La educación social es una forma de intervención social que se llevará a cabo a partir de estrategias y contenidos educativos con el fin de promover el bienestar social y mejorar la calidad de las personas en general y, especialmente, la resolución de problemas de los grupos marginados que permanecen fuera del sistema. Aprendizajes académicos y de la vida real -en definitiva- que implican un enfoque en las interacciones y conductas comunitarias y culturales para, en última instancia, fomentar la tolerancia. Tiene como objetivo que la educación social con su acción sea por un lado prevenir estos problemas de marginación y por otro lado asegurar a todos los individuos el cumplimiento de sus derechos, en resumen, su objetivo es optimizar los procesos de socialización. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).
La incorporación de los individuos a las diferentes redes sociales facilitará el desarrollo de su sociabilidad y permitirá su movimiento social. Mientras tanto, proponen sus defensores, la mano de esa promoción social y cultural permanecerá absolutamente abierta para adquirir diferentes bienes culturales, lo que por supuesto ampliará las perspectivas de los interesados. El educador social, en relación con ello, se define como un agente de cambio social que coordina grupos sociales mediante estrategias educativas que ayudan a los ciudadanos a comprender y participar en su entorno social, político, económico y cultural, y a integrarse plenamente en la sociedad.
Entre las funciones que corresponden a la educación social, y en buena medida tienen impacto en las funciones del educador social, están las siguientes: la observación de los contextos, comportamientos y actitudes que identifican a los individuos o grupos que se encuentran en situación de inadaptación o marginación; contactar con estos mismos sujetos, para recabar información sobre su vida, problemas, relación, para así conocer la mejor estrategia en cada caso; planificar la estrategia educativa que potenciará la participación y que obviamente redundará en la mejora de la calidad de vida de los implicados; mediar entre los sujetos y las instituciones sociales, escolares o laborales, según corresponda, facilitando así el acceso a las mismas. Cabe señalar que la educación social abarca una amplia gama de áreas, destacándose entre ellas las siguientes: la educación de adultos, la educación social especializada, la educación sociocultural, la educación no formal, la educación ambiental, la intervención en la tercera edad y la intervención en adicciones. El acceso a la educación, en cualquiera de los casos, se defiende, facilitará y contribuirá a disfrutar de un futuro mejor, con mejores posibilidades tanto en lo que se refiere a lo personal como a lo profesional (por considerarse, tal como muchos estudios observan, que una mayor preparación puede competir por mejores condiciones laborales en su área de actuación).