Sociología de las Organizaciones
Este elemento es una expansión del contenido de los cursos y guías de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y análisis sobre este tema. Puede interesar asimismo la información sobre la “Sociología Industrial y del Trabajo“.
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Algunos Aspectos de la Sociología de las Organizaciones
La Teoría Sociológica de las Organizaciones es un campo de estudio dentro de la sociología que examina cómo la estructura de un grupo influye, limita y define las interacciones humanas dentro de un contexto organizativo determinado. Este campo de estudio es vasto y diverso, con una amplia gama de literatura y escuelas de pensamiento. Aquí se exploran diversas teorías sociológicas de las organizaciones, incluyendo su desarrollo histórico, aplicación y crítica.
Este texto sobre la sociológica de las organizaciones se centra en la exploración, ampliación, crítica y aplicación de diversas teorías sociológicas de las organizaciones. La sección comienza con el capítulo de Klarissa Lueg y Angela Graf, “La organización de la enseñanza superior: Una visión general de la investigación sociológica sobre las universidades como organizaciones”. Se ofrece una visión histórica de las teorías de la sociología de la organización y de cómo se han aplicado a la enseñanza superior. Los autores argumentan que la comprensión de la evolución de la teoría de la organización puede informar sobre el desarrollo y la contextualización de las instituciones.
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Otros trabajos de la literatura exploran diversas teorías sociológicas de las organizaciones, como la Metateoría realista crítica, la Teoría del liderazgo de la complejidad y las Formas alternativas de organización de los cuáqueros. Por ejemplo, algunos aplican una explicación contrastiva crítica sobre el uso de la explicación contrastiva para explicar el uso personal de Internet en el trabajo”. Utilizan la explicación contrastiva para describir el uso personal de Internet en el trabajo (PIUW) y abordan la pregunta: ¿cómo se desarrolla la teoría social a partir de la evaluación contrastiva? Monroe, Vincent y Lopes demuestran cómo desarrollar perspectivas novedosas sobre el género y la clase a partir de contrastes dentro del grupo y entre grupos. Sostienen que los contrastes pueden utilizarse para facilitar la explicación teórica de los procesos causales, en este caso sobre el PIUW.
¿Cuáles son algunos ejemplos de grupos pequeños e íntimos que estudian los sociólogos dentro del campo de la sociología de las organizaciones?
Los sociólogos estudian grupos pequeños e íntimos, como parejas, familias y socios comerciales, así como grupos grandes y poco manejables, como naciones, seguidores religiosos y sindicatos del crimen.
Ejemplos de cómo la estructura de una organización puede influir y definir las interacciones humanas dentro de esa organización
La estructura de una organización puede influir y definir las interacciones humanas dentro de esa organización de varias maneras. Por ejemplo, la valoración de las estructuras organizativas formales que manifiestan el enfoque burocrático racional puede pasar por alto las interacciones sociales informales, muy fluidas, que reflejan la variabilidad de poder y perspectivas entre los miembros, lo que a su vez complica la definición y consecución de los objetivos organizativos. Además, El segundo turno (1989) de Hochschild explora cómo las expectativas y normas de género dentro de la estructura familiar pueden influir y definir las interacciones humanas dentro del lugar de trabajo. Sexual Citizens (2020) de Hirsch y Khan examina cómo las normas sexuales y la dinámica de poder dentro de las universidades pueden influir y definir las interacciones humanas dentro de esas instituciones.
más preguntas con respuestas largas
¿Cuál es el modelo ecológico para investigar las agresiones sexuales en los campus universitarios?
Algunos investigadores utilizan un modelo ecológico para investigar las agresiones sexuales en los campus universitarios. Analizan amplios datos de entrevistas cualitativas para concluir que una educación sexual inadecuada y la falta de espacios de fiesta controlados por mujeres, homosexuales y estudiantes más jóvenes son algunos de los factores organizativos que hacen que la elevada incidencia de las agresiones sexuales sea un aspecto previsible de la vida universitaria. El modelo ecológico es un marco que tiene en cuenta los múltiples niveles de influencia sobre el comportamiento, incluidos los factores individuales, interpersonales, comunitarios y sociales. Utilizando este modelo, son capaces de identificar la compleja interacción de factores que contribuyen a las agresiones sexuales en los campus universitarios y sugieren posibles intervenciones para abordar el problema.
¿Cómo utilizar la Teoría del Liderazgo de la Complejidad para promover el cambio educativo en escuelas urbanas difíciles?
Algunos autores desarrollan un continuo basado en los marcos de cambio educativo que han conformado la categoría de escuelas urbanas desafiantes. Utilizan herramientas de la Teoría del Liderazgo de la Complejidad para desencadenar innovaciones y promover el liderazgo informal. La Teoría del Liderazgo de la Complejidad es un marco que reconoce la naturaleza compleja, dinámica y adaptativa de las organizaciones y el liderazgo. Hace hincapié en la importancia de las redes informales, el liderazgo distribuido y el cambio emergente. Al aplicar la Teoría del Liderazgo de la Complejidad al cambio educativo en escuelas urbanas difíciles, son capaces de identificar y aprovechar las redes informales y las estructuras de liderazgo que existen en estas escuelas para promover la innovación y el cambio. Sostienen que este enfoque es más eficaz que los enfoques descendentes tradicionales que se basan en la autoridad y el control formales.
¿Cómo utilizar la explicación contrastiva para describir el uso personal de Internet en el trabajo?
Un grupo de investigadores aplican una explicación contrastiva crítica para explicar el uso personal de Internet en el trabajo. Utilizan la explicación contrastiva para describir el uso personal de Internet en el trabajo (PIUW) y abordan la pregunta: ¿cómo se desarrolla la teoría social a partir de la evaluación contrastiva? La explicación contrastiva es un método que consiste en comparar y contrastar dos o más casos para identificar similitudes y diferencias y desarrollar perspectivas teóricas. En este caso, utilizan la explicación contrastiva para comparar y contrastar casos de PIUW en diferentes contextos organizativos con el fin de identificar los factores organizativos que influyen y dan forma a este comportamiento.
Experiencias en el lugar de trabajo
Se profundiza en las experiencias de los individuos dentro de los contextos organizativos. Se exploran temas como las comunidades ocupacionales, la religión en el trabajo y las agresiones sexuales en los campus universitarios.
