Legitimidad Política de la Administración Pública

Legitimidad Política de la Administración Pública

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Visualización Jerárquica de Moralidad Política

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    Legitimidad en la Administración Pública

    El propósito público es una acción o dirección gubernamental que pretende beneficiar a la población en su conjunto.

    En un sentido jurídico, la idea de legitimidad es bastante sencilla: lo que es legítimo cumple con la ley; es lícit”; más allá de esto, lo que es legítimo es también genuino y válido. Sin embargo, desde la perspectiva de la administración pública, el discurso sobre la legitimidad ha estado plagado de desacuerdos y gritos de crisis a los que se enfrenta el campo en los frentes de la teoría y la práctica. Dado el lugar que ocupa la administración en la esfera pública, que a veces se considera precario dado el estatus no electo de los administradores, se ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a defender el papel y la función de la administración pública. Tales esfuerzos han cambiado con el tiempo, desde un enfoque centrado en la neutralidad, la pericia y la experiencia.

    La literatura también considera el papel que desempeña la legitimidad empírica a la hora de motivar a las personas para que cumplan la ley. Analiza los criterios que utilizan los ciudadanos para juzgar la rectitud del poder judicial y policial. También es relevante revisar la influencia motivacional de la legitimidad jurídica en el contexto de:

    • las cualidades independientes de la sanción e independientes del contenido de la legitimidad y
    • algunas formas de ampliar el alcance motivacional del concepto.

    Conceptos normativos de legitimidad

    Se diferencia entre los conceptos normativo y empírico de la legitimidad institucional. Al debatir el uso ético del poder político, los filósofos suelen emplear la legitimidad como un término cargado de normatividad para describir si los Estados y las instituciones estatales cumplen ciertas normas deseables. El hecho de que quienes acatan una estructura de poder reconozcan la validez moral de dicha estructura es periférico al concepto normativo de legitimidad.

    La conexión entre integridad y corrupción

    La integridad y la corrupción han estado profundamente conectadas a lo largo de la historia como conceptos y como realidades éticas. Los dos conceptos parten de afinidades etimológicas profundamente arraigadas que se manifiestan en la práctica ética e institucional moderna. Existen importantes relaciones éticas, políticas, institucionales y psicológicas entre integridad y corrupción. Ambos se conectan íntimamente en las realidades de practicar la integridad y enfrentarse a la corrupción personal e institucional. Los programas modernos de lucha contra la corrupción integran la promoción de organizaciones de alta integridad con múltiples enfoques para prevenir y combatir la corrupción institucional.

    Revisor de hechos: Mix

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    La relación entre política y administración

    La relación entre política y administración es un tema antiguo y ha sido una de las cuestiones más debatidas desde los inicios de los estudios sobre administración pública a finales del siglo XIX.

    Los estudiosos han desarrollado varios modelos para describir las relaciones entre los cargos electos y los titulares de las instituciones públicas. Sin embargo, recientemente las condiciones en las que operan los políticos y los gestores públicos han cambiado mucho. Por ejemplo, el paso del gobierno a la gobernanza está modificando el papel del Estado en la regulación de la sociedad. En este contexto, un conjunto de otros actores, tanto a nivel individual como organizativo, está entrando en la gobernanza democrática de las instituciones públicas, desempeñando un papel clave en la configuración de los procesos de toma de decisiones y en la cocreación y coproducción (aunque potencialmente también en la codestrucción) de resultados de interés público.

    Así pues, la política y la administración se sitúan actualmente cada vez más en entornos caracterizados por acuerdos de gobernanza multinivel tanto verticales como horizontales y por diversas relaciones con distintos actores. Algunos autores han destacado la naturaleza policéntrica de los procesos de gobernanza modernos, señalando que no son neutrales en cuanto a las relaciones entre política y administración, ya que (por ejemplo) repercuten en el papel de los políticos y en el rendimiento democrático.

    La relación entre política y administración: la dicotomía

    Tradicionalmente, se ha considerado que las relaciones entre los políticos y los gestores públicos se caracterizan por el concepto de separación estricta y dicotomía. Weber (1922) ha identificado seis elementos centrales de la burocracia:

    • división del trabajo y de la autoridad claramente definidas,
    • estructura jerárquica de los cargos, (iii) directrices escritas para organizar los procesos administrativos,
    • procedimientos de selección basados en la especialización y la pericia,
    • el ejercicio de un cargo como carrera y/o vocación, y
    • deberes y autoridad vinculados a los cargos, no a las personas. Incrustada en este modelo está la clara división de funciones entre políticos y gestores públicos.

    Los primeros actúan como representantes soberanos de los valores e intereses políticos; definen objetivos y desarrollan estrategias, mientras que los segundos deben ejecutar planes y programas de forma autónoma y neutral para garantizar un funcionamiento eficaz del gobierno.

