Antropología Urbana
La otra gran escuela de antropología urbana fue británica, fundada a finales de los años treinta en Rodesia del Norte (actual Zambia), entonces dominada por Gran Bretaña. Allí se fundó en 1937 el Instituto Rhodes-Livingstone, con la misión de estudiar los cambios que afectaban a las sociedades del sur de África ante la rápida aparición de ciudades mineras e industriales. Estas nuevas ciudades, que formaban parte de circuitos comerciales internacionales, dominadas por colonos europeos y pobladas por trabajadores africanos de diferentes orígenes étnicos, se diferenciaban de los antiguos asentamientos indígenas precoloniales, como Ibadán o Tombuctú, que eran ciudades agrícolas más homogéneas desde el punto de vista étnico, pobladas principalmente por campesinos. La emergencia institucional de la antropología urbana en Francia está en parte vinculada a los cambios sociales y económicos que se produjeron a lo largo de los años setenta y que afectaron principalmente a las ciudades y a sus suburbios populares: crisis económica, desindustrialización y aumento del desempleo, empobrecimiento de los suburbios populares, creciente segregación social y espacial, progresiva “etnización” de la cuestión migratoria, auge de las reivindicaciones cívicas y antirracistas de los jóvenes de origen inmigrante, antes de que se impusieran las reivindicaciones religiosas.