Por ejemplo, para racionalizar el trabajo a través de las comunidades ocupacionales en el desarrollo independiente de juegos, se examina la explotación en la experiencia laboral de los desarrolladores de juegos digitales. Utilizando los autorrelatos de los desarrolladores, examinan cómo los valores colectivos de dos comunidades ocupacionales moldean las creencias y el comportamiento de los desarrolladores. Las conclusiones revelan que la comunidad actúa como vía para una mayor autoexplotación, ya que las consecuencias imprevistas de los valores compartidos de socialidad, altruismo y empresa contribuyen a la aceptación y normalización de las prácticas de autoexplotación.
En “Religión en el trabajo: La paradoja cuáquera”, Mark Read explora la religión tal y como se vive en la organización laboral del siglo XXI. Este estudio de caso cualitativo se basa en entrevistas con veinte cuáqueros británicos. Por lo general, los entrevistados creen que sus intenciones mundanas están alineadas con las ambiciones de sus organizaciones laborales. Pero los casos aislados muestran una discrepancia en esta alineación. Aplicando una lente de lógica institucional, Read muestra cómo la paradoja cuáquera puede entenderse como una tensión entre las lógicas institucionales de la religión y el trabajo.
Jennifer Hirsch y Shamus Khan utilizan un modelo ecológico para investigar las agresiones sexuales en los campus universitarios en su capítulo “Agresiones sexuales en los campus: A Multilevel, Ecological Approach”. Analizan extensos datos de entrevistas cualitativas para concluir que una educación sexual inadecuada y la falta de espacios de fiesta controlados por mujeres, queer y estudiantes más jóvenes son algunos de los factores organizativos que hacen de la elevada incidencia de las agresiones sexuales un aspecto previsible de la vida universitaria. El modelo ecológico es un marco que tiene en cuenta los múltiples niveles de influencia sobre el comportamiento, incluidos los factores individuales, interpersonales, comunitarios y sociales. Utilizando este modelo, Hirsch y Khan son capaces de identificar la compleja interacción de factores que contribuyen a las agresiones sexuales en los campus universitarios y sugieren posibles intervenciones para abordar el problema.
En general, la sección Experiencias en el lugar de trabajo del Manual de investigación sobre la sociología de las organizaciones ofrece una exploración rica y variada de las experiencias de los individuos dentro de los contextos organizativos, arrojando luz sobre las dinámicas complejas y a menudo ocultas que conforman nuestras vidas laborales.
Las organizaciones como mediadoras a nivel de la mesa de los resultados individuales y sociales
Esta subsección se centra en el papel de las organizaciones en la configuración de los resultados individuales y sociales. Se exploran temas como el cambio organizativo, los movimientos sociales y la relación entre las organizaciones y el cambio social.
Por ejemplo, el capítulo de Maricela Guzmán y Leonardo Oliver Ortíz, “Sinergias entre líderes escolares y comunidades en escuelas urbanas conflictivas: Una revisión de su dinámica organizativa y el continuo de las escuelas urbanas”, argumenta que una política escolar culturalmente receptiva posibilita la agencia de los sujetos considerados deficientes, lo que permite la asociación entre el profesorado y las comunidades urbanas a partir de objetivos compartidos: la mejora de los resultados académicos. Los autores utilizan las herramientas de la Teoría del Liderazgo de la Complejidad para desencadenar innovaciones y promover el liderazgo informal. La Teoría del Liderazgo de la Complejidad es un marco que reconoce la naturaleza compleja, dinámica y adaptativa de las organizaciones y del liderazgo. Hace hincapié en la importancia de las redes informales, el liderazgo distribuido y el cambio emergente. Al aplicar la Teoría del Liderazgo de la Complejidad al cambio educativo en escuelas urbanas difíciles, Guzmán y Ortíz son capaces de identificar y aprovechar las redes informales y las estructuras de liderazgo que existen en estas escuelas para promover la innovación y el cambio.
Otro capítulo de esta sección, “El papel de las organizaciones en los movimientos sociales: A Review and Future Research Agenda”, de Sarah Soule y Brayden King, explora el papel de las organizaciones en los movimientos sociales. Los autores sostienen que las organizaciones desempeñan un papel fundamental en la configuración de la trayectoria y los resultados de los movimientos sociales. Repasan la bibliografía sobre la participación de las organizaciones en los movimientos sociales e identifican áreas clave para futuras investigaciones, como el papel de la identidad organizativa, la relación entre las organizaciones y los movimientos sociales y el impacto de las estrategias organizativas en los resultados de los movimientos sociales.
En general, la sección Las organizaciones como mediadoras a nivel de la mesa de los resultados individuales y sociales del Manual de investigación sobre la sociología de las organizaciones ofrece una exploración rica y variada del papel de las organizaciones en la configuración de los resultados individuales y sociales. Al examinar la compleja interacción entre las organizaciones y el cambio social, esta sección arroja luz sobre las formas en que las organizaciones pueden ser tanto agentes como mediadoras de la transformación social.
Sociología de las Organizaciones
La sociología es el estudio de la interacción humana dentro de los grupos. El cambio social y el orden social son los dos ejes en torno a los que gira la investigación sociológica. Los sociólogos estudian grupos pequeños e íntimos, como parejas, familias y socios comerciales, así como grupos grandes y poco manejables, como naciones, seguidores religiosos y sindicatos del crimen. La sociología de las organizaciones es un campo distinto dentro de la sociología que examina cómo la estructura del grupo influye, limita y define las interacciones humanas dentro de un contexto organizativo determinado. La literatura y las escuelas de pensamiento dentro de la sociología de las organizaciones son vastas y diversas. Este texto se centra en el origen del campo y en la continua tensión entre los enfoques racional burocrático y relacional.
