencia de Taiwán de las pequeñas y medianas empresas.

El Estado del Bienestar: De Bismarck a Obama

Aterrice en la historia económica el feroz debate actual sobre los programas de bienestar social. Aquí explorará los orígenes de la asistencia social patrocinada por el Estado, el importante papel desempeñado por el economista y reformador social británico William Beveridge, la génesis del estado de bienestar durante la Gran Depresión, la carrera por el bienestar entre capitalistas y socialistas durante la Guerra Fría y los riesgos básicos que cubren los programas de bienestar.

Las principales cuestiones culturales desde el siglo XIX que afectan a la economía

Se examina la explicación de Max Weber sobre la "ética protestante".

¿El fin del excepcionalismo estadounidense?

La edad de oro del capitalismo estadounidense fue, sin duda, los años cincuenta y sesenta. Se traza el desarrollo del excepcionalismo económico estadounidense (ayudado por la industria automovilística de Estados Unidos). También examina cómo el excepcionalismo estadounidense fue moldeado por la Guerra Fría, y considera si llegó o no a su fin en la década de 1970.

Oriente Medio: De peón a agente de poder

Gracias a un cambio global en el consumo de combustible, el petróleo ha sido un arma en las disputas geopolíticas durante bastante tiempo. En esta conferencia, descubra cómo la economía global llegó a este punto y cómo los países en desarrollo de Oriente Medio empezaron a desempeñar un papel central en los asuntos económicos mundiales en el último cuarto del siglo XX.

Alemania, la Unión Europea y el euro

En primer lugar, investigue los inicios de la Unión Europea en los inciertos días posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Descubra por qué las organizaciones supranacionales resultan atractivas para los posibles Estados miembros y sea testigo del desarrollo de una de las primeras organizaciones supranacionales: la Comunidad Europea del Carbón y del Acero. Por último, siga los acontecimientos económicos que condujeron a la formación de la Unión Europea en 1993 y a su moneda común: el euro.

Libre comercio: bloques globales frente a regionales

Retroceda en el tiempo para examinar la economía política del comercio exterior (las relaciones entre los mercados y el Estado). Examine algunas de las diversas formas que puede adoptar el comercio internacional, como el unilateralismo y el multilateralismo, y estudie algunas de las organizaciones comerciales más importantes e influyentes (e incluso controvertidas) del mundo moderno, como la Liga Árabe y el TLCAN. También se examinan las economías redistributivas.

Gorbachov, Yeltsin y el declive soviético

En última instancia, el sistema comunista de la Unión Soviética (a pesar de los esfuerzos de líderes como Gorbachov y Yeltsin) fue incapaz de ofrecer una alternativa viable a la economía de mercado, y se derrumbó en 1989 y 1990. Siga la historia del fin del régimen comunista, desde las reformas fallidas y la acción populista hasta la escasez de bienes de consumo y la ausencia de una vida política abierta.

La mitad del mundo se queda atrás en la pobreza

¿Por qué algunas partes del mundo se han quedado atrás en términos de desarrollo económico? ¿Debemos leer las historias económicas de Nigeria y Bangladesh como historias de éxito o como cuentos de advertencia? ¿Cuáles son los diferentes tipos de ayuda exterior que existen, y cuál es la mejor manera de combatir problemas como el hambre y la falta de vivienda?

Asia Moderna. China e India: Dos caminos hacia los extremos de la riqueza

Haga un viaje a las nuevas fronteras de la economía mundial. Aprenderás cómo la India, mediante la promoción de su riqueza en capital humano, y China, mediante la promoción de la inversión extranjera, se han convertido en dos de las grandes potencias económicas del mundo. También estudiará la influencia ejercida por figuras políticas, como Gandhi, Mao Zedong y Deng Xiaoping.

La economía de la información: Del telégrafo a la tecnología

También aprenderá cómo nuestra creciente economía de la información está transformando la forma en que el mundo hace negocios. Aqui. retrocedemos más de 500 años para revelar la evolución desde un mundo en el que la información era lenta (y a menudo desfasada cuando se recibía) hasta el siglo XXI, en el que la información está disponible al instante y a un coste bastante bajo.

El apalancamiento con la globalización a cuestas

Descubra cómo la crisis financiera asiática de 1997, la Gran Recesión de 2008, la crisis de la deuda griega de 2009 y la pandemia de 2020 ponen de manifiesto, a su manera, la naturaleza interconectada de la nueva economía mundial actual. Como aprenderá en esta parte, los dos cambios económicos a los que nos enfrentamos ahora incluyen una nueva fase de globalización y la reorientación del capitalismo hacia el crecimiento impulsado por la deuda.

El futuro y las recientes controversias

¿Los acuerdos comerciales perjudican a unos sectores más que a otros? ¿Qué pasa con las desigualdades de riqueza y renta? ¿Es siempre malo el proteccionismo?

Recursos

Véase También

  • Derecho de Sucesiones
  • Sucesión Hereditaria
  • Derecho Privado
    • Recursos

      Véase También

      • Derecho de Sucesiones
      • Adquisición de la Herencia
      • Aceptación de la Herencia
      • Efectos de la Herencia
      • Repudiación de la Herencia
      • Derecho Privado
        • Recursos

          Véase También

          • Derecho de Sucesiones
          • Adquisición de la Herencia
          • Aceptación de la Herencia
          • Efectos de la Herencia
          • Derecho Privado
            • Recursos

              Traducción de Herencia

              Inglés: Inheritance
              Francés: Héritage
              Alemán: Erbschaft
              Italiano: Eredità
              Portugués: Herança
              Polaco: Dziedziczenie

              Tesauro de Herencia

              Derecho > Derecho civil > Propiedad de bienes > Transmisión de la propiedad > Herencia

              Véase También

              • Marco institucional
              • Islas Gilbert
              • República de Kiribati
              • República de Palaos
              • Comité paritario ACP-CE
              • Sucesión
              • Testamento

              Recursos

              Traducción al Inglés

              Traducción al inglés de Herencia: Heredity

              Véase También

              Bibliografía

              Recursos

              Véase También

              • Historia de género
              • Patriarcado
              • Condiciones Sociales
              • Vida Social
              • Costumbres Sociales
              • Historia Social

              Recursos

              Véase También

              • Renuncia de la herencia

              Recursos

              Véase También

              • Renuncia a la herencia

              Recursos

              Notas y Referencias

              1. Información sobre Herencia en la Enciclopedia Online Encarta

              Véase También

              Guía sobre Herencia

              .

              Herencia en el Derecho

              Guías Seleccionadas de Derecho

              Guías de Derecho Comparado

              Guías ABC

              Guías Esenciales

              Definición de Herencia del Diccionario de Términos de Seguros, Reaseguros y Financieros: Conjunto de bienes, derechos y obligaciones que forman el patrimonio del causante a cuya muerte se transmitirán al heredero. Nota: Consulte más información sobre Herencia (en inglés, sin traducción) en el Derecho anglosajón.A continuación se examinará el significado.

              ¿Cómo se define? Concepto y Caracteres de Herencia

              Definición y descripción de Herencia ofrecido por el Diccionario Jurídico Mexicano (1994), de la Suprema Corte de Justicia de México: (escrito por María Carreras Maldonado) Existe divergencia en cuanto a la etimología del término, aunque no hay duda que proviene del latín. Se sostiene que deriva de hereditas-tatis, de heres, heredero o bien de haerentia de haerens, derecho a heredar. Igualmente de herens-entis, heredero. Gramaticalmente herencia significa el conjunto de bienes – derechos y obligaciones – que se reciben de una persona por su muerte.

              Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

              Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

              Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

              • Antropología
              • Estudios de la familia
              • Historia
              • Derecho
              • Medicina
              • Ciencias mortuorias
              • Filosofía
              • Psicología
              • Trabajo Social
              • Sociología
              • Teología

              Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

              • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
              • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
              • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
              • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
              • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

              Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

              La Tanatología Forense

              La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

              La pena de muerte es el asesinato de un ser humano sancionado por el gobierno como castigo por los delitos que ha cometido.
              La pena de muerte, también conocida como pena capital, no es legal en la mayoría de los países, pero sigue siendo legal en un tercio de las naciones, aunque no todas la aplican. Algunos países, como China, aplican la pena capital a gran escala. Este recurso examina algunas cuestiones clave, como su historia, su relación con la religión y la clemencia.

              Historia de la pena de muerte
              La pena de muerte existe en Estados Unidos desde la época colonial. Su historia está entrelazada con la esclavitud, la segregación y los movimientos de reforma social.

              Primeras leyes de pena de muerte
              Las primeras leyes establecidas sobre la pena de muerte se remontan al siglo XVIII a.C. en el Código del rey Hammurabi de Babilonia, que codificó la pena de muerte para 25 delitos diferentes. La pena de muerte también formaba parte del Código Hitita del siglo XIV a.C.; en el Código Draconiano de Atenas del siglo VII a.C., que hacía de la muerte el único castigo para todos los delitos; y en la Ley Romana de las Doce Tablas del siglo V a.C. Las sentencias de muerte se ejecutaban por medios como la crucifixión, el ahogamiento, los golpes hasta la muerte, la quema viva y el empalamiento.

              En el siglo X d.C., el ahorcamiento se convirtió en el método habitual de ejecución en Gran Bretaña. En el siglo siguiente, Guillermo el Conquistador no permitió que se colgara a las personas ni que se las ejecutara de otro modo por ningún delito, excepto en tiempos de guerra. Esta tendencia no duraría, ya que en el siglo XVI, bajo el reinado de Enrique VIII, se calcula que fueron ejecutadas hasta 72.000 personas. Algunos métodos comunes de ejecución en esa época eran la ebullición, la quema en la hoguera, el ahorcamiento, la decapitación y el descuartizamiento. Las ejecuciones se llevaban a cabo por delitos capitales como casarse con un judío, no confesar un crimen y traición.

              El número de delitos capitales en Gran Bretaña siguió aumentando durante los dos siglos siguientes. En la década de 1700, 222 delitos se castigaban con la muerte en Gran Bretaña, entre ellos robar, talar un árbol y asaltar una conejera. Debido a la severidad de la pena de muerte, muchos jurados no condenaban a los acusados si el delito no era grave. Esto llevó a reformar la pena de muerte en Gran Bretaña. De 1823 a 1837, se eliminó la pena de muerte para más de 100 de los 222 delitos castigados con la muerte.

              La pena de muerte en Estados Unidos
              Gran Bretaña influyó en el uso de la pena de muerte en Estados Unidos más que ningún otro país. Cuando los colonos europeos llegaron al nuevo mundo, trajeron la práctica de la pena capital. La primera ejecución de la que se tiene constancia en las nuevas colonias fue la del capitán George Kendall en la colonia de Jamestown, Virginia, en 1608. Kendall fue ejecutado por ser espía de España. En 1612, el gobernador de Virginia, Sir Thomas Dale, promulgó las Leyes Divinas, Morales y Marciales, que preveían la pena de muerte incluso para delitos menores como robar uvas, matar gallinas y comerciar con los indios.

              Las leyes relativas a la pena de muerte variaban de una colonia a otra. La Colonia de la Bahía de Massachusetts llevó a cabo su primera ejecución en 1630, aunque las Leyes Capitales de Nueva Inglaterra no entraron en vigor hasta años después. La colonia de Nueva York instituyó las Leyes del Duque de 1665. Según estas leyes, delitos como golpear a la madre o al padre, o negar al "verdadero Dios", se castigaban con la muerte.

              Época colonial
              El movimiento abolicionista tiene sus raíces en los escritos de los teóricos europeos Montesquieu, Voltaire y Bentham, y de los cuáqueros ingleses John Bellers y John Howard. Sin embargo, fue el ensayo de Cesare Beccaria de 1767, Sobre los delitos y las penas, el que tuvo un impacto especialmente fuerte en todo el mundo. En este ensayo, Beccaria sostenía que no existía justificación alguna para que el Estado quitara una vida. El ensayo dio a los abolicionistas una voz autorizada y una energía renovada, uno de cuyos resultados fue la abolición de la pena de muerte en Austria y Toscana.

              También los intelectuales estadounidenses se vieron influidos por Beccaria. Los primeros intentos de reforma de la pena de muerte en Estados Unidos se produjeron cuando Thomas Jefferson presentó un proyecto de ley para revisar las leyes de la pena de muerte de Virginia. El proyecto de ley proponía que la pena capital se aplicara únicamente a los delitos de asesinato y traición. Fue rechazado por un solo voto.

              También influyó el Dr. Benjamin Rush, firmante de la Declaración de Independencia y fundador de la Sociedad Penitenciaria de Pensilvania. Rush cuestionó la creencia de que la pena de muerte sirve como elemento disuasorio. De hecho, Rush fue uno de los primeros en creer en el "efecto de embrutecimiento". Sostenía que la pena de muerte en realidad aumentaba la conducta delictiva. Rush obtuvo el apoyo de Benjamin Franklin y del fiscal general de Filadelfia, William Bradford. Bradford, que más tarde se convertiría en el Fiscal General de los Estados Unidos, llevó a Pensilvania a ser el primer estado en considerar los grados de asesinato en función de la culpabilidad. En 1794, Pensilvania derogó la pena de muerte para todos los delitos excepto el asesinato en primer grado.

              Siglo XIX
              A principios y mediados del siglo XIX, el movimiento abolicionista cobró impulso en el noreste. A principios de siglo, muchos estados redujeron el número de sus delitos capitales y construyeron penitenciarías estatales. En 1834, Pensilvania se convirtió en el primer estado en alejar las ejecuciones del ojo público y llevarlas a cabo en centros penitenciarios.

              En 1846, Michigan se convirtió en el primer estado en abolir la pena de muerte para todos los delitos excepto la traición. Más tarde, Rhode Island y Wisconsin abolieron la pena de muerte para todos los delitos. A finales de siglo, el mundo vería cómo los países de Venezuela, Portugal, Holanda, Costa Rica, Brasil y Ecuador seguían su ejemplo.

              Aunque algunos estados de Estados Unidos empezaron a abolir la pena de muerte, la mayoría de los estados mantuvieron la pena capital. Algunos estados convirtieron en delitos capitales más crímenes, especialmente los cometidos por esclavos. En 1838, en un esfuerzo por hacer que la pena de muerte fuera más aceptable para el público, algunos estados empezaron a aprobar leyes contra las sentencias de muerte obligatorias y, en su lugar, promulgaron estatutos de pena de muerte discrecionales. La promulgación en 1838 de estatutos de pena de muerte discrecional en Tennessee, y posteriormente en Alabama, se consideró una gran reforma. Esta introducción de la discrecionalidad en la imposición de la pena capital se percibió como una victoria para los abolicionistas, ya que antes de la promulgación de estas leyes, todos los estados imponían la pena de muerte a cualquier persona condenada por un delito capital, independientemente de las circunstancias. Con la excepción de un pequeño número de delitos raramente cometidos en unas pocas jurisdicciones, todas las leyes de pena capital obligatoria habían sido abolidas en 1963.

              Durante la Guerra Civil, la oposición a la pena de muerte disminuyó, ya que se prestó más atención al movimiento antiesclavista. Después de la guerra, surgieron nuevos avances en los medios de ejecución. La silla eléctrica se introdujo a finales de siglo. Nueva York construyó la primera silla eléctrica en 1888 y en 1890 ejecutó a William Kemmler. Pronto, otros estados adoptaron este método de ejecución.

              Principios y mediados del siglo XX
              Aunque algunos estados abolieron la pena de muerte a mediados del siglo XIX, fue en realidad la primera mitad del siglo XX la que marcó el inicio del "periodo progresista" de reformas en Estados Unidos. Entre 1907 y 1917, seis estados prohibieron por completo la pena de muerte y tres la limitaron a los delitos raramente cometidos de traición y asesinato en primer grado de un agente de la ley. Sin embargo, esta reforma duró poco. En Estados Unidos se respiraba un ambiente de frenesí, ya que los ciudadanos empezaban a sentir pánico ante la amenaza de una revolución a raíz de la Revolución Rusa. Además, Estados Unidos acababa de entrar en la Primera Guerra Mundial y existían intensos conflictos de clase, ya que los socialistas planteaban el primer desafío serio al capitalismo. Como resultado, cinco de los seis estados abolicionistas reinstauraron la pena de muerte en 1920.

              En 1924 se introdujo el uso de gas cianuro, ya que Nevada buscaba una forma más humana de ejecutar a sus reclusos. Gee Jon fue la primera persona ejecutada con gas letal. El estado intentó bombear gas cianuro en la celda de Jon mientras dormía, pero esto resultó imposible y se construyó la cámara de gas.

              Desde la década de 1920 hasta la de 1940, hubo un resurgimiento del uso de la pena de muerte. Esto se debió, en parte, a los escritos de los criminólogos, que argumentaban que la pena de muerte era una medida social necesaria. En Estados Unidos, los estadounidenses estaban sufriendo la Ley Seca y la Gran Depresión. En la década de 1930 hubo más ejecuciones que en cualquier otra década de la historia de Estados Unidos, una media de 167 al año.

              En la década de 1950, el sentimiento público comenzó a alejarse de la pena capital. Muchas naciones aliadas abolieron o limitaron la pena de muerte, y en Estados Unidos el número de ejecuciones descendió drásticamente. Mientras que en la década de 1940 hubo 1.289 ejecuciones, en la década de 1950 hubo 715, y el número se redujo aún más, a sólo 191, entre 1960 y 1976. En 1966, el apoyo a la pena capital alcanzó un mínimo histórico. Una encuesta de Gallup mostró que el apoyo a la pena de muerte era de sólo el 42%.

              La pena de muerte federal en los Estados Unidos
              Además de las leyes de pena de muerte de muchos estados, el gobierno federal también ha aplicado la pena capital para ciertos delitos federales, como el asesinato de un funcionario del gobierno, el secuestro con resultado de muerte, la dirección de una empresa de drogas a gran escala y la traición. Cuando el Tribunal Supremo anuló los estatutos estatales de la pena de muerte en el caso Furman, los estatutos federales de la pena de muerte adolecían de las mismas deficiencias constitucionales que los estatutos estatales. Como resultado, las sentencias de muerte bajo los antiguos estatutos federales de la pena de muerte no han sido confirmadas.

              En 1988, se promulgó una nueva ley federal de pena de muerte para el asesinato en el curso de una conspiración de tráfico de drogas. El estatuto se basó en los estatutos posteriores a Gregg que el Tribunal Supremo ha aprobado. Desde su promulgación, 6 personas han sido condenadas a muerte por violar esta ley, aunque ninguna ha sido ejecutada.

              En 1994, el presidente Clinton firmó la Ley de Control del Crimen Violento y Aplicación de la Ley, que amplió la pena de muerte federal a unos 60 delitos, 3 de los cuales no implican asesinato. Las excepciones son el espionaje, la traición y el tráfico de drogas en grandes cantidades.

              Dos años más tarde, en respuesta al atentado de Oklahoma City, el presidente Clinton firmó la Ley Antiterrorista y de Pena de Muerte Efectiva de 1996. Esta ley, que afecta tanto a los presos estatales como a los federales, restringe la revisión en los tribunales federales estableciendo plazos más estrictos para la presentación de solicitudes, limitando la posibilidad de celebrar audiencias para la presentación de pruebas y permitiendo, por lo general, una única presentación de hábeas corpus en los tribunales federales. Los defensores de la pena de muerte argumentan que esta racionalización acelerará el proceso de la pena de muerte y reducirá significativamente su coste, aunque otros temen que una revisión federal más rápida y limitada pueda aumentar el riesgo de ejecutar a acusados inocentes.

              Abolición internacional
              En la década de 1980, el movimiento abolicionista internacional cobró impulso y se redactaron y ratificaron tratados que proclamaban la abolición. El Protocolo nº 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y sus sucesores, el Protocolo Adicional Interamericano a la Convención Americana de Derechos Humanos para la Abolición de la Pena de Muerte y el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos destinado a abolir la pena de muerte de las Naciones Unidas se crearon con el objetivo de convertir la abolición de la pena de muerte en una norma internacional.

              En la actualidad, el Consejo de Europa exige a los nuevos miembros que se comprometan y ratifiquen el Protocolo nº 6. Esto ha llevado, en efecto, a la abolición de la pena de muerte en Europa del Este, donde sólo Bielorrusia mantiene la pena de muerte. Por ejemplo, Ucrania, que antes era uno de los líderes mundiales en ejecuciones, ha dejado de aplicar la pena de muerte y ha sido admitida en el Consejo. El parlamento sudafricano votó la abolición formal de la pena de muerte, que había sido declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional. Además, el presidente ruso Boris Yeltsin firmó en junio de 1999 un decreto por el que se conmutaban las penas de muerte de todos los condenados a muerte en Rusia. Entre 2000 y 2004, otros siete países abolieron la pena de muerte para todos los delitos, y otros cuatro la abolieron para los delitos comunes.

              En abril de 1999, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la Resolución de apoyo a la moratoria mundial de las ejecuciones. La resolución pide a los países que no han abolido la pena de muerte que restrinjan su uso, lo que incluye no imponerla a delincuentes juveniles y limitar el número de delitos por los que puede imponerse. Diez países, entre ellos Estados Unidos, China, Pakistán, Ruanda y Sudán, votaron en contra de la resolución. Cada año desde 1997, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución en la que se pide a los países que no han abolido la pena de muerte que establezcan una moratoria de las ejecuciones. En abril de 2004, la resolución fue copatrocinada por 76 Estados miembros de la ONU. (Amnistía Internacional, 2004).

              Inyección letal
              La inyección letal ha sido el método de ejecución más habitual en la era moderna de la pena capital en Estados Unidos. Entre la reanudación de las ejecuciones en 1977 y el 31 de agosto de 2018, 1.306 ejecuciones (casi el 90%) utilizaron la inyección letal. Cuando los estados empezaron a utilizar fármacos en las ejecuciones, muchos lo hicieron con la creencia de que la inyección letal sería más humana que los métodos más visiblemente cruentos a los que sustituía: la horca, la electrocución, el gas y el fusilamiento. Otros estados adoptaron la inyección letal para evitar las impugnaciones legales de la constitucionalidad de sus métodos anteriores.

              A pesar del supuesto objetivo de los estados de garantizar ejecuciones más humanas, los expertos han estimado que más del 7% de las ejecuciones por inyección letal en Estados Unidos hasta 2010 fueron un fracaso. A partir de 2011, a medida que los estados han ido experimentando con nuevos fármacos de ejecución, los informes de ejecuciones problemáticas han aumentado notablemente. Al mismo tiempo, los estados han promulgado leyes que impiden al público obtener información sobre los fármacos de la inyección letal y sus proveedores.

              Delitos castigados con la muerte
              Las penas de muerte sólo pueden imponerse por delitos en los que la víctima es asesinada, pero las legislaturas estatales de América pueden determinar qué circunstancias específicas hacen que un asesinato pueda ser castigado con la pena de muerte.

              Todos los presos actualmente en el corredor de la muerte y todos los ejecutados en la era moderna de la pena de muerte fueron condenados por asesinato. Históricamente, la pena de muerte se utilizaba mucho para las violaciones, sobre todo contra acusados negros con víctimas blancas. Cuando se restableció la pena de muerte en 1976, el Tribunal Supremo dejó abierta la posibilidad de imponer la pena de muerte por delitos distintos del asesinato, como la violación o incluso el robo a mano armada. Sin embargo, el Tribunal no tardó en dictaminar que la pena de muerte sería inconstitucional para la violación de un adulto en la que no se hubiera producido ninguna muerte. Esa prohibición se amplió posteriormente a cualquier violación no homicida mediante la decisión del Tribunal Supremo de EE.UU. en el caso Kennedy contra Luisiana, y el Tribunal comentó que la pena de muerte ya no podía aplicarse por ningún delito contra un individuo en el que no se produjera una muerte. La cuestión de si la pena de muerte puede aplicarse a delitos contra el gobierno, como la traición o el espionaje, sigue sin resolverse.

