Bombardero
Los primeros bombarderos, guiados por rudimentarias técnicas de navegación náutica y que transportaban bombas en bastidores abiertos, carecían de la precisión y la carga de bombas necesarias para causar grandes daños, pero con el cambio en la década de 1930 a aviones más rápidos y potentes de construcción totalmente metálica y monoplana, el poder aéreo empezó a asumir un papel importante en la guerra. El primer tipo nuevo que adquirió importancia fue el bombardero en picado, que realiza un picado pronunciado hacia el objetivo antes de soltar sus bombas. En las invasiones alemanas de Polonia y Francia a principios de la Segunda Guerra Mundial, el bombardero en picado JU 87 (Stuka) abrió el camino a las columnas blindadas alemanas destrozando las defensas terrestres enemigas y aterrorizando a la población civil. El bombardeo estratégico alemán de Gran Bretaña (1940) fue llevado a cabo por sus líneas de bombarderos Junkers, Heinkel y Dornier, mientras que Gran Bretaña confió al principio en el Wellington y la Unión Soviética comenzó a fabricar sus bombarderos Tupolev (véase más detalles en este texto), por el apellido de su diseñador. En 1937, Tupolev, como muchos otros científicos soviéticos, fue detenido por sabotaje. Tras su estancia en prisión, fue puesto al frente de un equipo encargado de diseñar aviones militares. El resultado fue el Tu-2, un bombardero bimotor ampliamente utilizado durante la Segunda Guerra Mundial. Rehabilitado gracias a la construcción de este avión, Tupolev recuperó la libertad en 1943.