El transporte aéreo es una industria importante por derecho propio y actúa como lubricante de muchas otras actividades económicas. En términos generales, el transporte aéreo representa alrededor del 1% del producto interior bruto de la Unión Europea y algo menos para la economía de Estados Unidos. A nivel mundial, en 2005 había unos 18.000 aviones comerciales, que transportaban 1.600 millones de pasajeros y más de 43 millones de toneladas de carga al año, y que prestaban servicio a más de 10.000 aeropuertos. Estas estadísticas, sin embargo, ignoran el papel que el transporte aéreo puede desempeñar en la estimulación del crecimiento económico y el comercio (se estima que entre el 35% y el 40% del comercio internacional en valor se mueve por transporte aéreo), uniendo comunidades diversas y fomentando tipos particulares de industria como el turismo y sectores agrícolas especializados. En general, el transporte aéreo es el modo de transporte de más rápido crecimiento en el mundo, tanto para pasajeros como para mercancías. Tradicionalmente ha estado muy regulado, pero desde finales de la década de 1970, la eliminación de la regulación económica de muchos mercados ha permitido mejorar la eficiencia, la innovación y reducir los costes y las tarifas, sin reducir las normas de seguridad.