    La distinción entre política y administración también fue conceptualizada por Wilson en 1887. Según él, el papel de la política consiste en “fijar la tarea de la administración”, que es un instrumento técnico dedicado a la ejecución de políticas. Este modelo de división de la autoridad se basaba en la idea -muy importante en aquella época- de que limitar la interferencia entre la política y la administración era beneficioso porque garantizaría una mayor responsabilidad y menos corrupción. Esta propuesta suele denominarse “modelo dicotómico” y se basa en una concepción de aislamiento de los gestores públicos de todas aquellas actividades que no sean puramente administrativas (por ejemplo: “formulación de la misión y de las decisiones políticas”) y de los políticos de las actividades que no estén relacionadas con el mandato político y con el proceso de elaboración de políticas (por ejemplo: “administración” y “gestión”). En este sentido, algunos autores argumentaron sobre la urgencia de redescubrir la importancia de este modelo, como el único capaz de reafirmar claramente el valor de la neutralidad de los gestores públicos frente a las injerencias políticas.

    La nueva gestión pública

    El modelo dicotómico no sólo ha influido en los sistemas burocráticos de la administración pública. De hecho, ha sido reinterpretado con algunos ajustes también por las reformas de la nueva gestión pública (NGP). Los defensores de la nueva gestión pública se esfuerzan por introducir la racionalidad económica en las organizaciones públicas y transformar a los “burócratas clásicos” en gestores con mayor autonomía de la política. Según esta concepción de la nueva gestión pública, se espera que los funcionarios, en su papel de gestores, sean responsables de la definición y la consecución de los objetivos, así como de la buena gestión de los recursos financieros y humanos. En el modelo de nueva gestión pública, la división normativa de papeles entre políticos y gestores públicos sigue existiendo, pero se reinterpreta: la primacía de la gestión sustituye a la primacía más tradicional de la política.

    Sin embargo, el principal problema que ni la burocracia, ni la nueva gestión pública ni los nuevos modelos de gobernanza pública pueden resolver es la “degeneración patológica” de la administración pública que puede producirse cuando los gobiernos autoritarios y/o politizados persiguen intereses particulares en lugar de generales.

    De la dicotomía a la complementariedad

    Muchas contribuciones en la literatura han criticado el modelo dicotómico señalando que no describe bien las relaciones más matizadas y complejas entre políticos y gestores públicos. Por ello, varios autores han intentado aportar nuevas conceptualizaciones.

    Aberbach et al. (1981) han investigado empíricamente las relaciones entre los políticos y los gestores públicos que actúan en los gobiernos centrales de siete países (Italia, Francia, Alemania, Países Bajos, Suecia, Reino Unido y EE.UU.).

    Los autores propusieron cuatro imágenes para representar las relaciones entre políticos y gestores públicos:

    • La imagen I (Política/administración) representa a los políticos y a los gestores públicos separados según el modelo dicotómico tradicional.
    • La imagen II (intereses/hechos) representa una situación en la que tanto los políticos como los gestores públicos participan en la elaboración de políticas, pero interpretando racionalidades diferentes: los intereses por parte de los políticos y los hechos por parte de los gestores públicos.
    • La imagen III (energía/equilibrio) ve a los políticos y a los gestores públicos como dinamizadores y equilibradores respectivamente en el proceso de elaboración de políticas.
    • Por último, la imagen IV (híbrido puro) refleja una situación en la que políticos y gestores públicos desempeñan papeles superpuestos en la elaboración de políticas y la gestión pública.

    Estos autores observaron en sus resultados empíricos una prevalencia cada vez mayor de la imagen número cuatro.

    Peters (en su obra de 1987) ha desarrollado cinco modelos de relaciones entre políticos y gestores públicos a lo largo de un continuo que va desde el “modelo formal”, caracterizado por la subordinación de los gestores públicos a los políticos, hasta el “estado administrativo”, en el que el papel central lo desempeñan los gestores públicos que dirigen el proceso de elaboración de políticas debido a su gran experiencia. Los modelos intermedios son la ‘aldea de vida’, la ‘aldea de vida funcional’ y la ‘política adversarial’. En la ‘aldea de la vida’, los políticos y los gestores públicos muestran una fuerte cohesión, objetivos comunes y lógicas de acción compartidas y tienen además una conveniencia recíproca en actuar para promover una ‘buena gobernanza de las instituciones públicas’, ya que ello puede generar efectos positivos en sus carreras. El modelo de ‘aldea funcional de la vida’ presenta similitudes con el anterior: los políticos y gestores públicos de un sector político específico construyen una alianza para conseguir la mejor asignación de fondos y recursos frente a los políticos y gestores públicos de otros sectores políticos. El “modelo adversarial” se opone al modelo del “pueblo de la vida”, ya que los políticos y los gestores públicos compiten por conseguir la primacía sobre el proceso político.