              Muchos estados de Estados Unidos permiten que todas las personas que hayan participado en un delito en el que se haya producido una muerte sean acusadas de asesinato y puedan ser condenadas a la pena de muerte, aunque no hayan matado directamente a nadie. El caso de los cómplices desarmados en un atraco a un banco en el que muere un empleado es un ejemplo típico de delito de asesinato. Como se supone que la pena de muerte está reservada para los "peores casos", las legislaturas o los tribunales podrían restringir su uso sólo a los que participaron directamente en el asesinato de la víctima. Los presos también han planteado que las circunstancias agravantes que hacen que un delito pueda ser castigado con la pena de muerte son demasiado amplias, ya que algunas leyes estatales de pena de muerte abarcan casi todos los asesinatos, en lugar de reservar la pena de muerte para un pequeño subconjunto de asesinatos.

              Los ejecutados que no mataron directamente a la víctima

              Todos los ejecutados desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976 participaron en un crimen en el que murió al menos una víctima. En la mayoría de los casos, la persona ejecutada mató directamente a la víctima. En una pequeña minoría de casos, la persona ejecutada ordenó o contrató a otra persona para llevar a cabo el asesinato. En otro grupo de casos, la persona ejecutada participó en un delito durante el cual la víctima murió a manos de otro participante en el delito. El acusado en estos casos suele ser declarado culpable de "homicidio doloso" o según la "ley de las partes", y en algunos estados puede recibir la pena de muerte, a pesar de no haber matado o dirigido el asesinato de la víctima. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha restringido el uso de la pena de muerte en estos casos. Véase las sentencias Enmund v. Florida y Tison v. Arizona, de Estados Unidos.

              Religión y la Pena de Muerte
              Líderes y organizaciones que representan a una variedad de religiones han adoptado posturas sobre la pena de muerte, a menudo vinculando sus puntos de vista a creencias sobre la dignidad humana, la retribución y la redención.

              Las confesiones religiosas de EE.UU. se han pronunciado con frecuencia sobre la pena de muerte, a veces señalando preocupaciones sobre su aplicación y otras veces juzgando la moralidad del propio castigo. Históricamente, la mayoría de los principales organismos religiosos permitían el uso de la pena capital, pero las críticas a esta práctica han aumentado considerablemente en los últimos tiempos.

              En una democracia diversa, ningún punto de vista religioso ocupa una posición privilegiada en la elaboración de la ley. Sin embargo, los principios de las distintas comunidades religiosas son relevantes en el debate político porque contribuyen a informar las opiniones de sus respectivos electores y reflejan la "evolución de las normas de decencia" que son vitales para la interpretación de la Octava Enmienda por parte del Tribunal Supremo.

              El budismo y la pena capital
              Dado que el budismo existe en muchas formas, bajo muchas organizaciones, no hay una política budista unificada sobre la pena capital.

              En términos de doctrina, la pena de muerte es claramente incompatible con las enseñanzas budistas. Los budistas ponen gran énfasis en la no violencia y la compasión por toda vida. El Primer Precepto exige que los individuos se abstengan de herir o matar a cualquier criatura viva.

              Buda no habló explícitamente de la pena capital, pero sus enseñanzas no muestran ninguna simpatía por el castigo físico, por muy grave que sea el delito.

              El budismo cree fundamentalmente en el ciclo de nacimiento y renacimiento (Samsara) y enseña que si se administra la pena capital tendrá efectos comprometedores en las almas del infractor y del castigador en futuras encarnaciones.

              En cuanto al castigo en este mundo, el budismo tiene opiniones firmes:

              el tratamiento inhumano de un delincuente no resuelve sus fechorías ni las de la humanidad en general - el mejor enfoque para un delincuente es reformador y no punitivo
              el castigo debe ser sólo en la medida en que el delincuente necesite enmendarse, y su rehabilitación en la sociedad debe ser de suma importancia
              castigar a un delincuente con excesiva crueldad dañará no sólo la mente del delincuente, sino también la de la persona que castiga
              es imposible administrar un castigo severo con compostura y compasión
              si el delito es especialmente grave, la persona puede ser desterrada de la comunidad o del país

              A pesar de estas enseñanzas, varios países con importantes poblaciones budistas mantienen la pena de muerte, y algunos de ellos, por ejemplo Tailandia, siguen aplicándola.

              No se trata de estados que tengan el budismo como religión oficial.

              Esta aparente paradoja se debe en parte, según algunos expertos, a la diferencia entre el budismo popular y el monástico. La mayoría de los budistas laicos de estos países siguen las prácticas budistas y son totalmente sinceros en su compromiso, pero el estudio genuino del budismo, sus rituales y su traslación a la vida cotidiana es superficial para la mayoría de los seguidores budistas.

              Católicos
              "La nueva evangelización exige seguidores de Cristo que sean incondicionalmente pro-vida: que proclamen, celebren y sirvan el Evangelio de la vida en cualquier situación. Un signo de esperanza es el reconocimiento cada vez mayor de que la dignidad de la vida humana no debe ser nunca quitada, incluso en el caso de alguien que ha hecho un gran mal. . . . Renuevo el llamamiento que hice... para que se llegue a un consenso que ponga fin a la pena de muerte, que es cruel e innecesaria."
              -Papa Juan Pablo II

              El castigo "no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad, es decir, cuando no sea posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, estos casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes. Juan Pablo II, El Evangelio de la Vida, [El castigo] no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad: es decir, cuando no sería posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, tales casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes."
              -Papa Juan Pablo II

              Hinduismo
              No existe una línea oficial hindú sobre la pena capital. Sin embargo, el hinduismo se opone al asesinato, la violencia y la venganza, de acuerdo con el principio de ahimsa (no violencia).

              La India sigue manteniendo la pena de muerte, y es probable que las razones para ello sean similares a las sugeridas en la sección budista.

              El debate sobre la pena capital en India se reavivó en 2004 con el caso de Dhananjoy Chatterjee, condenado por violación y asesinato.

              En la actualidad hay más de 100 personas en el corredor de la muerte en India, aunque el número de ejecuciones en ese país es realmente muy bajo y el Tribunal Supremo indio ha dictaminado que la pena de muerte sólo debe utilizarse en los casos más raros.

              Asamblea Rabínica

              Resolución sobre la pena capital:

              "Considerando que la Torá enseña que todos los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios;

              Considerando que la tradición judía defiende la santidad de la vida;

              Considerando que, tanto en el concepto como en la práctica, los líderes rabínicos de muchos períodos históricos diferentes han encontrado la pena capital repugnante;

              Considerando que no se han reunido pruebas que indiquen de forma persuasiva que la pena capital sirva para disuadir del crimen;

              Considerando que los estudios jurídicos han demostrado que hasta 300 personas en este siglo han sido condenadas erróneamente por delitos capitales;

              Por lo tanto, se resuelve que la Asamblea Rabínica se oponga a la adopción de leyes de pena de muerte e inste a su abolición en los estados que ya las han adoptado;

              Que la Asamblea Rabínica inste a la promulgación de leyes que ordenen que algunos delitos capitales sean castigados con cadena perpetua sin libertad condicional;

              Que la Asamblea Rabínica ofrezca su apoyo y se pronuncie en favor de las víctimas de delitos violentos y sus familias;

              Que la Asamblea Rabínica aliente a sus miembros a enviar esta resolución a sus funcionarios electos correspondientes."

              Encuestas
              La "Encuesta de Valores Americanos" de septiembre de 2014 realizada por el Public Religion Research Institute (PRPI) mostró que el 48% de los estadounidenses dijo que prefería la cadena perpetua sin libertad condicional como castigo por el asesinato, en comparación con el 44% que dijo que prefería la pena de muerte. El sondeo descubrió lo que los comentaristas del PRPI describieron como "importantes divisiones religiosas en esta cuestión". El apoyo a la pena de muerte fue más bajo entre los protestantes hispanos y negros, con un 24% y un 25%, respectivamente. El 68% de ellos prefería la cadena perpetua sin libertad condicional. Los católicos, los judíos, otras religiones no cristianas y los no afiliados religiosamente preferían la cadena perpetua sin libertad condicional a la pena de muerte. Sólo los evangélicos blancos (59%) y los protestantes blancos de línea principal (52%) expresaron un apoyo mayoritario a la pena de muerte, con un 34% y un 40% de estos grupos, respectivamente, que preferían la cadena perpetua sin libertad condicional.

              Clemencia
              La clemencia es el proceso por el que un gobernador, un presidente o una junta administrativa puede reducir la condena de un acusado o conceder un indulto. Se han concedido clemencias en casos de pena de muerte por diversos motivos.

              En Estados Unidos, todos los estados y el gobierno federal tienen un proceso para reducir la sentencia o indultar a quienes se enfrentan a cargos penales. La clemencia es una consideración especialmente importante para los condenados a muerte. Incluso después de que se hayan agotado todas las apelaciones en los tribunales, todavía existe la posibilidad de que se le perdone la vida al recluso.

              Sin embargo, las clemencias en casos de pena capital han sido escasas. Aparte de las ocasionales concesiones generales de clemencia por parte de gobernadores preocupados por la equidad general de la pena de muerte, desde 1976 se han concedido menos de dos de media al año. En el mismo periodo, más de 1.500 casos han sido ejecutados. Entre las razones aducidas para la concesión de clemencia en los casos de pena capital se encuentran: la enfermedad mental del acusado, un coacusado al que se le impuso una condena menor y la evidencia de que el acusado puede haber sido condenado erróneamente.

              Dado que la facultad de conceder clemencia corresponde al poder ejecutivo del gobierno, los tribunales se han mostrado reacios a imponer normas a este procedimiento. Los gobernadores están sujetos a la influencia política, e incluso la concesión de un solo indulto puede dar lugar a duros ataques. Por ello, las clemencias en casos de pena de muerte han sido imprevisibles e inmunes a la revisión.

              Si se examina la concesión de clemencia por estados desde 1976 en Estados Unidos, se puede observar que el número de clemencias en
              Illinois ha sido de 187, más que el resto de Estados combinados (poco más de 100).

              Desde 1976, se han concedido siete clemencias amplias o generales a presos del corredor de la muerte en Estados Unidos:

              El gobernador Jared Polis en Colorado en 2020 (todos los presos del corredor de la muerte).
              El gobernador Martin O'Malley en Maryland en 2015 (todos los condenados a muerte).
              El gobernador Pat Quinn en Illinois en 2011 (todos los presos del corredor de la muerte), justo antes de firmar el proyecto de ley que deroga la pena de muerte.
              El gobernador Jon Corzine en Nueva Jersey en 2007 (todos los presos en el corredor de la muerte), justo antes de firmar la ley de derogación de la pena de muerte.
              El gobernador George Ryan en Illinois en 2003 (todos los presos condenados a muerte).
              El gobernador Richard Celeste en Ohio en 1991 (8 presos condenados a muerte).
              El gobernador Toney Anaya en Nuevo México en 1986 (todos los presos condenados a muerte).

              En una democracia, el contenido de las leyes lo determina el pueblo. Incluso la constitución puede cambiarse a través del proceso democrático. El sentimiento público puede medirse a través de las encuestas, pero también se refleja en las elecciones y los referendos, tanto a nivel local como nacional. El pueblo de la mayoría de los países democráticos está en contra de la pena capital. Incluso en Estados Unidos las encuestas de opinión pública muestran que el apoyo a la pena de muerte (motivo clave en la que se justificaba) se encuentra actualmente cerca de mínimos históricos, tras haber alcanzado un máximo en 1994 y haber disminuido desde entonces. Este recurso ofrece información en algunas áreas importantes del debate sobre la pena capital.

              Familias de las víctimas
              Las familias de las víctimas de asesinatos tienen diversas opiniones sobre la pena de muerte. Los estudios sugieren que la pena de muerte no aporta un cierre y que interfiere en su proceso de curación.

              Trágicamente, en todos los casos de asesinato con pena de muerte hay al menos una víctima fallecida. La reivindicación de las víctimas y el cierre de las familias de las víctimas suelen ser las principales razones para apoyar la pena de muerte. Sin embargo, muchas personas que se encuentran en esta circunstancia creen que otro asesinato no supondría un cierre y que la pena de muerte es un perjuicio para las víctimas.

              Las familias y los allegados de las víctimas (a veces denominadas "covíctimas") pueden desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de un caso en los tribunales. La fiscalía puede consultar con las familias si se solicita la pena de muerte o se acepta una declaración de culpabilidad con una condena menor. Si se solicita la pena de muerte, se puede pedir a los familiares que testifiquen en la fase de sentencia para describir el impacto que el asesinato ha tenido en sus propias vidas. Los familiares de las víctimas suelen intervenir en las audiencias legislativas sobre la pena de muerte, tanto a favor como en contra de una ley de pena de muerte.

              Desde el punto de vista estadístico, la raza de la víctima puede ser relevante para las cuestiones de aplicación arbitraria y discriminación racial de la pena de muerte. Los estudios han demostrado que los casos de muerte implican desproporcionadamente a víctimas blancas en el asesinato subyacente.

              Los familiares de las víctimas que se oponen a la pena de muerte son a veces ignorados si la fiscalía está decidida a buscar el castigo más extremo. Además, las declaraciones del impacto de la víctima en los procedimientos de sentencia pueden ser tan dramáticas y poderosas que anulan cualquier factor atenuante presentado sobre la historia de vida del acusado.

              Los prejuicios raciales contra los acusados de color y a favor de las víctimas blancas tienen un fuerte efecto sobre quiénes son procesados, condenados a muerte y ejecutados.

              La pena de muerte lleva mucho tiempo siendo objeto de escrutinio por tener un sesgo racial. A principios del siglo XX, cuando se aplicaba por el delito de violación, el 89% de las ejecuciones correspondían a acusados negros, la mayoría por la violación de una mujer blanca. En la era moderna, cuando las ejecuciones se han llevado a cabo exclusivamente por asesinato, el 75 por ciento de los casos implican el asesinato de víctimas blancas, a pesar de que negros y blancos tienen casi la misma probabilidad de ser víctimas de asesinato.

              En casi todos los estudios sofisticados que han explorado esta área durante muchos años se ha encontrado un sesgo hacia los casos de víctimas blancas. Estos estudios suelen controlar otras variables en los casos estudiados, como el número de víctimas o la brutalidad del crimen, y aun así descubren que los acusados tienen más probabilidades de ser condenados a muerte si matan a una persona blanca.

              La cuestión de las disparidades raciales en el uso de la pena de muerte fue considerada por el Tribunal Supremo en 1987. En una ajustada votación, el Tribunal sostuvo que los estudios por sí solos no podían aportar la prueba necesaria de discriminación racial en el caso de un acusado concreto. Esta decisión pareció cerrar la puerta a las impugnaciones amplias de la pena de muerte. Sin embargo, el Tribunal ha constatado la discriminación racial en la selección del jurado en casos individuales de pena capital.

              Inocencia
              La pena de muerte conlleva el riesgo inherente de ejecutar a un inocente. Desde 1973, al menos 186 personas que habían sido condenadas erróneamente a muerte en Estados Unidos han sido exoneradas.

              Dada la falibilidad del juicio humano, siempre ha existido el peligro de que una ejecución pueda dar lugar al asesinato de una persona inocente. Sin embargo, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró inconstitucional la administración de la pena de muerte en 1972, apenas se mencionó la cuestión de la inocencia en las nueve opiniones emitidas. Aunque seguramente se cometieron errores en el pasado, prevaleció la suposición de que esos casos eran pocos y distantes entre sí. Casi todos los condenados a muerte eran seguramente culpables.

              Sin embargo, cuando los tribunales federales empezaron a revisar más a fondo si los acusados de delitos estatales gozaban de sus derechos garantizados al debido proceso, empezaron a aparecer con regularidad errores y faltas oficiales que requerían nuevos juicios. Cuando los acusados contaron con un abogado más experimentado, con jurados seleccionados de forma justa, y se les concedió acceso a pruebas científicas, algunos fueron absueltos y puestos en libertad. Desde 1973, 186 ex presos del corredor de la muerte han sido exonerados de todos los cargos relacionados con las condenas erróneas que los habían llevado al corredor de la muerte.

              Ahora está claro que los acusados inocentes serán condenados y sentenciados a muerte con cierta regularidad mientras exista la pena de muerte. Es poco probable que el proceso de apelación -que se centra principalmente en los errores legales y no en las determinaciones de hecho- detecte todos los errores. Las reformas se han aplicado a regañadientes, aumentando tanto los costes como el tiempo que consume la pena de muerte, pero no han sido suficientes para superar el error humano. La popularidad y el uso de la pena capital han disminuido rápidamente a medida que la cuestión de la inocencia ha ganado atención. La pregunta que queda es cuántas vidas inocentes merece la pena sacrificar para preservar este castigo.

              Más del 70% de los países del mundo han abolido la pena capital en la ley o en la práctica. Sin embargo, la pena de muerte sigue existiendo en muchas partes del mundo, especialmente en países con grandes poblaciones y en aquellos con un gobierno autoritario. En las últimas décadas, se ha producido una clara tendencia de alejamiento de la pena capital, ya que muchos países han abolido la pena de muerte o han dejado de aplicarla. Estados Unidos sigue siendo un país atípico entre sus aliados cercanos y otras democracias en su aplicación continua de la pena de muerte.

              Aunque el derecho internacional no prohíbe la pena de muerte, la mayoría de los países la consideran una violación de los derechos humanos. El uso de la pena de muerte en todo el mundo es relevante a la hora de evaluar las normas de decencia de Estados Unidos y lo que debe considerarse un castigo cruel e inusual según la Octava Enmienda. Algunos jueces del Tribunal Supremo se han referido al derecho internacional como una afirmación más de sus propias conclusiones sobre la pena de muerte, especialmente en lo que se refiere a clases específicas de acusados, como los delincuentes juveniles.

              Hay una serie de desacuerdos que pueden surgir entre los países que imponen la pena de muerte y los que no lo hacen. Los países que no imponen la pena de muerte están especialmente preocupados cuando uno de sus ciudadanos se enfrenta a una ejecución en EE.UU. Algunos países se niegan a extraditar a individuos a EE.UU., o incluso a proporcionar pruebas incriminatorias, si el acusado podría enfrentarse a la pena de muerte. Además, muchos países y organismos internacionales consideran que la pena de muerte es una cuestión de derechos humanos y se han criticado varias prácticas de Estados Unidos en materia de pena de muerte por violar las obligaciones de los tratados estadounidenses y la legislación internacional sobre derechos humanos. La preocupación por los derechos humanos en todo el mundo siempre ha sido importante en la diplomacia estadounidense, pero Estados Unidos se ve a menudo cuestionado por su uso de la pena de muerte y la protección que ofrece a otros países que la utilizan de forma especialmente abusiva.

              La investigación internacional sobre el uso de la pena de muerte debe un agradecimiento especial a Amnistía Internacional, que ha vigilado e informado regularmente sobre la pena capital en todo el mundo.

              Discapacidad intelectual
              Es inconstitucional imponer la pena de muerte a personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, la escasa representación legal y los onerosos requisitos probatorios siguen dando lugar a sentencias de muerte y ejecuciones de acusados con discapacidad intelectual.

              Aunque no llega a abolir la pena de muerte, el Tribunal Supremo de EE.UU. ha tomado medidas para limitar su aplicación, de modo que se utilice principalmente en los casos en los que el acusado tenga mayor culpabilidad. Las personas con discapacidad intelectual no están en ese grupo. En ocasiones, los estados también han determinado que la pena de muerte podría ser demasiado dura aplicada a algunos acusados, y muchos han aprobado leyes que eximen de la pena de muerte a las personas con capacidad intelectual limitada.

              La comunidad de la salud mental ha proporcionado criterios claros para determinar la existencia de una discapacidad intelectual: una limitación significativa de la capacidad intelectual y del comportamiento adaptativo, que se manifiesta antes de los 18 años.

              Aunque la cuestión de la prohibición nacional del uso de la pena capital para las personas con discapacidad intelectual fue rechazada por el Tribunal Supremo en 1989 porque muy pocos estados habían tomado medidas por su cuenta, la cuestión resurgió en 2002 con un nuevo consenso. Treinta estados habían puesto fin al uso de la pena de muerte por completo, o al menos para las personas con discapacidad intelectual. En el caso Atkins contra Virginia, el Tribunal sostuvo que las normas de decencia de la nación habían evolucionado hasta el punto de que no debían producirse tales ejecuciones. También concluyó que el efecto disuasorio o retributivo de la ejecución de estos acusados era escaso o nulo.

              El caso Atkins fue un momento fundamental en la historia de la pena de muerte, no sólo porque salvó la vida de una clase vulnerable de acusados, sino que también proporcionó un modelo para lograr otras limitaciones en la práctica, o incluso para eliminarla por completo. Incluso después de la decisión del Tribunal en 2002, algunos estados siguieron utilizando prácticas arcanas en la determinación de la discapacidad intelectual, por lo que ha sido necesaria una mayor supervisión.

              Enfermedades mentales
              No existe una prohibición categórica de la ejecución de personas con enfermedades mentales. Las legislaturas de numerosos estados han considerado proyectos de ley para crear dicha exclusión, pero todavía no se ha promulgado ninguno.

              El Tribunal Supremo de EE.UU. ha dicho que la enfermedad mental de un acusado le hace menos culpable moralmente y debe ser tenida en cuenta como una razón importante para perdonarle la vida. Sin embargo, al igual que ocurrió inicialmente con la discapacidad intelectual y la juventud, el Tribunal no ha prohibido la pena de muerte para quienes padecen enfermedades mentales graves. Cuando el Tribunal prohibió la pena de muerte para los discapacitados intelectuales y para los menores, consideró que eran miembros de grupos identificables que tienen una responsabilidad disminuida por sus actos y, por tanto, no debían ser considerados los peores y más culpables acusados. Muchos expertos en salud mental creen que las personas con enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, pueden tener deficiencias cognitivas similares que interfieren en su toma de decisiones. La Asociación Americana de Psiquiatría y el Colegio de Abogados de Estados Unidos, entre otros, han pedido que se prohíba la pena de muerte para los enfermos mentales graves.

              Algunos acusados tienen una enfermedad mental tan grave que no comprenden su delito ni sus consecuencias y pueden ser considerados mentalmente incompetentes. Estas personas pueden no ser aptas para ser juzgadas o ser declaradas no culpables por razón de demencia. Si son condenados y se vuelven incompetentes mientras están en el corredor de la muerte, no pueden ser ejecutados, según los precedentes del Tribunal Supremo. Sin embargo, la mayoría de las personas con enfermedades mentales -incluso muchas con enfermedades mentales graves- no son mentalmente incompetentes.

              Los problemas de salud mental tienen una amplia repercusión en los casos de pena de muerte. Uno de cada diez presos ejecutados en Estados Unidos son "voluntarios", es decir, acusados o presos que han renunciado a derechos clave de juicio o apelación para facilitar su ejecución. Las enfermedades mentales también afectan a la decisión de los acusados de representarse a sí mismos, a su capacidad para trabajar con un abogado y a la percepción que el jurado tiene de sus motivos y de si suponen un peligro futuro para la sociedad si son condenados a cadena perpetua.

