Jurisdicción, proviene de la expresión latina iuris dictio que significa ‘decir el Derecho’ y alude a la función que asume el Estado, a través de los jueces y tribunales, de administrar la justicia, aplicando el Derecho a los casos concretos que se les presentan. “Jurisdicción” es posiblemente el término más versátil en el derecho internacional actual. De uso frecuente en instrumentos legales internacionales y, sin embargo, nunca definido, el término puede tener diferentes significados en diferentes contextos. Dependiendo de las circunstancias, la jurisdicción puede referirse a la totalidad del poder o autoridad que un estado tiene o ejerce, en cuyo caso es totalmente identificable con “soberanía”, otro término de uso frecuente pero también nunca definido claramente en el derecho internacional. El término también puede simplemente denotar el poder o la autoridad de un estado en un campo específico, como la recaudación de impuestos o la adjudicación de casos por los tribunales u otras autoridades judiciales. A pesar de la falta de claridad de sus contornos, la jurisdicción debe considerarse un concepto central del derecho internacional. La razón de esto es que significa no solo la dotación de todos y cada uno de los estados con la capacidad interna de gobernar y la posición externa para entrar en relaciones internacionales (más detalles sobre relaciones internacionales y las tensiones geopolíticas en nuestra plataforma) con otros estados, sino también los parámetros, según el derecho internacional, para la realización real de tal dotación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). En una palabra, la jurisdicción describe, con diversos grados de precisión en diversas situaciones, lo que puede hacer un estado y lo que hace un estado. En este sentido, la jurisdicción puede considerarse justificadamente como el aspecto dinámico de la idea de soberanía; es lo que hace que la noción de soberanía sea visible y descriptible en términos estrictamente legales (es decir, técnicos). A través del concepto de jurisdicción, la soberanía, de otro modo una noción elevada pero amorfa, ahora puede evaluarse con mayor o menor precisión, tanto cualitativa como cuantitativamente. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la jurisdicción hace mucho más que simplemente dar sustancia a la idea de soberanía; también puede referirse a aquellas situaciones en las que la soberanía es restringida, reducida o inexistente. Además, la jurisdicción puede estar sujeta a diversas condiciones y restricciones según el derecho internacional, siendo las más notables entre ellas la inmunidad soberana o estatal.