    Svara ha desarrollado otras tipologías de las relaciones entre políticos y gestores públicos. En sus primeros estudios, el autor adoptó un modelo de dicotomía-dualidad. El proceso gubernamental se divide en cuatro funciones: misión, política, administración y gestión. La misión se refiere a la principal filosofía subyacente de la organización, los valores que guían su acción, el posicionamiento estratégico y la cartera de funciones y servicios públicos prestados. La misión puede ser explícita o derivarse indirectamente de los efectos de las decisiones que no se explicitan. La política se refiere a todas las decisiones relacionadas con el presupuesto y los servicios públicos. La administración se refiere a la gestión de los procesos administrativos que se aplican para alcanzar los objetivos de las políticas públicas, así como a la definición de los procedimientos y reglamentos administrativos. Por último, la función de gestión se describe de forma residual y comprende todas las actividades emprendidas para apoyar las funciones de política y administración, incluidas en particular las relacionadas con la gestión de los recursos humanos. Los datos recogidos mediante encuestas en las que participaron gestores y cargos electos de las administraciones locales mostraron que los cargos electos y los administradores parecen tener una relación dicotómica en las actividades relacionadas con la misión y la gestión, mientras que en las actividades relacionadas con la política y la administración parecen desempeñar papeles superpuestos que apuntan a una dualidad.

    En 2001, Svara desarrolló una nueva tipología basada en la interacción entre dos factores: el nivel de control ejercido por los cargos electos y el nivel de independencia de los administradores. Surgieron cuatro combinaciones:

    • dominio político en caso de alto control político y baja independencia administrativa;
    • autonomía burocrática en caso de bajo control político y alta independencia administrativa;
    • “laissez faire”, cuando tanto el control como la independencia son bajos; y
    • complementariedad, cuando tanto el control como la independencia son altos.

    En esta última combinación, los cargos electos y los administradores desempeñan papeles distintos, pero sus funciones se solapan. La combinación “laissez faire” incluye el modelo dicotómico, porque “la distancia entre los dos conjuntos de funcionarios no contribuye al control real ni a la independencia real, sino a la coexistencia.

    Combinando el grado de distancia y diferenciación entre los cargos electos y los administradores y el nivel de control de los administradores por parte de los cargos electos- distinguió cuatro modelos:

    • Funciones separadas con subordinación de los administradores a los políticos y funciones y normas separadas.
    • Administrador autónomo cuando los administradores participan en la función política, mientras que los políticos están separados de la función administrativa.
    • Administrador receptivo cuando los administradores están subordinados a los políticos y las normas políticas dominan sobre las administrativas.
    • Papeles solapados cuando existe una influencia recíproca entre los cargos electos y los administradores y comparten papeles.

    Una referencia a la realidad empírica del sistema italiano de Administración Pública es útil para comprender mejor los modelos identificados por la literatura. Italia -y también otros Estados- ha institucionalizado la existencia de distintos tipos de roles directivos que se encuadran dentro de los cuatro perfiles principales: funciones separadas es la lógica que subyace a los secretarios generales que trabajan en muchos organismos públicos italianos de todos los niveles de gobierno; administrador autónomo se asemeja a la lógica de los gestores urbanos de los municipios italianos de más de 100.000 habitantes y de los directores generales nombrados en los ministerios y/o regiones italianos con un mandato fijo por la duración de la legislatura política; los administradores responsables son personal directivo nombrado por los políticos italianos para trabajar directamente con ellos y para ellos; el solapamiento de funciones es un modelo claramente ilustrado en Italia por el ejemplo de muchos ex políticos que luego son nombrados gestores de empresas públicas, especialmente a nivel local y regional, y viceversa por algunos gestores públicos que pasan a una carrera política como en el caso del actual alcalde de Milán.

    La relación entre política y administración en la era de la gobernanza local

    En 2006 Svara identificó una nueva frontera para la investigación sobre las relaciones político-administrativas: “el estudio de cómo interactúa cada conjunto de funcionarios con los ciudadanos y los grupos de la comunidad”. Así pues, el siguiente gran paso en la investigación sobre la gestión pública es ir más allá de la cuestión de si la gestión importa para responder a la pregunta: ¿importa la democracia?

    Tras el desarrollo del modelo burocrático y la nueva gestión de la administración pública, el auge del nuevo modelo de gobernanza (pública) ha llamado la atención sobre el papel que desempeñan los ciudadanos y las organizaciones no gubernamentales en la consecución de resultados de interés público. Así, si la literatura sobre administración pública arraigada en el pensamiento de Wilson (1887) y Weber (1922) se basaba en el concepto de separación entre política y administración y se enmarcaba en un contexto de alta politización y subordinación de los gestores públicos a la voluntad política, el contexto actual exige entender la política y la administración a través de los papeles desempeñados por los nuevos actores y los nuevos ámbitos en los que actúan ahora los políticos y los gestores públicos.

    La gobernanza local se refiere a una práctica (o forma de gobernar) aplicada por un gobierno local y caracterizada por la dirección y la participación -tanto formal como informal- de una serie de otros actores relevantes que actúan dentro de la comunidad (gobernanza comunitaria) y más allá del nivel de la comunidad (gobernanza multinivel) a través de diferentes formas (por ejemplo, redes y asociaciones) y diferentes estilos (por ejemplo, coordinación y colaboración), con el objetivo de trabajar con ellos para la consecución de resultados públicos y sociales relevantes.

