El término agencia moral se utiliza con diferentes grados de rigor dependiendo de lo que se considere como sus condiciones de calificación. El sentido kantiano es el más estricto. Dado que existen diferentes sentidos de la acción moral, las respuestas a preguntas como “¿Son los colectivos agentes morales?” dependen del sentido que se utilice. Desde el punto de vista kantiano, agentes como los psicópatas, los egoístas racionales, los colectivos y los robots son, en el mejor de los casos, sólo cuasi-morales, ya que no cumplen algunas de las condiciones esenciales de la agencia moral. Otras consideraciones además de las morales son relevantes para la cuestión de cómo se debe vivir. Los eticistas modernos de la virtud pueden adoptar una posición sobre la exigencia de la moralidad entre los extremos de Aristóteles y sus oponentes modernos. Porque no necesitan afirmar que el interés propio está constituido enteramente por ser moral ni que la moralidad anula completamente el interés propio.
Gran parte de la teoría de la virtud se ha ocupado de desarrollar la crítica de Williams al utilitarismo y al kantianismo, según la cual, a través de su impersonalidad e imparcialidad, el utilitarismo y el kantianismo violan la integridad de los agentes morales (véase más detalles).