              Hay al menos tres obstáculos para excluir a los enfermos mentales graves: 1. A diferencia de la edad y la capacidad intelectual, es difícil definir la clase de acusados con enfermedades mentales que deben ser eximidos y determinar si su enfermedad afectó a su juicio cuando delinquieron. 2. Los Estados se han mostrado hasta ahora reacios a adoptar tales prohibiciones, aunque la sociedad sigue evolucionando en cuanto a su comprensión de las enfermedades mentales. 3. La composición del Tribunal Supremo ha cambiado desde que se decidieron algunas de las exenciones anteriores. No obstante, las decisiones anteriores podrían servir como importantes precedentes, susceptibles de ser ampliados a los enfermos mentales.

              Alternativas de condena
              Las sentencias alternativas, como la cadena perpetua sin libertad condicional, evitan algunos de los principales problemas de la pena capital, como el elevado coste de la pena de muerte y el riesgo de ejecutar a un inocente.

              Cada vez más, la discusión en torno a la pena de muerte ha pasado de ser un debate moral a una comparación de la pena capital con sus alternativas viables. Hoy en día, los jurados, los legisladores y los tribunales tienen que elegir entre la pena de muerte y la cadena perpetua sin libertad condicional. Todos los estados que tienen la pena de muerte también tienen una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional (LWOP). Las familias de las víctimas suelen preferir la cadena perpetua a la incertidumbre y el espectáculo de la pena de muerte. Muchos fiscales han llegado a la conclusión de que los costes asociados a los casos de pena capital no merecen sus limitados recursos, especialmente porque muchos casos son anulados. A medida que se ha ido extendiendo el uso de la pena de muerte, el número de condenas a muerte ha disminuido drásticamente.

              Además del uso de la LWOP, los estados también han mirado más allá del castigo y han buscado formas alternativas de reducir la delincuencia violenta, como la policía de proximidad, la introducción de tecnología de lucha contra el crimen y la justicia restaurativa. El dinero que se ahorra al no solicitar la pena de muerte puede utilizarse para apoyar esas iniciativas.

              Aunque los fiscales a menudo permiten que un acusado de pena capital se declare culpable a cambio de una sentencia de cadena perpetua, muchos son reacios a eliminar la pena de muerte en sí misma porque la consideran una moneda de cambio. Este papel de la pena de muerte como amenaza es sospechoso tanto por motivos éticos como constitucionales.

              Algunos de los que se oponen a la pena capital también cuestionan el uso de las sentencias de cadena perpetua sin libertad condicional como otra forma de sentencia de muerte y señalan su uso extendido incluso en casos no capitales. Muchos sondeos de opinión contrastan hoy en día la pena de muerte con la cadena perpetua,

              Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

              Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

              Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

              • Antropología
              • Estudios de la familia
              • Historia
              • Derecho
              • Medicina
              • Ciencias mortuorias
              • Filosofía
              • Psicología
              • Trabajo Social
              • Sociología
              • Teología

              Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

              • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
              • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
              • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
              • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
              • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

              Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

              La Tanatología Forense

              La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

              En sentido objetivo se refiere a la masa o conjunto de bienes; en sentido jurídico es la transmisión de bienes por causa de muerte.

              Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

              Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

              Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

              • Antropología
              • Estudios de la familia
              • Historia
              • Derecho
              • Medicina
              • Ciencias mortuorias
              • Filosofía
              • Psicología
              • Trabajo Social
              • Sociología
              • Teología

              Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

              • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
              • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
              • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
              • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
              • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

              Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

              La Tanatología Forense

              La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

              La pena de muerte es el asesinato de un ser humano sancionado por el gobierno como castigo por los delitos que ha cometido.
              La pena de muerte, también conocida como pena capital, no es legal en la mayoría de los países, pero sigue siendo legal en un tercio de las naciones, aunque no todas la aplican. Algunos países, como China, aplican la pena capital a gran escala. Este recurso examina algunas cuestiones clave, como su historia, su relación con la religión y la clemencia.

              Historia de la pena de muerte
              La pena de muerte existe en Estados Unidos desde la época colonial. Su historia está entrelazada con la esclavitud, la segregación y los movimientos de reforma social.

              Primeras leyes de pena de muerte
              Las primeras leyes establecidas sobre la pena de muerte se remontan al siglo XVIII a.C. en el Código del rey Hammurabi de Babilonia, que codificó la pena de muerte para 25 delitos diferentes. La pena de muerte también formaba parte del Código Hitita del siglo XIV a.C.; en el Código Draconiano de Atenas del siglo VII a.C., que hacía de la muerte el único castigo para todos los delitos; y en la Ley Romana de las Doce Tablas del siglo V a.C. Las sentencias de muerte se ejecutaban por medios como la crucifixión, el ahogamiento, los golpes hasta la muerte, la quema viva y el empalamiento.

              En el siglo X d.C., el ahorcamiento se convirtió en el método habitual de ejecución en Gran Bretaña. En el siglo siguiente, Guillermo el Conquistador no permitió que se colgara a las personas ni que se las ejecutara de otro modo por ningún delito, excepto en tiempos de guerra. Esta tendencia no duraría, ya que en el siglo XVI, bajo el reinado de Enrique VIII, se calcula que fueron ejecutadas hasta 72.000 personas. Algunos métodos comunes de ejecución en esa época eran la ebullición, la quema en la hoguera, el ahorcamiento, la decapitación y el descuartizamiento. Las ejecuciones se llevaban a cabo por delitos capitales como casarse con un judío, no confesar un crimen y traición.

              El número de delitos capitales en Gran Bretaña siguió aumentando durante los dos siglos siguientes. En la década de 1700, 222 delitos se castigaban con la muerte en Gran Bretaña, entre ellos robar, talar un árbol y asaltar una conejera. Debido a la severidad de la pena de muerte, muchos jurados no condenaban a los acusados si el delito no era grave. Esto llevó a reformar la pena de muerte en Gran Bretaña. De 1823 a 1837, se eliminó la pena de muerte para más de 100 de los 222 delitos castigados con la muerte.

              La pena de muerte en Estados Unidos
              Gran Bretaña influyó en el uso de la pena de muerte en Estados Unidos más que ningún otro país. Cuando los colonos europeos llegaron al nuevo mundo, trajeron la práctica de la pena capital. La primera ejecución de la que se tiene constancia en las nuevas colonias fue la del capitán George Kendall en la colonia de Jamestown, Virginia, en 1608. Kendall fue ejecutado por ser espía de España. En 1612, el gobernador de Virginia, Sir Thomas Dale, promulgó las Leyes Divinas, Morales y Marciales, que preveían la pena de muerte incluso para delitos menores como robar uvas, matar gallinas y comerciar con los indios.

              Las leyes relativas a la pena de muerte variaban de una colonia a otra. La Colonia de la Bahía de Massachusetts llevó a cabo su primera ejecución en 1630, aunque las Leyes Capitales de Nueva Inglaterra no entraron en vigor hasta años después. La colonia de Nueva York instituyó las Leyes del Duque de 1665. Según estas leyes, delitos como golpear a la madre o al padre, o negar al "verdadero Dios", se castigaban con la muerte.

              Época colonial
              El movimiento abolicionista tiene sus raíces en los escritos de los teóricos europeos Montesquieu, Voltaire y Bentham, y de los cuáqueros ingleses John Bellers y John Howard. Sin embargo, fue el ensayo de Cesare Beccaria de 1767, Sobre los delitos y las penas, el que tuvo un impacto especialmente fuerte en todo el mundo. En este ensayo, Beccaria sostenía que no existía justificación alguna para que el Estado quitara una vida. El ensayo dio a los abolicionistas una voz autorizada y una energía renovada, uno de cuyos resultados fue la abolición de la pena de muerte en Austria y Toscana.

              También los intelectuales estadounidenses se vieron influidos por Beccaria. Los primeros intentos de reforma de la pena de muerte en Estados Unidos se produjeron cuando Thomas Jefferson presentó un proyecto de ley para revisar las leyes de la pena de muerte de Virginia. El proyecto de ley proponía que la pena capital se aplicara únicamente a los delitos de asesinato y traición. Fue rechazado por un solo voto.

              También influyó el Dr. Benjamin Rush, firmante de la Declaración de Independencia y fundador de la Sociedad Penitenciaria de Pensilvania. Rush cuestionó la creencia de que la pena de muerte sirve como elemento disuasorio. De hecho, Rush fue uno de los primeros en creer en el "efecto de embrutecimiento". Sostenía que la pena de muerte en realidad aumentaba la conducta delictiva. Rush obtuvo el apoyo de Benjamin Franklin y del fiscal general de Filadelfia, William Bradford. Bradford, que más tarde se convertiría en el Fiscal General de los Estados Unidos, llevó a Pensilvania a ser el primer estado en considerar los grados de asesinato en función de la culpabilidad. En 1794, Pensilvania derogó la pena de muerte para todos los delitos excepto el asesinato en primer grado.

              Siglo XIX
              A principios y mediados del siglo XIX, el movimiento abolicionista cobró impulso en el noreste. A principios de siglo, muchos estados redujeron el número de sus delitos capitales y construyeron penitenciarías estatales. En 1834, Pensilvania se convirtió en el primer estado en alejar las ejecuciones del ojo público y llevarlas a cabo en centros penitenciarios.

              En 1846, Michigan se convirtió en el primer estado en abolir la pena de muerte para todos los delitos excepto la traición. Más tarde, Rhode Island y Wisconsin abolieron la pena de muerte para todos los delitos. A finales de siglo, el mundo vería cómo los países de Venezuela, Portugal, Holanda, Costa Rica, Brasil y Ecuador seguían su ejemplo.

              Aunque algunos estados de Estados Unidos empezaron a abolir la pena de muerte, la mayoría de los estados mantuvieron la pena capital. Algunos estados convirtieron en delitos capitales más crímenes, especialmente los cometidos por esclavos. En 1838, en un esfuerzo por hacer que la pena de muerte fuera más aceptable para el público, algunos estados empezaron a aprobar leyes contra las sentencias de muerte obligatorias y, en su lugar, promulgaron estatutos de pena de muerte discrecionales. La promulgación en 1838 de estatutos de pena de muerte discrecional en Tennessee, y posteriormente en Alabama, se consideró una gran reforma. Esta introducción de la discrecionalidad en la imposición de la pena capital se percibió como una victoria para los abolicionistas, ya que antes de la promulgación de estas leyes, todos los estados imponían la pena de muerte a cualquier persona condenada por un delito capital, independientemente de las circunstancias. Con la excepción de un pequeño número de delitos raramente cometidos en unas pocas jurisdicciones, todas las leyes de pena capital obligatoria habían sido abolidas en 1963.

              Durante la Guerra Civil, la oposición a la pena de muerte disminuyó, ya que se prestó más atención al movimiento antiesclavista. Después de la guerra, surgieron nuevos avances en los medios de ejecución. La silla eléctrica se introdujo a finales de siglo. Nueva York construyó la primera silla eléctrica en 1888 y en 1890 ejecutó a William Kemmler. Pronto, otros estados adoptaron este método de ejecución.

              Principios y mediados del siglo XX
              Aunque algunos estados abolieron la pena de muerte a mediados del siglo XIX, fue en realidad la primera mitad del siglo XX la que marcó el inicio del "periodo progresista" de reformas en Estados Unidos. Entre 1907 y 1917, seis estados prohibieron por completo la pena de muerte y tres la limitaron a los delitos raramente cometidos de traición y asesinato en primer grado de un agente de la ley. Sin embargo, esta reforma duró poco. En Estados Unidos se respiraba un ambiente de frenesí, ya que los ciudadanos empezaban a sentir pánico ante la amenaza de una revolución a raíz de la Revolución Rusa. Además, Estados Unidos acababa de entrar en la Primera Guerra Mundial y existían intensos conflictos de clase, ya que los socialistas planteaban el primer desafío serio al capitalismo. Como resultado, cinco de los seis estados abolicionistas reinstauraron la pena de muerte en 1920.

              En 1924 se introdujo el uso de gas cianuro, ya que Nevada buscaba una forma más humana de ejecutar a sus reclusos. Gee Jon fue la primera persona ejecutada con gas letal. El estado intentó bombear gas cianuro en la celda de Jon mientras dormía, pero esto resultó imposible y se construyó la cámara de gas.

              Desde la década de 1920 hasta la de 1940, hubo un resurgimiento del uso de la pena de muerte. Esto se debió, en parte, a los escritos de los criminólogos, que argumentaban que la pena de muerte era una medida social necesaria. En Estados Unidos, los estadounidenses estaban sufriendo la Ley Seca y la Gran Depresión. En la década de 1930 hubo más ejecuciones que en cualquier otra década de la historia de Estados Unidos, una media de 167 al año.

              En la década de 1950, el sentimiento público comenzó a alejarse de la pena capital. Muchas naciones aliadas abolieron o limitaron la pena de muerte, y en Estados Unidos el número de ejecuciones descendió drásticamente. Mientras que en la década de 1940 hubo 1.289 ejecuciones, en la década de 1950 hubo 715, y el número se redujo aún más, a sólo 191, entre 1960 y 1976. En 1966, el apoyo a la pena capital alcanzó un mínimo histórico. Una encuesta de Gallup mostró que el apoyo a la pena de muerte era de sólo el 42%.

              La pena de muerte federal en los Estados Unidos
              Además de las leyes de pena de muerte de muchos estados, el gobierno federal también ha aplicado la pena capital para ciertos delitos federales, como el asesinato de un funcionario del gobierno, el secuestro con resultado de muerte, la dirección de una empresa de drogas a gran escala y la traición. Cuando el Tribunal Supremo anuló los estatutos estatales de la pena de muerte en el caso Furman, los estatutos federales de la pena de muerte adolecían de las mismas deficiencias constitucionales que los estatutos estatales. Como resultado, las sentencias de muerte bajo los antiguos estatutos federales de la pena de muerte no han sido confirmadas.

              En 1988, se promulgó una nueva ley federal de pena de muerte para el asesinato en el curso de una conspiración de tráfico de drogas. El estatuto se basó en los estatutos posteriores a Gregg que el Tribunal Supremo ha aprobado. Desde su promulgación, 6 personas han sido condenadas a muerte por violar esta ley, aunque ninguna ha sido ejecutada.

              En 1994, el presidente Clinton firmó la Ley de Control del Crimen Violento y Aplicación de la Ley, que amplió la pena de muerte federal a unos 60 delitos, 3 de los cuales no implican asesinato. Las excepciones son el espionaje, la traición y el tráfico de drogas en grandes cantidades.

              Dos años más tarde, en respuesta al atentado de Oklahoma City, el presidente Clinton firmó la Ley Antiterrorista y de Pena de Muerte Efectiva de 1996. Esta ley, que afecta tanto a los presos estatales como a los federales, restringe la revisión en los tribunales federales estableciendo plazos más estrictos para la presentación de solicitudes, limitando la posibilidad de celebrar audiencias para la presentación de pruebas y permitiendo, por lo general, una única presentación de hábeas corpus en los tribunales federales. Los defensores de la pena de muerte argumentan que esta racionalización acelerará el proceso de la pena de muerte y reducirá significativamente su coste, aunque otros temen que una revisión federal más rápida y limitada pueda aumentar el riesgo de ejecutar a acusados inocentes.

              Abolición internacional
              En la década de 1980, el movimiento abolicionista internacional cobró impulso y se redactaron y ratificaron tratados que proclamaban la abolición. El Protocolo nº 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y sus sucesores, el Protocolo Adicional Interamericano a la Convención Americana de Derechos Humanos para la Abolición de la Pena de Muerte y el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos destinado a abolir la pena de muerte de las Naciones Unidas se crearon con el objetivo de convertir la abolición de la pena de muerte en una norma internacional.

              En la actualidad, el Consejo de Europa exige a los nuevos miembros que se comprometan y ratifiquen el Protocolo nº 6. Esto ha llevado, en efecto, a la abolición de la pena de muerte en Europa del Este, donde sólo Bielorrusia mantiene la pena de muerte. Por ejemplo, Ucrania, que antes era uno de los líderes mundiales en ejecuciones, ha dejado de aplicar la pena de muerte y ha sido admitida en el Consejo. El parlamento sudafricano votó la abolición formal de la pena de muerte, que había sido declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional. Además, el presidente ruso Boris Yeltsin firmó en junio de 1999 un decreto por el que se conmutaban las penas de muerte de todos los condenados a muerte en Rusia. Entre 2000 y 2004, otros siete países abolieron la pena de muerte para todos los delitos, y otros cuatro la abolieron para los delitos comunes.

              En abril de 1999, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la Resolución de apoyo a la moratoria mundial de las ejecuciones. La resolución pide a los países que no han abolido la pena de muerte que restrinjan su uso, lo que incluye no imponerla a delincuentes juveniles y limitar el número de delitos por los que puede imponerse. Diez países, entre ellos Estados Unidos, China, Pakistán, Ruanda y Sudán, votaron en contra de la resolución. Cada año desde 1997, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución en la que se pide a los países que no han abolido la pena de muerte que establezcan una moratoria de las ejecuciones. En abril de 2004, la resolución fue copatrocinada por 76 Estados miembros de la ONU. (Amnistía Internacional, 2004).

              Inyección letal
              La inyección letal ha sido el método de ejecución más habitual en la era moderna de la pena capital en Estados Unidos. Entre la reanudación de las ejecuciones en 1977 y el 31 de agosto de 2018, 1.306 ejecuciones (casi el 90%) utilizaron la inyección letal. Cuando los estados empezaron a utilizar fármacos en las ejecuciones, muchos lo hicieron con la creencia de que la inyección letal sería más humana que los métodos más visiblemente cruentos a los que sustituía: la horca, la electrocución, el gas y el fusilamiento. Otros estados adoptaron la inyección letal para evitar las impugnaciones legales de la constitucionalidad de sus métodos anteriores.

              A pesar del supuesto objetivo de los estados de garantizar ejecuciones más humanas, los expertos han estimado que más del 7% de las ejecuciones por inyección letal en Estados Unidos hasta 2010 fueron un fracaso. A partir de 2011, a medida que los estados han ido experimentando con nuevos fármacos de ejecución, los informes de ejecuciones problemáticas han aumentado notablemente. Al mismo tiempo, los estados han promulgado leyes que impiden al público obtener información sobre los fármacos de la inyección letal y sus proveedores.

              Delitos castigados con la muerte
              Las penas de muerte sólo pueden imponerse por delitos en los que la víctima es asesinada, pero las legislaturas estatales de América pueden determinar qué circunstancias específicas hacen que un asesinato pueda ser castigado con la pena de muerte.

              Todos los presos actualmente en el corredor de la muerte y todos los ejecutados en la era moderna de la pena de muerte fueron condenados por asesinato. Históricamente, la pena de muerte se utilizaba mucho para las violaciones, sobre todo contra acusados negros con víctimas blancas. Cuando se restableció la pena de muerte en 1976, el Tribunal Supremo dejó abierta la posibilidad de imponer la pena de muerte por delitos distintos del asesinato, como la violación o incluso el robo a mano armada. Sin embargo, el Tribunal no tardó en dictaminar que la pena de muerte sería inconstitucional para la violación de un adulto en la que no se hubiera producido ninguna muerte. Esa prohibición se amplió posteriormente a cualquier violación no homicida mediante la decisión del Tribunal Supremo de EE.UU. en el caso Kennedy contra Luisiana, y el Tribunal comentó que la pena de muerte ya no podía aplicarse por ningún delito contra un individuo en el que no se produjera una muerte. La cuestión de si la pena de muerte puede aplicarse a delitos contra el gobierno, como la traición o el espionaje, sigue sin resolverse.

              Muchos estados de Estados Unidos permiten que todas las personas que hayan participado en un delito en el que se haya producido una muerte sean acusadas de asesinato y puedan ser condenadas a la pena de muerte, aunque no hayan matado directamente a nadie. El caso de los cómplices desarmados en un atraco a un banco en el que muere un empleado es un ejemplo típico de delito de asesinato. Como se supone que la pena de muerte está reservada para los "peores casos", las legislaturas o los tribunales podrían restringir su uso sólo a los que participaron directamente en el asesinato de la víctima. Los presos también han planteado que las circunstancias agravantes que hacen que un delito pueda ser castigado con la pena de muerte son demasiado amplias, ya que algunas leyes estatales de pena de muerte abarcan casi todos los asesinatos, en lugar de reservar la pena de muerte para un pequeño subconjunto de asesinatos.

              Los ejecutados que no mataron directamente a la víctima

              Todos los ejecutados desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976 participaron en un crimen en el que murió al menos una víctima. En la mayoría de los casos, la persona ejecutada mató directamente a la víctima. En una pequeña minoría de casos, la persona ejecutada ordenó o contrató a otra persona para llevar a cabo el asesinato. En otro grupo de casos, la persona ejecutada participó en un delito durante el cual la víctima murió a manos de otro participante en el delito. El acusado en estos casos suele ser declarado culpable de "homicidio doloso" o según la "ley de las partes", y en algunos estados puede recibir la pena de muerte, a pesar de no haber matado o dirigido el asesinato de la víctima. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha restringido el uso de la pena de muerte en estos casos. Véase las sentencias Enmund v. Florida y Tison v. Arizona, de Estados Unidos.

              Religión y la Pena de Muerte
              Líderes y organizaciones que representan a una variedad de religiones han adoptado posturas sobre la pena de muerte, a menudo vinculando sus puntos de vista a creencias sobre la dignidad humana, la retribución y la redención.

              Las confesiones religiosas de EE.UU. se han pronunciado con frecuencia sobre la pena de muerte, a veces señalando preocupaciones sobre su aplicación y otras veces juzgando la moralidad del propio castigo. Históricamente, la mayoría de los principales organismos religiosos permitían el uso de la pena capital, pero las críticas a esta práctica han aumentado considerablemente en los últimos tiempos.

              En una democracia diversa, ningún punto de vista religioso ocupa una posición privilegiada en la elaboración de la ley. Sin embargo, los principios de las distintas comunidades religiosas son relevantes en el debate político porque contribuyen a informar las opiniones de sus respectivos electores y reflejan la "evolución de las normas de decencia" que son vitales para la interpretación de la Octava Enmienda por parte del Tribunal Supremo.

              El budismo y la pena capital
              Dado que el budismo existe en muchas formas, bajo muchas organizaciones, no hay una política budista unificada sobre la pena capital.

              En términos de doctrina, la pena de muerte es claramente incompatible con las enseñanzas budistas. Los budistas ponen gran énfasis en la no violencia y la compasión por toda vida. El Primer Precepto exige que los individuos se abstengan de herir o matar a cualquier criatura viva.

              Buda no habló explícitamente de la pena capital, pero sus enseñanzas no muestran ninguna simpatía por el castigo físico, por muy grave que sea el delito.

              El budismo cree fundamentalmente en el ciclo de nacimiento y renacimiento (Samsara) y enseña que si se administra la pena capital tendrá efectos comprometedores en las almas del infractor y del castigador en futuras encarnaciones.