    La gobernanza local cambia el funcionamiento de las instituciones tradicionales porque operan en un entorno más proteico y se caracteriza por la creciente atención que se presta a los esquemas de red y a las normas que rigen las relaciones con las partes interesadas y por una naturaleza interactiva y colaborativa, más que jerárquica o contractual. En otras palabras, la gobernanza local se promulga en arenas interactivas con una variedad de partes interesadas que desempeñan diferentes papeles. Varios autores han investigado el papel desempeñado por los políticos y/o los gestores públicos y sus relaciones con otros actores en contextos de gobernanza. Sørensen (2006) ha escrito extensamente sobre las implicaciones de los procesos de gobernanza en los papeles de los políticos, argumentando cómo el papel de los políticos debería evolucionar hacia un papel de metagobernanza. Este cambio no socava necesariamente la democracia representativa como tal: de hecho, la metagobernanza abre la puerta al desarrollo de un nuevo modelo fuerte de democracia representativa.

    Si los funcionarios políticos controlan los procesos de gobierno en la perspectiva tradicional de la democracia representativa, algo cambia en las prácticas de gobernanza interactiva en las que los gestores públicos y los funcionarios políticos tienen que gestionar la creciente implicación de partes interesadas externas en la labor de gobierno. En este sentido, la gobernanza en red está remodelando el papel de los gestores públicos, situándolos como “actores con capacidad de respuesta en un sistema policéntrico de gobernanza en lugar de servidores neutralmente competentes de un ejecutivo político”.

    Arenas de gobernanza local

    Las arenas de gobernanza local son acuerdos de interacción organizados por los gobiernos locales sobre la toma de decisiones y/o la prestación de servicios con partes sociales como los ciudadanos y las organizaciones no gubernamentales. Las arenas de gobernanza interactiva reúnen a gobiernos de distintos niveles del sistema político y pueden promover la democracia mejorando el intercambio de información entre ellos. Sin embargo, como la gobernanza interactiva y las arenas de gobernanza suelen seguir reglas informales, es difícil exigirles responsabilidades.

    Existen diferentes tipos de arenas de gobernanza local. El gobierno local puede atraer a las partes interesadas externas para hacer diferentes cosas. Existen diferentes funciones para atraer a las partes interesadas externas en las arenas de gobernanza local: co-consulta; co-deliberación; co-diseño; co-prestación; co-evaluación.

    La arena de la co-consulta se refiere a situaciones en las que la implicación de las partes interesadas externas tiene como objetivo recabar ideas, información y contribuciones, aunque la decisión final permanece en el circuito tradicional de la democracia representativa.

    La arena de la codeliberación se caracteriza por los procesos conjuntos de políticos y gestores que toman decisiones políticas junto con las partes interesadas externas. Algunos ejemplos de estas experiencias están representados por arenas deliberativas como las desarrolladas en experiencias de presupuestos participativos.

    El ámbito del codiseño describe los procesos en los que los gestores públicos se atraen a las partes interesadas externas para codiseñar los servicios públicos. Ejemplos de prácticas que encajan en este ámbito son, por ejemplo, los grupos focales para el codiseño de servicios sociales que se desarrollan con todos los actores de la comunidad activos en algunos servicios relacionados con el bienestar. El ámbito de la prestación conjunta describe la situación en la que las partes interesadas externas participan en la prestación concreta de los servicios públicos. Finalmente, la última arena de gobernanza está representada por la atracción de las partes interesadas externas y los ciudadanos por las prácticas de coevaluación de los servicios públicos y las políticas públicas. Algunos ejemplos pueden encontrarse en los jurados populares y los paneles de evaluación ciudadana de los servicios públicos.

    La gestión de las partes interesadas en el ámbito de la gobernanza local

    La gestión de las partes interesadas puede definirse como una serie de principios, herramientas y procesos cuyo objetivo es identificar, implicar y gestionar las relaciones con las partes interesadas. Una de las principales peculiaridades de la gestión de las partes interesadas en el ámbito público es que la desarrollan tanto políticos como gestores. Bryson (2004) identificó cuatro categorías principales de actividades en la gestión de las partes interesadas:

    • organizar la participación;
    • crear ideas para intervenciones estratégicas;
    • crear una coalición ganadora en torno al desarrollo, la revisión y la adopción de propuestas; y
    • aplicar, supervisar y evaluar las intervenciones estratégicas.

    La gestión de las partes interesadas comprende varias etapas de actividades entrelazadas y repetitivas. Más concretamente, Archer (2003) identificó cinco etapas principales:

    • identificar;
    • analizar;
    • planificar y programar;
    • ejecutar; y
    • supervisar.

    En relación al ciclo de las partes interesadas anterior, se puede identificar las etapas principales siguientes:

    • identificación de las partes interesadas;
    • mapeo de las partes interesadas;
    • diseño de la participación de las partes interesadas;
    • interacción con las partes interesadas; y
    • evaluación de las partes interesadas.

