Al igual que Platón, los comunitaristas creen que los seres humanos pueden alcanzar una vida buena sólo si viven dentro de una sociedad que funcione bien y que el gobierno debe ayudar a crear (aunque, como hemos señalado, los comunitaristas están, a diferencia de Platón, generalmente comprometidos con las formas democráticas de gobierno). Como su nombre indica, los comunitaristas se preocupan ante todo por la comunidad: Insisten en que cada uno de nosotros, como individuo, desarrolla una identidad, unos talentos y unos objetivos en la vida sólo en el contexto de una comunidad. La vida política, por tanto, debe comenzar con una preocupación por la comunidad (no por el individuo), ya que la comunidad es lo que determina y moldea la naturaleza de los individuos. El problema de la confianza de los liberales en la razón, dicen los comunitaristas, es que su concepción de la razón está desconectada de las tradiciones sociales, operando en el vacío (pensemos en el razonamiento de la posición original de Rawls) y, por lo tanto, desconectada de las preocupaciones reales, las suposiciones, los objetivos, las aspiraciones y los sistemas de creencias que tienen las personas reales, socialmente integradas.