Siguiendo a Pitágoras (ca. 570-495 a.C.), que sostenía que la base del cosmos es el número, todos los movimientos celestes se entendían, en buena parte de la antigüedad clásica, como matemáticos y la estructura del cosmos se concebía como geométrica. La consecuencia es que la Tierra se encuentra en el centro de un sistema completamente unificado y ordenado. Por ello, el sistema se conoce como kosmos, que significa orden bello o armonioso. En principio, es una consecuencia necesaria de este modelo que todos los acontecimientos terrestres en la Tierra están sincronizados con todos los movimientos celestes, y la astrología es entonces un medio esencial para comprender estas relaciones.