    Las etapas del ciclo de gestión de las partes interesadas

    La primera fase -identificación de las partes interesadas- es la identificación de las partes interesadas relevantes para el propósito del compromiso; esta identificación es dinámica (puede cambiar con el tiempo) y depende del asunto y de la perspectiva adoptada para el análisis. La segunda fase -el mapeo de las partes interesadas- consiste en el análisis de las principales características de las partes interesadas relevantes (identificadas como tales en la fase anterior) frente a las variables relevantes para el asunto considerado. Por ejemplo, Mitchell et al. (1997) identificaron tres variables principales para analizar a las partes interesadas (poder, legitimidad y urgencia). Algunos organismos públicos también han elaborado fichas de puntuación para perfilar las principales características de las partes interesadas (por ejemplo, el Gobierno de Victoria, 2005).

    La tercera fase -el diseño de la participación de las partes interesadas- tiene como objetivo identificar las disposiciones organizativas que se emplearán para implicar a las partes interesadas: algunos ejemplos pueden ser la creación de comités consultivos de las partes interesadas, y/o nuevas estructuras organizativas, como asociaciones participadas por todas las partes interesadas implicadas. La cuarta fase -interacción de las partes interesadas- consiste en la “gestión de las interacciones” propiamente dichas con las partes interesadas y puede variar en función de la técnica adoptada (algunos ejemplos podrían ser las reuniones de las partes interesadas, las audiencias públicas abiertas a todo el mundo, los grupos de discusión, los sondeos deliberativos, etc.). La última fase -la evaluación de las partes interesadas- consiste en una revisión y valoración de los procesos de compromiso activados con las partes interesadas externas y puede basarse en medidas subjetivas (percepciones) u objetivas (indicadores).

    Revisión de hechos: Benson

    A continuación se examinará el significado.

    ¿Cómo se define? Concepto de Moralidad de la clase política

    Véase la definición de Moralidad de la clase política en el diccionario.

    [rtbs name=”vida-politica”] [rtbs name=”asuntos-sociales”]

    También de interés para Legitimidad Política de la Administración Pública:
    ▷ Derecho y Legitimidad Política de la Administración Pública
    Los recursos de Derecho de Lawi ofrecen panorámicas de vanguardia de las principales subdisciplinas del Derecho. Nuestros recursos tienen una perspectiva verdaderamente global, con textos escritos y revisados por autores de todo el mundo y, cuando procede, presentan perspectivas comparadas. Abordan temas clave de forma temática y también incluyen la consideración de cuestiones o temas emergentes dentro de las subdisciplinas jurídicas. Nuestro programa de recursos y elementos refleja la vitalidad actual de la erudición jurídica y abarca áreas tan diversas como el derecho internacional, el derecho médico, los estudios jurídicos críticos, el derecho y el terrorismo, el derecho de los derechos humanos y el derecho y la religión. Por ejemplo:

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    • Derecho de Sociedades
    • Derecho de la Aviación Pública
    • Derecho de la discapacidad y derechos humanos
    • Derecho Penal Internacional
    • Teoría jurídica feminista
    • Traducción jurídica
    • Derecho de los conflictos armados

    Recursos

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    Traducción de Moralidad de la clase política

    Inglés: Political morality
    Francés: Moralité de la vie politique
    Alemán: Politische Moral
    Italiano: Moralità della vita politica
    Portugués: Moralidade da vida política
    Polaco: Moralność polityczna

    Tesauro de Moralidad de la clase política

    Vida Política > Vida política y seguridad pública > Política > Comportamiento político > Moralidad de la clase política
    Asuntos Sociales > Vida social > Vida social > Moral pública > Moralidad de la clase política
    Derecho > Derecho penal > Infracción > Corrupción > Moralidad de la clase política
    Vida Política > Vida política y seguridad pública > Seguridad pública > Denuncia de irregularidades > Moralidad de la clase política

    Véase También

    • Comisiones ilegales
    • Escándalo político
    • Financiación ilegal de los partidos
    • ética política

    Responsabilidad; Adecuación; Razonabilidad; Capacidad de respuesta

    16 comentarios en «Legitimidad Política de la Administración Pública»