              En cuanto al castigo en este mundo, el budismo tiene opiniones firmes:

              el tratamiento inhumano de un delincuente no resuelve sus fechorías ni las de la humanidad en general - el mejor enfoque para un delincuente es reformador y no punitivo
              el castigo debe ser sólo en la medida en que el delincuente necesite enmendarse, y su rehabilitación en la sociedad debe ser de suma importancia
              castigar a un delincuente con excesiva crueldad dañará no sólo la mente del delincuente, sino también la de la persona que castiga
              es imposible administrar un castigo severo con compostura y compasión
              si el delito es especialmente grave, la persona puede ser desterrada de la comunidad o del país

              A pesar de estas enseñanzas, varios países con importantes poblaciones budistas mantienen la pena de muerte, y algunos de ellos, por ejemplo Tailandia, siguen aplicándola.

              No se trata de estados que tengan el budismo como religión oficial.

              Esta aparente paradoja se debe en parte, según algunos expertos, a la diferencia entre el budismo popular y el monástico. La mayoría de los budistas laicos de estos países siguen las prácticas budistas y son totalmente sinceros en su compromiso, pero el estudio genuino del budismo, sus rituales y su traslación a la vida cotidiana es superficial para la mayoría de los seguidores budistas.

              Católicos
              "La nueva evangelización exige seguidores de Cristo que sean incondicionalmente pro-vida: que proclamen, celebren y sirvan el Evangelio de la vida en cualquier situación. Un signo de esperanza es el reconocimiento cada vez mayor de que la dignidad de la vida humana no debe ser nunca quitada, incluso en el caso de alguien que ha hecho un gran mal. . . . Renuevo el llamamiento que hice... para que se llegue a un consenso que ponga fin a la pena de muerte, que es cruel e innecesaria."
              -Papa Juan Pablo II

              El castigo "no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad, es decir, cuando no sea posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, estos casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes. Juan Pablo II, El Evangelio de la Vida, [El castigo] no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad: es decir, cuando no sería posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, tales casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes."
              -Papa Juan Pablo II

              Hinduismo
              No existe una línea oficial hindú sobre la pena capital. Sin embargo, el hinduismo se opone al asesinato, la violencia y la venganza, de acuerdo con el principio de ahimsa (no violencia).

              La India sigue manteniendo la pena de muerte, y es probable que las razones para ello sean similares a las sugeridas en la sección budista.

              El debate sobre la pena capital en India se reavivó en 2004 con el caso de Dhananjoy Chatterjee, condenado por violación y asesinato.

              En la actualidad hay más de 100 personas en el corredor de la muerte en India, aunque el número de ejecuciones en ese país es realmente muy bajo y el Tribunal Supremo indio ha dictaminado que la pena de muerte sólo debe utilizarse en los casos más raros.

              Asamblea Rabínica

              Resolución sobre la pena capital:

              "Considerando que la Torá enseña que todos los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios;

              Considerando que la tradición judía defiende la santidad de la vida;

              Considerando que, tanto en el concepto como en la práctica, los líderes rabínicos de muchos períodos históricos diferentes han encontrado la pena capital repugnante;

              Considerando que no se han reunido pruebas que indiquen de forma persuasiva que la pena capital sirva para disuadir del crimen;

              Considerando que los estudios jurídicos han demostrado que hasta 300 personas en este siglo han sido condenadas erróneamente por delitos capitales;

              Por lo tanto, se resuelve que la Asamblea Rabínica se oponga a la adopción de leyes de pena de muerte e inste a su abolición en los estados que ya las han adoptado;

              Que la Asamblea Rabínica inste a la promulgación de leyes que ordenen que algunos delitos capitales sean castigados con cadena perpetua sin libertad condicional;

              Que la Asamblea Rabínica ofrezca su apoyo y se pronuncie en favor de las víctimas de delitos violentos y sus familias;

              Que la Asamblea Rabínica aliente a sus miembros a enviar esta resolución a sus funcionarios electos correspondientes."

              Encuestas
              La "Encuesta de Valores Americanos" de septiembre de 2014 realizada por el Public Religion Research Institute (PRPI) mostró que el 48% de los estadounidenses dijo que prefería la cadena perpetua sin libertad condicional como castigo por el asesinato, en comparación con el 44% que dijo que prefería la pena de muerte. El sondeo descubrió lo que los comentaristas del PRPI describieron como "importantes divisiones religiosas en esta cuestión". El apoyo a la pena de muerte fue más bajo entre los protestantes hispanos y negros, con un 24% y un 25%, respectivamente. El 68% de ellos prefería la cadena perpetua sin libertad condicional. Los católicos, los judíos, otras religiones no cristianas y los no afiliados religiosamente preferían la cadena perpetua sin libertad condicional a la pena de muerte. Sólo los evangélicos blancos (59%) y los protestantes blancos de línea principal (52%) expresaron un apoyo mayoritario a la pena de muerte, con un 34% y un 40% de estos grupos, respectivamente, que preferían la cadena perpetua sin libertad condicional.

              Clemencia
              La clemencia es el proceso por el que un gobernador, un presidente o una junta administrativa puede reducir la condena de un acusado o conceder un indulto. Se han concedido clemencias en casos de pena de muerte por diversos motivos.

              En Estados Unidos, todos los estados y el gobierno federal tienen un proceso para reducir la sentencia o indultar a quienes se enfrentan a cargos penales. La clemencia es una consideración especialmente importante para los condenados a muerte. Incluso después de que se hayan agotado todas las apelaciones en los tribunales, todavía existe la posibilidad de que se le perdone la vida al recluso.

              Sin embargo, las clemencias en casos de pena capital han sido escasas. Aparte de las ocasionales concesiones generales de clemencia por parte de gobernadores preocupados por la equidad general de la pena de muerte, desde 1976 se han concedido menos de dos de media al año. En el mismo periodo, más de 1.500 casos han sido ejecutados. Entre las razones aducidas para la concesión de clemencia en los casos de pena capital se encuentran: la enfermedad mental del acusado, un coacusado al que se le impuso una condena menor y la evidencia de que el acusado puede haber sido condenado erróneamente.

              Dado que la facultad de conceder clemencia corresponde al poder ejecutivo del gobierno, los tribunales se han mostrado reacios a imponer normas a este procedimiento. Los gobernadores están sujetos a la influencia política, e incluso la concesión de un solo indulto puede dar lugar a duros ataques. Por ello, las clemencias en casos de pena de muerte han sido imprevisibles e inmunes a la revisión.

              Si se examina la concesión de clemencia por estados desde 1976 en Estados Unidos, se puede observar que el número de clemencias en
              Illinois ha sido de 187, más que el resto de Estados combinados (poco más de 100).

              Desde 1976, se han concedido siete clemencias amplias o generales a presos del corredor de la muerte en Estados Unidos:

              El gobernador Jared Polis en Colorado en 2020 (todos los presos del corredor de la muerte).
              El gobernador Martin O'Malley en Maryland en 2015 (todos los condenados a muerte).
              El gobernador Pat Quinn en Illinois en 2011 (todos los presos del corredor de la muerte), justo antes de firmar el proyecto de ley que deroga la pena de muerte.
              El gobernador Jon Corzine en Nueva Jersey en 2007 (todos los presos en el corredor de la muerte), justo antes de firmar la ley de derogación de la pena de muerte.
              El gobernador George Ryan en Illinois en 2003 (todos los presos condenados a muerte).
              El gobernador Richard Celeste en Ohio en 1991 (8 presos condenados a muerte).
              El gobernador Toney Anaya en Nuevo México en 1986 (todos los presos condenados a muerte).

              En una democracia, el contenido de las leyes lo determina el pueblo. Incluso la constitución puede cambiarse a través del proceso democrático. El sentimiento público puede medirse a través de las encuestas, pero también se refleja en las elecciones y los referendos, tanto a nivel local como nacional. El pueblo de la mayoría de los países democráticos está en contra de la pena capital. Incluso en Estados Unidos las encuestas de opinión pública muestran que el apoyo a la pena de muerte (motivo clave en la que se justificaba) se encuentra actualmente cerca de mínimos históricos, tras haber alcanzado un máximo en 1994 y haber disminuido desde entonces. Este recurso ofrece información en algunas áreas importantes del debate sobre la pena capital.

              Familias de las víctimas
              Las familias de las víctimas de asesinatos tienen diversas opiniones sobre la pena de muerte. Los estudios sugieren que la pena de muerte no aporta un cierre y que interfiere en su proceso de curación.

              Trágicamente, en todos los casos de asesinato con pena de muerte hay al menos una víctima fallecida. La reivindicación de las víctimas y el cierre de las familias de las víctimas suelen ser las principales razones para apoyar la pena de muerte. Sin embargo, muchas personas que se encuentran en esta circunstancia creen que otro asesinato no supondría un cierre y que la pena de muerte es un perjuicio para las víctimas.

              Las familias y los allegados de las víctimas (a veces denominadas "covíctimas") pueden desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de un caso en los tribunales. La fiscalía puede consultar con las familias si se solicita la pena de muerte o se acepta una declaración de culpabilidad con una condena menor. Si se solicita la pena de muerte, se puede pedir a los familiares que testifiquen en la fase de sentencia para describir el impacto que el asesinato ha tenido en sus propias vidas. Los familiares de las víctimas suelen intervenir en las audiencias legislativas sobre la pena de muerte, tanto a favor como en contra de una ley de pena de muerte.

              Desde el punto de vista estadístico, la raza de la víctima puede ser relevante para las cuestiones de aplicación arbitraria y discriminación racial de la pena de muerte. Los estudios han demostrado que los casos de muerte implican desproporcionadamente a víctimas blancas en el asesinato subyacente.

              Los familiares de las víctimas que se oponen a la pena de muerte son a veces ignorados si la fiscalía está decidida a buscar el castigo más extremo. Además, las declaraciones del impacto de la víctima en los procedimientos de sentencia pueden ser tan dramáticas y poderosas que anulan cualquier factor atenuante presentado sobre la historia de vida del acusado.

              Los prejuicios raciales contra los acusados de color y a favor de las víctimas blancas tienen un fuerte efecto sobre quiénes son procesados, condenados a muerte y ejecutados.

              La pena de muerte lleva mucho tiempo siendo objeto de escrutinio por tener un sesgo racial. A principios del siglo XX, cuando se aplicaba por el delito de violación, el 89% de las ejecuciones correspondían a acusados negros, la mayoría por la violación de una mujer blanca. En la era moderna, cuando las ejecuciones se han llevado a cabo exclusivamente por asesinato, el 75 por ciento de los casos implican el asesinato de víctimas blancas, a pesar de que negros y blancos tienen casi la misma probabilidad de ser víctimas de asesinato.

              En casi todos los estudios sofisticados que han explorado esta área durante muchos años se ha encontrado un sesgo hacia los casos de víctimas blancas. Estos estudios suelen controlar otras variables en los casos estudiados, como el número de víctimas o la brutalidad del crimen, y aun así descubren que los acusados tienen más probabilidades de ser condenados a muerte si matan a una persona blanca.

              La cuestión de las disparidades raciales en el uso de la pena de muerte fue considerada por el Tribunal Supremo en 1987. En una ajustada votación, el Tribunal sostuvo que los estudios por sí solos no podían aportar la prueba necesaria de discriminación racial en el caso de un acusado concreto. Esta decisión pareció cerrar la puerta a las impugnaciones amplias de la pena de muerte. Sin embargo, el Tribunal ha constatado la discriminación racial en la selección del jurado en casos individuales de pena capital.

              Inocencia
              La pena de muerte conlleva el riesgo inherente de ejecutar a un inocente. Desde 1973, al menos 186 personas que habían sido condenadas erróneamente a muerte en Estados Unidos han sido exoneradas.

              Dada la falibilidad del juicio humano, siempre ha existido el peligro de que una ejecución pueda dar lugar al asesinato de una persona inocente. Sin embargo, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró inconstitucional la administración de la pena de muerte en 1972, apenas se mencionó la cuestión de la inocencia en las nueve opiniones emitidas. Aunque seguramente se cometieron errores en el pasado, prevaleció la suposición de que esos casos eran pocos y distantes entre sí. Casi todos los condenados a muerte eran seguramente culpables.

              Sin embargo, cuando los tribunales federales empezaron a revisar más a fondo si los acusados de delitos estatales gozaban de sus derechos garantizados al debido proceso, empezaron a aparecer con regularidad errores y faltas oficiales que requerían nuevos juicios. Cuando los acusados contaron con un abogado más experimentado, con jurados seleccionados de forma justa, y se les concedió acceso a pruebas científicas, algunos fueron absueltos y puestos en libertad. Desde 1973, 186 ex presos del corredor de la muerte han sido exonerados de todos los cargos relacionados con las condenas erróneas que los habían llevado al corredor de la muerte.

              Ahora está claro que los acusados inocentes serán condenados y sentenciados a muerte con cierta regularidad mientras exista la pena de muerte. Es poco probable que el proceso de apelación -que se centra principalmente en los errores legales y no en las determinaciones de hecho- detecte todos los errores. Las reformas se han aplicado a regañadientes, aumentando tanto los costes como el tiempo que consume la pena de muerte, pero no han sido suficientes para superar el error humano. La popularidad y el uso de la pena capital han disminuido rápidamente a medida que la cuestión de la inocencia ha ganado atención. La pregunta que queda es cuántas vidas inocentes merece la pena sacrificar para preservar este castigo.

              Más del 70% de los países del mundo han abolido la pena capital en la ley o en la práctica. Sin embargo, la pena de muerte sigue existiendo en muchas partes del mundo, especialmente en países con grandes poblaciones y en aquellos con un gobierno autoritario. En las últimas décadas, se ha producido una clara tendencia de alejamiento de la pena capital, ya que muchos países han abolido la pena de muerte o han dejado de aplicarla. Estados Unidos sigue siendo un país atípico entre sus aliados cercanos y otras democracias en su aplicación continua de la pena de muerte.

              Aunque el derecho internacional no prohíbe la pena de muerte, la mayoría de los países la consideran una violación de los derechos humanos. El uso de la pena de muerte en todo el mundo es relevante a la hora de evaluar las normas de decencia de Estados Unidos y lo que debe considerarse un castigo cruel e inusual según la Octava Enmienda. Algunos jueces del Tribunal Supremo se han referido al derecho internacional como una afirmación más de sus propias conclusiones sobre la pena de muerte, especialmente en lo que se refiere a clases específicas de acusados, como los delincuentes juveniles.

              Hay una serie de desacuerdos que pueden surgir entre los países que imponen la pena de muerte y los que no lo hacen. Los países que no imponen la pena de muerte están especialmente preocupados cuando uno de sus ciudadanos se enfrenta a una ejecución en EE.UU. Algunos países se niegan a extraditar a individuos a EE.UU., o incluso a proporcionar pruebas incriminatorias, si el acusado podría enfrentarse a la pena de muerte. Además, muchos países y organismos internacionales consideran que la pena de muerte es una cuestión de derechos humanos y se han criticado varias prácticas de Estados Unidos en materia de pena de muerte por violar las obligaciones de los tratados estadounidenses y la legislación internacional sobre derechos humanos. La preocupación por los derechos humanos en todo el mundo siempre ha sido importante en la diplomacia estadounidense, pero Estados Unidos se ve a menudo cuestionado por su uso de la pena de muerte y la protección que ofrece a otros países que la utilizan de forma especialmente abusiva.

              La investigación internacional sobre el uso de la pena de muerte debe un agradecimiento especial a Amnistía Internacional, que ha vigilado e informado regularmente sobre la pena capital en todo el mundo.

              Discapacidad intelectual
              Es inconstitucional imponer la pena de muerte a personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, la escasa representación legal y los onerosos requisitos probatorios siguen dando lugar a sentencias de muerte y ejecuciones de acusados con discapacidad intelectual.

              Aunque no llega a abolir la pena de muerte, el Tribunal Supremo de EE.UU. ha tomado medidas para limitar su aplicación, de modo que se utilice principalmente en los casos en los que el acusado tenga mayor culpabilidad. Las personas con discapacidad intelectual no están en ese grupo. En ocasiones, los estados también han determinado que la pena de muerte podría ser demasiado dura aplicada a algunos acusados, y muchos han aprobado leyes que eximen de la pena de muerte a las personas con capacidad intelectual limitada.

              La comunidad de la salud mental ha proporcionado criterios claros para determinar la existencia de una discapacidad intelectual: una limitación significativa de la capacidad intelectual y del comportamiento adaptativo, que se manifiesta antes de los 18 años.

              Aunque la cuestión de la prohibición nacional del uso de la pena capital para las personas con discapacidad intelectual fue rechazada por el Tribunal Supremo en 1989 porque muy pocos estados habían tomado medidas por su cuenta, la cuestión resurgió en 2002 con un nuevo consenso. Treinta estados habían puesto fin al uso de la pena de muerte por completo, o al menos para las personas con discapacidad intelectual. En el caso Atkins contra Virginia, el Tribunal sostuvo que las normas de decencia de la nación habían evolucionado hasta el punto de que no debían producirse tales ejecuciones. También concluyó que el efecto disuasorio o retributivo de la ejecución de estos acusados era escaso o nulo.

              El caso Atkins fue un momento fundamental en la historia de la pena de muerte, no sólo porque salvó la vida de una clase vulnerable de acusados, sino que también proporcionó un modelo para lograr otras limitaciones en la práctica, o incluso para eliminarla por completo. Incluso después de la decisión del Tribunal en 2002, algunos estados siguieron utilizando prácticas arcanas en la determinación de la discapacidad intelectual, por lo que ha sido necesaria una mayor supervisión.

              Enfermedades mentales
              No existe una prohibición categórica de la ejecución de personas con enfermedades mentales. Las legislaturas de numerosos estados han considerado proyectos de ley para crear dicha exclusión, pero todavía no se ha promulgado ninguno.

              El Tribunal Supremo de EE.UU. ha dicho que la enfermedad mental de un acusado le hace menos culpable moralmente y debe ser tenida en cuenta como una razón importante para perdonarle la vida. Sin embargo, al igual que ocurrió inicialmente con la discapacidad intelectual y la juventud, el Tribunal no ha prohibido la pena de muerte para quienes padecen enfermedades mentales graves. Cuando el Tribunal prohibió la pena de muerte para los discapacitados intelectuales y para los menores, consideró que eran miembros de grupos identificables que tienen una responsabilidad disminuida por sus actos y, por tanto, no debían ser considerados los peores y más culpables acusados. Muchos expertos en salud mental creen que las personas con enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, pueden tener deficiencias cognitivas similares que interfieren en su toma de decisiones. La Asociación Americana de Psiquiatría y el Colegio de Abogados de Estados Unidos, entre otros, han pedido que se prohíba la pena de muerte para los enfermos mentales graves.

              Algunos acusados tienen una enfermedad mental tan grave que no comprenden su delito ni sus consecuencias y pueden ser considerados mentalmente incompetentes. Estas personas pueden no ser aptas para ser juzgadas o ser declaradas no culpables por razón de demencia. Si son condenados y se vuelven incompetentes mientras están en el corredor de la muerte, no pueden ser ejecutados, según los precedentes del Tribunal Supremo. Sin embargo, la mayoría de las personas con enfermedades mentales -incluso muchas con enfermedades mentales graves- no son mentalmente incompetentes.

              Los problemas de salud mental tienen una amplia repercusión en los casos de pena de muerte. Uno de cada diez presos ejecutados en Estados Unidos son "voluntarios", es decir, acusados o presos que han renunciado a derechos clave de juicio o apelación para facilitar su ejecución. Las enfermedades mentales también afectan a la decisión de los acusados de representarse a sí mismos, a su capacidad para trabajar con un abogado y a la percepción que el jurado tiene de sus motivos y de si suponen un peligro futuro para la sociedad si son condenados a cadena perpetua.

              Hay al menos tres obstáculos para excluir a los enfermos mentales graves: 1. A diferencia de la edad y la capacidad intelectual, es difícil definir la clase de acusados con enfermedades mentales que deben ser eximidos y determinar si su enfermedad afectó a su juicio cuando delinquieron. 2. Los Estados se han mostrado hasta ahora reacios a adoptar tales prohibiciones, aunque la sociedad sigue evolucionando en cuanto a su comprensión de las enfermedades mentales. 3. La composición del Tribunal Supremo ha cambiado desde que se decidieron algunas de las exenciones anteriores. No obstante, las decisiones anteriores podrían servir como importantes precedentes, susceptibles de ser ampliados a los enfermos mentales.

              Alternativas de condena
              Las sentencias alternativas, como la cadena perpetua sin libertad condicional, evitan algunos de los principales problemas de la pena capital, como el elevado coste de la pena de muerte y el riesgo de ejecutar a un inocente.

              Cada vez más, la discusión en torno a la pena de muerte ha pasado de ser un debate moral a una comparación de la pena capital con sus alternativas viables. Hoy en día, los jurados, los legisladores y los tribunales tienen que elegir entre la pena de muerte y la cadena perpetua sin libertad condicional. Todos los estados que tienen la pena de muerte también tienen una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional (LWOP). Las familias de las víctimas suelen preferir la cadena perpetua a la incertidumbre y el espectáculo de la pena de muerte. Muchos fiscales han llegado a la conclusión de que los costes asociados a los casos de pena capital no merecen sus limitados recursos, especialmente porque muchos casos son anulados. A medida que se ha ido extendiendo el uso de la pena de muerte, el número de condenas a muerte ha disminuido drásticamente.

              Además del uso de la LWOP, los estados también han mirado más allá del castigo y han buscado formas alternativas de reducir la delincuencia violenta, como la policía de proximidad, la introducción de tecnología de lucha contra el crimen y la justicia restaurativa. El dinero que se ahorra al no solicitar la pena de muerte puede utilizarse para apoyar esas iniciativas.

              Aunque los fiscales a menudo permiten que un acusado de pena capital se declare culpable a cambio de una sentencia de cadena perpetua, muchos son reacios a eliminar la pena de muerte en sí misma porque la consideran una moneda de cambio. Este papel de la pena de muerte como amenaza es sospechoso tanto por motivos éticos como constitucionales.

              Algunos de los que se oponen a la pena capital también cuestionan el uso de las sentencias de cadena perpetua sin libertad condicional como otra forma de sentencia de muerte y señalan su uso extendido incluso en casos no capitales. Muchos sondeos de opinión contrastan hoy en día la pena de muerte con la cadena perpetua,

              Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

              Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

              Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

              • Antropología
              • Estudios de la familia
              • Historia
              • Derecho
              • Medicina
              • Ciencias mortuorias
              • Filosofía
              • Psicología
              • Trabajo Social
              • Sociología
              • Teología

              Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

              • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
              • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
              • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
              • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
              • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

              Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

              La Tanatología Forense

              La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

              El Código Civil español define a la herencia como el «conjunto de bienes, derechos y obligaciones de una persona que no se extinguen por su muerte». El Código Civil para el Distrito Federal, en el ordenamiento mexicano, la define como «la sucesión; en todos los bienes del difunto y en todos sus derechos y obligaciones que no se extinguen por la muerte».

              Más sobre el Significado de Herencia

              En Roma predominaba el carácter religioso de la transmisión hereditaria porque se consideraba que el heredero continuaba la persona del difunto para hacerse cargo del culto familiar y de su patrimonio y asimismo «ejercer la soberanía doméstica». La transmisión por herencia era per universitatem o sea, tenía por objeto la totalidad de un patrimonio, o bien la parte alícuota del mismo y, por lo tanto, el heredero adquiría los bienes y derechos, así como también contraía la obligación de pagar todas las deudas del difunto de modo que los acreedores tenían doble garantía: el patrimonio transmitido y el propio del heredero. Para los romanos era deshonroso morir sin dejar herederos, porque en este caso los acreedores tomaban posesión de los bienes del difunto y los vendían para hacerse pago, y se consideraba manchada de infamia su memoria.

