La cultura material es el aspecto físico de la cultura en los objetos y la arquitectura que rodean a las personas. Incluye el uso, el consumo, la creación y el comercio de objetos, así como los comportamientos, normas y rituales en los que estos objetos participan. El término se utiliza comúnmente en los estudios arqueológicos y antropológicos, centrándose particularmente en las pruebas materiales que pueden atribuirse a la cultura, ya sea en el pasado o en el presente. El estudio de la cultura material es un campo interdisciplinario que se ocupa de las relaciones entre las personas y las cosas: la fabricación, la historia, la preservación y la interpretación de los objetos. Se basa en la teoría y la práctica de las ciencias sociales y las humanidades como la historia del arte, la arqueología, la antropología, la historia, la preservación de la historia, el folclore, la crítica literaria y los estudios museísticos, entre otros. Ya sean edificios, elementos arquitectónicos, libros, joyas o cepillos de dientes, todo puede considerarse cultura material. La cultura material es un campo amplio e interdisciplinar que explora los significados culturales que adquieren los objetos en su contexto. No impone una jerarquía sobre lo que se incluye; cualquier cosa que esté hecha de un material concreto puede considerarse cultura material. Sin embargo, la implicación es que las materias primas y los productos naturales están, en general, excluidos, y que hay un cierto énfasis en las formas en que las cosas han sido hechas. En el caso del té, por ejemplo, la planta en sí no se considera parte de la cultura material, pero sus métodos de cultivo, las formas de preparación del té, los diversos atributos necesarios para la preparación y el consumo de la bebida y todas las prácticas que rodean al té forman parte de la cultura material. Existen fructíferas coincidencias con otros muchos campos: con la historia del arte, donde esa disciplina explora las llamadas artes decorativas; con la historia, donde los objetos constituyen un complemento y/o una alternativa a la documentación escrita; con la antropología, donde los objetos forman parte de la práctica social; y con la arqueología (prehistórica), donde los objetos son a menudo la única fuente disponible en ausencia de materiales escritos. El énfasis en los objetos ha sido útil en una serie de áreas, especialmente cuando las fuentes escritas son de difícil acceso. En el campo de la mujer y el género, por ejemplo, el estudio de la cultura material ha permitido un acceso diferente a las experiencias que dieron forma a las vidas de hombres y mujeres que no dejaron documentación por escrito. En la historia global, la cultura material y el uso de objetos proporcionan formas de superar los desafíos de los materiales escritos en diferentes idiomas. Mientras que la cultura material se ha convertido en una parte importante de numerosos campos académicos en Europa y Norteamérica, en Asia la transición ha sido más lenta.