    1. El enfoque subjetivo de la legitimidad en la ciencia política se basa en la obra de Max Weber, que hace hincapié en las consecuencias macrosociales de la creencia de los ciudadanos en la legitimidad en la ciencia política de sus gobernantes, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Weber identificó famosamente tres bases para el gobierno legítimo en la sociedad (racional-legal, carismática y tradicional) y argumentó que la presencia de una autoridad legítima estructura la sociedad de tal manera que incluso aquellos que no comparten la creencia en su legitimidad en ciencia política se enfrentan a incentivos para comportarse como si la compartieran, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. A esto lo denominó la “validez” del sistema social, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Un enfoque opuesto al estudio de la legitimidad en la ciencia política parte de la premisa de que la legitimidad en la ciencia política depende de la correspondencia entre una norma y una norma moral externa, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Se esfuerza por conseguir un modelo “objetivo” de legitimidad en ciencia política, basado en la fuerza de la propia norma, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Allen Buchanan representa este punto de vista cuando sugiere que “la legitimidad en ciencia política de los Estados, y en última instancia del propio sistema jurídico internacional, debe definirse en términos de algún umbral de aproximación a la justicia plena o perfecta…., en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. [y] los derechos humanos básicos deberían servir como ese umbral” (Buchanan 2003, 432), en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Buchanan sugiere que los Estados deben ser aceptados como legítimos (y, por tanto, bienvenidos a la sociedad internacional) en la medida en que estén a la altura del objetivo sustantivo de respetar los derechos humanos individuales, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Este punto de vista puede ser convincente siempre que se parta de la certeza sobre la teoría de la justicia que se está aplicando, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Presupone una teoría sustantiva de la justicia y luego propone que las instituciones que la satisfacen pueden denominarse “legítimas”, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. El enfoque objetivo se inspira en la teoría política normativa y trata de identificar estructuras de gobierno normativamente aceptables; no le preocupa lo que la gente piensa realmente de la norma, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Por tanto, tiene menos que decir sobre por qué la gente se comporta como lo hace con las fuentes de autoridad y más sobre qué fuentes de autoridad debemos respetar, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Las diferencias entre los enfoques objetivo y subjetivo son evidentes en sus distintas respuestas a la pregunta de si el gobierno nazi era legítimo o no, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Para responderla, el enfoque subjetivo necesitaría saber si los ciudadanos en cuestión creían que el gobierno era legítimo: ¿creían que tenía derecho a gobernar? En caso afirmativo, se darían presumiblemente las consecuencias sociales de la legitimidad en la ciencia política (es decir, cumplimiento voluntario, menores costes de aplicación, etc.), en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política.

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      • El enfoque objetivo respondería a la pregunta refiriéndose al fracaso de ese gobierno a la hora de satisfacer los requisitos morales mínimos que establece para un gobierno, por lo que decidiría que no era legítimo independientemente de cómo se sintieran algunas personas al respecto, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Existen diversas teorías sobre cómo la gente puede llegar a creer en la legitimidad en ciencia política de una norma o de un sistema de normas, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Un modelo sugiere que la gente ve como legítimas aquellas instituciones o normas que les benefician, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Este relato interesado de la legitimación es coherente con el modelo teórico de la racionalidad instrumental y es popular en los modelos de elección racional de la vida social, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. También sustenta el relato de Habermas sobre el capitalismo tardomoderno, en el que la incapacidad del Estado moderno para proporcionar las protecciones y prestaciones prometidas por el Estado del bienestar son una fuente de deslegitimación y una crisis potencial, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política.

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    2. La legitimación es el proceso mediante el cual los actores se esfuerzan por crear legitimidad para una regla o gobernante, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Cuando la legitimidad como creencia es una cualidad subjetiva e individualista, la legitimación es un proceso que es inherentemente social y político.

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    3. El enfoque subjetivo es útil para cuestiones como los efectos de la legitimidad en la ciencia política sobre el comportamiento de los ciudadanos hacia las instituciones políticas, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Un buen ejemplo es el trabajo sobre las actitudes de los ciudadanos de la UE respecto a la legitimidad en ciencia política del Tribunal de Justicia de la UE, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Su interés se centra en los efectos, más que en los fundamentos morales, de la legitimidad en ciencia política de la institución, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. La legitimidad en ciencia política también debe distinguirse de la legalidad, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. La legalidad puede utilizarse como argumento a favor de la legitimación, pero la conexión no va necesariamente en esta dirección, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Las cuestiones de legitimidad en ciencia política son distintas de las cuestiones de legalidad, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política.

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    4. Los estudiosos de la tradición objetiva suelen plantear la existencia de un observador que emite un juicio sobre si una norma, una institución o un dirigente, cumple un estándar externo de norma moral o justa, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. El enfoque objetivo se inspira en la teoría política normativa y trata de identificar estructuras de gobierno normativamente aceptables, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. El enfoque objetivo se entiende mejor por tratarse de estrategias de legitimación que de la legitimidad en la ciencia política propiamente dicha, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Corre el riesgo de perder el contenido único del término “legitimidad” al derivarlo de una teoría de la justicia, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. No deja espacio para que un proceso psicológico de formación de creencias produzca resultados diferentes a los juicios morales del observador, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política.

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    5. Muchos grupos utilizan argumentos de procedimiento, siguiendo la lógica de Tyler antes mencionada, a menudo basados en elecciones y referendos, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Los referendos suelen considerarse muy legitimadores y por eso sus términos son muy polémicos: por ejemplo, ¿qué poblaciones del Sáhara Occidental deben incluirse y qué margen de victoria debe aplicarse en Quebec? Nagorno-Karabaj utiliza el hecho de que su gobierno fue elegido democráticamente para legitimar sus pretensiones de convertirse en Estado, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Otros señalan su respeto por las normas y el derecho internacionales como legitimación de sus reivindicaciones, como cuando los separatistas macedonios de Yugoslavia sugirieron que el hecho de que no se hubieran unido a las guerras yugoslavas en la década de 1990 reflejaba su compromiso con la paz internacional y, por tanto, ayudaba a sus reivindicaciones de estatalidad, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. En cada uno de estos casos, los separatistas actuaron como si estuvieran reforzando su causa legitimándola con referencia a procedimientos, valores o normas internacionales importantes, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Que la comunidad internacional esté finalmente de acuerdo con sus reivindicaciones no está bajo su control, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. La legitimidad en la ciencia política, al fin y al cabo, depende de las creencias que tenga el público, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Pero la omnipresencia de las reivindicaciones de legitimación es un indicio de que muchos grupos reconocen el poder político de las reivindicaciones de legitimidad en ciencia política y de legitimación.