              Pormenores

              Por el contrario, si había herederos, éstos pagaban las deudas y era respetada la memoria del fallecido. La designación de herederos podía hacerse por testamento o por la ley. Respecto del testamento hay dos opiniones contrarias: una sostiene que el testamento apareció desde los primeros tiempos que siguieron a la fundación de Roma y la costumbre de otorgarlos fue sancionada en la Ley de las XII Tablas. Otra opinión es en el sentido de que el testamento no se introdujo sino a la ley citada y que antes solo había herederos abintestato.Entre las Líneas En derecho germánico no se concedió la libertad de testar porque se sostenía que Dios creaba a los hombres y sus herederos debían ser quienes tuvieran la misma sangre. Así se protegía económicamente a la familia, pues los bienes no se podían dejar a extraños.

              Capacidad y Legitimación para Aceptar y Repudiar la Herencia: Contenido

              Este área del derecho cubre las siguientes entradas (o secciones de entradas) de esta Enciclopedia Jurídica internacional:

              • Capacidad para aceptar la Herencia
              • La aceptación de la herencia por los acreedores del heredero
              • Capacidad para manifestar la renuncia

              Recursos

              Véase También

              • Contrato de Seguro
              • Elementos del Contrato de Seguro
              • Derechos del Asegurador
              • Póliza de Seguro
              • Ley de Contrato de Seguro

              .

              A continuación se examinará el significado.

              ¿Cómo se define? Concepto y Caracteres de Herencia

              Definición y descripción de Herencia ofrecido por el Diccionario Jurídico Mexicano (1994), de la Suprema Corte de Justicia de México: (escrito por María Carreras Maldonado) Existe divergencia en cuanto a la etimología del término, aunque no hay duda que proviene del latín. Se sostiene que deriva de hereditas-tatis, de heres, heredero o bien de haerentia de haerens, derecho a heredar. Igualmente de herens-entis, heredero. Gramaticalmente herencia significa el conjunto de bienes – derechos y obligaciones – que se reciben de una persona por su muerte.

              Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

              Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

              Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

              • Antropología
              • Estudios de la familia
              • Historia
              • Derecho
              • Medicina
              • Ciencias mortuorias
              • Filosofía
              • Psicología
              • Trabajo Social
              • Sociología
              • Teología

              Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

              • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
              • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
              • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
              • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
              • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

              Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

              La Tanatología Forense

              La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

              La pena de muerte es el asesinato de un ser humano sancionado por el gobierno como castigo por los delitos que ha cometido.
              La pena de muerte, también conocida como pena capital, no es legal en la mayoría de los países, pero sigue siendo legal en un tercio de las naciones, aunque no todas la aplican. Algunos países, como China, aplican la pena capital a gran escala. Este recurso examina algunas cuestiones clave, como su historia, su relación con la religión y la clemencia.

              Historia de la pena de muerte
              La pena de muerte existe en Estados Unidos desde la época colonial. Su historia está entrelazada con la esclavitud, la segregación y los movimientos de reforma social.

              Primeras leyes de pena de muerte
              Las primeras leyes establecidas sobre la pena de muerte se remontan al siglo XVIII a.C. en el Código del rey Hammurabi de Babilonia, que codificó la pena de muerte para 25 delitos diferentes. La pena de muerte también formaba parte del Código Hitita del siglo XIV a.C.; en el Código Draconiano de Atenas del siglo VII a.C., que hacía de la muerte el único castigo para todos los delitos; y en la Ley Romana de las Doce Tablas del siglo V a.C. Las sentencias de muerte se ejecutaban por medios como la crucifixión, el ahogamiento, los golpes hasta la muerte, la quema viva y el empalamiento.

              En el siglo X d.C., el ahorcamiento se convirtió en el método habitual de ejecución en Gran Bretaña. En el siglo siguiente, Guillermo el Conquistador no permitió que se colgara a las personas ni que se las ejecutara de otro modo por ningún delito, excepto en tiempos de guerra. Esta tendencia no duraría, ya que en el siglo XVI, bajo el reinado de Enrique VIII, se calcula que fueron ejecutadas hasta 72.000 personas. Algunos métodos comunes de ejecución en esa época eran la ebullición, la quema en la hoguera, el ahorcamiento, la decapitación y el descuartizamiento. Las ejecuciones se llevaban a cabo por delitos capitales como casarse con un judío, no confesar un crimen y traición.

              El número de delitos capitales en Gran Bretaña siguió aumentando durante los dos siglos siguientes. En la década de 1700, 222 delitos se castigaban con la muerte en Gran Bretaña, entre ellos robar, talar un árbol y asaltar una conejera. Debido a la severidad de la pena de muerte, muchos jurados no condenaban a los acusados si el delito no era grave. Esto llevó a reformar la pena de muerte en Gran Bretaña. De 1823 a 1837, se eliminó la pena de muerte para más de 100 de los 222 delitos castigados con la muerte.

              La pena de muerte en Estados Unidos
              Gran Bretaña influyó en el uso de la pena de muerte en Estados Unidos más que ningún otro país. Cuando los colonos europeos llegaron al nuevo mundo, trajeron la práctica de la pena capital. La primera ejecución de la que se tiene constancia en las nuevas colonias fue la del capitán George Kendall en la colonia de Jamestown, Virginia, en 1608. Kendall fue ejecutado por ser espía de España. En 1612, el gobernador de Virginia, Sir Thomas Dale, promulgó las Leyes Divinas, Morales y Marciales, que preveían la pena de muerte incluso para delitos menores como robar uvas, matar gallinas y comerciar con los indios.

              Las leyes relativas a la pena de muerte variaban de una colonia a otra. La Colonia de la Bahía de Massachusetts llevó a cabo su primera ejecución en 1630, aunque las Leyes Capitales de Nueva Inglaterra no entraron en vigor hasta años después. La colonia de Nueva York instituyó las Leyes del Duque de 1665. Según estas leyes, delitos como golpear a la madre o al padre, o negar al "verdadero Dios", se castigaban con la muerte.

              Época colonial
              El movimiento abolicionista tiene sus raíces en los escritos de los teóricos europeos Montesquieu, Voltaire y Bentham, y de los cuáqueros ingleses John Bellers y John Howard. Sin embargo, fue el ensayo de Cesare Beccaria de 1767, Sobre los delitos y las penas, el que tuvo un impacto especialmente fuerte en todo el mundo. En este ensayo, Beccaria sostenía que no existía justificación alguna para que el Estado quitara una vida. El ensayo dio a los abolicionistas una voz autorizada y una energía renovada, uno de cuyos resultados fue la abolición de la pena de muerte en Austria y Toscana.

              También los intelectuales estadounidenses se vieron influidos por Beccaria. Los primeros intentos de reforma de la pena de muerte en Estados Unidos se produjeron cuando Thomas Jefferson presentó un proyecto de ley para revisar las leyes de la pena de muerte de Virginia. El proyecto de ley proponía que la pena capital se aplicara únicamente a los delitos de asesinato y traición. Fue rechazado por un solo voto.

              También influyó el Dr. Benjamin Rush, firmante de la Declaración de Independencia y fundador de la Sociedad Penitenciaria de Pensilvania. Rush cuestionó la creencia de que la pena de muerte sirve como elemento disuasorio. De hecho, Rush fue uno de los primeros en creer en el "efecto de embrutecimiento". Sostenía que la pena de muerte en realidad aumentaba la conducta delictiva. Rush obtuvo el apoyo de Benjamin Franklin y del fiscal general de Filadelfia, William Bradford. Bradford, que más tarde se convertiría en el Fiscal General de los Estados Unidos, llevó a Pensilvania a ser el primer estado en considerar los grados de asesinato en función de la culpabilidad. En 1794, Pensilvania derogó la pena de muerte para todos los delitos excepto el asesinato en primer grado.

              Siglo XIX
              A principios y mediados del siglo XIX, el movimiento abolicionista cobró impulso en el noreste. A principios de siglo, muchos estados redujeron el número de sus delitos capitales y construyeron penitenciarías estatales. En 1834, Pensilvania se convirtió en el primer estado en alejar las ejecuciones del ojo público y llevarlas a cabo en centros penitenciarios.

              En 1846, Michigan se convirtió en el primer estado en abolir la pena de muerte para todos los delitos excepto la traición. Más tarde, Rhode Island y Wisconsin abolieron la pena de muerte para todos los delitos. A finales de siglo, el mundo vería cómo los países de Venezuela, Portugal, Holanda, Costa Rica, Brasil y Ecuador seguían su ejemplo.

              Aunque algunos estados de Estados Unidos empezaron a abolir la pena de muerte, la mayoría de los estados mantuvieron la pena capital. Algunos estados convirtieron en delitos capitales más crímenes, especialmente los cometidos por esclavos. En 1838, en un esfuerzo por hacer que la pena de muerte fuera más aceptable para el público, algunos estados empezaron a aprobar leyes contra las sentencias de muerte obligatorias y, en su lugar, promulgaron estatutos de pena de muerte discrecionales. La promulgación en 1838 de estatutos de pena de muerte discrecional en Tennessee, y posteriormente en Alabama, se consideró una gran reforma. Esta introducción de la discrecionalidad en la imposición de la pena capital se percibió como una victoria para los abolicionistas, ya que antes de la promulgación de estas leyes, todos los estados imponían la pena de muerte a cualquier persona condenada por un delito capital, independientemente de las circunstancias. Con la excepción de un pequeño número de delitos raramente cometidos en unas pocas jurisdicciones, todas las leyes de pena capital obligatoria habían sido abolidas en 1963.

              Durante la Guerra Civil, la oposición a la pena de muerte disminuyó, ya que se prestó más atención al movimiento antiesclavista. Después de la guerra, surgieron nuevos avances en los medios de ejecución. La silla eléctrica se introdujo a finales de siglo. Nueva York construyó la primera silla eléctrica en 1888 y en 1890 ejecutó a William Kemmler. Pronto, otros estados adoptaron este método de ejecución.

              Principios y mediados del siglo XX
              Aunque algunos estados abolieron la pena de muerte a mediados del siglo XIX, fue en realidad la primera mitad del siglo XX la que marcó el inicio del "periodo progresista" de reformas en Estados Unidos. Entre 1907 y 1917, seis estados prohibieron por completo la pena de muerte y tres la limitaron a los delitos raramente cometidos de traición y asesinato en primer grado de un agente de la ley. Sin embargo, esta reforma duró poco. En Estados Unidos se respiraba un ambiente de frenesí, ya que los ciudadanos empezaban a sentir pánico ante la amenaza de una revolución a raíz de la Revolución Rusa. Además, Estados Unidos acababa de entrar en la Primera Guerra Mundial y existían intensos conflictos de clase, ya que los socialistas planteaban el primer desafío serio al capitalismo. Como resultado, cinco de los seis estados abolicionistas reinstauraron la pena de muerte en 1920.

              En 1924 se introdujo el uso de gas cianuro, ya que Nevada buscaba una forma más humana de ejecutar a sus reclusos. Gee Jon fue la primera persona ejecutada con gas letal. El estado intentó bombear gas cianuro en la celda de Jon mientras dormía, pero esto resultó imposible y se construyó la cámara de gas.

              Desde la década de 1920 hasta la de 1940, hubo un resurgimiento del uso de la pena de muerte. Esto se debió, en parte, a los escritos de los criminólogos, que argumentaban que la pena de muerte era una medida social necesaria. En Estados Unidos, los estadounidenses estaban sufriendo la Ley Seca y la Gran Depresión. En la década de 1930 hubo más ejecuciones que en cualquier otra década de la historia de Estados Unidos, una media de 167 al año.

              En la década de 1950, el sentimiento público comenzó a alejarse de la pena capital. Muchas naciones aliadas abolieron o limitaron la pena de muerte, y en Estados Unidos el número de ejecuciones descendió drásticamente. Mientras que en la década de 1940 hubo 1.289 ejecuciones, en la década de 1950 hubo 715, y el número se redujo aún más, a sólo 191, entre 1960 y 1976. En 1966, el apoyo a la pena capital alcanzó un mínimo histórico. Una encuesta de Gallup mostró que el apoyo a la pena de muerte era de sólo el 42%.

              La pena de muerte federal en los Estados Unidos
              Además de las leyes de pena de muerte de muchos estados, el gobierno federal también ha aplicado la pena capital para ciertos delitos federales, como el asesinato de un funcionario del gobierno, el secuestro con resultado de muerte, la dirección de una empresa de drogas a gran escala y la traición. Cuando el Tribunal Supremo anuló los estatutos estatales de la pena de muerte en el caso Furman, los estatutos federales de la pena de muerte adolecían de las mismas deficiencias constitucionales que los estatutos estatales. Como resultado, las sentencias de muerte bajo los antiguos estatutos federales de la pena de muerte no han sido confirmadas.

              En 1988, se promulgó una nueva ley federal de pena de muerte para el asesinato en el curso de una conspiración de tráfico de drogas. El estatuto se basó en los estatutos posteriores a Gregg que el Tribunal Supremo ha aprobado. Desde su promulgación, 6 personas han sido condenadas a muerte por violar esta ley, aunque ninguna ha sido ejecutada.

              En 1994, el presidente Clinton firmó la Ley de Control del Crimen Violento y Aplicación de la Ley, que amplió la pena de muerte federal a unos 60 delitos, 3 de los cuales no implican asesinato. Las excepciones son el espionaje, la traición y el tráfico de drogas en grandes cantidades.

              Dos años más tarde, en respuesta al atentado de Oklahoma City, el presidente Clinton firmó la Ley Antiterrorista y de Pena de Muerte Efectiva de 1996. Esta ley, que afecta tanto a los presos estatales como a los federales, restringe la revisión en los tribunales federales estableciendo plazos más estrictos para la presentación de solicitudes, limitando la posibilidad de celebrar audiencias para la presentación de pruebas y permitiendo, por lo general, una única presentación de hábeas corpus en los tribunales federales. Los defensores de la pena de muerte argumentan que esta racionalización acelerará el proceso de la pena de muerte y reducirá significativamente su coste, aunque otros temen que una revisión federal más rápida y limitada pueda aumentar el riesgo de ejecutar a acusados inocentes.

              Abolición internacional
              En la década de 1980, el movimiento abolicionista internacional cobró impulso y se redactaron y ratificaron tratados que proclamaban la abolición. El Protocolo nº 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y sus sucesores, el Protocolo Adicional Interamericano a la Convención Americana de Derechos Humanos para la Abolición de la Pena de Muerte y el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos destinado a abolir la pena de muerte de las Naciones Unidas se crearon con el objetivo de convertir la abolición de la pena de muerte en una norma internacional.

              En la actualidad, el Consejo de Europa exige a los nuevos miembros que se comprometan y ratifiquen el Protocolo nº 6. Esto ha llevado, en efecto, a la abolición de la pena de muerte en Europa del Este, donde sólo Bielorrusia mantiene la pena de muerte. Por ejemplo, Ucrania, que antes era uno de los líderes mundiales en ejecuciones, ha dejado de aplicar la pena de muerte y ha sido admitida en el Consejo. El parlamento sudafricano votó la abolición formal de la pena de muerte, que había sido declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional. Además, el presidente ruso Boris Yeltsin firmó en junio de 1999 un decreto por el que se conmutaban las penas de muerte de todos los condenados a muerte en Rusia. Entre 2000 y 2004, otros siete países abolieron la pena de muerte para todos los delitos, y otros cuatro la abolieron para los delitos comunes.

              En abril de 1999, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la Resolución de apoyo a la moratoria mundial de las ejecuciones. La resolución pide a los países que no han abolido la pena de muerte que restrinjan su uso, lo que incluye no imponerla a delincuentes juveniles y limitar el número de delitos por los que puede imponerse. Diez países, entre ellos Estados Unidos, China, Pakistán, Ruanda y Sudán, votaron en contra de la resolución. Cada año desde 1997, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución en la que se pide a los países que no han abolido la pena de muerte que establezcan una moratoria de las ejecuciones. En abril de 2004, la resolución fue copatrocinada por 76 Estados miembros de la ONU. (Amnistía Internacional, 2004).

              Inyección letal
              La inyección letal ha sido el método de ejecución más habitual en la era moderna de la pena capital en Estados Unidos. Entre la reanudación de las ejecuciones en 1977 y el 31 de agosto de 2018, 1.306 ejecuciones (casi el 90%) utilizaron la inyección letal. Cuando los estados empezaron a utilizar fármacos en las ejecuciones, muchos lo hicieron con la creencia de que la inyección letal sería más humana que los métodos más visiblemente cruentos a los que sustituía: la horca, la electrocución, el gas y el fusilamiento. Otros estados adoptaron la inyección letal para evitar las impugnaciones legales de la constitucionalidad de sus métodos anteriores.

              A pesar del supuesto objetivo de los estados de garantizar ejecuciones más humanas, los expertos han estimado que más del 7% de las ejecuciones por inyección letal en Estados Unidos hasta 2010 fueron un fracaso. A partir de 2011, a medida que los estados han ido experimentando con nuevos fármacos de ejecución, los informes de ejecuciones problemáticas han aumentado notablemente. Al mismo tiempo, los estados han promulgado leyes que impiden al público obtener información sobre los fármacos de la inyección letal y sus proveedores.

              Delitos castigados con la muerte
              Las penas de muerte sólo pueden imponerse por delitos en los que la víctima es asesinada, pero las legislaturas estatales de América pueden determinar qué circunstancias específicas hacen que un asesinato pueda ser castigado con la pena de muerte.

              Todos los presos actualmente en el corredor de la muerte y todos los ejecutados en la era moderna de la pena de muerte fueron condenados por asesinato. Históricamente, la pena de muerte se utilizaba mucho para las violaciones, sobre todo contra acusados negros con víctimas blancas. Cuando se restableció la pena de muerte en 1976, el Tribunal Supremo dejó abierta la posibilidad de imponer la pena de muerte por delitos distintos del asesinato, como la violación o incluso el robo a mano armada. Sin embargo, el Tribunal no tardó en dictaminar que la pena de muerte sería inconstitucional para la violación de un adulto en la que no se hubiera producido ninguna muerte. Esa prohibición se amplió posteriormente a cualquier violación no homicida mediante la decisión del Tribunal Supremo de EE.UU. en el caso Kennedy contra Luisiana, y el Tribunal comentó que la pena de muerte ya no podía aplicarse por ningún delito contra un individuo en el que no se produjera una muerte. La cuestión de si la pena de muerte puede aplicarse a delitos contra el gobierno, como la traición o el espionaje, sigue sin resolverse.

              Muchos estados de Estados Unidos permiten que todas las personas que hayan participado en un delito en el que se haya producido una muerte sean acusadas de asesinato y puedan ser condenadas a la pena de muerte, aunque no hayan matado directamente a nadie. El caso de los cómplices desarmados en un atraco a un banco en el que muere un empleado es un ejemplo típico de delito de asesinato. Como se supone que la pena de muerte está reservada para los "peores casos", las legislaturas o los tribunales podrían restringir su uso sólo a los que participaron directamente en el asesinato de la víctima. Los presos también han planteado que las circunstancias agravantes que hacen que un delito pueda ser castigado con la pena de muerte son demasiado amplias, ya que algunas leyes estatales de pena de muerte abarcan casi todos los asesinatos, en lugar de reservar la pena de muerte para un pequeño subconjunto de asesinatos.

              Los ejecutados que no mataron directamente a la víctima

              Todos los ejecutados desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976 participaron en un crimen en el que murió al menos una víctima. En la mayoría de los casos, la persona ejecutada mató directamente a la víctima. En una pequeña minoría de casos, la persona ejecutada ordenó o contrató a otra persona para llevar a cabo el asesinato. En otro grupo de casos, la persona ejecutada participó en un delito durante el cual la víctima murió a manos de otro participante en el delito. El acusado en estos casos suele ser declarado culpable de "homicidio doloso" o según la "ley de las partes", y en algunos estados puede recibir la pena de muerte, a pesar de no haber matado o dirigido el asesinato de la víctima. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha restringido el uso de la pena de muerte en estos casos. Véase las sentencias Enmund v. Florida y Tison v. Arizona, de Estados Unidos.

              Religión y la Pena de Muerte
              Líderes y organizaciones que representan a una variedad de religiones han adoptado posturas sobre la pena de muerte, a menudo vinculando sus puntos de vista a creencias sobre la dignidad humana, la retribución y la redención.

              Las confesiones religiosas de EE.UU. se han pronunciado con frecuencia sobre la pena de muerte, a veces señalando preocupaciones sobre su aplicación y otras veces juzgando la moralidad del propio castigo. Históricamente, la mayoría de los principales organismos religiosos permitían el uso de la pena capital, pero las críticas a esta práctica han aumentado considerablemente en los últimos tiempos.

              En una democracia diversa, ningún punto de vista religioso ocupa una posición privilegiada en la elaboración de la ley. Sin embargo, los principios de las distintas comunidades religiosas son relevantes en el debate político porque contribuyen a informar las opiniones de sus respectivos electores y reflejan la "evolución de las normas de decencia" que son vitales para la interpretación de la Octava Enmienda por parte del Tribunal Supremo.

              El budismo y la pena capital
              Dado que el budismo existe en muchas formas, bajo muchas organizaciones, no hay una política budista unificada sobre la pena capital.

              En términos de doctrina, la pena de muerte es claramente incompatible con las enseñanzas budistas. Los budistas ponen gran énfasis en la no violencia y la compasión por toda vida. El Primer Precepto exige que los individuos se abstengan de herir o matar a cualquier criatura viva.

              Buda no habló explícitamente de la pena capital, pero sus enseñanzas no muestran ninguna simpatía por el castigo físico, por muy grave que sea el delito.

              El budismo cree fundamentalmente en el ciclo de nacimiento y renacimiento (Samsara) y enseña que si se administra la pena capital tendrá efectos comprometedores en las almas del infractor y del castigador en futuras encarnaciones.

              En cuanto al castigo en este mundo, el budismo tiene opiniones firmes:

              el tratamiento inhumano de un delincuente no resuelve sus fechorías ni las de la humanidad en general - el mejor enfoque para un delincuente es reformador y no punitivo
              el castigo debe ser sólo en la medida en que el delincuente necesite enmendarse, y su rehabilitación en la sociedad debe ser de suma importancia
              castigar a un delincuente con excesiva crueldad dañará no sólo la mente del delincuente, sino también la de la persona que castiga
              es imposible administrar un castigo severo con compostura y compasión
              si el delito es especialmente grave, la persona puede ser desterrada de la comunidad o del país

              A pesar de estas enseñanzas, varios países con importantes poblaciones budistas mantienen la pena de muerte, y algunos de ellos, por ejemplo Tailandia, siguen aplicándola.

              No se trata de estados que tengan el budismo como religión oficial.

              Esta aparente paradoja se debe en parte, según algunos expertos, a la diferencia entre el budismo popular y el monástico. La mayoría de los budistas laicos de estos países siguen las prácticas budistas y son totalmente sinceros en su compromiso, pero el estudio genuino del budismo, sus rituales y su traslación a la vida cotidiana es superficial para la mayoría de los seguidores budistas.

