Aparte de la Jerarquía de Valores de Max Scheler, esta entrada se ocupa de la Jerarquía de Valores en Filosofía Jurídica. Analizando sus prioridades, los bienes básicos de las diversas categorías se denominan “buenos” en sentidos irreductiblemente diferentes, y no se puede decir que ninguno de los bienes básicos sea significativamente mejor que otro. De ello se deduce que estos principios básicos son una multitud desordenada que no ofrece ninguna norma objetiva para establecer prioridades morales en la vida. Pero no es así, como se verá en la entrada. La palabra “valor” procede del ámbito económico, pero el valor es diferente del precio. Es difícil convertir el valor en precio, y no es fácil ponerle precio a la vida. El precio es el valor de cambio y es diferente de una época a otra, de un lugar a otro, de unas personas a otras, y es constantemente cambiante. Que no haya precio o que el precio sea barato no significa necesariamente que no haya valor o que el valor sea pequeño. Por ejemplo, no ponemos precio al aire, pero es muy valioso para nosotros. El agua o el agua del grifo son baratos, pero son esenciales para la vida humana y tienen un valor casi ilimitado para nosotros. La tierra, el sol y la luz también tienen un valor ilimitado y esencial para la existencia de los seres humanos, los animales y las plantas. Por lo tanto, la contaminación del aire, del agua y la destrucción del sistema ecológico son antivalores muy graves que amenazan la existencia de los seres humanos y de otros organismos vivos. Ahora no sólo nos enfrentamos a la contaminación ambiental, sino también a problemas difíciles como la alienación humana y el desempleo, el agotamiento de los recursos naturales, la delincuencia, la drogadicción, la desintegración de la familia, la desviación de los jóvenes y el maltrato de los ancianos, la desigualdad en la distribución, la amenaza de las armas de destrucción masiva, la alteración del sentido de los valores, etc. La solución de estos problemas requeriría no sólo los esfuerzos individuales, sino también los esfuerzos y la cooperación de las organizaciones sociales, los organismos gubernamentales y, además, las organizaciones internacionales. Para ayudar a las personas a obtener el sentido correcto de los valores y a interiorizarlo, la educación y la ilustración de los ciudadanos basadas en la orientación de la conciencia y no en la compulsión serán muy eficaces. Teniendo en cuenta las ideas de algunos eruditos sobre la clasificación y la jerarquía de los valores, se ha tratado de examinar la cuestión de los rangos de valores de forma más exhaustiva y progresiva.