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    6. El cumplimiento de las normas no es una prueba de que las normas se consideren legítimas, y su incumplimiento no es una prueba en contra de la legitimidad en la ciencia política, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Hay muchas razones por las que los actores pueden acatar las fuentes de autoridad, y la legitimidad en ciencia política es sólo una de ellas, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Se trata de una condición interna de creencia cuya existencia no es directamente observable, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. El segundo problema es que los actores tienen un incentivo para presentar su gobierno como legítimo y los desafiantes a ese gobierno tienen un incentivo para presentarlo como ilegítimo, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Estos incentivos son inherentes al valor político de la legitimidad en la ciencia política y tiñen todos los esfuerzos por medir empíricamente los grados de legitimidad en la ciencia política, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Las pretensiones de legitimidad en ciencia política circulan en torno a todo poder político, y las contrapretensiones de ilegitimidad son fundamentales para los esfuerzos por socavar ese poder, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Las estrategias utilizadas para legitimar y deslegitimar el poder varían enormemente según las circunstancias, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. A menudo, estas estrategias se centran en el intento de utilizar las normas y los valores existentes en la sociedad para justificar la propia posición, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Por ejemplo, se puede argumentar que el código fiscal estadounidense es legítimo porque se administra de forma justa, porque ha sido aprobado por el Congreso o porque sus ingresos se utilizan para el bien social, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Si a la audiencia le importa la justicia, la legalidad o los buenos resultados, estas afirmaciones pueden ser herramientas útiles en una estrategia de legitimación, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. La legitimidad en la ciencia política y la autodeterminación Estas estrategias son evidentes en la política práctica de los insurgentes separatistas contra los Estados-nación establecidos, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Estos movimientos a menudo se esfuerzan por legitimar sus reivindicaciones de autodeterminación y en este comportamiento podemos ver estrategias de legitimación en acción, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Los separatistas se dirigen a la comunidad internacional con argumentos variados para justificar que se les conceda el reconocimiento externo de su soberanía, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Los valores utilizados en estas justificaciones reflejan tanto la naturaleza de los movimientos separatistas como las normas de la comunidad internacional, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Intervienen tanto intereses normativos como estratégicos, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Por ejemplo, es habitual que los grupos afirmen que su incorporación al Estado existente se produjo de forma ilegítima y que, por lo tanto, sus reivindicaciones de independencia deberían verse con buenos ojos, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Otros, como algunos serbios de Bosnia, argumentan que su unidad como cultura y nación legitima su reclamación de autodeterminación, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política. Somalilandia ha sugerido que su historia de independencia política, aunque breve y a la que renunció voluntariamente, debería contribuir a su reconocimiento actual, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política, en el marco del estudio de la teoría política.

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    7. Detalles: Los actores e instituciones trabajan constantemente para legitimar su poder, y los retadores trabajan para deslegitimarlos, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. La legitimación se hace a menudo justificando la existencia de los gobernantes o sus reglas en términos de importantes principios normativos de la sociedad.

      Puntualización: Sin embargo, la legitimación también puede intentarse mediante pagos e incentivos a los subordinados, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Los incentivos materiales y las apelaciones normativas son estrategias diferentes para la legitimación y su éxito depende de cómo la audiencia responda a ellos, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. No es posible hacer una declaración general sobre la eficacia de uno u otro como estrategia de legitimación genérica.

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    8. Se desprende de la noción de sentido común de que es más probable que los actores crean como normativamente correctos los acuerdos que parecen servir a sus intereses, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Un segundo modelo sugiere que la legitimidad en la ciencia política se deriva del acto de consentir una norma o un gobernante, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Este es el planteamiento propuesto por John Locke y es un elemento común en la teoría democrática, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. En la teoría liberal, el consentimiento es el proceso de aceptar voluntariamente estar vinculado a una estructura de autoridad y es el paso crucial para conciliar la libertad y la obligación, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Este punto de vista trata la legitimidad en la ciencia política como un contrato que transfiere autoridad entre el individuo y la institución, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política.