              Católicos
              "La nueva evangelización exige seguidores de Cristo que sean incondicionalmente pro-vida: que proclamen, celebren y sirvan el Evangelio de la vida en cualquier situación. Un signo de esperanza es el reconocimiento cada vez mayor de que la dignidad de la vida humana no debe ser nunca quitada, incluso en el caso de alguien que ha hecho un gran mal. . . . Renuevo el llamamiento que hice... para que se llegue a un consenso que ponga fin a la pena de muerte, que es cruel e innecesaria."
              -Papa Juan Pablo II

              El castigo "no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad, es decir, cuando no sea posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, estos casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes. Juan Pablo II, El Evangelio de la Vida, [El castigo] no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad: es decir, cuando no sería posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, tales casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes."
              -Papa Juan Pablo II

              Hinduismo
              No existe una línea oficial hindú sobre la pena capital. Sin embargo, el hinduismo se opone al asesinato, la violencia y la venganza, de acuerdo con el principio de ahimsa (no violencia).

              La India sigue manteniendo la pena de muerte, y es probable que las razones para ello sean similares a las sugeridas en la sección budista.

              El debate sobre la pena capital en India se reavivó en 2004 con el caso de Dhananjoy Chatterjee, condenado por violación y asesinato.

              En la actualidad hay más de 100 personas en el corredor de la muerte en India, aunque el número de ejecuciones en ese país es realmente muy bajo y el Tribunal Supremo indio ha dictaminado que la pena de muerte sólo debe utilizarse en los casos más raros.

              Asamblea Rabínica

              Resolución sobre la pena capital:

              "Considerando que la Torá enseña que todos los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios;

              Considerando que la tradición judía defiende la santidad de la vida;

              Considerando que, tanto en el concepto como en la práctica, los líderes rabínicos de muchos períodos históricos diferentes han encontrado la pena capital repugnante;

              Considerando que no se han reunido pruebas que indiquen de forma persuasiva que la pena capital sirva para disuadir del crimen;

              Considerando que los estudios jurídicos han demostrado que hasta 300 personas en este siglo han sido condenadas erróneamente por delitos capitales;

              Por lo tanto, se resuelve que la Asamblea Rabínica se oponga a la adopción de leyes de pena de muerte e inste a su abolición en los estados que ya las han adoptado;

              Que la Asamblea Rabínica inste a la promulgación de leyes que ordenen que algunos delitos capitales sean castigados con cadena perpetua sin libertad condicional;

              Que la Asamblea Rabínica ofrezca su apoyo y se pronuncie en favor de las víctimas de delitos violentos y sus familias;

              Que la Asamblea Rabínica aliente a sus miembros a enviar esta resolución a sus funcionarios electos correspondientes."

              Encuestas
              La "Encuesta de Valores Americanos" de septiembre de 2014 realizada por el Public Religion Research Institute (PRPI) mostró que el 48% de los estadounidenses dijo que prefería la cadena perpetua sin libertad condicional como castigo por el asesinato, en comparación con el 44% que dijo que prefería la pena de muerte. El sondeo descubrió lo que los comentaristas del PRPI describieron como "importantes divisiones religiosas en esta cuestión". El apoyo a la pena de muerte fue más bajo entre los protestantes hispanos y negros, con un 24% y un 25%, respectivamente. El 68% de ellos prefería la cadena perpetua sin libertad condicional. Los católicos, los judíos, otras religiones no cristianas y los no afiliados religiosamente preferían la cadena perpetua sin libertad condicional a la pena de muerte. Sólo los evangélicos blancos (59%) y los protestantes blancos de línea principal (52%) expresaron un apoyo mayoritario a la pena de muerte, con un 34% y un 40% de estos grupos, respectivamente, que preferían la cadena perpetua sin libertad condicional.

              Clemencia
              La clemencia es el proceso por el que un gobernador, un presidente o una junta administrativa puede reducir la condena de un acusado o conceder un indulto. Se han concedido clemencias en casos de pena de muerte por diversos motivos.

              En Estados Unidos, todos los estados y el gobierno federal tienen un proceso para reducir la sentencia o indultar a quienes se enfrentan a cargos penales. La clemencia es una consideración especialmente importante para los condenados a muerte. Incluso después de que se hayan agotado todas las apelaciones en los tribunales, todavía existe la posibilidad de que se le perdone la vida al recluso.

              Sin embargo, las clemencias en casos de pena capital han sido escasas. Aparte de las ocasionales concesiones generales de clemencia por parte de gobernadores preocupados por la equidad general de la pena de muerte, desde 1976 se han concedido menos de dos de media al año. En el mismo periodo, más de 1.500 casos han sido ejecutados. Entre las razones aducidas para la concesión de clemencia en los casos de pena capital se encuentran: la enfermedad mental del acusado, un coacusado al que se le impuso una condena menor y la evidencia de que el acusado puede haber sido condenado erróneamente.

              Dado que la facultad de conceder clemencia corresponde al poder ejecutivo del gobierno, los tribunales se han mostrado reacios a imponer normas a este procedimiento. Los gobernadores están sujetos a la influencia política, e incluso la concesión de un solo indulto puede dar lugar a duros ataques. Por ello, las clemencias en casos de pena de muerte han sido imprevisibles e inmunes a la revisión.

              Si se examina la concesión de clemencia por estados desde 1976 en Estados Unidos, se puede observar que el número de clemencias en
              Illinois ha sido de 187, más que el resto de Estados combinados (poco más de 100).

              Desde 1976, se han concedido siete clemencias amplias o generales a presos del corredor de la muerte en Estados Unidos:

              El gobernador Jared Polis en Colorado en 2020 (todos los presos del corredor de la muerte).
              El gobernador Martin O'Malley en Maryland en 2015 (todos los condenados a muerte).
              El gobernador Pat Quinn en Illinois en 2011 (todos los presos del corredor de la muerte), justo antes de firmar el proyecto de ley que deroga la pena de muerte.
              El gobernador Jon Corzine en Nueva Jersey en 2007 (todos los presos en el corredor de la muerte), justo antes de firmar la ley de derogación de la pena de muerte.
              El gobernador George Ryan en Illinois en 2003 (todos los presos condenados a muerte).
              El gobernador Richard Celeste en Ohio en 1991 (8 presos condenados a muerte).
              El gobernador Toney Anaya en Nuevo México en 1986 (todos los presos condenados a muerte).

              En una democracia, el contenido de las leyes lo determina el pueblo. Incluso la constitución puede cambiarse a través del proceso democrático. El sentimiento público puede medirse a través de las encuestas, pero también se refleja en las elecciones y los referendos, tanto a nivel local como nacional. El pueblo de la mayoría de los países democráticos está en contra de la pena capital. Incluso en Estados Unidos las encuestas de opinión pública muestran que el apoyo a la pena de muerte (motivo clave en la que se justificaba) se encuentra actualmente cerca de mínimos históricos, tras haber alcanzado un máximo en 1994 y haber disminuido desde entonces. Este recurso ofrece información en algunas áreas importantes del debate sobre la pena capital.

              Familias de las víctimas
              Las familias de las víctimas de asesinatos tienen diversas opiniones sobre la pena de muerte. Los estudios sugieren que la pena de muerte no aporta un cierre y que interfiere en su proceso de curación.

              Trágicamente, en todos los casos de asesinato con pena de muerte hay al menos una víctima fallecida. La reivindicación de las víctimas y el cierre de las familias de las víctimas suelen ser las principales razones para apoyar la pena de muerte. Sin embargo, muchas personas que se encuentran en esta circunstancia creen que otro asesinato no supondría un cierre y que la pena de muerte es un perjuicio para las víctimas.

              Las familias y los allegados de las víctimas (a veces denominadas "covíctimas") pueden desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de un caso en los tribunales. La fiscalía puede consultar con las familias si se solicita la pena de muerte o se acepta una declaración de culpabilidad con una condena menor. Si se solicita la pena de muerte, se puede pedir a los familiares que testifiquen en la fase de sentencia para describir el impacto que el asesinato ha tenido en sus propias vidas. Los familiares de las víctimas suelen intervenir en las audiencias legislativas sobre la pena de muerte, tanto a favor como en contra de una ley de pena de muerte.

              Desde el punto de vista estadístico, la raza de la víctima puede ser relevante para las cuestiones de aplicación arbitraria y discriminación racial de la pena de muerte. Los estudios han demostrado que los casos de muerte implican desproporcionadamente a víctimas blancas en el asesinato subyacente.

              Los familiares de las víctimas que se oponen a la pena de muerte son a veces ignorados si la fiscalía está decidida a buscar el castigo más extremo. Además, las declaraciones del impacto de la víctima en los procedimientos de sentencia pueden ser tan dramáticas y poderosas que anulan cualquier factor atenuante presentado sobre la historia de vida del acusado.

              Los prejuicios raciales contra los acusados de color y a favor de las víctimas blancas tienen un fuerte efecto sobre quiénes son procesados, condenados a muerte y ejecutados.

              La pena de muerte lleva mucho tiempo siendo objeto de escrutinio por tener un sesgo racial. A principios del siglo XX, cuando se aplicaba por el delito de violación, el 89% de las ejecuciones correspondían a acusados negros, la mayoría por la violación de una mujer blanca. En la era moderna, cuando las ejecuciones se han llevado a cabo exclusivamente por asesinato, el 75 por ciento de los casos implican el asesinato de víctimas blancas, a pesar de que negros y blancos tienen casi la misma probabilidad de ser víctimas de asesinato.

              En casi todos los estudios sofisticados que han explorado esta área durante muchos años se ha encontrado un sesgo hacia los casos de víctimas blancas. Estos estudios suelen controlar otras variables en los casos estudiados, como el número de víctimas o la brutalidad del crimen, y aun así descubren que los acusados tienen más probabilidades de ser condenados a muerte si matan a una persona blanca.

              La cuestión de las disparidades raciales en el uso de la pena de muerte fue considerada por el Tribunal Supremo en 1987. En una ajustada votación, el Tribunal sostuvo que los estudios por sí solos no podían aportar la prueba necesaria de discriminación racial en el caso de un acusado concreto. Esta decisión pareció cerrar la puerta a las impugnaciones amplias de la pena de muerte. Sin embargo, el Tribunal ha constatado la discriminación racial en la selección del jurado en casos individuales de pena capital.

              Inocencia
              La pena de muerte conlleva el riesgo inherente de ejecutar a un inocente. Desde 1973, al menos 186 personas que habían sido condenadas erróneamente a muerte en Estados Unidos han sido exoneradas.

              Dada la falibilidad del juicio humano, siempre ha existido el peligro de que una ejecución pueda dar lugar al asesinato de una persona inocente. Sin embargo, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró inconstitucional la administración de la pena de muerte en 1972, apenas se mencionó la cuestión de la inocencia en las nueve opiniones emitidas. Aunque seguramente se cometieron errores en el pasado, prevaleció la suposición de que esos casos eran pocos y distantes entre sí. Casi todos los condenados a muerte eran seguramente culpables.

              Sin embargo, cuando los tribunales federales empezaron a revisar más a fondo si los acusados de delitos estatales gozaban de sus derechos garantizados al debido proceso, empezaron a aparecer con regularidad errores y faltas oficiales que requerían nuevos juicios. Cuando los acusados contaron con un abogado más experimentado, con jurados seleccionados de forma justa, y se les concedió acceso a pruebas científicas, algunos fueron absueltos y puestos en libertad. Desde 1973, 186 ex presos del corredor de la muerte han sido exonerados de todos los cargos relacionados con las condenas erróneas que los habían llevado al corredor de la muerte.

              Ahora está claro que los acusados inocentes serán condenados y sentenciados a muerte con cierta regularidad mientras exista la pena de muerte. Es poco probable que el proceso de apelación -que se centra principalmente en los errores legales y no en las determinaciones de hecho- detecte todos los errores. Las reformas se han aplicado a regañadientes, aumentando tanto los costes como el tiempo que consume la pena de muerte, pero no han sido suficientes para superar el error humano. La popularidad y el uso de la pena capital han disminuido rápidamente a medida que la cuestión de la inocencia ha ganado atención. La pregunta que queda es cuántas vidas inocentes merece la pena sacrificar para preservar este castigo.

              Más del 70% de los países del mundo han abolido la pena capital en la ley o en la práctica. Sin embargo, la pena de muerte sigue existiendo en muchas partes del mundo, especialmente en países con grandes poblaciones y en aquellos con un gobierno autoritario. En las últimas décadas, se ha producido una clara tendencia de alejamiento de la pena capital, ya que muchos países han abolido la pena de muerte o han dejado de aplicarla. Estados Unidos sigue siendo un país atípico entre sus aliados cercanos y otras democracias en su aplicación continua de la pena de muerte.

              Aunque el derecho internacional no prohíbe la pena de muerte, la mayoría de los países la consideran una violación de los derechos humanos. El uso de la pena de muerte en todo el mundo es relevante a la hora de evaluar las normas de decencia de Estados Unidos y lo que debe considerarse un castigo cruel e inusual según la Octava Enmienda. Algunos jueces del Tribunal Supremo se han referido al derecho internacional como una afirmación más de sus propias conclusiones sobre la pena de muerte, especialmente en lo que se refiere a clases específicas de acusados, como los delincuentes juveniles.

              Hay una serie de desacuerdos que pueden surgir entre los países que imponen la pena de muerte y los que no lo hacen. Los países que no imponen la pena de muerte están especialmente preocupados cuando uno de sus ciudadanos se enfrenta a una ejecución en EE.UU. Algunos países se niegan a extraditar a individuos a EE.UU., o incluso a proporcionar pruebas incriminatorias, si el acusado podría enfrentarse a la pena de muerte. Además, muchos países y organismos internacionales consideran que la pena de muerte es una cuestión de derechos humanos y se han criticado varias prácticas de Estados Unidos en materia de pena de muerte por violar las obligaciones de los tratados estadounidenses y la legislación internacional sobre derechos humanos. La preocupación por los derechos humanos en todo el mundo siempre ha sido importante en la diplomacia estadounidense, pero Estados Unidos se ve a menudo cuestionado por su uso de la pena de muerte y la protección que ofrece a otros países que la utilizan de forma especialmente abusiva.

              La investigación internacional sobre el uso de la pena de muerte debe un agradecimiento especial a Amnistía Internacional, que ha vigilado e informado regularmente sobre la pena capital en todo el mundo.

              Discapacidad intelectual
              Es inconstitucional imponer la pena de muerte a personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, la escasa representación legal y los onerosos requisitos probatorios siguen dando lugar a sentencias de muerte y ejecuciones de acusados con discapacidad intelectual.

              Aunque no llega a abolir la pena de muerte, el Tribunal Supremo de EE.UU. ha tomado medidas para limitar su aplicación, de modo que se utilice principalmente en los casos en los que el acusado tenga mayor culpabilidad. Las personas con discapacidad intelectual no están en ese grupo. En ocasiones, los estados también han determinado que la pena de muerte podría ser demasiado dura aplicada a algunos acusados, y muchos han aprobado leyes que eximen de la pena de muerte a las personas con capacidad intelectual limitada.

              La comunidad de la salud mental ha proporcionado criterios claros para determinar la existencia de una discapacidad intelectual: una limitación significativa de la capacidad intelectual y del comportamiento adaptativo, que se manifiesta antes de los 18 años.

              Aunque la cuestión de la prohibición nacional del uso de la pena capital para las personas con discapacidad intelectual fue rechazada por el Tribunal Supremo en 1989 porque muy pocos estados habían tomado medidas por su cuenta, la cuestión resurgió en 2002 con un nuevo consenso. Treinta estados habían puesto fin al uso de la pena de muerte por completo, o al menos para las personas con discapacidad intelectual. En el caso Atkins contra Virginia, el Tribunal sostuvo que las normas de decencia de la nación habían evolucionado hasta el punto de que no debían producirse tales ejecuciones. También concluyó que el efecto disuasorio o retributivo de la ejecución de estos acusados era escaso o nulo.

              El caso Atkins fue un momento fundamental en la historia de la pena de muerte, no sólo porque salvó la vida de una clase vulnerable de acusados, sino que también proporcionó un modelo para lograr otras limitaciones en la práctica, o incluso para eliminarla por completo. Incluso después de la decisión del Tribunal en 2002, algunos estados siguieron utilizando prácticas arcanas en la determinación de la discapacidad intelectual, por lo que ha sido necesaria una mayor supervisión.

              Enfermedades mentales
              No existe una prohibición categórica de la ejecución de personas con enfermedades mentales. Las legislaturas de numerosos estados han considerado proyectos de ley para crear dicha exclusión, pero todavía no se ha promulgado ninguno.

              El Tribunal Supremo de EE.UU. ha dicho que la enfermedad mental de un acusado le hace menos culpable moralmente y debe ser tenida en cuenta como una razón importante para perdonarle la vida. Sin embargo, al igual que ocurrió inicialmente con la discapacidad intelectual y la juventud, el Tribunal no ha prohibido la pena de muerte para quienes padecen enfermedades mentales graves. Cuando el Tribunal prohibió la pena de muerte para los discapacitados intelectuales y para los menores, consideró que eran miembros de grupos identificables que tienen una responsabilidad disminuida por sus actos y, por tanto, no debían ser considerados los peores y más culpables acusados. Muchos expertos en salud mental creen que las personas con enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, pueden tener deficiencias cognitivas similares que interfieren en su toma de decisiones. La Asociación Americana de Psiquiatría y el Colegio de Abogados de Estados Unidos, entre otros, han pedido que se prohíba la pena de muerte para los enfermos mentales graves.

              Algunos acusados tienen una enfermedad mental tan grave que no comprenden su delito ni sus consecuencias y pueden ser considerados mentalmente incompetentes. Estas personas pueden no ser aptas para ser juzgadas o ser declaradas no culpables por razón de demencia. Si son condenados y se vuelven incompetentes mientras están en el corredor de la muerte, no pueden ser ejecutados, según los precedentes del Tribunal Supremo. Sin embargo, la mayoría de las personas con enfermedades mentales -incluso muchas con enfermedades mentales graves- no son mentalmente incompetentes.

              Los problemas de salud mental tienen una amplia repercusión en los casos de pena de muerte. Uno de cada diez presos ejecutados en Estados Unidos son "voluntarios", es decir, acusados o presos que han renunciado a derechos clave de juicio o apelación para facilitar su ejecución. Las enfermedades mentales también afectan a la decisión de los acusados de representarse a sí mismos, a su capacidad para trabajar con un abogado y a la percepción que el jurado tiene de sus motivos y de si suponen un peligro futuro para la sociedad si son condenados a cadena perpetua.

              Hay al menos tres obstáculos para excluir a los enfermos mentales graves: 1. A diferencia de la edad y la capacidad intelectual, es difícil definir la clase de acusados con enfermedades mentales que deben ser eximidos y determinar si su enfermedad afectó a su juicio cuando delinquieron. 2. Los Estados se han mostrado hasta ahora reacios a adoptar tales prohibiciones, aunque la sociedad sigue evolucionando en cuanto a su comprensión de las enfermedades mentales. 3. La composición del Tribunal Supremo ha cambiado desde que se decidieron algunas de las exenciones anteriores. No obstante, las decisiones anteriores podrían servir como importantes precedentes, susceptibles de ser ampliados a los enfermos mentales.

              Alternativas de condena
              Las sentencias alternativas, como la cadena perpetua sin libertad condicional, evitan algunos de los principales problemas de la pena capital, como el elevado coste de la pena de muerte y el riesgo de ejecutar a un inocente.

              Cada vez más, la discusión en torno a la pena de muerte ha pasado de ser un debate moral a una comparación de la pena capital con sus alternativas viables. Hoy en día, los jurados, los legisladores y los tribunales tienen que elegir entre la pena de muerte y la cadena perpetua sin libertad condicional. Todos los estados que tienen la pena de muerte también tienen una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional (LWOP). Las familias de las víctimas suelen preferir la cadena perpetua a la incertidumbre y el espectáculo de la pena de muerte. Muchos fiscales han llegado a la conclusión de que los costes asociados a los casos de pena capital no merecen sus limitados recursos, especialmente porque muchos casos son anulados. A medida que se ha ido extendiendo el uso de la pena de muerte, el número de condenas a muerte ha disminuido drásticamente.

              Además del uso de la LWOP, los estados también han mirado más allá del castigo y han buscado formas alternativas de reducir la delincuencia violenta, como la policía de proximidad, la introducción de tecnología de lucha contra el crimen y la justicia restaurativa. El dinero que se ahorra al no solicitar la pena de muerte puede utilizarse para apoyar esas iniciativas.

              Aunque los fiscales a menudo permiten que un acusado de pena capital se declare culpable a cambio de una sentencia de cadena perpetua, muchos son reacios a eliminar la pena de muerte en sí misma porque la consideran una moneda de cambio. Este papel de la pena de muerte como amenaza es sospechoso tanto por motivos éticos como constitucionales.

              Algunos de los que se oponen a la pena capital también cuestionan el uso de las sentencias de cadena perpetua sin libertad condicional como otra forma de sentencia de muerte y señalan su uso extendido incluso en casos no capitales. Muchos sondeos de opinión contrastan hoy en día la pena de muerte con la cadena perpetua,

              Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

              Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

              Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

              • Antropología
              • Estudios de la familia
              • Historia
              • Derecho
              • Medicina
              • Ciencias mortuorias
              • Filosofía
              • Psicología
              • Trabajo Social
              • Sociología
              • Teología

              Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

              • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
              • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
              • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
              • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
              • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

              Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

              La Tanatología Forense

              La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

              En sentido objetivo se refiere a la masa o conjunto de bienes; en sentido jurídico es la transmisión de bienes por causa de muerte.

              Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

              Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

              Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

              • Antropología
              • Estudios de la familia
              • Historia
              • Derecho
              • Medicina
              • Ciencias mortuorias
              • Filosofía
              • Psicología
              • Trabajo Social
              • Sociología
              • Teología

              Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

              • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
              • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
              • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
              • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
              • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

              Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

              La Tanatología Forense

              La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

              La pena de muerte es el asesinato de un ser humano sancionado por el gobierno como castigo por los delitos que ha cometido.
              La pena de muerte, también conocida como pena capital, no es legal en la mayoría de los países, pero sigue siendo legal en un tercio de las naciones, aunque no todas la aplican. Algunos países, como China, aplican la pena capital a gran escala. Este recurso examina algunas cuestiones clave, como su historia, su relación con la religión y la clemencia.

              Historia de la pena de muerte
              La pena de muerte existe en Estados Unidos desde la época colonial. Su historia está entrelazada con la esclavitud, la segregación y los movimientos de reforma social.

              Primeras leyes de pena de muerte
              Las primeras leyes establecidas sobre la pena de muerte se remontan al siglo XVIII a.C. en el Código del rey Hammurabi de Babilonia, que codificó la pena de muerte para 25 delitos diferentes. La pena de muerte también formaba parte del Código Hitita del siglo XIV a.C.; en el Código Draconiano de Atenas del siglo VII a.C., que hacía de la muerte el único castigo para todos los delitos; y en la Ley Romana de las Doce Tablas del siglo V a.C. Las sentencias de muerte se ejecutaban por medios como la crucifixión, el ahogamiento, los golpes hasta la muerte, la quema viva y el empalamiento.

              En el siglo X d.C., el ahorcamiento se convirtió en el método habitual de ejecución en Gran Bretaña. En el siglo siguiente, Guillermo el Conquistador no permitió que se colgara a las personas ni que se las ejecutara de otro modo por ningún delito, excepto en tiempos de guerra. Esta tendencia no duraría, ya que en el siglo XVI, bajo el reinado de Enrique VIII, se calcula que fueron ejecutadas hasta 72.000 personas. Algunos métodos comunes de ejecución en esa época eran la ebullición, la quema en la hoguera, el ahorcamiento, la decapitación y el descuartizamiento. Las ejecuciones se llevaban a cabo por delitos capitales como casarse con un judío, no confesar un crimen y traición.

