Renuncia al Trabajo
Dimitir y “renunciar”, que es el origen del sustantivo “Resignación”, significa renunciar voluntariamente a una situación, una ventaja o un derecho. En derecho laboral, la dimisión es el hecho de que un trabajador tome la iniciativa de romper la relación jurídica de dependencia que le une a su empleador, lo que puede hacer respetando un plazo llamado “preaviso”. Puede ser verbal, escrita o el resultado de un comportamiento inequívoco del empleado. La negativa del trabajador a aceptar un cambio en las condiciones de trabajo no constituye una dimisión. Se trata de un incumplimiento de contrato que el empresario puede sancionar, en su caso, con el despido por mala conducta. No hay razón para cuestionar la manifestación de una voluntad clara e inequívoca de dimitir. En la legislación alemana la renuncia al trabajo ha sido reglamentada en oposición al despido ordinario (ordentliche kündigung) y al despido extraordinario (ausserordentliche kündigung), por derivar de actos sujetos a la voluntad de solo una de las partes de la relación laboral y operar por declaración unilateral, cualquiera sea la causa que la motive o la forma de celebración del contrato. Cualquiera puede quedarse atascado en la rutina y volcarse demasiado en las iniciativas que ha puesto en marcha. Utiliza este truco mental para mantener una perspectiva fresca, por lo que aquí también se analiza el despido del propio emprendedor o ejecutivo de la empresa. Las renuncias silenciosas se deben a los malos jefes, no a los malos empleados. “Renuncia silenciosa” es un nuevo nombre para un viejo comportamiento. Los autores, que han llevado a cabo evaluaciones de liderazgo de 360 grados durante décadas, han pedido regularmente a la gente que califique si su “entorno de trabajo es un lugar donde la gente quiere hacer un esfuerzo adicional”. Sus datos indican que el abandono silencioso suele tener menos que ver con la voluntad de un empleado de trabajar más duro y de forma más creativa, y más con la capacidad de un directivo de establecer una relación con sus empleados en la que éstos no cuenten los minutos que faltan para la hora de abandonar el trabajo.