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    9. El consentimiento es fundamental para el derecho internacional, como lo es para el derecho contractual nacional, y conduce a la reivindicación común de que los actores deben sentir una obligación legítima (no sólo una obligación legal) con aquellos compromisos a los que han dado su consentimiento, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Tanto la teoría del interés propio como la del consentimiento de la legitimación eluden en la práctica algunas cuestiones interesantes sobre la legitimidad en la ciencia política, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Por ejemplo, ¿por qué la legitimidad en ciencia política es útil para los gobernantes si las instituciones ya sirven a los intereses de la gente o si ésta ya consiente las normas? Del mismo modo, ¿por qué a veces se puede socializar a la gente para que acepte como legítimas instituciones que a los de fuera les parecen que ponen directamente en peligro sus intereses? El estudio clásico de John Gaventa sobre las relaciones de poder estuvo motivado por la observación de que se puede hacer que estructuras sociales muy desiguales e injustas parezcan legítimas a los que carecen de poder, y que esto puede constituir un acuerdo de gobierno estable y duradero, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Gran parte de lo interesante del poder de la autoridad legitimada en la práctica es que puede dar forma a lo que la gente cree que les interesa y que puede hacer que lo que los de fuera podrían considerar espantoso les parezca normal y moral a los de dentro, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. En respuesta a estos aparentes enigmas, un tercer modelo de legitimación hace hincapié en el poder legitimador de los procedimientos, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Este punto de vista, descrito por Tom Tyler, sugiere que “las raíces de la legitimidad en la ciencia política se encuentran en las valoraciones que hace la gente de la imparcialidad de los procedimientos de toma de decisiones utilizados por las autoridades y las instituciones”.

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      • Más que la sustancia de las decisiones o los resultados producidos por las instituciones, Tyler afirma que son los procedimientos por los que se toman los que producen legitimidad en la ciencia política, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Este enfoque de la legitimación abre la posibilidad de que la gente pueda seguir viendo como legítimas instituciones que deciden en contra de sus intereses siempre que el proceso se considere básicamente justo (o legal, o correcto), en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. El enfoque procedimental encuentra bastante apoyo en los datos de opinión pública relativos a las actitudes de la gente hacia las instituciones de gobierno, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Sin embargo, plantea la cuestión de cómo llega la gente a tener creencias sobre lo que cuenta como “básicamente justo” (o legal, o correcto), y por tanto traslada el centro de la discusión más al terreno de la sociología y la psicología.

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    10. Es fácil identificar los intentos de crear legitimidad en la ciencia política, pero difícil evaluar si estos esfuerzos tienen éxito, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Las dificultades surgen en parte porque no existen buenos indicadores de comportamiento que distingan de forma decisiva entre el gobierno legítimo y el ilegítimo, y en parte por los incentivos que existen para representar el propio poder como legítimo, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. El primer problema se ve fácilmente cuando analizamos el cumplimiento, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Russell Hardin describe el problema: “La relación fundamental y modal de los ciudadanos con sus gobiernos la mayoría de las veces es la aquiescencia”, pero esto no nos dice si están dando su aquiescencia por legitimidad en ciencia política o por alguna otra motivación.

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    11. Los movimientos separatistas se esfuerzan a menudo por legitimar sus reivindicaciones de autodeterminación y en este comportamiento podemos ver estas estrategias de legitimación en acción, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Los separatistas se dirigen a la comunidad internacional con diversos argumentos para justificar que se les conceda el reconocimiento externo de su soberanía, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Los valores utilizados en estas justificaciones reflejan tanto la naturaleza de los movimientos separatistas como las normas de la comunidad internacional, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Intervienen tanto intereses normativos como estratégicos, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Por ejemplo, es habitual que los grupos afirmen que su incorporación al Estado existente fue fundamentalmente injusta y que, por lo tanto, sus reivindicaciones de independencia deberían verse con buenos ojos.

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    12. Otros, como algunos serbios de Bosnia y algunos francocanadienses, argumentan que su unidad como cultura y nación legitima su reivindicación de autodeterminación, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Somalilandia ha sugerido que su historia de independencia política, aunque breve y a la que renunció voluntariamente, debería contribuir a su reconocimiento en la actualidad[12], en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Nagorno-Karabaj utiliza el hecho de que su gobierno fue elegido democráticamente para legitimar sus pretensiones de convertirse en un Estado, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Otros señalan su respeto por las normas y el derecho internacionales como legitimación de sus reivindicaciones, como cuando los separatistas macedonios de Yugoslavia sugirieron que el hecho de que los macedonios no se hubieran unido a las guerras yugoslavas en los años 90 reflejaba su compromiso con la paz internacional, ver mas. En cada uno de estos casos, los separatistas actuaron como si fortalecieran su causa legitimándola con referencia a procedimientos, valores o normas internacionales importantes, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Que la comunidad internacional esté finalmente de acuerdo con sus reivindicaciones no es directamente producto del éxito de estas estrategias de legitimación, pero la omnipresencia de las reivindicaciones de legitimación es un indicio de que muchos grupos creen que la legitimación merece la pena.

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    13. Sin embargo, argumenta que esto ignora que las opiniones de los individuos sobre la legitimidad en ciencia política de las normas pueden, en la práctica, apoyar o socavar el orden social existente, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. La legitimidad en ciencia política, en este sentido, no es un concepto inherentemente conservador, en mi opinión, y con relación a la legitimidad política (de la administración pública), en el marco del estudio de la teoría política. Por ejemplo, el bombardeo de Kosovo por parte de la OTAN en defensa de objetivos humanitarios ha sido descrito con frecuencia como ilegal (porque no fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU) pero legítimo (porque perseguía un objetivo que merecía la pena utilizando medios proporcionados).

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