El desarrollo económico y político de América Latina desde la independencia es una historia de promesas incumplidas. El fervor revolucionario del siglo XVIII, influenciado por los ideales de libertad e igualdad de la Ilustración, dio lugar a una agitación política masiva en todo el mundo, empezando por la Revolución Americana en 1776 y la Revolución Francesa en 1789. Los principios expuestos por los revolucionarios en Europa y su éxito político al derrocar el régimen autocrático de la monarquía inspiraron movimientos similares en América Latina, primero en Haití (entonces la colonia francesa de Saint Domingue), cuya revolución comenzó apenas dos años después del inicio de la Revolución Francesa. Al principio, los colonos blancos se inspiraron en la Revolución Francesa para conseguir el control independiente de sus colonias, pero pronto la revolución se centró en una rebelión dirigida por los esclavos contra la esclavitud y la colonización, una tendencia que continuaría en toda América con distintos grados de éxito.
Poco después de la Revolución Francesa y su consiguiente inestabilidad política, Napoleón Bonaparte tomó el poder, desestabilizando aún más las colonias latinoamericanas y dando lugar a más revoluciones. La Guerra Peninsular, resultado de la ocupación napoleónica de España, hizo que los criollos de Hispanoamérica cuestionaran su lealtad a España, avivando los movimientos independentistas que culminaron en las guerras de independencia, que duraron casi dos décadas. En la época de las guerras de independencia, se habló de crear un estado regional o una confederación de naciones latinoamericanas para proteger la nueva autonomía de la zona, pero tras el fracaso de varios proyectos, la cuestión no se retomó hasta finales del siglo XIX. Las guerras napoleónicas tuvieron profundas consecuencias para la historia mundial y europea, ya que condujeron a la difusión del nacionalismo y el liberalismo, al ascenso del Imperio Británico como primera potencia mundial, a los movimientos independentistas en América Latina y al colapso del Imperio Español, a la reorganización fundamental de los territorios alemanes e italianos en estados más grandes, y al establecimiento de métodos radicalmente nuevos en la guerra. No existe consenso sobre cómo se produjo la independencia. ¿Fue el resultado de un choque externo, como las guerras napoleónicas y la invasión francesa de la península ibérica? ¿Fue una consecuencia de la ineficacia institucional o, por el contrario, una reacción contra las reformas y la modernización asociadas a la introducción de nuevas ideas e instituciones liberales en la metrópoli y, por tanto, un fenómeno endógeno? ¿Fue, tal vez, el resultado de la lucha contra la reforma liberal y la modernización en las colonias centrales (México y Perú), mientras que en las colonias periféricas (Nueva Granada y el Río de la Plata), fue el resultado del oportunismo militarista, estimulado por los intereses del contrabando, en la época de la invasión napoleónica de la península ibérica?