Históricamente, la priorización de las organizaciones con estructuras burocráticas racionales dirigió el campo hacia el análisis de grandes organizaciones como gobiernos y corporaciones. En “La burocracia” (1924), Weber introdujo una perspectiva racional-burocrática de las organizaciones y creó un vehículo para aplicar la teoría y los métodos sociológicos. Postuló que la eficacia y la objetividad de las organizaciones formales y burocráticas eran la piedra angular de la modernidad: escribe Weber:
“La burocracia se desarrolla tanto más perfectamente cuanto más se ‘deshumaniza’, cuanto más completamente logra eliminar de los asuntos oficiales el amor, el odio y todos los elementos puramente personales, irracionales y emocionales que escapan al cálculo. Esto es valorado como su virtud especial por el capitalismo. Cuanto más complicada y especializada se vuelve la cultura moderna, más exige su aparato de apoyo externo al experto personalmente desapegado y estrictamente objetivo, en lugar del señor de las estructuras sociales más antiguas que se movía por simpatías y favores personales…”
El énfasis en el cálculo instrumental de medios y fines, la idea de decisiones estructuradas para maximizar el beneficio y minimizar los costes, y la absorción de una base impersonal, no emocional, y por tanto objetiva, para la estructura organizativa implica una integridad lógica y resuena con los supuestos culturales de las sociedades modernas hasta tal punto que estas ideas resultan familiares y parecen de sentido común. Un apoyo adicional a la legitimidad racional procede de las innegables deficiencias de los otros tipos de autoridad que Weber analiza: la tradicional y la carismática. La autoridad tradicional hace hincapié en el hábito, la convención y las creencias establecidas, todos ellos anatema para las nociones de individualismo, progreso y movilidad. La autoridad carismática, la adoración de un individuo heroico concreto, se centra en la devoción ciega y en la valoración emocional más que cognitiva. La variabilidad de la autoridad tradicional y carismática impide su universalización y replicabilidad, por lo que ninguno de los dos tipos puede sistematizarse. En lugar de marcar el comienzo de la modernidad, la autoridad tradicional y carismática evocan sombras de la antigüedad.
Por muy seguro que estuviera Weber de que la autoridad burocrática racional era el medio de control definitivo, la perspectiva le dejó pesimista y al borde de la desesperación. En efecto, Weber había serias preocupaciones sobre la legitimidad racional-burocrática. Una de ellas era que la racionalidad es un término controvertido. Weber escribe:
“Se trata del racionalismo específico y peculiar de la cultura occidental. Ahora bien, por este término pueden entenderse cosas muy diferentes… existe, por ejemplo, la racionalización de la contemplación mística, es decir, de una actitud que, vista desde otros departamentos de la vida, es específicamente irracional, tanto como existen racionalizaciones de la vida económica, de la técnica, de la investigación científica, o del entrenamiento militar, del derecho y de la administración. Además, cada uno de estos campos puede racionalizarse en función de valores y fines últimos muy diferentes, y lo que es racional desde un punto de vista bien puede ser irracional desde otro.”
Dadas las diversas definiciones y significados de la racionalidad, Weber creó una tipología para captar lo que él veía como dos tipos diferentes, y opuestos, de racionalidad. La racionalidad de medios-fin, característica de la racionalidad formal y práctica (Clegg y Lounsbury, 2009, p. 126), está asociada a las burocracias y es similar a la instrumentalidad: es el cálculo de medios-fin de cómo se puede conseguir un resultado de forma rápida y eficaz (Collins, 1992, p. 5). La racionalidad sustantiva y teórica son holísticas, reticulares, impulsadas por valores más que por resultados, y reconocen la interdependencia de una amplia gama de objetivos y perspectivas (Clegg y Lounsbury, 2009, p. 127).
La profunda ambivalencia de Weber con respecto a la modernidad se minimiza de forma rutinaria, ya que la asociación entre burocracia, modernidad y eficiencia es coherente con la visión generalmente positiva y acrítica del progreso industrial durante principios del siglo XX. Del mismo modo, la distinción de Weber entre tipos de racionalidad suele ser dejada de lado por quienes defienden la superioridad de las organizaciones racional-burocráticas.
Refiriéndose a los tres tipos de autoridad de Weber (racional-legal, tradicional y carismática) Clegg y Lounsbury argumentan que aunque “Weber se interpreta comúnmente como un teórico de la autoridad… en términos de los tres tipos de Herrschaft… son, de hecho, tipos de dominación” (2009, p. 131). Por lo tanto, cuando la autoridad racional-legal se acepta como legítima en sus propios términos, derivando necesariamente su legitimidad del gobernado y no del gobernante, entonces se trata de “dominación legitimada” (Clegg y Lounsbury, 2009, p. 130). Clegg y Lounsbury argumentan que, lejos de celebrar esta conclusión, Weber creía que las organizaciones burocráticas “transformarían la interacción y el comportamiento humanos en una monótona cuasi mecanización, desprovista de sensualidad, espíritu y cultura” (Clegg y Lounsbury, 2009, p. 119).
Weber lamentó amargamente que se restara importancia al origen no racional y espiritual del capitalismo y a la racionalización y burocratización aparentemente inexorables que llegaron a definir este sistema económico y su influencia en las interacciones sociales:
Pero el capitalismo victorioso, puesto que descansa sobre cimientos mecánicos ya no necesita su apoyo… Para esta última etapa de este desarrollo cultural, podría decirse verdaderamente: ‘Especialistas sin espíritu, sensualistas sin corazón; esta nulidad imagina que ha alcanzado un nivel de civilización nunca antes alcanzado’. (Weber 1958/1904, pp. 181-182)
Muchos estudiosos de los estudios organizativos citan a Weber como el principal arquitecto del campo y, a pesar de su ambivalencia, suelen recurrir a la autoridad de su afirmación de que la burocracia es la forma organizativa superior. Sin embargo, como mucho, Weber veía la burocracia como el emblema de una etapa de desarrollo cultural asociada a una población concreta, y una etapa que, en su opinión, bien podría conducir a “pasiones puramente mundanas” y a una “petrificación mecanizada, adornada con una especie de autoimportancia convulsiva” (Weber 1958/1904, p. 182).
