Desde hace unos años, y en función de los países, las familias de los LGBT se encuentran en la intersección de una intensa controversia cultural, jurídica y política, tanto dentro de las comunidades LGBT como en la sociedad en general. Continúan los intensos debates entre lesbianas y gays sobre la “igualdad” y la “diferencia”, ya sea como “acomodación” versus “resistencia” o “normalidad” versus “rareza”. Los debates que rodean a las familias de lesbianas y gays, ya sea que se centren en el matrimonio, la pareja de hecho, la crianza de los hijos, la adopción o la custodia, reflejan las tensiones fundamentales características de la política LGBT. ¿Son los miembros de las minorías sexuales y de género fundamentalmente “iguales” a otras personas, es decir, “normales”, o pueden reclamar una posición cultural profundamente “diferente”, la de la homosexualidad? ¿Y cómo pueden cualquiera de estas posiciones proporcionar la base para la erudición, el activismo y el desarrollo de la comunidad? Al mismo tiempo, los acontecimientos políticos en los EE.UU. y en todo el mundo han puesto a las familias LGBT en el punto de mira. Las políticas que afectan el estatus de las personas LGBT en el matrimonio, la pareja de hecho y como padres están en un flujo aparentemente constante. La arena de la familia se ha convertido en el campo de batalla en el que se negocian muchos otros temas y en el que las redefiniciones de la condición jurídica se entienden en términos de justicia, ciudadanía y dignidad personal.