El liberalismo se originó en España como un término para designar el conjunto de ideas asociadas a la Revolución Francesa. En la América Latina del siglo XIX, los liberales se opusieron a la dictadura, legislaron cuando fue posible a favor de un gobierno descentralizado o federal, establecieron sistemas de educación laica, acabaron con las exenciones religiosas de la autoridad gubernamental y apoyaron la desestructuración de la Iglesia. Liberal, y por tanto liberalismo, se consideró en América Latina como la defensa de las libertades públicas, y especialmente de la prensa, atacadas o vulneradas por las oligarquías, los caudillos militares y la intervención extranjera en el período 1810-1853. Liberal asimismo en el siglo XIX era quién se oponía a la Iglesia Católica, y reclamaba la libertad de cultos, y la separación de la Iglesia del Estado atacando al clericalismo.