El modelo organizativo racional-burocrático descuida activamente los aspectos relacionales y emocionales de las organizaciones. En contraste con este paradigma racional, los enfoques interaccionistas ven las organizaciones, incluidas las organizaciones formales y corporativas, como asociaciones que proporcionan a sus miembros un sentido de conexión, significado e identidad. Mary Parker Follett, contemporánea de Weber, utiliza el concepto “comportamiento circular” (1925b, pág. 105) y establece una distinción entre “poder-con” y “poder-sobre” (1925b, pág. 101) para rechazar las ideas de que la jerarquía y la dominación son aspectos inherentes a las organizaciones y de que la eficacia es el objetivo primordial. Su enfoque interaccionista percibe las organizaciones como espacios de relaciones continuas y emergentes en los que las personas negocian y construyen una realidad mutuamente definida y unas autoidentidades interdependientes (Follett, 1925a). Ella escribe
El grupo siempre debe dictar los modos de actividad para el individuo… La visión del yo como, con todos los demás yoes, creador, exige una nueva actitud y una nueva actividad… la falacia del yo-y-los-otros se desvanece y sólo hay yo-en-y-a través-de-los-otros, sólo otros tan firmemente enraizados en el yo y tan fructíferamente creciendo en él que la escisión es imposible. (Follett, 1918, p. 7)
Los elementos comunes entre las perspectivas interaccionistas son un enfoque cualitativo que hace hincapié en la experiencia subjetiva de los actores, el reconocimiento de una realidad emergente y negociada, y la idea de que no existe un yo pre-social, sino un yo que se construye continuamente a través de las interacciones con los demás. Es decir, un yo que es “reflexivo, que puede ser tanto sujeto como objeto, y que puede ser objeto de [estudio de] sí mismo” (Collins, 1992, p. 256). “Como dice Goffman, la interacción social es un proceso circular en el que cada uno da a otro un yo ideal y recibe a su vez su propio yo de otras personas” (Collins, 1992, p. 256).
Follett postula una respuesta circular en todos los niveles de interacción, que “nos estamos creando unos a otros todo el tiempo” (Follett, 1924/1995, p. 41). Esta mutualidad del yo, central en la perspectiva interaccionista de Follett y evidente más tarde en la obra de Mead y Goffman, sirve de base para negar que la jerarquía y la dominación sean métodos superiores para lograr el control en las organizaciones. Además, Follett también rechaza la construcción dualista del yo y el otro, y explica cómo puede alcanzarse una integración no coercitiva y progresiva de las ideas a nivel organizativo. Sus conceptos de “tercera vía” e “integración” sustituyen a la dicotomía de dominación y subordinación. Follett adopta por tanto el conflicto y su resolución como fuerzas creativas y constructivas en las organizaciones:
La integración implica la invención, el hallazgo de la tercera vía, y lo inteligente es reconocerlo y no dejar que el pensamiento se quede en los límites de dos alternativas que se excluyen mutuamente. En otras palabras, nunca se deje intimidar por una situación de o lo uno o lo otro. Nunca piense que debe estar de acuerdo con esto o con aquello. Encuentre una tercera vía. (Follett, 1949/1995, p. 189)
Tanto Weber como Follett se centraron en las organizaciones formales. Michael Handel reconoce que la propia definición del término organización es discutida. Las organizaciones se perciben comúnmente como grupos deliberadamente planificados con objetivos específicos que están diseñados para sobrevivir a la participación de cualquier individuo que opere con un conjunto de normas y una estructura determinada (Handel, 2003, p. 1). El enfoque racional-burocrático del estudio de las organizaciones resuena con una definición de este tipo y quizá, inadvertidamente, descuide o devalúe a las organizaciones que no cumplen esas condiciones. Además, la valoración de las estructuras organizativas formales que manifiesta el enfoque burocrático racional podría pasar por alto las interacciones sociales informales, muy fluidas, que reflejan la variabilidad de poder y perspectivas entre los miembros, lo que a su vez complica la definición y consecución de los objetivos organizativos. Handel se refiere a las interacciones sociales como una “estructura en la sombra que tiene vida propia” (2003, p. 3), pero las teorías sustentadas en un enfoque interaccionista sostienen que las interacciones sociales informales no son secundarias a las estructuras organizativas formales ni están subsumidas en ellas: al contrario, cada ámbito define y contribuye por igual al otro.
Al igual que en el campo en general, las investigaciones en este campo representan una amplia variedad de formas de estudiar las organizaciones. La mayoría de los investigadores contemporáneos utilizan en sus estudios una serie de enfoques metodológicos y teóricos que sitúan los estudios actuales en sociología de las organizaciones lejos de la dicotomía original de racional y relacional. En todas las organizaciones, desde los espontáneos partidos de baloncesto de recogida hasta los gobiernos altamente burocráticos, los complejos procesos de toma de decisiones, fijación de objetivos y establecimiento de la estrategia organizativa suelen estar influidos por una combinación de principios técnicos racionales y consideraciones relacionales que trascienden los modelos reduccionistas y bidimensionales.
Aplicando análisis a nivel de mesa, los sociólogos contemporáneos examinan cómo las organizaciones crean culturas sui generis que afectan y a su vez se ven afectadas por los individuos y el contexto social más amplio. La perdurabilidad de hechos sociales como la brecha salarial entre hombres y mujeres y razas puede investigarse, y potencialmente remediarse, mediante el examen de las estructuras institucionales que desarrollan y preservan la desigualdad. Por ejemplo, como parte de su descripción de los retos a los que se enfrentan las mujeres en el lugar de trabajo, Arlie Hochschild analiza la dinámica de poder en juego en la organización más amplia de la mano de obra remunerada. Escribe: “Cada vez son más las mujeres que se incorporan a la fuerza de trabajo, pero pocas las que han llegado muy arriba en ella… el sistema de carrera profesional inhibe a las mujeres… al inventar reglas que se adaptan en primer lugar a la mitad masculina de la población” (Hochschild, 1989, p. x). Aquí Hochschild se niega a someterse a la supuesta autoridad objetiva y racional impulsada por el mercado que rige las organizaciones y en su lugar interroga a las burocracias sobre cómo las normas reflejan y mantienen la desigualdad de género. Del mismo modo, los sociólogos Jennifer Hirsch y Shamus Khan investigan las agresiones sexuales en los campus universitarios utilizando lo que denominan un “modelo ecológico” (2020, p. xi). Mediante el análisis de amplios datos de entrevistas cualitativas, llegan a la conclusión de que una educación sexual inadecuada y la falta de espacios de fiesta controlados por mujeres, homosexuales y estudiantes más jóvenes son algunos de los factores organizativos que hacen que la elevada incidencia de las agresiones sexuales sea un aspecto previsible de la vida universitaria (Hirsch y Khan, 2020). Estos investigadores reconocen que la autoridad racional y la declaración de procesos objetivos e impersonales, pueden ser la pantalla que proteja la dominación manifestada en la subjetividad y el prejuicio, características que supuestamente se limitan a las organizaciones regidas por una autoridad tradicional y carismática.
