Sacrificio
El sacrificio, reimaginado como fundamento de los proyectos de democracia radical, tiene mucho que ver con el rechazo de la distinción interna amigo/enemigo como compañera de la distinción externa que separa a un Estado de otro. El argumento es que hay que permitir que las fronteras del Estado existan, pero ya no se encuentran doblemente bloqueadas a la inclusión de otros por el hecho de que en el interior del Estado debe haber, siguiendo la lógica de Rousseau y Schmitt, un exterior del interior. El Sacrificio requerido aquí permite el mantenimiento de una identidad única interna al proyecto de estado que no permite que se convierta en un espectro de perdición inminente para los residentes.