Como el propio Weber reconoció, hay mucho valor en el materialismo histórico entendido como un conjunto de herramientas analíticas, o teorías, que la investigación empírica puede poner a prueba y modificar según se desee. Además, no hay nada necesariamente determinista en los escritos de Marx si se le lee como un teórico de las trayectorias históricas que tienen una débil tendencia al desarrollo progresivo. De hecho, así es como la mayoría de los escritores implementan en la práctica lo que ven como una estrategia de investigación weberiana, con muchos trabajos neomarxistas y neoweberianos de sociología histórica que, de hecho, muestran marcados signos de convergencia, más que de divergencia, incluso si esta convergencia es a menudo negada enérgicamente. Por supuesto, aplicar el término “weberiano” a gran parte de la sociología histórica contemporánea es basarse en una comprensión particular de lo que Weber intentaba hacer realmente en sus propios escritos “metodológicos”. Y al igual que Marx, las restricciones metodológicas de Weber tenían muy poco que ver con cualquier concepción de neutralidad interpretativa. No obstante, como ilustran muchos de los capítulos de este libro, la gama y el alcance de una sociología histórica que se basa en las ideas de Max Weber en particular es potencialmente extraordinaria. Sin embargo, al hacerlo, es necesario que no se olviden por completo los verdaderos puntos fuertes de Marx -puntos fuertes que Weber conocía bien- como exponente y teórico de la sociología histórica por derecho propio.