Las organizaciones pueden ser, aunque no necesariamente, estructuradas y burocráticas, establecidas desde hace mucho tiempo y resistentes, con un conjunto predecible de reglas, tradiciones y normas. Aunque la sociología de las organizaciones se ha centrado históricamente en las organizaciones formales, los investigadores contemporáneos han ampliado el campo estudiando las comunidades de base y transitorias, que a menudo son casuales, informales, amorfas y cambian rápidamente. Las organizaciones pueden ser herramientas de cambio, de estabilidad o una combinación emergente de ambas.
En la literatura sobre la sociología de las organizaciones, los autores examinan las relaciones laborales, las prácticas medioambientales éticas y sostenibles, la raza, el género, la clase, el liderazgo, los modelos económicos alternativos, la política, los sistemas de justicia penal y los medios de comunicación. Como reflejo del amplio y diverso campo de la sociología de las organizaciones, la investigación que aquí se presenta es una auténtica cornucopia y se superpone a una serie de campos disciplinarios académicos de investigación como el comportamiento organizativo, la economía, la gestión, la filosofía y la psicología social.
Este texto, junto a otros de la presente plataforma digital, hace hincapié en la investigación de vanguardia que ha evolucionado mucho más allá de fundadores como Weber y Follett, aunque continúa la tradición de examinar la interacción entre los individuos y los sistemas organizativos que influyen en sus interacciones sociales y que, a su vez, se ven influidos por ellos.
Teorías sociológicas de las organizaciones
En esta subsección, los autores se centran en explorar, ampliar, criticar y aplicar diversas teorías sociológicas de las organizaciones. Centrándose en cómo la teoría define los sectores organizativos, Klarissa Lueg y Angela Graf abren esta sección con “La organización de la enseñanza superior: Una visión general de la investigación sociológica sobre las universidades como organizaciones”. Esta subsección ofrece una visión histórica de las teorías de la sociología de la organización y de cómo se han aplicado a la enseñanza superior que informará a quienes estén interesados en la evolución de la teoría de la organización, así como a quienes se pregunten cómo los marcos teóricos pueden dirigir y fundamentar el desarrollo y la contextualización de las instituciones.
Ampliando la bibliografía existente sobre el análisis de redes sociales, la literatura revisa y critica el SNA. Sugiere una combinación del SCN con una comprensión fundamentada de las redes interorganizativas como entidades material-discursivas en una perspectiva de economía política crítica. Ehrich hace avanzar el SCN mediante la reintroducción del largamente olvidado Análisis Dialéctico de Redes y capta así cuatro dimensiones esenciales de las redes interorganizativas en entornos empresariales:
relaciones estado-industria, relaciones trabajo-capital, tecnología, y cooperación y competencia.
En “Teoría organizativa decisional: Hacia un marco integrado de la organización”, los autores Michael Grothe-Hammer, Héloïse Berkowitz y Olivier Berthod, van más allá de la extensión de la teoría para forjar un nuevo relato teórico del papel de las decisiones en el surgimiento y la continuidad de las organizaciones. Su teoría integrada de la organización, basada en las decisiones, constituye un avance importante en la medida en que permite analizar las complejidades del orden social dentro y fuera de las organizaciones.
Aplicando un análisis crítico, en “Legitimidad organizativa y mitos legitimadores”, Martijn Boersma explora la confianza en las fuerzas del mercado como justificación de acciones corporativas que no son coherentes con el bien público. Tras examinar la teoría de la legitimidad, utiliza la teoría de la dominación social para sugerir que los mitos sostienen la idea de que las fuerzas del mercado pueden equilibrar, y de hecho lo hacen, los intereses sociales, medioambientales y financieros.
Profundizando en una perspectiva crítica, en “A Critical Management Studies Approach to Big Data”, Carl Stefan Roth-Kierkegaard, aboga por complementar la analítica de grandes datos (BDA) con enfoques informados por los estudios críticos de gestión. Avanza la postura de que el BDA altera el ejercicio del poder dentro de las organizaciones. Roth-Kierkegaard concluye que reconociendo y dando cuenta del poder y la resistencia dentro de una organización, se puede mitigar la opresión causada por BDA.
Teoría, práctica y bricolaje: recombobinación de agencias y reorientación de la resistencia a la neoliberalización del post-Estado de bienestar
Aquí se aporta e integra ideas del desarrollo comunitario, la creación de sentido organizativo y las literaturas humanistas críticas para afirmar que las gubernamentalidades gerencializadas han roto la capacidad de defensa y resistencia del sector comunitario al reorientar los servicios de bienestar y a sus trabajadores dentro de ideales irreconciliables. Concluye que los nuevos paradigmas compartidos para la creación de sentido basados en los ideales marshallianos de ciudadanía serán cruciales para llevar a cabo una resistencia significativa. Walker propone nuevas direcciones para desarrollar de forma más fiable modos emancipadores de resistencia basada en la práctica.
Propósito de las Organizaciones
La literatura cuestiona la tendencia a esencializar las organizaciones asumiendo que tienen una “raison d’être” estable e inmutable. En su lugar, postula que las relaciones de poder impulsan este proceso de creer en una razón de ser unificada. Como caso ilustrativo, demuestra que la noción ortodoxa de que la razón de ser de la empresa es generar beneficios no resiste el escrutinio teórico ni empírico. Chanteau afirma que el enfoque del institucionalismo simbólico mostrará por qué esta idea tan extendida ha logrado implantarse para mayor beneficio del poder directivo.
Los autores Fiona Meechan, Leo McCann y Sir Cary Cooper también utilizan un enfoque interaccionista en su capítulo “La importancia de la empatía y la compasión en las organizaciones: Por qué hay tan poca y por qué necesitamos más”. Estos autores cuestionan la tendencia a privilegiar las consideraciones técnicas, comerciales y de procedimiento y a descuidar las necesidades emocionales de los miembros de la organización. Esta desatención conduce a la deshumanización, la intensificación del trabajo y el sufrimiento. Descubren que las organizaciones que sí emplean la empatía y la compasión se asocian con resultados individuales y organizativos positivos. Meechan, McCann y Cooper concluyen que, a pesar de la durabilidad de la cultura organizativa, hay motivos para ser optimistas en cuanto a la posibilidad de aumentar la compasión y la empatía.