              El número de delitos capitales en Gran Bretaña siguió aumentando durante los dos siglos siguientes. En la década de 1700, 222 delitos se castigaban con la muerte en Gran Bretaña, entre ellos robar, talar un árbol y asaltar una conejera. Debido a la severidad de la pena de muerte, muchos jurados no condenaban a los acusados si el delito no era grave. Esto llevó a reformar la pena de muerte en Gran Bretaña. De 1823 a 1837, se eliminó la pena de muerte para más de 100 de los 222 delitos castigados con la muerte.

              La pena de muerte en Estados Unidos
              Gran Bretaña influyó en el uso de la pena de muerte en Estados Unidos más que ningún otro país. Cuando los colonos europeos llegaron al nuevo mundo, trajeron la práctica de la pena capital. La primera ejecución de la que se tiene constancia en las nuevas colonias fue la del capitán George Kendall en la colonia de Jamestown, Virginia, en 1608. Kendall fue ejecutado por ser espía de España. En 1612, el gobernador de Virginia, Sir Thomas Dale, promulgó las Leyes Divinas, Morales y Marciales, que preveían la pena de muerte incluso para delitos menores como robar uvas, matar gallinas y comerciar con los indios.

              Las leyes relativas a la pena de muerte variaban de una colonia a otra. La Colonia de la Bahía de Massachusetts llevó a cabo su primera ejecución en 1630, aunque las Leyes Capitales de Nueva Inglaterra no entraron en vigor hasta años después. La colonia de Nueva York instituyó las Leyes del Duque de 1665. Según estas leyes, delitos como golpear a la madre o al padre, o negar al "verdadero Dios", se castigaban con la muerte.

              Época colonial
              El movimiento abolicionista tiene sus raíces en los escritos de los teóricos europeos Montesquieu, Voltaire y Bentham, y de los cuáqueros ingleses John Bellers y John Howard. Sin embargo, fue el ensayo de Cesare Beccaria de 1767, Sobre los delitos y las penas, el que tuvo un impacto especialmente fuerte en todo el mundo. En este ensayo, Beccaria sostenía que no existía justificación alguna para que el Estado quitara una vida. El ensayo dio a los abolicionistas una voz autorizada y una energía renovada, uno de cuyos resultados fue la abolición de la pena de muerte en Austria y Toscana.

              También los intelectuales estadounidenses se vieron influidos por Beccaria. Los primeros intentos de reforma de la pena de muerte en Estados Unidos se produjeron cuando Thomas Jefferson presentó un proyecto de ley para revisar las leyes de la pena de muerte de Virginia. El proyecto de ley proponía que la pena capital se aplicara únicamente a los delitos de asesinato y traición. Fue rechazado por un solo voto.

              También influyó el Dr. Benjamin Rush, firmante de la Declaración de Independencia y fundador de la Sociedad Penitenciaria de Pensilvania. Rush cuestionó la creencia de que la pena de muerte sirve como elemento disuasorio. De hecho, Rush fue uno de los primeros en creer en el "efecto de embrutecimiento". Sostenía que la pena de muerte en realidad aumentaba la conducta delictiva. Rush obtuvo el apoyo de Benjamin Franklin y del fiscal general de Filadelfia, William Bradford. Bradford, que más tarde se convertiría en el Fiscal General de los Estados Unidos, llevó a Pensilvania a ser el primer estado en considerar los grados de asesinato en función de la culpabilidad. En 1794, Pensilvania derogó la pena de muerte para todos los delitos excepto el asesinato en primer grado.

              Siglo XIX
              A principios y mediados del siglo XIX, el movimiento abolicionista cobró impulso en el noreste. A principios de siglo, muchos estados redujeron el número de sus delitos capitales y construyeron penitenciarías estatales. En 1834, Pensilvania se convirtió en el primer estado en alejar las ejecuciones del ojo público y llevarlas a cabo en centros penitenciarios.

              En 1846, Michigan se convirtió en el primer estado en abolir la pena de muerte para todos los delitos excepto la traición. Más tarde, Rhode Island y Wisconsin abolieron la pena de muerte para todos los delitos. A finales de siglo, el mundo vería cómo los países de Venezuela, Portugal, Holanda, Costa Rica, Brasil y Ecuador seguían su ejemplo.

              Aunque algunos estados de Estados Unidos empezaron a abolir la pena de muerte, la mayoría de los estados mantuvieron la pena capital. Algunos estados convirtieron en delitos capitales más crímenes, especialmente los cometidos por esclavos. En 1838, en un esfuerzo por hacer que la pena de muerte fuera más aceptable para el público, algunos estados empezaron a aprobar leyes contra las sentencias de muerte obligatorias y, en su lugar, promulgaron estatutos de pena de muerte discrecionales. La promulgación en 1838 de estatutos de pena de muerte discrecional en Tennessee, y posteriormente en Alabama, se consideró una gran reforma. Esta introducción de la discrecionalidad en la imposición de la pena capital se percibió como una victoria para los abolicionistas, ya que antes de la promulgación de estas leyes, todos los estados imponían la pena de muerte a cualquier persona condenada por un delito capital, independientemente de las circunstancias. Con la excepción de un pequeño número de delitos raramente cometidos en unas pocas jurisdicciones, todas las leyes de pena capital obligatoria habían sido abolidas en 1963.

              Durante la Guerra Civil, la oposición a la pena de muerte disminuyó, ya que se prestó más atención al movimiento antiesclavista. Después de la guerra, surgieron nuevos avances en los medios de ejecución. La silla eléctrica se introdujo a finales de siglo. Nueva York construyó la primera silla eléctrica en 1888 y en 1890 ejecutó a William Kemmler. Pronto, otros estados adoptaron este método de ejecución.

              Principios y mediados del siglo XX
              Aunque algunos estados abolieron la pena de muerte a mediados del siglo XIX, fue en realidad la primera mitad del siglo XX la que marcó el inicio del "periodo progresista" de reformas en Estados Unidos. Entre 1907 y 1917, seis estados prohibieron por completo la pena de muerte y tres la limitaron a los delitos raramente cometidos de traición y asesinato en primer grado de un agente de la ley. Sin embargo, esta reforma duró poco. En Estados Unidos se respiraba un ambiente de frenesí, ya que los ciudadanos empezaban a sentir pánico ante la amenaza de una revolución a raíz de la Revolución Rusa. Además, Estados Unidos acababa de entrar en la Primera Guerra Mundial y existían intensos conflictos de clase, ya que los socialistas planteaban el primer desafío serio al capitalismo. Como resultado, cinco de los seis estados abolicionistas reinstauraron la pena de muerte en 1920.

              En 1924 se introdujo el uso de gas cianuro, ya que Nevada buscaba una forma más humana de ejecutar a sus reclusos. Gee Jon fue la primera persona ejecutada con gas letal. El estado intentó bombear gas cianuro en la celda de Jon mientras dormía, pero esto resultó imposible y se construyó la cámara de gas.

              Desde la década de 1920 hasta la de 1940, hubo un resurgimiento del uso de la pena de muerte. Esto se debió, en parte, a los escritos de los criminólogos, que argumentaban que la pena de muerte era una medida social necesaria. En Estados Unidos, los estadounidenses estaban sufriendo la Ley Seca y la Gran Depresión. En la década de 1930 hubo más ejecuciones que en cualquier otra década de la historia de Estados Unidos, una media de 167 al año.

              En la década de 1950, el sentimiento público comenzó a alejarse de la pena capital. Muchas naciones aliadas abolieron o limitaron la pena de muerte, y en Estados Unidos el número de ejecuciones descendió drásticamente. Mientras que en la década de 1940 hubo 1.289 ejecuciones, en la década de 1950 hubo 715, y el número se redujo aún más, a sólo 191, entre 1960 y 1976. En 1966, el apoyo a la pena capital alcanzó un mínimo histórico. Una encuesta de Gallup mostró que el apoyo a la pena de muerte era de sólo el 42%.

              La pena de muerte federal en los Estados Unidos
              Además de las leyes de pena de muerte de muchos estados, el gobierno federal también ha aplicado la pena capital para ciertos delitos federales, como el asesinato de un funcionario del gobierno, el secuestro con resultado de muerte, la dirección de una empresa de drogas a gran escala y la traición. Cuando el Tribunal Supremo anuló los estatutos estatales de la pena de muerte en el caso Furman, los estatutos federales de la pena de muerte adolecían de las mismas deficiencias constitucionales que los estatutos estatales. Como resultado, las sentencias de muerte bajo los antiguos estatutos federales de la pena de muerte no han sido confirmadas.

              En 1988, se promulgó una nueva ley federal de pena de muerte para el asesinato en el curso de una conspiración de tráfico de drogas. El estatuto se basó en los estatutos posteriores a Gregg que el Tribunal Supremo ha aprobado. Desde su promulgación, 6 personas han sido condenadas a muerte por violar esta ley, aunque ninguna ha sido ejecutada.

              En 1994, el presidente Clinton firmó la Ley de Control del Crimen Violento y Aplicación de la Ley, que amplió la pena de muerte federal a unos 60 delitos, 3 de los cuales no implican asesinato. Las excepciones son el espionaje, la traición y el tráfico de drogas en grandes cantidades.

              Dos años más tarde, en respuesta al atentado de Oklahoma City, el presidente Clinton firmó la Ley Antiterrorista y de Pena de Muerte Efectiva de 1996. Esta ley, que afecta tanto a los presos estatales como a los federales, restringe la revisión en los tribunales federales estableciendo plazos más estrictos para la presentación de solicitudes, limitando la posibilidad de celebrar audiencias para la presentación de pruebas y permitiendo, por lo general, una única presentación de hábeas corpus en los tribunales federales. Los defensores de la pena de muerte argumentan que esta racionalización acelerará el proceso de la pena de muerte y reducirá significativamente su coste, aunque otros temen que una revisión federal más rápida y limitada pueda aumentar el riesgo de ejecutar a acusados inocentes.

              Abolición internacional
              En la década de 1980, el movimiento abolicionista internacional cobró impulso y se redactaron y ratificaron tratados que proclamaban la abolición. El Protocolo nº 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y sus sucesores, el Protocolo Adicional Interamericano a la Convención Americana de Derechos Humanos para la Abolición de la Pena de Muerte y el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos destinado a abolir la pena de muerte de las Naciones Unidas se crearon con el objetivo de convertir la abolición de la pena de muerte en una norma internacional.

              En la actualidad, el Consejo de Europa exige a los nuevos miembros que se comprometan y ratifiquen el Protocolo nº 6. Esto ha llevado, en efecto, a la abolición de la pena de muerte en Europa del Este, donde sólo Bielorrusia mantiene la pena de muerte. Por ejemplo, Ucrania, que antes era uno de los líderes mundiales en ejecuciones, ha dejado de aplicar la pena de muerte y ha sido admitida en el Consejo. El parlamento sudafricano votó la abolición formal de la pena de muerte, que había sido declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional. Además, el presidente ruso Boris Yeltsin firmó en junio de 1999 un decreto por el que se conmutaban las penas de muerte de todos los condenados a muerte en Rusia. Entre 2000 y 2004, otros siete países abolieron la pena de muerte para todos los delitos, y otros cuatro la abolieron para los delitos comunes.

              En abril de 1999, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la Resolución de apoyo a la moratoria mundial de las ejecuciones. La resolución pide a los países que no han abolido la pena de muerte que restrinjan su uso, lo que incluye no imponerla a delincuentes juveniles y limitar el número de delitos por los que puede imponerse. Diez países, entre ellos Estados Unidos, China, Pakistán, Ruanda y Sudán, votaron en contra de la resolución. Cada año desde 1997, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución en la que se pide a los países que no han abolido la pena de muerte que establezcan una moratoria de las ejecuciones. En abril de 2004, la resolución fue copatrocinada por 76 Estados miembros de la ONU. (Amnistía Internacional, 2004).

              Inyección letal
              La inyección letal ha sido el método de ejecución más habitual en la era moderna de la pena capital en Estados Unidos. Entre la reanudación de las ejecuciones en 1977 y el 31 de agosto de 2018, 1.306 ejecuciones (casi el 90%) utilizaron la inyección letal. Cuando los estados empezaron a utilizar fármacos en las ejecuciones, muchos lo hicieron con la creencia de que la inyección letal sería más humana que los métodos más visiblemente cruentos a los que sustituía: la horca, la electrocución, el gas y el fusilamiento. Otros estados adoptaron la inyección letal para evitar las impugnaciones legales de la constitucionalidad de sus métodos anteriores.

              A pesar del supuesto objetivo de los estados de garantizar ejecuciones más humanas, los expertos han estimado que más del 7% de las ejecuciones por inyección letal en Estados Unidos hasta 2010 fueron un fracaso. A partir de 2011, a medida que los estados han ido experimentando con nuevos fármacos de ejecución, los informes de ejecuciones problemáticas han aumentado notablemente. Al mismo tiempo, los estados han promulgado leyes que impiden al público obtener información sobre los fármacos de la inyección letal y sus proveedores.

              Delitos castigados con la muerte
              Las penas de muerte sólo pueden imponerse por delitos en los que la víctima es asesinada, pero las legislaturas estatales de América pueden determinar qué circunstancias específicas hacen que un asesinato pueda ser castigado con la pena de muerte.

              Todos los presos actualmente en el corredor de la muerte y todos los ejecutados en la era moderna de la pena de muerte fueron condenados por asesinato. Históricamente, la pena de muerte se utilizaba mucho para las violaciones, sobre todo contra acusados negros con víctimas blancas. Cuando se restableció la pena de muerte en 1976, el Tribunal Supremo dejó abierta la posibilidad de imponer la pena de muerte por delitos distintos del asesinato, como la violación o incluso el robo a mano armada. Sin embargo, el Tribunal no tardó en dictaminar que la pena de muerte sería inconstitucional para la violación de un adulto en la que no se hubiera producido ninguna muerte. Esa prohibición se amplió posteriormente a cualquier violación no homicida mediante la decisión del Tribunal Supremo de EE.UU. en el caso Kennedy contra Luisiana, y el Tribunal comentó que la pena de muerte ya no podía aplicarse por ningún delito contra un individuo en el que no se produjera una muerte. La cuestión de si la pena de muerte puede aplicarse a delitos contra el gobierno, como la traición o el espionaje, sigue sin resolverse.

              Muchos estados de Estados Unidos permiten que todas las personas que hayan participado en un delito en el que se haya producido una muerte sean acusadas de asesinato y puedan ser condenadas a la pena de muerte, aunque no hayan matado directamente a nadie. El caso de los cómplices desarmados en un atraco a un banco en el que muere un empleado es un ejemplo típico de delito de asesinato. Como se supone que la pena de muerte está reservada para los "peores casos", las legislaturas o los tribunales podrían restringir su uso sólo a los que participaron directamente en el asesinato de la víctima. Los presos también han planteado que las circunstancias agravantes que hacen que un delito pueda ser castigado con la pena de muerte son demasiado amplias, ya que algunas leyes estatales de pena de muerte abarcan casi todos los asesinatos, en lugar de reservar la pena de muerte para un pequeño subconjunto de asesinatos.

              Los ejecutados que no mataron directamente a la víctima

              Todos los ejecutados desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976 participaron en un crimen en el que murió al menos una víctima. En la mayoría de los casos, la persona ejecutada mató directamente a la víctima. En una pequeña minoría de casos, la persona ejecutada ordenó o contrató a otra persona para llevar a cabo el asesinato. En otro grupo de casos, la persona ejecutada participó en un delito durante el cual la víctima murió a manos de otro participante en el delito. El acusado en estos casos suele ser declarado culpable de "homicidio doloso" o según la "ley de las partes", y en algunos estados puede recibir la pena de muerte, a pesar de no haber matado o dirigido el asesinato de la víctima. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha restringido el uso de la pena de muerte en estos casos. Véase las sentencias Enmund v. Florida y Tison v. Arizona, de Estados Unidos.

              Religión y la Pena de Muerte
              Líderes y organizaciones que representan a una variedad de religiones han adoptado posturas sobre la pena de muerte, a menudo vinculando sus puntos de vista a creencias sobre la dignidad humana, la retribución y la redención.

              Las confesiones religiosas de EE.UU. se han pronunciado con frecuencia sobre la pena de muerte, a veces señalando preocupaciones sobre su aplicación y otras veces juzgando la moralidad del propio castigo. Históricamente, la mayoría de los principales organismos religiosos permitían el uso de la pena capital, pero las críticas a esta práctica han aumentado considerablemente en los últimos tiempos.

              En una democracia diversa, ningún punto de vista religioso ocupa una posición privilegiada en la elaboración de la ley. Sin embargo, los principios de las distintas comunidades religiosas son relevantes en el debate político porque contribuyen a informar las opiniones de sus respectivos electores y reflejan la "evolución de las normas de decencia" que son vitales para la interpretación de la Octava Enmienda por parte del Tribunal Supremo.

              El budismo y la pena capital
              Dado que el budismo existe en muchas formas, bajo muchas organizaciones, no hay una política budista unificada sobre la pena capital.

              En términos de doctrina, la pena de muerte es claramente incompatible con las enseñanzas budistas. Los budistas ponen gran énfasis en la no violencia y la compasión por toda vida. El Primer Precepto exige que los individuos se abstengan de herir o matar a cualquier criatura viva.

              Buda no habló explícitamente de la pena capital, pero sus enseñanzas no muestran ninguna simpatía por el castigo físico, por muy grave que sea el delito.

              El budismo cree fundamentalmente en el ciclo de nacimiento y renacimiento (Samsara) y enseña que si se administra la pena capital tendrá efectos comprometedores en las almas del infractor y del castigador en futuras encarnaciones.

              En cuanto al castigo en este mundo, el budismo tiene opiniones firmes:

              el tratamiento inhumano de un delincuente no resuelve sus fechorías ni las de la humanidad en general - el mejor enfoque para un delincuente es reformador y no punitivo
              el castigo debe ser sólo en la medida en que el delincuente necesite enmendarse, y su rehabilitación en la sociedad debe ser de suma importancia
              castigar a un delincuente con excesiva crueldad dañará no sólo la mente del delincuente, sino también la de la persona que castiga
              es imposible administrar un castigo severo con compostura y compasión
              si el delito es especialmente grave, la persona puede ser desterrada de la comunidad o del país

              A pesar de estas enseñanzas, varios países con importantes poblaciones budistas mantienen la pena de muerte, y algunos de ellos, por ejemplo Tailandia, siguen aplicándola.

              No se trata de estados que tengan el budismo como religión oficial.

              Esta aparente paradoja se debe en parte, según algunos expertos, a la diferencia entre el budismo popular y el monástico. La mayoría de los budistas laicos de estos países siguen las prácticas budistas y son totalmente sinceros en su compromiso, pero el estudio genuino del budismo, sus rituales y su traslación a la vida cotidiana es superficial para la mayoría de los seguidores budistas.

              Católicos
              "La nueva evangelización exige seguidores de Cristo que sean incondicionalmente pro-vida: que proclamen, celebren y sirvan el Evangelio de la vida en cualquier situación. Un signo de esperanza es el reconocimiento cada vez mayor de que la dignidad de la vida humana no debe ser nunca quitada, incluso en el caso de alguien que ha hecho un gran mal. . . . Renuevo el llamamiento que hice... para que se llegue a un consenso que ponga fin a la pena de muerte, que es cruel e innecesaria."
              -Papa Juan Pablo II

              El castigo "no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad, es decir, cuando no sea posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, estos casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes. Juan Pablo II, El Evangelio de la Vida, [El castigo] no debe llegar al extremo de ejecutar al delincuente sino en casos de absoluta necesidad: es decir, cuando no sería posible defender a la sociedad de otra manera. Sin embargo, hoy en día, como resultado de las constantes mejoras en la organización del sistema penal, tales casos son muy raros, si no prácticamente inexistentes."
              -Papa Juan Pablo II

              Hinduismo
              No existe una línea oficial hindú sobre la pena capital. Sin embargo, el hinduismo se opone al asesinato, la violencia y la venganza, de acuerdo con el principio de ahimsa (no violencia).

              La India sigue manteniendo la pena de muerte, y es probable que las razones para ello sean similares a las sugeridas en la sección budista.

              El debate sobre la pena capital en India se reavivó en 2004 con el caso de Dhananjoy Chatterjee, condenado por violación y asesinato.

              En la actualidad hay más de 100 personas en el corredor de la muerte en India, aunque el número de ejecuciones en ese país es realmente muy bajo y el Tribunal Supremo indio ha dictaminado que la pena de muerte sólo debe utilizarse en los casos más raros.

              Asamblea Rabínica

              Resolución sobre la pena capital:

              "Considerando que la Torá enseña que todos los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios;

              Considerando que la tradición judía defiende la santidad de la vida;

              Considerando que, tanto en el concepto como en la práctica, los líderes rabínicos de muchos períodos históricos diferentes han encontrado la pena capital repugnante;

              Considerando que no se han reunido pruebas que indiquen de forma persuasiva que la pena capital sirva para disuadir del crimen;

              Considerando que los estudios jurídicos han demostrado que hasta 300 personas en este siglo han sido condenadas erróneamente por delitos capitales;

              Por lo tanto, se resuelve que la Asamblea Rabínica se oponga a la adopción de leyes de pena de muerte e inste a su abolición en los estados que ya las han adoptado;

              Que la Asamblea Rabínica inste a la promulgación de leyes que ordenen que algunos delitos capitales sean castigados con cadena perpetua sin libertad condicional;

              Que la Asamblea Rabínica ofrezca su apoyo y se pronuncie en favor de las víctimas de delitos violentos y sus familias;

              Que la Asamblea Rabínica aliente a sus miembros a enviar esta resolución a sus funcionarios electos correspondientes."

              Encuestas
              La "Encuesta de Valores Americanos" de septiembre de 2014 realizada por el Public Religion Research Institute (PRPI) mostró que el 48% de los estadounidenses dijo que prefería la cadena perpetua sin libertad condicional como castigo por el asesinato, en comparación con el 44% que dijo que prefería la pena de muerte. El sondeo descubrió lo que los comentaristas del PRPI describieron como "importantes divisiones religiosas en esta cuestión". El apoyo a la pena de muerte fue más bajo entre los protestantes hispanos y negros, con un 24% y un 25%, respectivamente. El 68% de ellos prefería la cadena perpetua sin libertad condicional. Los católicos, los judíos, otras religiones no cristianas y los no afiliados religiosamente preferían la cadena perpetua sin libertad condicional a la pena de muerte. Sólo los evangélicos blancos (59%) y los protestantes blancos de línea principal (52%) expresaron un apoyo mayoritario a la pena de muerte, con un 34% y un 40% de estos grupos, respectivamente, que preferían la cadena perpetua sin libertad condicional.

              Clemencia
              La clemencia es el proceso por el que un gobernador, un presidente o una junta administrativa puede reducir la condena de un acusado o conceder un indulto. Se han concedido clemencias en casos de pena de muerte por diversos motivos.

              En Estados Unidos, todos los estados y el gobierno federal tienen un proceso para reducir la sentencia o indultar a quienes se enfrentan a cargos penales. La clemencia es una consideración especialmente importante para los condenados a muerte. Incluso después de que se hayan agotado todas las apelaciones en los tribunales, todavía existe la posibilidad de que se le perdone la vida al recluso.

