Hace referencia la expresión “energía eléctrica”, en esta plataforma global, fundamentalmente a la forma de energía producida y distribuida en suficiente voltaje y corriente para proveer de luz, energía y para operar electrodomésticos y equipos. La energía se transfiere de un sistema a otro mediante el movimiento de cargas. No es una energía real como la energía cinética o la energía potencial, sino un portador de energía, un medio de transferencia de energía como el calor o el trabajo. Los sistemas que pueden proporcionar energía por transferencia eléctrica son los alternadores, presentes en casi todas las instalaciones de generación de energía, o los sistemas químicos, como las baterías. Entre los sistemas que pueden transformar la energía de la electricidad se encuentran las resistencias eléctricas, que la convierten en energía térmica, los motores, que la transfieren mediante trabajo mecánico, las lámparas, que la convierten en energía de radiación y calor, y otros sistemas electrotécnicos o electrónicos. La energía eléctrica se transporta mediante un conductor eléctrico, por ejemplo un metal o una solución iónica. La energía eléctrica no puede almacenarse en grandes cantidades sin ser transformada. Sólo pequeñas cantidades de carga eléctrica pueden almacenarse como la llamada energía electrostática (o energía potencial electrostática), por ejemplo en condensadores y supercondensadores. El término “energía eléctrica” es un término erróneo en física, pero es una conveniencia del lenguaje para indicar que la electricidad requiere y transporta energía. Para almacenar la energía suministrada por la transferencia eléctrica, hay que utilizar un convertidor que pueda almacenar la energía recibida, por ejemplo como energía química, en acumuladores, o convertirla en energía mecánica o en energía potencial.