Invitando al espíritu empresarial al análisis de nivel meso en su capítulo “Hibridez empresarial: Concepto y contexto en las organizaciones creativas y culturales”, la autora Jaleesa Renee Wells examina el significado del espíritu empresarial dentro de las industrias creativas y cómo cada cultura afecta a la otra. Postula que el significado está influido por un contexto fundamentado y emerge de él, y explora específicamente la idea de la “mirada femenina” como constructo de la actividad empresarial de las mujeres dentro de la industria artesanal. Wells concluye que un “modelo de lógica de comunidad-mercado” pone de relieve las implicaciones de la hibridez empresarial como método para desarrollar comunidades de práctica sostenibles.
Dos capítulos de la sección teórica investigan aspectos del sistema de justicia penal. En su capítulo “La influencia de las estructuras organizativas en la toma de decisiones policiales sobre la práctica de parar, interrogar y cachear”, las autoras Muneeba Azam, Christine Sim y Danielle S. Rudes estudian cómo las estructuras formales e informales influyen en diversas decisiones de los miembros de una organización, en este caso, en la decisión de los agentes de policía de aplicar las prácticas de parar, interrogar y cachear. En “Carceral Goals: The Role of Corrections Officers in Organizational Goal Attainment”, Madeline McPherson y Danielle S. Rudes documentan el papel singular de la toma de decisiones discrecional de los funcionarios de prisiones en la consecución de los objetivos declarados de los entornos carcelarios.
Mohammad Al-Saidi interroga a la Teoría de la Política Mundial (WPT) como parte del neoinstitucionalismo sociológico. Utilizando la WPT, extrae ideas sobre los cambios institucionales y las similitudes entre las organizaciones nacionales. En su capítulo, “A World Polity View on Reorganization and Institutional Change in Natural Resources Management”, Al-Saidi se centra en la estandarización y homogeneización de las organizaciones nacionales del agua. Al-Saidi constata que, por un lado, la aplicación de principios universales ha promovido ciertas buenas prácticas en la gestión de la sostenibilidad, pero, por otro, la WPT también puede obstaculizar las respuestas ágiles a la hora de resolver problemas hídricos localmente específicos.
Sirviéndose de autores como Jean Baudrillard, Michel Foucault, Claude Lévi-Strauss, Jacques Lacan, Louis Althusser y Pierre Bourdieu, Dustin Garlitz demuestra la relación histórica entre aspectos de la teoría filosófica y sociológica. Su capítulo, “Explorando las conexiones entre la teoría social crítica y contemporánea y la sociología de la cultura”, es un recordatorio de que los enfoques teóricos y metodológicos de la sociología de las organizaciones ofrecen una gama de análisis perspicaces que pueden aplicarse a prácticamente cualquier tema.
Por último, en “Where Words Speak Louder than Actions: Valores, estrategia y acción en la globalización de la educación: Cómo se crean los colegios IB de éxito”, los autores Alexander Gardner-McTaggart y Tony Bush dilucidan el liderazgo en los colegios del Bachillerato Internacional (BI), ya que estos colegios desempeñan un papel importante en la representación de los valores de paz, interculturalidad y colaboración en diversas culturas globales influyentes. Gardner-McTaggart y Bush llevan a cabo seis estudios cualitativos de casos sobre directores de BI en colegios internacionales de éxito de Austria, Alemania y Suiza. Descubrieron que los directores de los colegios elaboran estrategias con una visión clara arraigada en la mentalidad global y el internacionalismo desplegando una retórica emancipadora e intersubjetiva para imponer la acción estratégica. Este estudio muestra que existe una clara identidad profesional del líder educativo global de alto nivel que perfila los valores, las estrategias y las acciones empleadas en este desafiante contexto escolar. Los líderes emergen como agentes de mercado altamente conocedores y cómplices de la cosificación de los términos para alcanzar el éxito en un espacio educativo competitivo liberalizado.
Investigación empírica y experiencias en el lugar de trabajo
La investigación empírica que aquí se presenta es en gran medida cualitativa y explora una diversa gama de organizaciones y comunidades. En el primer capítulo, “Racionalizar el trabajo a través de comunidades ocupacionales en el desarrollo independiente de juegos”, los autores Adrian Wright y Dorota Marsh dilucidan la explotación en la experiencia laboral de los desarrolladores de juegos digitales. Utilizando los autorrelatos de los desarrolladores, examinan cómo los valores colectivos de dos comunidades ocupacionales moldean las creencias y el comportamiento de los desarrolladores. Las conclusiones revelan que la comunidad actúa como vía para una mayor autoexplotación, ya que las consecuencias imprevistas de los valores compartidos de socialidad, altruismo y empresa contribuyen a la aceptación y normalización de las prácticas de autoexplotación.
En su capítulo “Religión en el trabajo: La paradoja cuáquera”, Mark Read explora la religión tal y como se vive en la organización laboral del siglo XXI. Este estudio de caso cualitativo se basa en entrevistas con veinte cuáqueros británicos. Por lo general, los entrevistados creen que sus intenciones mundanas están alineadas con las ambiciones de sus organizaciones laborales. Pero los casos aislados muestran una discrepancia en esta alineación. Al aplicar una lente de lógica institucional para analizar estas narrativas, Read argumenta que las aspiraciones cuáqueras se sitúan dentro y por los procesos organizativos. Las organizaciones laborales establecen y vigilan los términos en los que estos cuáqueros pretendían mejorar el mundo. Esto se puso aún más de relieve en los contextos discordantes. En estos ejemplos periféricos, las tensiones entre religión y trabajo se hicieron explícitas a medida que el proceso organizativo moldeaba íntimamente las creencias y las prácticas sociales de los cuáqueros.
La autoridad carismática, tradicional y legal-racional weberiana son constructos familiares en la sociología de las organizaciones. En su capítulo “Carisma y liderazgo carismático en las organizaciones”, Dinara Tokbaeva analiza los entornos y contextos organizativos en los que es probable que se manifieste el liderazgo carismático. Sostiene que el liderazgo carismático es más eficaz en las organizaciones que operan en entornos económicos y jurídicos caóticos, como los que se encuentran en los países en transición de una forma de economía a otra. Tokbaeva recomienda realizar más estudios sobre el liderazgo carismático para arrojar luz sobre cómo se gestionan las empresas, cómo perciben los empleados las prácticas de toma de decisiones de los líderes y cómo se presentan estas prácticas en diferentes entornos económicos y culturales.