              Sin embargo, las clemencias en casos de pena capital han sido escasas. Aparte de las ocasionales concesiones generales de clemencia por parte de gobernadores preocupados por la equidad general de la pena de muerte, desde 1976 se han concedido menos de dos de media al año. En el mismo periodo, más de 1.500 casos han sido ejecutados. Entre las razones aducidas para la concesión de clemencia en los casos de pena capital se encuentran: la enfermedad mental del acusado, un coacusado al que se le impuso una condena menor y la evidencia de que el acusado puede haber sido condenado erróneamente.

              Dado que la facultad de conceder clemencia corresponde al poder ejecutivo del gobierno, los tribunales se han mostrado reacios a imponer normas a este procedimiento. Los gobernadores están sujetos a la influencia política, e incluso la concesión de un solo indulto puede dar lugar a duros ataques. Por ello, las clemencias en casos de pena de muerte han sido imprevisibles e inmunes a la revisión.

              Si se examina la concesión de clemencia por estados desde 1976 en Estados Unidos, se puede observar que el número de clemencias en
              Illinois ha sido de 187, más que el resto de Estados combinados (poco más de 100).

              Desde 1976, se han concedido siete clemencias amplias o generales a presos del corredor de la muerte en Estados Unidos:

              El gobernador Jared Polis en Colorado en 2020 (todos los presos del corredor de la muerte).
              El gobernador Martin O'Malley en Maryland en 2015 (todos los condenados a muerte).
              El gobernador Pat Quinn en Illinois en 2011 (todos los presos del corredor de la muerte), justo antes de firmar el proyecto de ley que deroga la pena de muerte.
              El gobernador Jon Corzine en Nueva Jersey en 2007 (todos los presos en el corredor de la muerte), justo antes de firmar la ley de derogación de la pena de muerte.
              El gobernador George Ryan en Illinois en 2003 (todos los presos condenados a muerte).
              El gobernador Richard Celeste en Ohio en 1991 (8 presos condenados a muerte).
              El gobernador Toney Anaya en Nuevo México en 1986 (todos los presos condenados a muerte).

              En una democracia, el contenido de las leyes lo determina el pueblo. Incluso la constitución puede cambiarse a través del proceso democrático. El sentimiento público puede medirse a través de las encuestas, pero también se refleja en las elecciones y los referendos, tanto a nivel local como nacional. El pueblo de la mayoría de los países democráticos está en contra de la pena capital. Incluso en Estados Unidos las encuestas de opinión pública muestran que el apoyo a la pena de muerte (motivo clave en la que se justificaba) se encuentra actualmente cerca de mínimos históricos, tras haber alcanzado un máximo en 1994 y haber disminuido desde entonces. Este recurso ofrece información en algunas áreas importantes del debate sobre la pena capital.

              Familias de las víctimas
              Las familias de las víctimas de asesinatos tienen diversas opiniones sobre la pena de muerte. Los estudios sugieren que la pena de muerte no aporta un cierre y que interfiere en su proceso de curación.

              Trágicamente, en todos los casos de asesinato con pena de muerte hay al menos una víctima fallecida. La reivindicación de las víctimas y el cierre de las familias de las víctimas suelen ser las principales razones para apoyar la pena de muerte. Sin embargo, muchas personas que se encuentran en esta circunstancia creen que otro asesinato no supondría un cierre y que la pena de muerte es un perjuicio para las víctimas.

              Las familias y los allegados de las víctimas (a veces denominadas "covíctimas") pueden desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de un caso en los tribunales. La fiscalía puede consultar con las familias si se solicita la pena de muerte o se acepta una declaración de culpabilidad con una condena menor. Si se solicita la pena de muerte, se puede pedir a los familiares que testifiquen en la fase de sentencia para describir el impacto que el asesinato ha tenido en sus propias vidas. Los familiares de las víctimas suelen intervenir en las audiencias legislativas sobre la pena de muerte, tanto a favor como en contra de una ley de pena de muerte.

              Desde el punto de vista estadístico, la raza de la víctima puede ser relevante para las cuestiones de aplicación arbitraria y discriminación racial de la pena de muerte. Los estudios han demostrado que los casos de muerte implican desproporcionadamente a víctimas blancas en el asesinato subyacente.

              Los familiares de las víctimas que se oponen a la pena de muerte son a veces ignorados si la fiscalía está decidida a buscar el castigo más extremo. Además, las declaraciones del impacto de la víctima en los procedimientos de sentencia pueden ser tan dramáticas y poderosas que anulan cualquier factor atenuante presentado sobre la historia de vida del acusado.

              Los prejuicios raciales contra los acusados de color y a favor de las víctimas blancas tienen un fuerte efecto sobre quiénes son procesados, condenados a muerte y ejecutados.

              La pena de muerte lleva mucho tiempo siendo objeto de escrutinio por tener un sesgo racial. A principios del siglo XX, cuando se aplicaba por el delito de violación, el 89% de las ejecuciones correspondían a acusados negros, la mayoría por la violación de una mujer blanca. En la era moderna, cuando las ejecuciones se han llevado a cabo exclusivamente por asesinato, el 75 por ciento de los casos implican el asesinato de víctimas blancas, a pesar de que negros y blancos tienen casi la misma probabilidad de ser víctimas de asesinato.

              En casi todos los estudios sofisticados que han explorado esta área durante muchos años se ha encontrado un sesgo hacia los casos de víctimas blancas. Estos estudios suelen controlar otras variables en los casos estudiados, como el número de víctimas o la brutalidad del crimen, y aun así descubren que los acusados tienen más probabilidades de ser condenados a muerte si matan a una persona blanca.

              La cuestión de las disparidades raciales en el uso de la pena de muerte fue considerada por el Tribunal Supremo en 1987. En una ajustada votación, el Tribunal sostuvo que los estudios por sí solos no podían aportar la prueba necesaria de discriminación racial en el caso de un acusado concreto. Esta decisión pareció cerrar la puerta a las impugnaciones amplias de la pena de muerte. Sin embargo, el Tribunal ha constatado la discriminación racial en la selección del jurado en casos individuales de pena capital.

              Inocencia
              La pena de muerte conlleva el riesgo inherente de ejecutar a un inocente. Desde 1973, al menos 186 personas que habían sido condenadas erróneamente a muerte en Estados Unidos han sido exoneradas.

              Dada la falibilidad del juicio humano, siempre ha existido el peligro de que una ejecución pueda dar lugar al asesinato de una persona inocente. Sin embargo, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró inconstitucional la administración de la pena de muerte en 1972, apenas se mencionó la cuestión de la inocencia en las nueve opiniones emitidas. Aunque seguramente se cometieron errores en el pasado, prevaleció la suposición de que esos casos eran pocos y distantes entre sí. Casi todos los condenados a muerte eran seguramente culpables.

              Sin embargo, cuando los tribunales federales empezaron a revisar más a fondo si los acusados de delitos estatales gozaban de sus derechos garantizados al debido proceso, empezaron a aparecer con regularidad errores y faltas oficiales que requerían nuevos juicios. Cuando los acusados contaron con un abogado más experimentado, con jurados seleccionados de forma justa, y se les concedió acceso a pruebas científicas, algunos fueron absueltos y puestos en libertad. Desde 1973, 186 ex presos del corredor de la muerte han sido exonerados de todos los cargos relacionados con las condenas erróneas que los habían llevado al corredor de la muerte.

              Ahora está claro que los acusados inocentes serán condenados y sentenciados a muerte con cierta regularidad mientras exista la pena de muerte. Es poco probable que el proceso de apelación -que se centra principalmente en los errores legales y no en las determinaciones de hecho- detecte todos los errores. Las reformas se han aplicado a regañadientes, aumentando tanto los costes como el tiempo que consume la pena de muerte, pero no han sido suficientes para superar el error humano. La popularidad y el uso de la pena capital han disminuido rápidamente a medida que la cuestión de la inocencia ha ganado atención. La pregunta que queda es cuántas vidas inocentes merece la pena sacrificar para preservar este castigo.

              Más del 70% de los países del mundo han abolido la pena capital en la ley o en la práctica. Sin embargo, la pena de muerte sigue existiendo en muchas partes del mundo, especialmente en países con grandes poblaciones y en aquellos con un gobierno autoritario. En las últimas décadas, se ha producido una clara tendencia de alejamiento de la pena capital, ya que muchos países han abolido la pena de muerte o han dejado de aplicarla. Estados Unidos sigue siendo un país atípico entre sus aliados cercanos y otras democracias en su aplicación continua de la pena de muerte.

              Aunque el derecho internacional no prohíbe la pena de muerte, la mayoría de los países la consideran una violación de los derechos humanos. El uso de la pena de muerte en todo el mundo es relevante a la hora de evaluar las normas de decencia de Estados Unidos y lo que debe considerarse un castigo cruel e inusual según la Octava Enmienda. Algunos jueces del Tribunal Supremo se han referido al derecho internacional como una afirmación más de sus propias conclusiones sobre la pena de muerte, especialmente en lo que se refiere a clases específicas de acusados, como los delincuentes juveniles.

              Hay una serie de desacuerdos que pueden surgir entre los países que imponen la pena de muerte y los que no lo hacen. Los países que no imponen la pena de muerte están especialmente preocupados cuando uno de sus ciudadanos se enfrenta a una ejecución en EE.UU. Algunos países se niegan a extraditar a individuos a EE.UU., o incluso a proporcionar pruebas incriminatorias, si el acusado podría enfrentarse a la pena de muerte. Además, muchos países y organismos internacionales consideran que la pena de muerte es una cuestión de derechos humanos y se han criticado varias prácticas de Estados Unidos en materia de pena de muerte por violar las obligaciones de los tratados estadounidenses y la legislación internacional sobre derechos humanos. La preocupación por los derechos humanos en todo el mundo siempre ha sido importante en la diplomacia estadounidense, pero Estados Unidos se ve a menudo cuestionado por su uso de la pena de muerte y la protección que ofrece a otros países que la utilizan de forma especialmente abusiva.

              La investigación internacional sobre el uso de la pena de muerte debe un agradecimiento especial a Amnistía Internacional, que ha vigilado e informado regularmente sobre la pena capital en todo el mundo.

              Discapacidad intelectual
              Es inconstitucional imponer la pena de muerte a personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, la escasa representación legal y los onerosos requisitos probatorios siguen dando lugar a sentencias de muerte y ejecuciones de acusados con discapacidad intelectual.

              Aunque no llega a abolir la pena de muerte, el Tribunal Supremo de EE.UU. ha tomado medidas para limitar su aplicación, de modo que se utilice principalmente en los casos en los que el acusado tenga mayor culpabilidad. Las personas con discapacidad intelectual no están en ese grupo. En ocasiones, los estados también han determinado que la pena de muerte podría ser demasiado dura aplicada a algunos acusados, y muchos han aprobado leyes que eximen de la pena de muerte a las personas con capacidad intelectual limitada.

              La comunidad de la salud mental ha proporcionado criterios claros para determinar la existencia de una discapacidad intelectual: una limitación significativa de la capacidad intelectual y del comportamiento adaptativo, que se manifiesta antes de los 18 años.

              Aunque la cuestión de la prohibición nacional del uso de la pena capital para las personas con discapacidad intelectual fue rechazada por el Tribunal Supremo en 1989 porque muy pocos estados habían tomado medidas por su cuenta, la cuestión resurgió en 2002 con un nuevo consenso. Treinta estados habían puesto fin al uso de la pena de muerte por completo, o al menos para las personas con discapacidad intelectual. En el caso Atkins contra Virginia, el Tribunal sostuvo que las normas de decencia de la nación habían evolucionado hasta el punto de que no debían producirse tales ejecuciones. También concluyó que el efecto disuasorio o retributivo de la ejecución de estos acusados era escaso o nulo.

              El caso Atkins fue un momento fundamental en la historia de la pena de muerte, no sólo porque salvó la vida de una clase vulnerable de acusados, sino que también proporcionó un modelo para lograr otras limitaciones en la práctica, o incluso para eliminarla por completo. Incluso después de la decisión del Tribunal en 2002, algunos estados siguieron utilizando prácticas arcanas en la determinación de la discapacidad intelectual, por lo que ha sido necesaria una mayor supervisión.

              Enfermedades mentales
              No existe una prohibición categórica de la ejecución de personas con enfermedades mentales. Las legislaturas de numerosos estados han considerado proyectos de ley para crear dicha exclusión, pero todavía no se ha promulgado ninguno.

              El Tribunal Supremo de EE.UU. ha dicho que la enfermedad mental de un acusado le hace menos culpable moralmente y debe ser tenida en cuenta como una razón importante para perdonarle la vida. Sin embargo, al igual que ocurrió inicialmente con la discapacidad intelectual y la juventud, el Tribunal no ha prohibido la pena de muerte para quienes padecen enfermedades mentales graves. Cuando el Tribunal prohibió la pena de muerte para los discapacitados intelectuales y para los menores, consideró que eran miembros de grupos identificables que tienen una responsabilidad disminuida por sus actos y, por tanto, no debían ser considerados los peores y más culpables acusados. Muchos expertos en salud mental creen que las personas con enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, pueden tener deficiencias cognitivas similares que interfieren en su toma de decisiones. La Asociación Americana de Psiquiatría y el Colegio de Abogados de Estados Unidos, entre otros, han pedido que se prohíba la pena de muerte para los enfermos mentales graves.

              Algunos acusados tienen una enfermedad mental tan grave que no comprenden su delito ni sus consecuencias y pueden ser considerados mentalmente incompetentes. Estas personas pueden no ser aptas para ser juzgadas o ser declaradas no culpables por razón de demencia. Si son condenados y se vuelven incompetentes mientras están en el corredor de la muerte, no pueden ser ejecutados, según los precedentes del Tribunal Supremo. Sin embargo, la mayoría de las personas con enfermedades mentales -incluso muchas con enfermedades mentales graves- no son mentalmente incompetentes.

              Los problemas de salud mental tienen una amplia repercusión en los casos de pena de muerte. Uno de cada diez presos ejecutados en Estados Unidos son "voluntarios", es decir, acusados o presos que han renunciado a derechos clave de juicio o apelación para facilitar su ejecución. Las enfermedades mentales también afectan a la decisión de los acusados de representarse a sí mismos, a su capacidad para trabajar con un abogado y a la percepción que el jurado tiene de sus motivos y de si suponen un peligro futuro para la sociedad si son condenados a cadena perpetua.

              Hay al menos tres obstáculos para excluir a los enfermos mentales graves: 1. A diferencia de la edad y la capacidad intelectual, es difícil definir la clase de acusados con enfermedades mentales que deben ser eximidos y determinar si su enfermedad afectó a su juicio cuando delinquieron. 2. Los Estados se han mostrado hasta ahora reacios a adoptar tales prohibiciones, aunque la sociedad sigue evolucionando en cuanto a su comprensión de las enfermedades mentales. 3. La composición del Tribunal Supremo ha cambiado desde que se decidieron algunas de las exenciones anteriores. No obstante, las decisiones anteriores podrían servir como importantes precedentes, susceptibles de ser ampliados a los enfermos mentales.

              Alternativas de condena
              Las sentencias alternativas, como la cadena perpetua sin libertad condicional, evitan algunos de los principales problemas de la pena capital, como el elevado coste de la pena de muerte y el riesgo de ejecutar a un inocente.

              Cada vez más, la discusión en torno a la pena de muerte ha pasado de ser un debate moral a una comparación de la pena capital con sus alternativas viables. Hoy en día, los jurados, los legisladores y los tribunales tienen que elegir entre la pena de muerte y la cadena perpetua sin libertad condicional. Todos los estados que tienen la pena de muerte también tienen una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional (LWOP). Las familias de las víctimas suelen preferir la cadena perpetua a la incertidumbre y el espectáculo de la pena de muerte. Muchos fiscales han llegado a la conclusión de que los costes asociados a los casos de pena capital no merecen sus limitados recursos, especialmente porque muchos casos son anulados. A medida que se ha ido extendiendo el uso de la pena de muerte, el número de condenas a muerte ha disminuido drásticamente.

              Además del uso de la LWOP, los estados también han mirado más allá del castigo y han buscado formas alternativas de reducir la delincuencia violenta, como la policía de proximidad, la introducción de tecnología de lucha contra el crimen y la justicia restaurativa. El dinero que se ahorra al no solicitar la pena de muerte puede utilizarse para apoyar esas iniciativas.

              Aunque los fiscales a menudo permiten que un acusado de pena capital se declare culpable a cambio de una sentencia de cadena perpetua, muchos son reacios a eliminar la pena de muerte en sí misma porque la consideran una moneda de cambio. Este papel de la pena de muerte como amenaza es sospechoso tanto por motivos éticos como constitucionales.

              Algunos de los que se oponen a la pena capital también cuestionan el uso de las sentencias de cadena perpetua sin libertad condicional como otra forma de sentencia de muerte y señalan su uso extendido incluso en casos no capitales. Muchos sondeos de opinión contrastan hoy en día la pena de muerte con la cadena perpetua,

              Morir es un fenómeno tanto social como fisiológico. Cada sociedad caracteriza y, en consecuencia, trata la muerte y el morir a su manera, formas que difieren notablemente. Estos patrones particulares de la muerte y el morir engendran respuestas culturales modales, y este comportamiento institucionalizado tiene implicaciones familiares, económicas, educativas, religiosas y políticas.

              Este hub de contenidos sobre la muerte y el morir hace un balance de la vasta literatura en el campo de la tanatología, ordenando y sintetizando lo que ha sido un cuerpo de conocimiento poco manejable. Tratará de proporcionar orientación e impulso al estudio del comportamiento relacionado con la muerte durante muchos años.

              Estas cuestiones cubren una amplia gama de disciplinas, especialmente las siguientes:

              • Antropología
              • Estudios de la familia
              • Historia
              • Derecho
              • Medicina
              • Ciencias mortuorias
              • Filosofía
              • Psicología
              • Trabajo Social
              • Sociología
              • Teología

              Estas áreas se pueden subdividir a su vez. Por ejemplo, las ciencias mortuorias comprenden varias áreas de estudio. Dado que este campo implica diferentes aspectos del cuerpo humano y cómo reacciona a diferentes entornos, las personas que estudian ciencias mortuorias deben tener conocimientos en una variedad de áreas:

              • Biología. La biología, el estudio de los seres vivos, es una faceta importante de las ciencias mortuorias. Las personas que se especializan en ciencias mortuorias deben comprender la ciencia que hay detrás de los seres vivos. Las ciencias mortuorias se centran en cómo reacciona el cuerpo humano en diferentes circunstancias, concretamente en su descomposición.
              • Química. La química es la base del embalsamamiento y una parte importante de la ciencia mortuoria. El embalsamamiento es el acto de utilizar productos químicos para retrasar el proceso de descomposición, un proceso que se basa en la química. La ciencia mortuoria incluye el estudio de cómo se pueden crear o retrasar las reacciones químicas para preservar un cuerpo.
              • Anatomía humana. Las ciencias mortuorias están muy relacionadas con la anatomía humana. Dado que los científicos mortuorios estudian los cadáveres, necesitan comprender dónde se encuentran los órganos, qué hacen y cómo funcionan los sistemas del cuerpo. Esta información es vital para realizar trabajos de dirección de funerarias y embalsamamiento, pero también es vital para el avance de la ciencia mortuoria en general.
              • Embalsamamiento. El embalsamamiento es el proceso de preservación de un cuerpo para que pueda ser expuesto en un funeral o conservado de otra manera. La razón más común para el embalsamamiento es para los servicios funerarios, pero los embalsamadores también preparan cadáveres para ser estudiados por estudiantes de medicina e investigadores.
              • Arte del embalsamamiento. El arte del embalsamamiento incluye la aplicación del maquillaje de embalsamamiento y la colocación del cuerpo en una posición que parezca natural. Una vez más, la razón más común para embalsamar es preparar un cuerpo para un funeral a cajón abierto. Curiosamente, el arte del embalsamamiento no consiste sólo en maquillar un cuerpo, sino en utilizar maquillaje y equipos especiales para ayudar a dar dimensión al cuerpo y hacer que parezca como cuando la persona estaba viva.

              Entender cómo influyen la biología, la química y la anatomía humana en el embalsamamiento es vital para el estudio de la ciencia mortuoria. Pero el embalsamamiento también incluye el proceso real de utilizar productos químicos como el líquido de embalsamamiento y el formaldehído para preservar un cuerpo y el uso de maquillaje de embalsamamiento para que el cuerpo parezca natural.

              La Tanatología Forense

              La tanatología es el estudio científico de la muerte y de las pérdidas que conlleva. Investiga los mecanismos y aspectos forenses de la muerte, como los cambios corporales que la acompañan y el periodo postmortem. La tanatología forense comprende la investigación de todo fenómeno relacionado con la muerte que se realiza mediante exámenes de los cadáveres.

              El Código Civil español define a la herencia como el «conjunto de bienes, derechos y obligaciones de una persona que no se extinguen por su muerte». El Código Civil para el Distrito Federal, en el ordenamiento mexicano, la define como «la sucesión; en todos los bienes del difunto y en todos sus derechos y obligaciones que no se extinguen por la muerte».

              Más sobre el Significado de Herencia

              En Roma predominaba el carácter religioso de la transmisión hereditaria porque se consideraba que el heredero continuaba la persona del difunto para hacerse cargo del culto familiar y de su patrimonio y asimismo «ejercer la soberanía doméstica». La transmisión por herencia era per universitatem o sea, tenía por objeto la totalidad de un patrimonio, o bien la parte alícuota del mismo y, por lo tanto, el heredero adquiría los bienes y derechos, así como también contraía la obligación de pagar todas las deudas del difunto de modo que los acreedores tenían doble garantía: el patrimonio transmitido y el propio del heredero. Para los romanos era deshonroso morir sin dejar herederos, porque en este caso los acreedores tomaban posesión de los bienes del difunto y los vendían para hacerse pago, y se consideraba manchada de infamia su memoria.

              Pormenores

              Por el contrario, si había herederos, éstos pagaban las deudas y era respetada la memoria del fallecido. La designación de herederos podía hacerse por testamento o por la ley. Respecto del testamento hay dos opiniones contrarias: una sostiene que el testamento apareció desde los primeros tiempos que siguieron a la fundación de Roma y la costumbre de otorgarlos fue sancionada en la Ley de las XII Tablas. Otra opinión es en el sentido de que el testamento no se introdujo sino a la ley citada y que antes solo había herederos abintestato.Entre las Líneas En derecho germánico no se concedió la libertad de testar porque se sostenía que Dios creaba a los hombres y sus herederos debían ser quienes tuvieran la misma sangre. Así se protegía económicamente a la familia, pues los bienes no se podían dejar a extraños.

              Capacidad y Legitimación para Aceptar y Repudiar la Herencia: Contenido

              Este área del derecho cubre las siguientes entradas (o secciones de entradas) de esta Enciclopedia Jurídica internacional:

              • Capacidad para aceptar la Herencia
              • La aceptación de la herencia por los acreedores del heredero
              • Capacidad para manifestar la renuncia

              Recursos

              Véase También

              Bibliografía

              Araujo Valdivia, Luis, Derecho de las cosas y derecho de las sucesiones, Puebla, Cajica, 1972; Gutiérrez y González, Ernesto, El patrimonio pecuniario y moral o derechos de la personalidad, Puebla, Cajica, 1971; Ibarrola, Antonio de, Cosas y sucesiones, 4a. edición, México, Porrúa, 1977. Petit, Eugenio, Tratado elemental de derecho romano; traducción de José Fernández González, México, Editora Nacional, 1971.

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