Este texto se ocupa de la historia del terrorismo en África. ¿Amenazan los islamistas del continente a Occidente? La ideología yihadista contemporánea se inspira en los primeros siglos del Islam, cuando el mundo musulmán se expandió desde su cuna en la actual Arabia Saudí en el siglo VII hasta abarcar grandes franjas del globo. En su apogeo, en el año 1200, varios imperios o estados musulmanes -llamados califatos- se extendían desde España, en Europa occidental, hasta Marruecos, en África occidental, y a través de la mitad norte de África, y por todo Oriente Medio hasta Indonesia y el sur de Filipinas, en el sudeste asiático. En el norte de Nigeria, dominado por los musulmanes, Usman Dan Fodio (1754-1817), que se oponía a la mezcla de las tradiciones religiosas animistas locales con el islam, lanzó un movimiento de reforma para librar al islam de influencias externas. Tras liderar un exitoso levantamiento contra un gobernante local, se convirtió en el líder político y religioso de un nuevo califato que se gobernaba según los principios islámicos, entre ellos la veneración del estudio del pensamiento islámico y la abolición de la sucesión hereditaria del liderazgo. Fue el principio. Algunas zonas de África se han convertido en frentes de batalla en la lucha contra el terrorismo de los yihadistas y otros extremistas. La ruptura de la ley y el orden en Libia, en particular, ha permitido a la organización terrorista Estado Islámico (ISIS) capturara focos de territorio y afianzarse en el continente. Algunos grupos yihadistas quieren imponer la estricta ley islámica, que exige azotes, lapidaciones y ejecuciones de los no creyentes. Al sur, otro grupo violento, Boko Haram, ha matado a miles de personas en Nigeria -y ha secuestrado a cientos de niñas- y se ha alineado con el ISIS. En Somalia, Al Shabab, filial de Al Qaeda, ha lanzado ataques en los países vecinos y está tratando de impedir que Somalia restablezca un gobierno que funcione. Estados Unidos ha respondido con intervenciones militares limitadas y se está asociando, desde hace años, con aliados y bloques regionales para intentar detener la violencia. Mientras tanto, miles de africanos huyen a Europa para escapar de la violencia o la pobreza, creando una crisis de refugiados de proporciones épicas.