Guy Redden ofrece una perspectiva crítica sobre la cuantificación del rendimiento en su capítulo “Organizaciones y poder: Una evaluación crítica del auge de la medición del rendimiento”. El capítulo de Redden rastrea el surgimiento de la medición del rendimiento en las décadas de 1980 y 1990 y muestra cómo los avances en la contabilidad de gestión y la gestión estratégica condujeron a una demanda de mejor información. Sin embargo, dado que la medición del rendimiento es una empresa contable pragmática que nunca ha sido validada como ciencia social cuantitativa, argumenta que la medición del rendimiento surgió en realidad no porque fuera precisa o justa, sino porque facilitaba la economización de las organizaciones en línea con la teoría económica neoliberal cada vez más influyente. A continuación, Redden evalúa cómo repercute esto en el capitalismo de valor para el accionista, la mercantilización del sector público y la política laboral.
En su capítulo, “Autonomist Leadership and Organizational Practice in Leaderless Street Bands” (Liderazgo autonomista y práctica organizativa en bandas callejeras sin líderes), Meghan Elizabeth Kallman cuestiona el enfoque de la sociología de las organizaciones en las organizaciones jerárquicas y profesionales, citando el olvido de las prácticas organizativas y las percepciones que surgen de otros lugares de organización. Utilizando datos etnográficos y cualitativos de nueve bandas de música callejeras estadounidenses, Kallman analiza las prácticas de liderazgo compartido dentro de grupos democráticos sin líderes. En concreto, teoriza que estas prácticas se califican de liderazgo autonomista que busca comprender los valores políticos e ideológicos que informan los procesos del grupo y que esos procesos permiten a las bandas satisfacer tanto sus necesidades funcionales como interpretativas en ausencia de un líder único. Kallman concluye que los grupos autonomistas están capacitados por prácticas organizativas prefigurativas basadas en principios políticos.
De forma similar, en su capítulo “Resistencia y resiliencia entre los trabajadores del tatuaje”, los autores David C. Lane y Jacob T. Foster explican cómo los tatuadores crean y mantienen su mundo social. Es importante destacar que los tatuadores emplean una forma anacrónica de organización social en un sistema capitalista moderno. Lane y Foster interpretan el trabajo del tatuaje como una forma de resistencia a las características del credencialismo y la educación formal. También demuestran la resistencia de los trabajadores para desarrollar formas de organización social que se adapten al cambio. Por último, de importancia, este trabajo muestra cómo los tatuadores lidian con las tensiones de aumentar su popularidad y mantener sus formas de organización social. Los actores organizan socialmente el tatuaje a través de una forma de producción artesanal localizada y de base. Estas características entran en conflicto con la naturaleza moderna, racional e impersonal de la producción en los sistemas capitalistas.
En “Contemporizar la organización social de la libertad condicional: Una evaluación crítica”, los autores Simon I. Singer y Stuti S. Kokkalera evalúan la práctica de las decisiones discrecionales de puesta en libertad destacando el caso de los menores condenados a cadena perpetua. Recurren a la teoría de la organización para relatar cómo las prácticas de libertad discrecional de un Estado están estrechamente vinculadas a la gravedad del delito. Singer y Kokkalera ilustran la toma de decisiones detallando las expectativas sobre la expresión de remordimiento, responsabilidad y redención (las 3R) de un candidato a la libertad condicional. Para un segmento de menores condenados a cadena perpetua, descubren que las juntas de libertad condicional actúan menos como una unidad autónoma de toma de decisiones y más reproduciendo decisiones judiciales previas de condena.
Después de cada crisis humanitaria se reclama una colaboración más estrecha entre las organizaciones internacionales y locales. Sin embargo, basándose en la afirmación de que las organizaciones locales carecen de capacidad técnica y son excesivamente políticas, las organizaciones internacionales se muestran reacias a financiarlas. En su capítulo, “Profesionalización y politización de las organizaciones de la sociedad civil en Sierra Leona”, Michelle Reddy recurre al institucionalismo sociológico y codifica cuantitativamente las entrevistas con cincuenta y cuatro organizaciones de la sociedad civil de Sierra Leona. Crea medidas de profesionalidad y politización de las organizaciones. Reddy descubrió que las organizaciones que recibían financiación internacional durante el ébola en la capital estaban a la vez muy profesionalizadas y muy politizadas. Por lo tanto, la profesionalidad no indica necesariamente despolitización, al menos no en países muy dependientes de la ayuda.
Deborah B. Smith presenta un caso narrativo reflexivo en el que describe y analiza la experiencia de un proyecto de investigación de evaluación para una iniciativa de formación de trabajadores de servicios sociales. En su capítulo, “Getting Real about Research: Lecciones aprendidas de un proyecto de evaluación de formación de trabajadores”, intenta desmitificar la “caja negra” de la ejecución de proyectos de investigación en ciencias sociales ofreciendo a los investigadores posibles estrategias para ajustar con éxito los enfoques, las acciones y las evaluaciones cuando las circunstancias lo requieran, lo que suele ocurrir en los momentos menos convenientes. Smith espera que el intercambio continuado de reflexiones sobre la ejecución de proyectos de investigación por parte de científicos experimentados pueda ayudar a los estudiosos de la organización y a otros a persistir a través de los inevitables altibajos del proceso de investigación en ciencias sociales.
Por último, en su proyecto de investigación exploratoria, “Oportunidades de desarrollo profesional: A Sociological and Practitioner Exploration of Organizational Commitment Factors, Theories, and Outcomes”, los autores Patricia Sullivan, Andrew Creed, Ambika Zutshi y David C. Lane investigan la valencia percibida por los empleados de una amplia gama de oportunidades de desarrollo profesional organizativo (ODP) y el impacto que una ODP subjetiva, la valencia de la ODP y la consulta de la ODP tienen en la satisfacción laboral, la satisfacción profesional y el compromiso organizativo. Los resultados revelan que la autoeficacia, la valencia y las expectativas de resultados tienden a influir en la elección de la acción. También existe un vínculo entre la valencia percibida del CDO y la consulta. El capítulo propone un nuevo mapa conceptual que vincula la CDO subjetiva, la valencia percibida de la CDO, la consulta de la CDO, la satisfacción subjetiva con la carrera y el compromiso organizativo.
