Desde 2010, la subvención estatal para la enseñanza de las universidades se ha convertido en préstamos condicionados a los ingresos, diseñados para impulsar el sistema universitario mediante la elección y la competencia. Este texto muestra cómo se ha llegado a esta situación y la sitúa en una perspectiva a largo plazo. El apoyo del Estado a las universidades tiene una historia más larga de lo que se suele suponer, y permitió que las tasas de los estudiantes se mantuvieran bajas. Incluso antes de 1914, fuera de Oxford y Cambridge, las tasas solían representar bastante menos de la mitad de los ingresos universitarios. Hacer que los estudiantes paguen el coste total de su educación es una innovación radical. La gratuidad de la enseñanza superior data de 1962, y formó parte de la expansión asociada al informe Robbins. Desde los años sesenta hasta los ochenta coexistió con el régimen de financiación del University Grants Committee, que apoyaba la autonomía universitaria y los valores académicos tradicionales. El contexto histórico explica por qué este equilibrio se volvió insostenible y subraya el contraste con las políticas actuales. Las políticas basadas en la mercantilización se inspiran en los modelos estadounidenses, pero las universidades británicas se desarrollaron en líneas más europeas como un sistema nacional integrado en asociación con el Estado. Su historia lo ha jerarquizado, con importantes distinciones de prestigio social e intelectual. Mientras que la educación superior gratuita mitigó estas divisiones, un sistema de tasas probablemente las exacerbará. La adopción de un régimen de tasas completas abre el camino a los proveedores privados de enseñanza superior, lo que también supone una ruptura radical con las prácticas del pasado. El restablecimiento de la gratuidad de la enseñanza superior en buena parte de Europa puede ser políticamente impracticable, pero una combinación de tasas más bajas junto con una mayor financiación estatal básica proporcionaría un mejor equilibrio de intereses que la política actual, impulsada por la ideología, y que tiene sus raíces en un precedente histórico.