Las organizaciones como mediadoras de los resultados individuales y sociales
Los capítulos de esta tercera sección del Manual se centran en las organizaciones y el cambio social. En “Sinergias entre los líderes escolares y las comunidades en las escuelas urbanas conflictivas: A Review of Its Organizational Dynamics and the Urban Schools’ Continuum”, los autores Maricela Guzmán y Leonardo Oliver Ortíz argumentan que una política escolar culturalmente receptiva posibilita la agencia de los sujetos considerados deficientes, lo que permite la asociación entre el profesorado y las comunidades urbanas en función de objetivos compartidos: la mejora de los logros y la calidad académica y la de los entornos urbanos estresantes. Asimismo, el fortalecimiento de una visión compartida y el sentido de pertenencia refuerzan la confianza entre ambos actores, lo que alude a la importancia del líder como canalizador de demandas plurales para evitar la atomización de intereses. Guzmán y Ortíz desarrollan un continuo basado en los marcos de cambio educativo que han configurado la categoría de escuelas urbanas desafiantes. Dado que estos marcos tienden a solaparse, los líderes escolares pueden apoyarse en las herramientas de la Teoría del Liderazgo de la Complejidad para desencadenar innovaciones y promover el liderazgo informal.
Los autores Julie Monroe, Steve Vincent y Ana Lopes aplican una explicación contrastiva crítica en su capítulo “Metateoría realista crítica y sociología de las organizaciones: Uso de la explicación contrastiva para explicar el uso personal de Internet en el trabajo”. Utilizan la explicación contrastiva para describir el uso personal de Internet en el trabajo (PIUW) y abordan la pregunta: ¿cómo se desarrolla la teoría social a partir de la evaluación contrastiva? Monroe, Vincent y Lopes demuestran cómo desarrollar perspectivas novedosas sobre el género y la clase a partir de contrastes dentro del grupo y entre grupos. Sostienen que los contrastes pueden utilizarse para facilitar la explicación teórica de los procesos causales, en este caso sobre la PIUW.
En su capítulo, “Exploración de las relaciones de poder en las formas alternativas de organización de los cuáqueros”, Stephen Allen considera las relaciones de poder en las formas alternativas (es decir, no jerárquicas, no gerencialistas y no capitalistas) de organización de los cuáqueros. El principio fundamental en la organización cuáquera es que nadie “manda”, lo que incluye procesos de rotación de funciones cada tres años y procedimientos formales para la toma de decisiones colectivas. Al adoptar una perspectiva relacional del poder para apreciar las interacciones sociales y materiales, Allen explora cómo tres puntos de vista diferentes sobre el poder pueden ayudar a desarrollar la comprensión de cómo se hacen las cosas dentro de la organización cuáquera y ofrecer ideas sobre cómo considerar las relaciones de poder dentro de esta forma alternativa de organización, en particular basándose en las ideas de presencia y ausencia y desarrollándolas.
En un desafío a la visión racionalista estándar de las corporaciones como maximizadoras de beneficios para los accionistas, Yon Jung Choi y Connie L. McNeely investigan las cambiantes y competitivas reivindicaciones de identidad corporativa que van desde la maximización de beneficios y la búsqueda de riqueza hasta los líderes socialmente conscientes, preocupados y responsables, junto con la aparición de formas organizativas alternativas como las “corporaciones benéficas”. Un aspecto central de su capítulo, “La dialéctica del cambio de máscaras corporativas: De maximizadores de beneficios a depredadores a líderes mundiales socialmente responsables”, es el desarrollo de un marco analítico delineado en términos de ontología, estructura y legitimidad como dimensiones básicas para examinar las afirmaciones de identidad corporativa en relación con el rendimiento real y el impacto social en la política mundial.
Por último, en “La organización de los valores: Los principios de racionalización e individualización”, los autores: Hannah Mormann, Raimund Hasse y Nadine Arnold demuestran que las respuestas organizativas a las cuestiones de valores pueden tener efectos externos de gran alcance al transformar el significado de estos valores dando lugar a sorprendentes dinámicas de campo. Estos efectos distan mucho de ser arbitrarios porque las organizaciones tienden a moldear el significado de los valores sociales alineándolos con los principios organizativos de racionalización e individualización. Mormann, Hasse y Arnold ilustran las respuestas organizativas basadas en la racionalización y la individualización y sus efectos sociales analizando dos casos: la profesionalización de los expertos en recursos humanos que dio lugar a la reinterpretación de la igualdad de oportunidades en el empleo como un argumento empresarial a favor de la diversidad, y la mercantilización de las nociones de equidad en los mercados de estatus. Concluyen que los principios organizativos de racionalización e individualización trazan un corredor para el procesamiento de valores en contextos organizativos que configura profundamente el significado de dichos valores.
Revisor de hechos: Garreth
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Recursos
Notas y Referencias
Véase También
Sociología, Sociología Económica, PSICOLOGÍA DEL TRABAJO; RELACIONES HUMANAS; TAYLOR Y TAYLORISMO; PRODUCTIVIDAD.
¿Cómo configuró la perspectiva racional-burocrática de Weber sobre las organizaciones el campo de la sociología de las organizaciones?
Weber introdujo una perspectiva racional-burocrática sobre las organizaciones en “La burocracia” (1924) y creó un vehículo para aplicar la teoría y los métodos sociológicos. Postuló que la eficacia y la objetividad de las organizaciones formales y burocráticas eran la piedra angular de la modernidad. Históricamente, la priorización de las organizaciones con estructuras burocráticas racionales dirigió el campo hacia el análisis de grandes organizaciones como gobiernos y corporaciones.
Hay textos que amplían la bibliografía existente sobre el análisis de redes sociales (ARS), como el de Martha Emilie Ehrich, “Análisis dialéctico de redes: Un enfoque crítico para investigar las redes en los estudios de gestión y organización”. Ehrich revisa y critica el SNA y sugiere una combinación del SNA con una comprensión fundamentada de las redes interorganizativas como entidades material-discursivas en una perspectiva de economía política crítica. Hace avanzar el SCN mediante la reintroducción del largamente olvidado Análisis Dialéctico de Redes y capta así cuatro dimensiones esenciales de las redes interorganizativas en entornos empresariales: las relaciones entre el Estado y la industria, las relaciones entre el capital y el trabajo, la tecnología y la cooperación y la competencia.